Golosas en llamas

Cuando mi mujer me dijo que había contratado a una chacha para que nos ayudara con las tareas de la casa, no me imaginé lo que me esperaba.

LAS GOLOSAS EN LLAMAS

Cuando mi mujer me dijo que había contratado a una chacha para que nos ayudara con las tareas de la casa, no me imaginé lo que me esperaba.

Me dijo que la conoció en el supermercado, que era cubana, muy agradable y que necesitaba trabajo. Yo me había imaginado a la típica cubana, muy morena, mas bien baja, rellenita y con esas camisetas horteras y ajustadas marcando los michelines.

Cuando la vi me quedé con la boca abierta. Era morena, sí, pero de piel clara. Largo pelo negro, ojos oscuros y grandes y boca más grande aún, de esas que parecen decir "me lo como todo". Era guapa la jodia y estaba muy buena.

En una cosa sí que acerté. Llevaba una camiseta blanca muy, pero que muy escotada por donde asomaban unas tetas grandes y bien puestas. Como no llevaba sujetador lo que no se veía por encima del escote, se transparentaba, dejando poco a la imaginación.

Las piernas parecían larguisimas, tal vez porque la faldita negra que llevaba las enseñaban completas, marcando un pedazo de culo respingón, que solo mirarlo te la ponía dura. Más que una criada parecía un zorrón.

Cuando me di cuenta de que llevaba un rato mirándola de arriba abajo babeando, miré a mi mujer preocupado, esperando verla enfadada. En lugar de eso sonreía satisfecha.

Cariño, esta es María. ¿Qué te parece? ¿No crees que es lo que necesitábamos?

Bueno, si…supongo. Parece… resuelta.

María, ya te dije que no tenías de que preocuparte. Sabía que le ibas a gustar.

No me conoces, pero soy muy trabajadora. Te prometo que estarás satisfecho conmigo. Solo dime lo que quieres que haga y te complaceré con mucho gusto.

En ese momento se me ocurrían muchas cosas para que hiciera, empezando por arrodillarse y comerme la polla (seguro que era capaz de tragársela entera), ponerse a cuatro patas para que me la follara como la perra que parecía…Opté por buscar una excusa e irme al baño a hacerme un paja en su honor. No era cuestión de que mi mujer se diera cuenta de lo cachondo que me ponía y la echara.

Durante un par de días no pasó nada, salvo que me tenía en una erección continua. Cuando estabamos en la misma habitación siempre encontraba un motivo para rozarme, para restregarme las tetas, como si la casa fuera de pronto mas estrecha, y parecía muy torpe porque nada más verme se le caía algo al suelo y se inclinaba a cogerlo enseñándome ese pedazo de culo. Y lo enseñaba porque las faldas tenían muy poca tela y el tanga aún menos.

Yo no sabia que pensar. Estaba claro que me estaba pidiendo a gritos que me la follara, pero lo que más me sorprendía es que lo hacía incluso delante de mi mujer y a ella no parecía molestarle.

Al tercer día entre en la cocina y me las encontré riéndose mientras se tocaban mutuamente las tetas. Me quedé con la boca abierta y entonces mi mujer me dijo:

-Cariño, necesitamos tu opinión. ¿Quién crees que tiene las mejores tetas? – al decirlo se volvieron las dos sacando pecho. Cerré de golpe la boca, tragué saliva y conseguí decir:

Bueno, las de María son más grandes

Eso es cierto, pero las de tu mujer son más duras – mientras lo decía se las sobaba.

Si tú lo dices

A todo esto, mi mujer, que estaba disfrutando con el sobeo que le estaba dando la zorrita, va y me dice:

Cielo, ven y comprueba tu mismo quién las tiene más duras

Y ahí fue cuando por fin me dí cuenta del rollo que se traían . Y pensé "serán putas". Querían jugar y no iba a ser yo quien pusiera peros. Me acerqué con parsimonia y comencé a tocarles las tetas a las dos, apretando como para comparar dureza

  • Yo diría que las mas duras son las de Ana, pero con la ropa puesta no puedo estar seguro

Ana fue la primera en quitarse la camiseta, María la imitó rápidamente y me encontré con dos pares de tetas desnudas, con los pezones duros a mi disposición.

Tócalas, Cariño, danos tu opinión…con cual te quedarías?

No sé… las dos tenéis las tetas duras, suaves, con bonitos pezones… tal vez si las pruebo

Agarré una teta de cada una y comencé a chupárselas alternativamente. Sin dejar de chupar, bajé las manos hasta sus culos y comencé a magrearselos por debajo de las faldas

Hum… qué bien lo hace, qué gusto. ¿Tu marido todo lo hace igual de bien?

Todo, guapa. Tendrías que ver como folla

Sí… eso me gustaría

Mira que pedazo de pollón tiene – a esas alturas estaba mas que empalmado, pero cuando mi mujer empezó a sobarme el nabo, y la otra con cara de golosa dijo ¿puedo? Y me echó mano también, se me puso gorda a reventar

Cariño, me parece que esta guarrilla se muere por comerme el rabo

Mi mujer me sacó la polla y se la ofreció a María. Mientras Ana me comía la boca y el pecho, María, de rodillas, se daba un festín. Y como chupaba la cabrona! Daba lametones desde los huevos hasta el capullo, y luego se metía la polla entera y la mamaba con ganas

Cielo, ¿Dejas que esta putilla golosa goce de lo que es tuyo?

