Gimnasio 24 horas (2)

Como disfruté siendo insertado como un pollo asado, obligándome a tragar su polla al tiempo que ese sesentón me la clavaba por detrás. No pude chillar de dolor menos de placer, me sentía silenciado y al mismo tiempo castigado, no dejando ambos de embestirme con sus estacas… aaahhh!!.

Gimnasio 24 horas (2)

Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea mediamente al mismo portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais animo a continuar, siguiendo a plasmar mis confidencias. Deseando haceros participe de alguna forma de cada una de ellas, no quedándome otra que plasmarla mediante confidencias, experiencias de mi vida. Un desahogo tan verídico como tantos, no plasmado como realmente sucedió pues los hechos y momentos son difícil de exponerlo con palabras.

Antes de comenzar, debo de aclarar algunas dudas que me han transmitido, dudas que han surgido ante mis confesiones en relación a los gimnasios, debo de dejar claro algunas cosas o cuestiones, estos lugares deben de cumplir con una serie de requisitos, pero ante todo lo que deben de cumplir son unas normas. Mirad, normalmente, suelo encontrar gimnasios que tienen zonas de vestuario, donde precisamente son vestuarios colectivos (o de equipo), disponiendo a su vez una de zona de duchas colectivas, separado de la zona de aseos y lavabos. Las duchas colectivas que he encontrado suelen ser en proporción para tres o cuatro personas, no os digo que no haya encontrado duchas que sean individuales, cosa que he encontrado, disponiendo de una o dos, pero las preferentes son las colectivas. Y las duchas individuales, están divididas por tabiques o mamparas, teniendo estas puertas o simplemente cortinas. El acceso a estas, puedo decir que normalmente es directo a la zona de duchas desde el vestuario, estando protegidas de vistas desde los pasillos de circulación de la instalación deportiva. Por lo que no es raro que a veces, puedas ver desde la zona de vestuario lo que acontece dentro de las duchas, siempre y cuando estos estén más hacia la entrada. Pero bueno dicho esto, continuare con mi confesión…

Como dije en mi anterior confesión, no esperaba lo que me iba a ocurrir en las duchas, no digo que no lo deseará o al menos tan pronto, y menos precisamente con ese individuo. Pero me viene a la cabeza como incluso esa misma noche, como aconteció, no pegue apenas ojo, acabando por quedarme dormido más por el mismo cansancio. Me veía siendo penetrándome con fuerza, embestidas que te hacen presagiar su final, acabando este por sacarla de mi orificio con rabia, descargando su corrida contra mis nalgas, espalda y piernas. No dejando este de gemir y suspiras, no dejando de respirar agitado, acabando por sujetarse, rodeándome con sus brazos, agradeciéndome el momento de placer. Fue separarse y sugerirme…

  • “Bueno, ahora si… que sí, ahora toca una ducha y rapidito que nos vamos, vengaaaa… que nos dejan aquí, venga que nos hemos quedado sin tiempo”.

Fue salir de las duchas e irnos a las taquillas, cuya zona de vestuarios solo estábamos solo los dos, comenzando a vestirnos, viéndome reflejado en el espejo de mi taquilla. Fijándome como estaba mi cuerpo, viendo como este me había dejado, viendo las marcas en mi cuello, hombro y pecho, marcas que le eche en cara, soltándome…

  • “No te quejes tanto, mañana si te preguntan, podrás decir que la hembra era todo un volcán, nadie te juzgara por ello… sino todo lo contrario”.

