Gimnastas calientes
Jóvenes calientes se cruzan con un madura...
GIMNASTAS CALIENTES
Macarena se levantó temprano. Se dio un ducha como siempre lo hacía. Debía ir al club a entrenar a esas chicas nuevas. Hacia un año había regresado al ruedo de la enseñanza y la preparación y ya quería olvidarse de todo lo que tuvo que pasar.
Desayuno algo rápido y liviano. Se miro en el espejo. Se vio reflejada. Ya estaba grande. Ella se sentía así. Los cuarenta le habían llegado fuertemente. Se reflejaron su s grandes ojos claros y llenos de chispas. Su mirada siempre había sido su aliada en la seducción, aunque ahora lo que menos quería era enredarse en alguna relación.
Salió de su casa y se dirigió al centro de entrenamientos. Sabía que las gimnastas la esperarían, porque si hay algo que tienen los deportistas es su puntualidad y empeño. Su rigor. Su disciplina constante y dura.
No vivía lejos de allí. Llegó y entró y enseguida vio a dos chicas calentando. Eran dos caramelitos. Con sus culitos parados. A ella se le cayeron las babas. Sintió un tropel en su cuerpo. Un torbellino y supo que no estaba muerta. Que aún tenía deseos. Que aún vibraba y se conmovía ante la belleza. Sobre todo de dos jovencitas que tenían un cuerpo de película. Colas paraditas unos pechitos pequeños como a ella le encantaba morder y chupar.
Sintió que su vagina se chorreaba. Le pedía a gritos por caricias. Por suaves bocas besando su lengua. Su lengua libando. Chupando. Mamando senos, si eran pequeños mejor.
Macarena se recompuso y avanzó hacia las jovencitas que la vieron venir y pícaramente se cruzaron miradas.
__¡Hola chicas!__ saludo Maca de forma impetuosa
__¡Profesora!__ saludaron casi a dúo. De más cerca los cuerpos torneados y fibrosos la enloquecieron un poco más y luchó porque sus babas no se vieran cayendo.
__¡Soy Macarena!__ dijo y espero mirando sin disimulo las figuras de las chicas.
__¡Yo soy Lupe!__ dijo la mas morochita. Una morochita de infarto de ojos casi verdosos. Labios carnosos y saltones.
__¡Y yo me llamo Sabrina!__ se presentó la mas rubia, aunque no era del todo, más bien trigueña, casi dorada, al menos asi la vio Maca a la que se le hacía agua la boca viendo aquellas dos bellezas.
Las chicas también vieron la señal de los ojos de aquella madura profesora. De cuerpo hermoso. Tetas prominentes y a la que se le marcaban los pezones duros y parados. Estaba excitada y eso no lo dejaron pasar las chicas. Lo notaron y se rieron mirándose de reojo. Cómplices.
Los ejercicios comenzaron lentamente. Las chicas cada vez que podían mostraban el culo a la profesora que babeaba agitándose cada vez más. Los alumnos de todas las disciplinas iban y venían por el gimnasio.
Había en un momento mucha gente. Griterío. Sudores. Maca suspiraba y se relamía cada vez que las alumnas hacían alguna pirueta de abertura. Imaginaba esas conchitas abriéndose para ella. Babeando. Mojadas en su intimidad más profunda. Gozando de sus lamidas y caricias.
__¡Profe…Maca!__ llamó Sabrina
__¡Oh si dime!__ contesto saliendo de su letargo
__¿Está bien así?__ preguntó mostrando una figura. Ella se acercó a la chica y le rozo los muslos en todo lo largo hasta llegar a la ingle. Le costó una enormidad detenerse ahí. Sabrina sonrió cómplice con Lupe. Agitada, ella también, corrigió la postura siguiendo las indicaciones de la profesora.
Finalmente la hora pasó y la clase se dio por terminada. Durante el día Maca continuo con distintas clases. Con mujeres adultas. Con gente grande. Su día era muy completo en cuestiones de enseñanza.
Los encuentros con Sabrina y Lupe fueron volviéndose cada vez mas confianzudos. Ella seguía chorreándose por sus chicas. Y las chicas también se hacían el amor pensando en su profesora.
Las chicas pensaron que debían encontrarse con ella fuera del gimnasio. Estaban seguras que Maca no les diría que no.
Es más el temor era que hubiesen quedado secuelas del problema que año atrás había tenido la profesora en otro gimnasio, con denuncias incluidas y todo.
Un sábado por la tarde Lupe y Sabrina después de haber hecho un poco de investigación, empezaron a rondar la zona donde vivía Maca, la profesora. Se habían encontrado en una esquina cercana, para ver si la veían pasar. No sabían que iban a decir si la encontraban.
