Gimnasio 24 horas

Sintiendo su pelvis golpear mis nalgas, llevado por la excitación de esos momentos, movimientos que no dejaba de restregar su miembro a lo largo de mis glúteos, deseando que notara y sintiera toda su dureza y tamaño… uuuffff!!.

Gimnasio 24 horas

Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea mediamente al mismo portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais animo a continuar, siguiendo a plasmar mis confidencias. Deseando haceros participe de alguna forma de cada una de ellas, no quedándome otra que plasmarla mediante confidencias, experiencias de mi vida. Un desahogo tan verídico como tantos, no plasmado como realmente sucedió pues los hechos y momentos son difícil de exponerlo con palabras.

Hoy os relataré una experiencia que me ha ocurrió hace un tiempo, no siendo una anécdota ni un pasaje más de mi vida, esto me aconteció en una faceta de mi vida, donde al no estar atado del todo a nadie se guarda con cierto apego. Quizás ahora lo he dado a conocer, cuando esa persona que conocí en ese tiempo se ha vuelto a cruzar, no siendo el encuentro a propósito sino ha sido algo casual, donde la vida dentro de lo que cabe lo ha tratado bastante bien, notándose que era preparador físico. Bueno comenzare, vale…

Como muchos sabéis, digo esto por aquellos que me sigáis, soy persona que por motivo laborales suelo viajar mucho, pues mi empresa en su momento me solía mandar por diferentes puntos de media España. Solía digo por una causa más que evidente… ‘el dinero’, ya que solía apuntarme hasta a un bombardero si pagaban bien, no preocupándome por la mujer… ya que no estaba casado. Me solían mandar a sitios donde iban a instalar una obra, lugar que quizás mi única labor era la supervisión o el control, llevando a veces la documentación, pero donde mi estancia no supera el mes, perdón miento a veces si lo superaba. Durante este tiempo, suelo organizarme lo mejor que puedo, donde tras trasladarme a donde me voy a hospedar, luego voy a mi lugar de trabajo, buscando más tarde que hacer con mi tiempo restante, tiempo que mayormente suelo ir a gimnasios, cines o cualquier sitio donde pueda pasarlo bien.

Pero como bien sabéis, no suelo escoger gimnasios muy grandes, buscando y escogiendo gimnasios cuyo horario se pueda ajustar a mi horario laboral, aquellos que su horario sea de 24 horas. Cuya hora de apertura sea sobre las seis de la mañana y el cierre sobre las doce de la noche, gimnasio cuyo horario suelo ir a primera y última normalmente, apareciendo muchas veces a mediodía, horas que no suelo encontrarme muchas personas… suerte la mía. Donde voy sobre todo por poderme poner en forma, pueda perder peso y de paso a perder el tiempo, aunque en mi caso es imposible el poder coger músculos, aún recuerdo aquella vez en la cual un instructor me aconsejo que, para coger masa corporal, debía ser mediante anabolizante y esteroides. Pero bueno… aquello ya quedo atrás…

Pues eso, nada más llegar me apunte a uno de tantos gimnasios que había, pero escogiendo ese que precisamente era de 24h, page la promoción de mensual todo el día, cuya matrícula fueron de 15€ y una cuota mensual de 34.95€, cuota que a pesar de estar una o dos semanas no me podrían descontar. Aunque después me hicieron saber que tenía la peculiaridad de que había una tarifa especial, donde al acudir un día podría pagar el día por 9.95€, cosa que tras calcular me venía mejor pagar la cuota mensual. Mis dos primeros días fueron de aprendizaje e ilustración de la zona, acondicionándome sobre la obra que llevaba, conociendo mejor al personal que me habían asignado, viéndome algunos muy joven para tanta obra. Días que nada más salir del trabajo, solía conocer los alrededores, cenando temprano y acostado leer un poco, pero mi tercer día tras salir de las instalaciones donde me habían destinado, no siendo más tarde de las diez de la noche, me encamine hacia el gimnasio que me había apuntado, gimnasio que tras acceder y hablar con las personas que lo llevaban. Me hicieron una serie de preguntas a modo saber qué es lo que buscaba, mi idea era la que siempre llevo, pues quiero realizar una tabla de ejercicios para mantenimiento. Dándome una actividad que iba destinada a personas que quieran mantenerse en forma, actividad que sea algo en el cual no tenga que hacer grandes esfuerzos, y a partir de ejercicios adaptados a su estado físico.