Pero luego más tarde, ya en la habitación de mi pensión, pude verme desnudo y poder comprobar, como este me había dejado las nalgas enrojecidas, recuerdos que durante la noche deje mis calzoncillos empapados y no precisamente de sudor… mmm!!. Pues como he dicho apenas descanse, recordando cada momento, ya que repetía las escenas en mi cabeza, no dejaba de darle vuelta en la situación que me he metido, sabiendo de sobra que no es culpa mía, pero una vez más sin comerlo ni beberlo me la he encontrado. Me resulta increíble que no llevaba ni una semana en el gimnasio y ya he tenido mi primera experiencia (por no mentar mi primer nabo), no debería decir experiencia pues ha sido en toda regla… ‘un acoso y derribo’, todo por intentar integrarme y caer bien a la gente. Pero iban a ser quince días ya, días que permanecía en el pueblo, cuya obra estaba teniendo muchos retrasos, no siendo precisamente culpa nuestra, sino del estado meteorológico, pues retrasaba la instalación. Proyecto que mis superiores me hicieron saber que debía de prolongarse como mucho un mes, tiempo que llegue a sugerir un cambio en la dirección, dejando claro mi disposición a dejar mi puesto, cosa que no me dejaron.

Me he levantado de la cama, metiéndome en la ducha sin llegar ni tan siquiera el café, ducha que necesitaba para despejarme, bueno eso y ese olor a sudor y semen, dos síntomas que son pruebas de lo acontecido durante mi noche. Observando mientras me seco que he dejado de tener marcas en mi pecho, cuello e incluso nalgas, acabando por vestirme, coger mis bártulos e irme a desayunar. Pues eso, tras tomarme mi café sali en dirección a las instalaciones, lugar de trabajo situada a las afueras del pueblo, entrado a mi hora de trabajo que no es otra que las nueve de la mañana, teniéndome allí hasta que salga a eso de las siete u ocho de la tarde. Salgo desecho, pero con ganas de despejarme, salgo con ganas de irme al gimnasio pues es parte de mi rutina. Gimnasio que suelo entrar aproximadamente sobre las nueve de la noche, miro la hora y sé que tengo por delante al menos entre dos horas a dos horas y media, llegando a depender del mismo gimnasio que pueda estar tres horas, tiempo de sobra en el cual me lo tengo que gestionar lo mejor posible, pues nada más entrar voy a la zona de vestuario donde me cambio.

Salí, encaminándome para realizar mi actividad diaria, donde tras al menos doce días no me resulta que tenga que hacer grandes esfuerzos, ya que los ejercicios están adaptados a mi estado físico, tabla que me asigno mi monitor personal. Continuando por meterme para realizar la clase grupal donde hago GAP, clase donde realizo una serie de ejercicios con música, ejercicios que están destinado como ya hice saber para endurecer abdomen, glúteos, piernas y brazos. Clase donde con rapidez compagine con Puka, una chica muy loca con la cual desde el primer congeniamos muy bien, también debo decir que sin beberlo ni comerlo acabamos en la cama. Chica que, en su día, me llamo en plena clase…

  • “Sabes que estos ejercicios son destinados para chicas, bueno chicas y mariposones”.

Mirándome con picaresca, preguntándome…

  • “Bueno, no sé dónde encajas tú, aunque no eres ninguna chica, o sea que entonces eres…”.

Y que ahora, suelta…

  • “Puedo rectificar… ya que es de sabio, puedes hacer todos los ejercicios que quieras, pues ni erres chica y mucho menos mariposón, ¡eso puede dar fe de ello… uuummm!!”.

Aunque también podría decir que mi relación con Puka fue solo sexo, donde pudo ella notar que me disfrutaba más del sexo oral, cuando me introducía sus dedos dentro de mi orificio, llegando a correr más por esto que por la misma mamada. Practica que poco a poco fue en aumento, introduciendo variantes en nuestros juegos, variantes como cuando comenzamos a realizar como ella decía…

  • “Hoy vamos a hacer algo nuevo, hoy vamos a cambiar de rol, vamos a probar ‘Pegging’, ¿Qué opinas?”.

Practica que comienza como un juego, pero que poco a poco fue convirtiéndose en algo habitual en nuestra relación, dándose cuenta por mi preferencia al sexo anal. Y dicho esto continuo.