Guapo, comerte el rabo es su premio por lo bien que trabaja, pero no lo va a disfrutar sola

Cuando vi a Ana arrodillada al lado de María, las piernas me temblaron. Ahí estaban las dos, con las tetas al aire, mirándome con cara de viciosas y lamiéndome el rabo a la vez. Se iban turnado, Mientras una lamía los huevos la otra se metía el capullo en la boca.

Jefe, quiero probar tu leche… córrete en mi boca

Dámela a mí, Cariño

Y que iba a hacer yo después de oír semejante petición y ver a las dos golosas sacando la lengua para recibir mi semen… agarré del pelo a la puta cubana y me corrí en su cara y en sus tetas primero y los restos fueron para la puta de mi mujer

Me senté sin fuerzas, después de haberme vaciado para darles gusto, pero a aquellas dos parecía que les había sabido a poco porque ahora estaban comiéndose la boca y lamiéndose la una a la otra las gotas de leche que les resbalaban por los pechos… ¿Quién puede relajarse así? Se me puso dura otra vez y me dispuse a cumplir con mi deber y a poner las cosas en su sitio

Nenas, aquí quien manda es mi polla, y mi polla no os ha dado permiso para follaros…Venid aquí, y enseñadme esos chochetes que compruebe si se merecen que me los folle

Obedientes, se levantaron , se quitaron las faldas y los tangas y me plantaron los chochos delante de la cara. Para que no se enfadaran, les metí un dedo a cada una en el coño y empecé a masturbarlas

Vaya, chochos gordos tengo… y están mojados, muy mojados. Seguro que quieren que les meta el rabo hasta los huevos y me los folle

Oh, si, jefe… follamelo, parteme el coño con tu enorme polla

Si , cariño, follatela

Os voy a follar a las dos , marranas. Apoyar las manos en la mesa y abriros de piernas

Deseosas, obedecieron, metí la polla en el primer chocho que encontré, que resultó ser el de Ana, mientras apreciaba el pedazo de culo de María (ya le dedicaría tiempo después) empujé un par de veces y cambié de chocho. Los fui turnando para que ninguna se quejara. Fui tan bueno que incluso las deje que se besaran y se acariciaran las tetas

Cariño, quiero que te tumbes en la mesa y que esta zorrita te coma el coño mientras yo me la follo. Quiero que mi mujer se corra conmigo, ya puedes comerle el coño bien o tendré que castigarte

A Ana le faltó tiempo para subirse a la mesa y abrirse de piernas delante de su cara, la cogió del pelo y le llevo la boca al chocho y el zorrón cubano relamiéndose empezó a comerse ese pedazo de coño mientras yo me la follaba con ganas. Aguanté poco, y me corrí antes de que lo hiciera Ana. Para ayudarla, saqué la polla goteando del chocho de María y se la di a chupar… verla convulsionarse me gustó tanto que me la volvió a poner dura

Cariño, ahora tienes que hacer que se corra María. No quiero que vaya por ahí diciendo que mi marido no folla bien. Yo sé lo que a ella le gusta. Seguro que se corre como una loca cuando le folles el culo.

Oh, siiii, Jefe. Meteme esa enorme polla por el culo y follamelo bien… - mientras lo decía la muy puta se tumbo boca a arriba en la mesa, con las piernas bien separadas y abriéndose el culo con las manos, Ana mojaba los dedos en su chocho y los llevaba a su ano para lubricarlo … si seguían así estas dos me iban a matar

Está bien, voy a follarme ese culo…- estaba tan lubricado que no me costo mucho metérsela hasta los huevos y empecé a empujar fuerte excitado por los gritos de placer de la cubana. Como Ana se limitaba a mirar, pensé que merecía participar ya que era la instigadora…- Cariño, ayúdame a follarmela, comete su coño

No tuve que repetírselo, de inmediato se inclino y empezó con ganas a lamerle el chocho. Eso fue demasiado para María y se corrió enseguida. Yo resistí como pude para no correrme porque había otro culo que se merecía un buen pollazo.

Nenas, intercambiad de posiciones. Voy a follarle el culo a mi mujer mientras tu le comes el chocho

Ana, toda excitada se colocó en la misma posición que había estado María y se abrió el culo para que le metiera el pollón. Y qué gusto me dio perforar ese agujero tan estrecho. María, con esa boca tan grande y esa lengua tan larga, le lamía el chocho y también el trozo de polla que pillaba. Quería polla, pues le di polla. Se la metía en el culo a Ana y cuando la sacaba se la metía en la boca a María, de tal manera que mientras me follaba un culo me la estaba chupando… Me corrí en el culo de mi mujer, pero fui generoso y después dejé que María me la limpiara a lametones…. Al fin y al cabo para eso la habíamos contratado, para limpiar ¿no?

CONTINUARÁ