Me asignaron un monitor que nada más verlo pensé que debían de estar jubilado, pero allí me dijeron que era uno de los mejores, no haciéndome ver que había caído en buenas manos. Pero bueno… eso de ‘caer’ en buenas manos, pensaba que antes debía este que demostrármelo, pero cuando vez que mi instructor o entrenador personal asignado tiene cincuenta y nueve años, edad que no me creí hasta que tuvieron que enseñarme su DNI, pudiendo ver que su año de nacimiento era 1961. Años que en verdad viendo el cuerpo que calza no aparenta, pues ese armario empotrado con su metro ochenta y cinco de altura y sus ochenta y dos kilos al menos, era un modelo a tomar para más de uno.

Bueno, este me informo que realizare una tabla de ejercicios, siempre vigilada en todo momento por el, tratándome de manera completamente individualizada, pues es la norma del gimnasio. Haciéndome comprender que vería como llevaba esta tabla, pudiéndome evaluar el estado de mi cuerpo, pudiendo aleccionar y poderme meter otra serie de ejercicios, pues depende también en función del aguante de mi cuerpo en cada entrenamiento. Informándome…

  • “Mira… la gimnasia de mantenimiento tiene como objetivo lograr un acondicionamiento físico muy generalizado, donde se trabajan elementos de coordinación y de movilidad articular, así como de acondicionamiento físico, donde normalmente es de bajo impacto o de un nivel moderado”.

Me mira y ver que no le prestaba atención, pues estaba dándole la espalda leyendo unos carteles de información de la gimnasia que daban. Tras llamar mi atención, me volví y tras disculparme, pedí que continuara. Diciéndome…

  • “Pues como te decía, los ejercicios que realizamos es los que se combinan movimientos de piernas y brazos con desplazamientos, además, se trabaja la tonificación y definición muscular, combinando un trabajo específico a través del uso de diferentes materiales, ya sea pesas, mancuernas, maquinas, etc.”.

Soltándome ante mi interés por una serie de ejercicios que daban, cogió este y me dijo…

  • “Mire, antes de meterlo a que haga cualquier tipo de estas gimnasias, debe usted de realizar una sesión que consta de… calentamiento, estiramiento, relajación y una base principal en la que se realizan una serie de ejercicios, donde ya nos dirá si puede realizarlos o no”.

Viéndome atento a algunos, acabo por decirme…

  • “¿Cuál de ellos está interesado realizar?”.

Comentándole y preguntándole por…

  • “Este parece entretenido, pero que es eso de ‘Bodypump’”.

Explicándome este…

  • “Pues eso es lo más parecido al ‘fitness’, pero mezclado con ejercicios más aeróbicos, donde se trabaja sobre todo la tonificación de una forma más ligera, ya que se ejercitan sobre todo los glúteos, abdominales, brazos y piernas”.

Ante mi rostro sorprendido, acabo por señalarle otro, soltándole…

  • “Y este otro”.

Respondiéndome…

  • “Este otro al que le llamamos, son una clase de ejercicios más específico, cuyo destino es para tonificar y fortalecer las piernas, los glúteos y los abdominales”.

Me mira y continua…

  • “Es parecido un poco al anterior, me refiero por los ejercicios de aeróbic, pero este tiene una mezcla de ‘Step’, este se realiza con música y aporta los beneficios propios de este tipo de ejercicios, mejorando las capacidades físicas como la orientación o la flexibilidad”.

Acabando por decir…

  • “Digamos que es un ejercicio destinado para todos los públicos, donde la resistencia es el peso propio del cliente, donde no importa ni la edad ni la forma física. Donde puede fortalecer y tonificar sin necesidad de usar una innumerable cantidad de artilugios y maquinaria”.

Acabando por sugerirme…

  • “Podernos hacer una cosa… vale, si usted cumple con lo básico, yo le incluso en estas dos tablas de ejercicios”.

Acabando por aceptar, no sin antes decirle…

  • “Vale, pero por favor no me llame de usted, me llamo José…”.