Debo decir que nada más entrar me dirigí hacia mi entrenador personal, donde siempre suelo comentarle cosas relacionadas con los ejercicios, informándome a modo si continuo con mi tabla o me va a mandar algo nuevo, pero donde noto que lleva días que me ignoraba. Cuando comenzamos a realizar las clases grupal de GAP, clases impartidas tanto por un profesor como por una profesora, donde comenzamos como es habitual con un primer calentamiento más del tipo activación, continuando con uno más específico a modo de incidir sobre los músculos que vamos a trabajar. Donde comienzas de verdad la clase, donde tienen una planificación muy activa, cuyos movimientos a veces necesitas la supervisión de entrenador, supervisión que no me gusta, pues no me gusta que otros vean como las realiza, sabiendo de sobra que no es mala pues ayuda a todos, ya sea chicas como chicos, pero aun así no me gusta.

Como aquella vez, como tenía dificultad en uno de los ejercicios, acercándose el preparador e indicándome donde reside el problema, viendo mi dificultad vino a ayudarme. Colocándose de rodillas junto a mí, colocando uno de sus manos bajo mi vientre al tiempo que la otra la posaba sobre mis nalgas, indicándome que la respiración erra esencial, mientras me hacía saber que subiera mi pierna a tope para volverla a bajar, pero en forma como si estuviera bajando una escalera. Mi dificultad era a la hora de subirla, notando este como deslizaba su mano desde mis nalgas y a lo largo de mi muslo hasta mi rodilla, manoseo que lo tome como parte de las instrucciones. Pero cuando notas como este masajea más de la cuenta nalgas y muslos, manoseo que me tiene nervioso e incluso cohibido ante las miradas de algunos compañeros, miradas que me hace ruborizarme y morirme de vergüenza. Este no deja de indicarme como debía de moverme, pero aprovechaba mis movimientos para deslizar su mano a lo largo de mi muslo y sobre todo nalgas, pero no viendo nada normal cuando sientes que desliza uno de sus dedos entre mis glúteos… uuummm!!.

Apartándolo agradecido y al mismo tiempo con educación, haciéndole saber y ver que ya puedo continuar yo, pero al mismo tiempo molesto por la confianza que se tomó, confianza más por realizarlo en plena clase. Notando por su cara que le debió de molestar, sintiéndome mal, por un lado, pero por otro también me molesto un monto, ya que, durante gran parte de la clase, me sentía un poco incómodo por las miradas que me echaba mi entrenador (Alan), acabando por salir de la clase e irme hacia la zona de las maquinas. Donde alterne varias máquinas, máquinas de ejercicios que me recomendaron, como aquella que era para trabajar los pectorales y hombros (la Peck Deck), donde sentado mirando hacia delante con peso, realizaba ejercicios y me concentraba en respirar, donde había comenzado con un peso bajo. O como otra que era para trabajar la espalda gracias a las poleas (Dorsalera), donde al igual a la anterior, trabajaba la espalda sentado con la espalda muy recta, dirigiendo la polea por detrás de la nuca. Finalizando por realizar ejercicios básicos con pesa, realizándolo en uno de los bancos de musculación.

Pero bien recuerdo que llevaba… no se diez minutos, cuando apareció el personaje de la otra vez de las duchas, personaje que es el culpable de mis noches sudorosas y empacadas en semen, persona que nada más verme se me acerco, saludándome y hacerme saber que desea repetir lo del otro día. No dejándome de decir… ‘de lo caliente que se marchó’, asegurándome que no tanto como estaba en ese momento, comentario que siguió al llevarse su mano con sigilo a su entrepierna, dejándome apreciar cómo estaba… uuuffff!!. Yo no sabía dónde mirar, ya que este… de discreción como que poca, pensando que menos mal que no había un alma, pues sino… no sabría dónde meterme. Acabe por levantarme de esa máquina e irme los bancos de musculación, dándome cuenta como este me seguía, tome una mancuerna y varios discos, cuyo peso era de 15kg por ambos lados. Pero bien recuerdo que este no dejaba de hostigarme, no me dejaba ni a sol ni a sombra, magreándose su entrepierna todo el rato delante mía, llegando incluso a intentar besarme, cosa que rehusé con rapidez haciéndole saber…

  • “Una cosa es lo otro, pero esto… no soy de esos, no me gusta”.