__¿Qué vamos a decir Lupe?
__¡Que la queremos coger!
__¡Estás loca, asi nomás!
__¡Si como no…si ella lo quiere también!
__¡Mira, metámonos en ese café!__ las dos jovencitas se metieron en el café mirando para todos lados. Esperando que tal vez apareciera la mujer que las tenía loca.
Al rato, vieron la figura de Martcarena caminando por la vereda del café. Viniendo hacia ellas. Sus rostros se acaloraron tanto como su entrpierna. Maca las vio. Ellas levantaron sus manos y la llamaron para que enrara.
La mujer muy caliente y feliz al verlas por supuesto no se hizo de rogar.
__¡profesora!__ saludó grandiclocuente Lupe
__¡Chicas como están!
__¡Tomando un café…¿quiere acompañarnos?
__¡Es que…no sé!__ dudo muy caliente
__¡Si vamos!__ dijo Sabrina
__¡Vamos que pasa no le gustamos como sus alumnas!
__¡Claro que me gustan!__ soltó la mujer
__¡Viste Lupe lo sabía!__ sonrió Sabrina tomando la mano de la mujer
__¡Lo que sucede es que!
__¡No digas nada Maca, a nosotras no nos importa!__ ella, la profesora sonrió muy aliviada.
__¿Vives por aquí?__ preguntó Lupe
__¡Si muy cerca!
__¡Si quieres vamos a tu casa!
__¿Les parece?
__¡Claro que si!__ dijo Lupe muy ardiente. Haciendo un mohín con sus carnosos labios y Macarena se derritió por completo. Se levantó de la silla decidida y terminante
__¡Vamos!__ dijo y la siguieron por detrás.
Entraron a la casa y las chicas se abalanzaron sobre la mujer. La arrinconaron contra la pared. Lupe tomando el rostro de la mujer le daba besos en la boca. Sus lenguas se cruzaban en tanto Sabrina quitaba la remera de Maca y buscaba las tetas gordas y duras de l profesora. Gemían las tres. Sabrina aflojaba el pantalón y lo ayudaba a caer, dejando en una tanguita blanca a la profe, está separándose unos momentos guió a las mujeres jóvenes hasta el dormitorio.
Lupe y Sabrina besándose se quedaron rápidas sin ropas. Cayeron las tres en la cama de Macarena y Sabrina trepó el cuerpo de la profesora y quitando el corpiño se prendió a las tetas. Las mordió, las chupo. Hambrienta bebe, arrancando gemidos y gritos de aquella mujer madura ya y tan deseable.
__¡Desde que te vi quise hacer esto, ahhh, que hermosas tetas tienes Maca, ahhh!!__ las besaba. Las comía. Babeando sobre ellas. Lupe se fue hasta abajo y encontró la almeja depilada y divina de Maca. Metió la lengua y la mujer se retorció de gozo y placer. Cataratas de jugos saltaban de allí. La cueva deliciosa de Maca era escarbada y penetrada sin piedad por Lupe. Su lengua bailoteaba dentro de la almeja. Los orgasmos de maca se sucedían uno tras otro.
Sabrina se coloco en la boca de la profesora. Se besaron profundamente intercambiando salivas.
Los dedos de Lupe se clavaban en la conchita abierta, salobre, caliente.
__¡Ahhh me van a matar son una salvajes, ohhh, que niñas perversas!!__ clamaba Maca en tanto Lupe le metía la lengua en el ojete explosivo y dilatado de la mujer. Sabri se montó en la cara de Maca y está trago su clítoris, lo comió y su lengua un rato después se metió en las profundidades de la almeja rebosante de líquidos de la chica que bramaba como loca vibrando con sus orgasmos.
Luego Sabri se corrió un poco y abriendo sus nalgas con las manos, apuntó con su oscuro agujero en la boca de Maca que chupó con fruición, beso ese culito que se abría descaradamente, fogosamente, mientras la chica gritaba de manera feroz y febril.
Lupe trepó hasta las montañas de Maca, y se encargó de morder y lamer los pezones. De chupar hasta hacer que de la garganta de la mujer salieran gritos desgarradores.
así llegó una hora después y descansaron arreboladas en la cama, se levantaron a comer algo ya que habían pedido a un cadete que trajera algo.
Luego continuaron con el encuentro de sexo y lujuria.
Maca las cogió a ambas con el arnés que tenía entre sus juguetes. Las calientes gimnastas estuvieron gozando de los cuerpos de todas hasta entrada la noche. Eso fue el comienzo de una relación que hasta el día de hoy perdura.-