El ríe y tras darme la mano, vuelve a presentarse como ‘Alan’, pues como os he dicho antes, Alan iba a ser mi entrenador personal, bueno también es de otros, ya que no lo tenemos asignados en propiedad. Alan cuya persona tiene cincuenta y nueve años, midiendo un metro ochenta y cinco centímetros y pesa ochenta y dos kilos. Persona que vez y es la admiración de toda mujer en el gimnasio, pues es un hombre corpulento, serio, masculino, cabellos blanquecinos y color de ojos azul. Persona que al final de todo no era tan capullo como tanto creía, pues comenzó a interesarme por mí, no dejando de preguntarme de todo, desde el saber qué tipo de trabajo que realizaba y en este caso si realizaba esfuerzo físico, si cuando descansa si lo hacía bien o no, preguntándome si roncaba, etc., esta serie de cosas. Recomendándome ante la falta de esfuerzo físico, ya que mi trabajo era más sedentario, sugiriéndome que debía de realizar ejercicios diarios, ejercicios para intentar incrementar la masa muscular, o al menos fortalecerla. No dejando de soltarme…

  • “De cualquier forma, lo importante es la baja actividad física que realizas, debes de entrenar tu cuerpo, manteniéndole en forma, no importando si realizas cinco kilómetros, como cincuenta flexiones o te llevas follando con tu novia una semana entera”.

Comentario que acabamos riendo ambos, disculpándose por esto último, pero que sacamos de esto último varios chistes, tomándonoslos con humor, manera también de romper el hielo, pero que entendí que debo de mantenerme activo, ya que es la clave para mantenerme en plena forma. Los días pasaban y la verdad es que acudía al gimnasio con ganas, aunque solía salir destrozado, pues menuda paliza me daba. Solía comenzar con una sesión de ejercicios de calentamiento y estiramiento, cumpliendo con esa tabla de ejercicios que me habían marcado antes de comenzar. Comenzar con el Bodypump, donde comenzaba con el programa de entrenamiento que era grupal, no siendo más de cinco o seis las personas, entrenamiento precisamente basado en el levantamiento de pesas. Acabando por el GAP, donde realizaba una serie de ejercicios para endurecer abdomen, glúteos, piernas y brazos, donde en la clase era grupal también, habiendo seis chicas y uno o dos chicos, siendo yo precisamente uno de ellos. Donde una de las chicas no dejaba de decirme…

  • “Sabes que esto es más un tipo de entrenamiento para chicas, no decimos que seas un mariposón, pero este entrenamiento es para tener unos glúteos más tonificado y fuertes”.

Dice y prosigue al tiempo que me da un cate en mis nalgas, soltando eso de…

  • “Aunque hay otro muy parecido, no siendo este otro que cuando te dan por el culo o incluso ser dado, práctica que fortaleces la masa muscular de tus glúteos, tus abdominales y tus piernas, bueno eso y además de trabajar la resistencia”.

O sea que me estaba labrando una popularidad bastante entredicha gracias a mis ejercicios en el gimnasio. Pero también es verdad que cuando no estaba mi instructor, acudía otro que no me gusto algunas cosas, cosas que vi que el instructor estaba demasiado atento a las chicas, algo evidente por el cuerpo de más de una. Pero cosa que algunas de ellas esto molesto, comentándolo de forma de broma e irónicamente, donde uno de las a instructores lo tomo como un toque de atención. Instructor que dio la razón a las chicas, dándome cuenta que está broma se les fue de las manos a estas, donde por ejemplo en la misma clase de ‘Gap’, estas no dejaban de decirle a uno de ellos...

  • "Qué todos deberíamos de tener el mismo trato, no solo ellas".

Sugiriéndole al entrenador que esas manitas también podrían colocarlas en los chicos, pues como he mencionado, había entrenadores que más de uno ayudaba de una forma no muy profesional, ayuda que yo solía denegar claro está por el acercamiento personal. Acarreándome esto a mi coger poco a poco cierta confianza varias personas, personas que sobre todo eran personal del gimnasio, ya que se podría decir que solían cerrarlo por mí. Ya que llegaba a veces tan tarde que ellos mismo, cerraban este en vez de las doce lo hacían a las doce y media de la noche. Horas que muchas veces me iba en compañía de alguno, más porque me acercaban a la pensión que estaba alojado, aunque en otras me iba acompañando a alguna compañera, demostrándole lo bueno que era con el ‘Gap’. Pero mi confianza también fue creciendo con mi entrenador, tanta que según él me decía…

  • “Me veo en la obligación de enseñarme el pueblo, pues veo que tú no cumples eso de evitar ser sedentario”.