Pero bien me acuerdo que mientras de forma aireada le estuve aclarando que no me gusta besar, momento en que aparecieron dos hombres, hombres que cuando los veo, puedo deducir que uno rondaría la edad de este, mientras el otro aparenta ser algo más joven. Personas que interrumpió a este… gracias a Dios, hombres que no había visto en el tiempo que llevaba apuntado, pero tampoco era de extrañar por las horas o turnos que yo iba. Donde uno de ellos saludo a este, persona que tras mirar a este y luego a mí, acabo por comentarle…

  • “No crees que es demasiado mayor para ti, no creo que sea de la edad de los que sueles acosar, bueno no aparenta, no crees…”.

Me quede sorprendió, incluso algo ofendido en referencia a su comentario, sobre todo eso de ‘mayor’, pero también es verdad que me quede algo pillado, viendo sobre todo de que no soy al primero al que este hostiga, pero viéndome más pillado y sorprendido, cuando coge este y le contesta…

  • “No me hace falta hostigarlo, ya que, a este… ya lo he catado, pero no veas las ganas que tengo de repetir”.

Viendo perplejo como estos acababan por reír a costa mía, parando las carcajadas el conocido, disculpándose ante las groserías, haciéndome entender que no se estaban riendo a mi costa, pero algo de gracia buscan. Luego muy cortésmente se presentan, comenzando por el más mayor que dice llamarse… Rubén, mientras el más joven, acabo por presentarse como Jesús, acabando por preguntarme mi nombre. Tras hacerles saber cuál es mi nombre, comenzamos una breve conversación, donde estos prácticamente se metían el uno con el otro. Donde detenían la conversación para preguntarme cosas sobre mí, haciéndome saber que más es por conocernos mejor, eso y de paso por hacernos más llevadero el tiempo que estemos allí. Preguntas que de igual modo se las hacía yo, contestándome estos con mucha naturalidad, soltando el personaje… alguna bordería hacia mí, impertinencia que los otros se lo hacían ver como algo bueno, mostrándose el personaje en todo momento de forma antipática, personaje que acabo por marcharse. Acabando precisamente yo mis ejercicios, marchándome también hacia los vestuarios donde estos me acompañaron, estos cuya conversación me dieron hasta que entramos.

Creo recordar que estos me informaron sobre todo por la vida sentimental de todo el personal de gimnasio, escuchando que mi entrenador personal estuvo casado pero que duro poco, divorciándose y que actualmente dicen que tiene una compañera. Acabando por felicitarme ante mi conquista, refiriéndose a Puka, pues estos no dejan de mentar el buen partido que es la chica, ya que tiene un cuerpo de infarto tanto como su trasero. Recuerdo que me siento algo cortado por estos, siendo Jesús el primero que, tras despojarse de sus prendas, coge las chanclas, gel y toalla en cintura se marcha hacia las duchas, quedándonos ambos conversando. Conversación que este me pregunto dubitativo, pues deseaba saber cuánto de verdad estaba en eso que soltó el sujeto, llamo así pues ignoraba su nombre, acabando por hacerle saber lo que ocurrió. Acabándome por preguntar…

  • “Tú te empalmas cuando te follan”.

Le miré sorprendido y bastante colorado, no sabiendo que contestarle, pensé en mentirle, pero luego pienso que siempre me cogen la mentira, acabando por responderle…

  • “No… no me suelo empalmar, cuando me están follando”.

Este muy serio no deja de mirarme, mirada que me inquieta, acabando por soltarme…

  • “Entonces no te preocupes… tú no eres maricón, solo eres otro hetero curioso con ganas de experimentar”.

Dice y pregunta…

  • “¿Verdad?”.

En esta ocasión no le respondí, dejando esa contestación para mí. Volviendo este a soltar…

  • “Bueno, creo que estamos esperando los dos a que salga Jesús de las duchas”.