Por lo que, tras salir algunos días del gimnasio, dependiendo de la hora, quedábamos más tarde para tomar algo, cosa que ellos se escudaban en que al ser nuevo en la ciudad, debía de enseñarme los lugares donde ir o frecuentar, manera también para de evitar él ser estático. Creo recordar que eran tres, dos instructores y una monitora los que me animaban a salir, pues no dejaban de decirme que todo no debe de ser trabajo. Cuando salíamos me llevaban sobre todo a ese bar irlandés, donde las cervezas caían como churros, donde forjamos una amistad y confianza que hasta a día de hoy perdura. Tanto que apenas unas semanas me encontré de forma fortuita a mi entrenador, persona que se le ha notado el paso del tiempo, pues ahora calza sus sesenta y seis años, pero bueno a eso más tarde llegaremos, continuo…

Pero recuerdo que cierta noche, noche en la cual estaba solo la verdad, noche de esas que te sientes mal porque soy la causa de que continúe abierto el gimnasio. Bueno, pues eso, tras realizar mis ejercicios, apareció mi instructor, acercándose este para decirme y corrigiéndome una serie de ejercicios, comenzando a guiarme a modo de hacerme comprender donde me había equivocado, y como debía de hacerlo. Aunque era mi instructor había tocamientos de esos que no vemos oportunos, aun estando solos, este me indicaba como debía de realizarlo, posando sus manos aquí o haya, pues veía algunos fuera de lugar. Tan molesto, como cuando puso sus manos en mis nalgas, manos al tiempo que me soltó...

  • “No vez… mira lo bien que te van los ejercicios, no notas la dureza de tus glúteos o la firmeza de tus muslos”.

Manoseó que no bien, pues note como tomo demasiada confianza, confianza que ya no era solo verbal sino íntima. Sugiriéndome tumbarme en el suelo, pues alego que nota dureza en mis músculos, estiramiento que me va a quitar, viendo el resultado de verme más relajado después. Después de mucho insistir, acabe por tumbarme sobre la tumbona, comenzando este a realizándome estiramiento de mis a piernas, según el eso mejorara mi flexibilidad y evita las molestias futuras, continuando por el estiramiento de mis abductores. Comenzando a descender, sintiendo sus manos y la presión de las yemas de sus dedos por mis muslo, rodillas, gemelos y tobillos, explicándome…

  • “Lo suyo es realizar estiramientos diarios, pues esto nos da más flexibilidad a mis músculos, reduciendo la propensión a las lesiones, tienes que dártelo o buscar alguien que te ayude, pues debemos de regenerar y recuperar zonas, como piernas, tendones y articulaciones”.

Manos que poco a poco fue ascendiendo por mis gemelos, muslos hacia mi ingle, llegando a sentir como las yemas de sus dedos rozaban mi perineo, cuya reacción por mi parte fue dar un sobresalto. Este no dio importancia pues continuo con ese manoseo y refriega, pero que a mí me hizo sentir hasta estremecimientos… uuummm!!. Momento en el cual me pregunto…

  • “Si quieres no me respondas, pero cuanto tiempo llevas sin practicar sexo, y no me refiero a la masturbación sino a practicarlo con otra persona”.

No vi idóneo contestarle como bien me sugirió, pero este volvió a preguntar no sin antes argumentar su pregunta, diciendo…

  • “Debes de saber que la abstinencia no es buena, pues afecta al sistema inmunitario, también debes de saber que el sexo prepara al cuerpo para luchar contra enfermedades liberando endorfinas”.

No dejando de masajear mis músculos, continua…

  • “Aparte de esos el acto sexual ayuda a mantener equilibrados los niveles de estrógenos y de progesterona, acto que puede disminuir el riesgo de cardiopatía, afectando a la salud mental, ansiedad e intruso al nivel de estrés”.

Volviéndome a preguntar…

  • “Entonces desde cuando llevas sin practicar sexo, y por favor no me refiero a la masturbación, sino a practicarlo con otra persona no importándome el sexo”.

Contestándole con otra pregunta…

  • “Cuanto tiempo para ti es… ¿cuánto tiempo sin sexo es demasiado tiempo?”.