Yo hace rato que me había desvestido, habiéndome colocado la toalla en mi cintura, las chanclas colocadas y el bote de gel sobre el banco de madera, esperando en efecto que salga Jesús de las duchas y se marche. Aunque también es verdad que esperaba que este hubiera cogido el mismo camino que Jesús, viendo qué al permanecer allí, este podría tener otras intenciones. Acabando por salir de las duchas colectivas Jesús, persona que se dirigió hacia su taquilla, comenzando a vestirse, terminando y despidiéndose mientras se marchaba. Despidiéndome de mi, mientras caminaba hacia las duchas, dejando a Rubén aun en su taquilla, camine hacia el interior de las duchas colectivas, duchas que accedes y me situó a la derecha, fuera de la vista de los que están en los vestuarios.

Donde abres el grifo y dejas caer el agua caliente, agua que agradeces, comenzando a enjabonarme una vez que he vertido gel en las manos, embadurnándome todo mi cuerpo, haciendo hincapié de forma esporádica sin acordarme de donde estoy. Manos que refriego cuello, axilas, ingle y nalgas, cuya refriega me doy a conciencia, manos que magrea a conciencia y cuyos dedos acabo por introducirme… uuummm!!. Entonces es cuando caes, caes en que no estoy solo, caes que esa otra persona está delante de mí, comenzando lo inevitable, pues como he dicho… caes, no siendo por otro motivo que al sentirme observado, dándome cuenta como ese sesentón no deja de mirarme, sesentón que no era otro que Rubén.

No pudiendo decirle nada, pues soy yo el culpable de sus miradas, culpable por mi forma inapropiada de enjabonarme, refriega que no puedo justificar pues son inadecuadas. Finalmente me gire e intente mirar hacia otro lado, pero finalmente me gire, acabando por bajar la mirada y pudiendo ver sorprendido, como este estaba empalmado. Pero no siendo eso lo que me sorprendió, sino que este, no dejaba de pajearse, observando con deleite como deslizaba su mano a lo largo de su miembro, mano que finalizaba en su glande y volvía a deslizarla en forma ascendente hasta sus grandes genitales… uuummm!!. Mirada que hizo que se me pusiera dura, cuyo miembro mío de forma fortuita comenzó a empalmarme, momento de mucho morbo y pero al mismo tiempo fue una situación inapropiada. Este sonríe y pregunta…

  • “No sientes curiosidad ahora, no deseas tocármela, venga acércate que no muerdo, o mejor aún… me acerco yo”.

Lo vez y aun teniendo sexo seguro, siento la necesidad de estar con él, no es un hombre corpulento ni alto y ni mucho menos atractivo, pero su baja estatura, cuyo cuerpo algo metido en carnes con una pizca de músculos, no digo que fuera corpulento, pero sus fuertes brazos no solo son de levantar pesas, sino de trabajar duro. Pues este hombre peludo, persona que para nada es atractiva pero tampoco es grotesca, tiene algo que me atrae, quizás porque está dentro de este estereotipo de hombres que me gustan.

Pues eso, este se me acerca, lleva su mano derecha hacia mi miembro duro y erecto, mano que sujeta mi tronco y lo magrea… mmm!!, mano que aprieta y comienza a moverla a lo largo, deslizándola hacia arriba y luego hacia abajo… ooohhh!!. Acabando por acercarse a modo de buscar su boca la mía, intentando besarme, pero que giro mi rostro y muestro mi mejilla, dando por sentado que no me gustan los besos. Este que acaba por posar sus labios en mi cuello y comenzar a besármelo… mmm!!, labios que asciende por mi cuello hasta chupar y después morder mi lóbulo, descendiendo hacia mi cuello e ir bajando hasta mi pecho… uuummm!!. Pecho que lame y babea, beso y muerde… mmm!, no deteniendo su mano, masturbándome, apretando mi tronco y notar como palpita… uuuffff!!. Labios que busca mis pezones, comenzando por besarlos y morderlos, arrancándome gemidos y quejas de dolor, suspiros por cada lengüetazo que me da… ooohhh!!. Me mira y me suelta…

  • “A que sientes curiosidad, venga no me digas que no lo siente”.