Me mira sonríe y suelta…

  • “Mira comprendo que el estar solo aquí y sin encontrar nadie es normal, pero aquí puedes encontrar esa otra persona que al igual que tú tienes esas necesidades, fuera aparte hay servicios que te lo facilitan por muy poco dinero”.

Continuando…

  • “Mira yo diría que mucho tiempo sin sexo sería más de un mes, demasiado tiempo sin él sería tres meses, debes de tener claro que nos referimos a no tener nada de ningún tipo, no solo me refiero a la masturbación ya sea reciproca o no, sino también a la penetración”.

No dejando en todo momento de masajear, ¡trabajándome cintura y sobre todo glúteos… uuuffff!!, cuyas manos dejaba caer hacía el interior de mis muslos para volver a ascender, deteniéndose en la parte alta de mis muslos, rozando como si fuera algo natural o casual mi perineo… mmm!!. Llegándole a soltar molesto…

  • “Esas manos… ¿Qué haces usted?”.

Respondiéndome…

  • “Ahora me hablas de usted, tranquilo hombre, noto que tienes esta zona sobrecargada y hay que liberarla, ya que lo suyo es aplicar calor, cosa que recomendamos, pero a falta de eso se le aplica mediante las manos”.

Volviéndome a argumentar y justificando sus actos, pero que ese masajeo claro está me pone muy excitado, cosa que no deseaba que este lo notará, siendo bastante difícil cuando sin poderlo evitar suelto un leve gemido. Suspiro que intento justificar…

  • “Uuummm!!... estooo, para… eso me ha dolido”.

Suelto avergonzado y sin saber dónde mirar, cuando este sonriente, me mira y suelta…

  • “Pues la verdad es que no me lo ha parecido la verdad, eso que has soltado es más parecido a un gemido y por el sonido, diría que es de placer”.

Respondiéndole enérgicamente con rapidez…

  • “No… no ha sido eso, te has confundido, no era lo que parece, no soy gay”.

Respondiéndome…

  • “No pasa nada, es una reacción de lo más natural de tu cuerpo, es una manera de expresar que lo que te estoy dando te gusta”.

Volviendo a contestarme…

  • “No te preocupes tanto, además yo tampoco soy gay”.

Volviéndole a insistirle que eso no estaba bien. Soltándome…

  • “Mira no debes de preocuparte tanto, me siento alagado que mis masajes y estiramiento te hagan esta reacción, no pasa nada, no debes de tomarlo por lo que piensas”.

Dice y continua…

  • “Quizás solo habría que preocuparse si esto que te estoy haciendo te pone, pero te pone tanto que tu miembro se te endurezca, entonces quizás es cuando debes de preocuparte”.

Señalando al tiempo que suelta…

  • “Pero viendo lo visto, no me negaras que no te gusta, ¡juraría que lo deseas… eeehhh!!”.

Sintiendo sus manos como las deslizas desde el interior de mis muslos hacía mis glúteos, manos que magrea y abre estos, introduciéndolos a pesar de mi prenda deportiva. Manos que desciende apretando sobre todo con sus dedos… uuummm!!, llegando a mi perineo y masajeando de forma circular, pero al mismo tiempo presionando, sobre todo por mi orificio… ooohhh!!. Volviéndome a preguntar…

  • “Entonces, desde cuando no has tenido sexo”.

Contestándole…

  • “No sé… una semana, ¡no lo sé con exactitud… uuummm!!”.

Suplicándole que se detenga. Soltándome este…

  • “Seguro…”.

Sonriente me mira, e intenta tirar de mi pantalón deportivo hacia abajo, intento que intento detener, momento en que escuchamos un ruido, sonido lejano que este miro hacia la puerta al tiempo que yo me incorporaba. Soltándome…

  • “Bueno pues me marcho, creo que por hoy hemos acabado la clase, mejor será que me vaya a duchar e irme”.

Solté nervioso, mientras me alejaba de él, caminé hacia los vestuarios, zona desierta claro está, abrí mi taquilla y del interior cogí una toalla, el gel y una chanclas. Depositando dentro, mi caseta, mis calzonas, botines (calzado deportivo), calcetines y mi bóxer, colocándome la toalla religada en mi cintura, me encamine hacia las duchas, comenzando a ducharme. Ducha que la verdad me vino de perlas, pero en mi mente estaba esos minutos previos, recuerdos que me hizo tener una erección… uuummm!!.