Dice al tiempo que coloca su mano izquieda en mi nuca, mano que oprime y te hace entender que desea, intento resistir, pero es inútil, aprieta hacia abajo mi cabeza al mismo tiempo que aprieta su mano derecha, mano que aprisiona mi miembro, me hace entender que debo de obedecer. Comenzando a arrodillarme, colocándome en cuclillas delante de él, mientras no deja de caernos el agua procedente de las duchas. Tomo su miembro y antes de degustarlo, miro antes de nada hacia la entrada, cerciorándome que nadie entra y nos vea, acabando por abrir la boca y meterme su glande, cuyos labios cierro alrededor y darle como un muerdo… mmm!!. Sacándolo y comenzar a lamer su glande, pasándole la lengua y tratarlo como si fuera un helado, este gime y entre obscenidades me invita a continuar… uuummm!!. Ayudándome con una de mis manos en pajearlo al tiempo que con la otra masajeo sus genitales, no dejando de escuchar como este suspira y gime… uuummm!!. Persona que no deja de acariciar mi nuca, acabando por introducir su brazo entre nuestros cuerpos, brazo cuya mano comienza a acariciar mi pecho, finalizando por tomar mis pezones… uuummm!!. Soltándome eso de…

  • “Cuánta razón tenía Pepe… coño, ¡no veas como la chupas… uuuffff!!”.

  • “Joder… menuda boquita que tienes, pero esa lengua me vuelve loco… ooohhh!!”.

Acabando por descubrir el nombre que ese personaje al cual lo llamaba de esta forma, pues ignorar su nombre… aunque a veces lo prefiero así, pues le da más morbo. Yo de todas formas continúe chupándosela, sacándomela para restregar su glande por mis labios, no dejando de escuchar como gemía y suspiraba. Polla que levantaba y descendía por su tronco lamiendo hasta sus grandes y gordos huevos, esos que tantos pelos tenía, bese estos uno por uno al tiempo que masturbaba lentamente. Huevos que como pude intente meterme en la boca con suavidad, no deseando hacerle daño, este gemía y empujaba mi cabeza hacia abajo, como si deseara que siguiera chupando por ahí abajo… uuummm!!. Volviéndome a soltar…

  • “Ostias como la chupas cabrona, como tengas el culito como la boca… uuuffff!!”.

Pero cuando me hizo apartarme, llegue a pensar que ahora me follaría, pero coge este y se sienta el suelo, apoyando su espalda en la pared de azulejos blancos, haciéndome señas que me sentara junto a él, cosa que hice, actuando como un hipnotizado. Viendo como este me rodeaba con su brazo izquierdo, presionando y tirando hacia él, dándome a entender lo que deseaba, inclinándome nuevamente, tanto hasta que su glande fue entrando en mi boca… uuummm!!. Continúe, comiéndole su polla y huevos, mientras mi posición, permitió a este no solo magrear mis nalgas, sino comenzar a introducir primero uno de sus dedos… ooohhh!!, continuando por meterme el segundo… uuummm!!. No dejándome de decir lo bueno que era, no dejando de decirme obscenidades, llegándome a soltar…

  • “No vez como eres hetero… no estas empalmado, lo de antes fue solo porque tú te masturbaba, fue seguir yo y sentir como se te bajaba”.

  • “No te preocupes… tu secreto queda a buen recaudo, piensa solo en disfrutar y en saciar tú curiosidad, hazme caso… es algo normal que no te empalmes, otra cosa sería que se te levantará mientras se te folla”.

Me aparto, incorporándose él, no dejando que yo me levantará, colocándose detrás de mí e indicándome que me colocara en posición a cuatro patas, no dejando de embadurnarme con jabón mi orificio, introduciendo dos de sus dedos… ooohhh!!. Siguiendo con restregar su miembro por entre mis glúteos, ¡sintiendo su glande rozar mi entrada… ooohhh!!, acabando por colocar su glande entre mis glúteos. Apartando sus manos de mi muslo y de su tronco, manos que puso en mis caderas, tomándome con fuerza y tirando de mí hacia él… uuummm!!, sintiendo como su glande se introduce poco a poco… aaahhh!!. Sintiendo su glande presionar mi orificio, siento cierto dolor que me hace apretar los dientes, presión que noto como su glande… entra, movimiento que se detiene unos segundos y comienza a empujar… ooohhh!!, cuya consecuencia es sentir como va entrando dentro de mí… uuuffff!!.