Pero lo que te conmociona de ese día no fue lo que me ocurrió con mi instructor, sino cuando estando en la ducha aparece minutos después uno, persona que no había visto hasta ese momento. Hombre que tras entrar saludo al tiempo que dejaba la toalla colgada, metiéndose debajo de otra regadera, alagando el momento de la ducha. Sonriente se vuelve hacia mí y comienza a enjabonarse, refriega que se da sobre todo en su miembro, miembro que miro sin mostrar demasiada atención, pero que vez que este es largo y fino. Soltándome…

  • “Te gusta”.

Callo y me giro, no mirándolo, pero tampoco marchándome como debía de haber hecho, claro está tampoco le respondo, no deseando entablar conversación. Pero este vuelve a decir…

  • “Que pasa… no me digas que prefieres la del instructor, ¡no te niego que ese pollón impone… eeehhh!!”.

Soltando jocosamente…

  • “No veas como os habéis puesto, ¡vaya metida de mano que le has dejado hacerte… eeehhh!!, no he podido dejar de mirar… no he perdido detalle, mira como me habéis puesto… uuuffff!!”.

Me gire para contestarle, os lo juro… esa era mi intención, pero me gire y vi como ese cabrón se estaba pajeando a mi salud. Cerdo que supuestamente mi presencia aun en las duchas, quizás le habría parecido que estaba disfrutando del momento, también podría ser… porque no aparte la mirada de su miembro. Este poco a poco fue acercándose hasta mí, retrocediendo yo un par de pasos, pero si… sin apartar la vista. Este envalentonándose a cabo por invitarme a cogérsela, no dejando de insistir que la tocara, no dejando de decirme lo solos que estábamos. Soltándome…

  • “Cógemela hombre… vengaaaa, se te ve en la cara que lo estas deseando, sino, ¡dime que no lo deseas… uuummm!!”.

No dejando de insistir, acabando por colocarse junto a mí, ¡tomar mi mano y llevársela hacia su miembro… mmm!!, forzándome a cogérsela y moviendo su mano a modo de obligarme a masturbarlo… uuuffff!!. Su miembro era suave… o quizás era el mismo gel, mano que deslicé desde la base hasta su glande, mientras este comenzaba a acariciar mi espalda, mano que acabo en mis nalgas… uuummm!!. No dejándome de decir…

  • “Uuuffff!!... menudo culo se te ha puesto, durito y muy bien puesto, no veas como me pone vértelo, me gusta más que cualquiera de esas calienta pollas… uuummm!!”.

Creo que intruso llegue a intentar soltársela, pero este con rapidez me lo impidió, intento al tiempo que le alegue…

  • “No… no, yo no soy gay”.

Respondiéndome…

  • “Tranquilo hombre no me seas pesado, ni yo lo deseo que lo seas, pero sí que me gustaría que seas una puta en mi cama”.

Mano de este que magrea mis nalgas, magrea a todo lo largo, alojando uno de sus dedos entre mis glúteos, dedo que presiona y que el mismo gel facilita la introducción… ooohhh!!. ¡Dedo que este entra despacio y que saca sin llegar a sacar del todo la yema… uuummm!!, volviéndole a decir…

  • “No vez que no soy gay, no vez que no se me pone dura… mmm!!”.

Ríe este y me suelta…

  • “Ah… ese es el problema, no te preocupes, veras como lo soluciono”.

Coge y se me pone detrás, sintiendo su miembro duro alojarse entre glúteos, transmitiéndome el calor que emana, presionando… uuummm!!. Este que me rodea con su brazo derecho a la altura de mi pecho, mientras el izquierdo lleva su mano a mi flácido miembro, mano derecha que toma mis pezones, jugueteando y pellizcando, tirando de ellos y produciéndome dolor… aaahhh!!. Todo eso al tiempo que su mano izquierdo magrea mi flácido miembro, no dejando este por aprovechar por besar mi cuello, ¡lamer y morder… ooohhh!!, sintiendo su cuerpo gordo y velludo restregarse por mi espalda. Empujándome hacia delante, obligándome a inclinarme, ya debajo incluso de una de esas duchas, disfrutando este de mí… y aunque me cueste reconocerlo, yo también… ooohhh!!.

Mi miembro para aquellos momentos estaba ya morcillona, no dejaba de mancillar mi cuerpo, disfrutando de proporcionarme dolor a mis pezones, deshonradme mediante sus besos, lametones y muerdos por mi cuello… uuummm!!. Sintiendo su pelvis golpear mis nalgas, llevado por la excitación de esos momentos, movimientos que no dejaba de restregar su miembro a lo largo de mis glúteos, deseando que notara y sintiera toda su dureza y tamaño… uuuffff!!. Soltándome una vez más…

  • “No me dirás que no lo deseas, pues tú cuerpo dice lo contrario, ¡tú polla te delata y pronto tu culo… uuummm!!”.

Siendo algo muy rápido, siendo algo ya inevitable, pues de esas veces que su glande se deslizaba por entre mis glúteos, vez que pasa por mi orificio y presiona… uuuffff!!. Presión que en esta ocasión… no retira, sino el mismo su misma pelvis ejerce fuerza… ooohhh!!, sintiendo como la va introduciendo… uuummm!!. Mordiéndome yo el brazo por evitar gritar, silenciándome mis gemidos, ¡sintiendo como su polla entra dentro de mi hasta que sus velludos cojones golpean mis nalgas… aaahhh!!, escucho como sonríe y suelta…

  • “Uuuffff!!, no ha sido tan difícil después de todo, más me hubiera gustado que me la hubieras chupado, pero bueno tenemos tiempo, tengo todo un mes para poder disfrutar de ti… uuummm!!”.

No dejando de masturbarme, no dejando de pellizcar mis pezones, no dejando de deshonrarme y humillarme, sintiendo como me parte en dos a pesar de no ser muy gruesa… aaahhh!!. Soltándome nuevamente, mientras babea y muerde mi hombro…

  • “Mira si tú estás disfrutando… coño, mira como tienes la polla, vas a reventar y todo”.

Momentos en que de una forma que deseaba, comencé a correrme mientras me temblaban las piernas, comencé a descargar dos o tres chorros sobre los blancos azulejos. Corrida que este comenzó ahora a acelerar, sintiendo sus endiabladas embestidas, ¡no quedándome otra que apoyarme mejor contra los azulejos… mmm!!, mientras este me penetraba. Viéndome muy pesado, cuando le suelto…

  • “Mira... no te sientas mal, pero yo no soy homosexual… soy hetero”.

Volviendo a responderme…

  • “Joder no me seas pesado, no porque te eche un polvo dejaras de ser hetero, quien sabe si después de este día repetimos o quizás caigas con Alan, siendo después bisexual o heteroflexible, o como coño se diga ahora, ¡pero joder… déjame acabar de follarte… uuummm!!”.

Siguiendo penetrándome con fuerza y a acelerar la penetración, sacándola de mi orificio con rabia y soltar su corrida contra mí, sintiendo como esos seis u ocho chorros me impregnaban nalgas, espaldas y piernas. No dejando de gemir y suspiras, no dejando de respirar agitadamente, sujetándome… abrazado a mí, agradeciéndome el momento de placer, no dejando de magrear mis glúteos, no dejando de pellizcármelo. Fue separarse y sugerirme…

  • “Bueno, ahora si… que sí, ahora toca una ducha y rapidito que nos hemos quedado sin tiempo”.

Fue salir de las duchas y vestirnos, observando en el espejo de la puerta de mi taquilla, como este me había dejado marcas en mi cuello y hombro, marcas que le eche en cara, soltándome…

  • “No te quejes tanto, mañana si te preguntan, podrás decir que la hembra era todo un volcán, nadie te juzgara por ello… sino todo lo contrario”.

Pero luego más tarde, ya en la habitación de mi pensión, pude verme desnudo y poder comprobar, como este me había dejado las nalgas enrojecidas, recuerdos que durante la noche deje mis calzoncillos empapados y no precisamente de sudor… mmm!!. Bueno, pues aquí dejo aquella anécdota y primera experiencia, pues puedo aseguraros que ese mes dio para mucho, dejando de ser como tanto decían…

  • “Sedentario… no!!”.

Bueno, pues muchas gracias por vuestros comentarios, no es una excusa, pero antes de ser publicado es corregido tanto ortográficamente como gramatical, pero que supongo que la maquina quizás tiene fallos como cualquier ser humano. Dicho esto, y por deseando alargarlo mucho más, os dejo y espero que os haya gustado, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Claro está, mi email es: Jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto… jhosua1974@gmail.com).