Comenzando a moverse de dentro hacia afuera, movimiento que va al compás de sus fuertes embestidas a mis nalgas… aaahhh!!. Ignoro el tiempo que llevábamos, aunque para mí era eterno, tiempo donde en un momento dado levantas la vista y vislumbra en la puerta una silueta, silueta que no reconoces por culpa del agua en los ojos. Pero que ese viejo debió de reconocer, pues logro escuchar decirle a ese otro…

  • “No te quedes ahí hombre, vente y aprovecha que sé que lo estas deseando, mírate como tienes, joder… menuda verga”.

  • “Venga hombre acércate… que lo estas deseando, ¡venga y se la metes en la boca… uuummm!!”.

Silueta que vi borrosamente cómo se nos acercaba, momento en que el sesentón cogiéndome de mis cabellos, tira hacia abajo… haciéndome saber que voy acabar siendo ensartado como un pollo asado, mano que suelta mis cabellos y cuando vuelvo a fijar mi vista en esa silueta, veo como está desaparece por la puerta. Todo esto mientras el sesentón me demuestra lo macho que es, pues su polla aun siendo de talla normal, polla que le mediría entre los catorce o quince centímetros, no deja de hundir una vez tras otra… uuummm!!. Vez que me hace saber…

  • “Joder, ¡no voy a aguantar mucho más… ooohhh!!, voy a correrme… voy a preñarte… uuuffff!!”.

Notando como mi sesentón no me iba a dar para mucho más, digo esto porque comenzó a embestirme con fuerza, penetración que más parecía que me la iba a sacar por la boca su polla. Embestida que alterno con fuertes golpes a mis nalgas, cachetadas que no sabía que más me dolía… uuuffff!!. ¡Entusiasmó que acabo el sesentón por preñarme… uuummm!!, dejando caer el peso de su barriguita sobre mi espalda, mientras sentía como su miembro iba encogiendo, miembro que acabo por sacar. Tras levantarse… me ayudo a mí, luego continuamos con nuestra ducha, saliendo de estas con las toallas religadas a la cintura hacia las taquillas. Donde este no dejaba de hablar del menudo polvazó que me ha dado, no dejando yo de hacerle callar, pues no deseaba que se enteran más gente.

Donde recuerdas mientras sales de gimnasio, recuerdas la silueta de alguien, persona que ha sido testigo de la follada que me han dado en las duchas, desliz que van dos en quince días, no siendo mucho la verdad, pero si demasiado en lugares públicos. Recuerdos que van en mi cabeza mientras camino hacia mi pensión, recuerdos que disfrutas por el tremendo momento que me ha hecho pasar este, pues menudo aguante tiene ese sesentón. Pero todo este recuerdo en verdad lo mantengo, pues cuando un coche se detiene junto a mí, cuyo conductor no era otro que mi entrenador. Persona que me invita a montarme y cuya invitación acaba con acompañarle a tomar algo, bien recuerdas que declino su ofrecimiento, pero finalmente me vi tomando unas cañas en compañía de esos tres instructores, tres que eran dos hombres y una mujer. Donde no dejaban de decirme…

  • “No todo debe de ser trabajo… hombre, debes de divertirte de vez en cuando, mira nosotros, después del trabajo quedamos para tomar algo”.

Bien recuerdas, cuando salía, estos me esperaban para llevarme a un bar irlandés, donde las cervezas caían como churros y forjábamos una amistad, amistad y confianza. Bueno eso y cuando Alan, acercándose al tiempo que posa su mano en mi muslo, diciéndome al oído con toda confianza…

  • “Menudo polvo que te han echado en las duchas, me vi tentado en unirme a vosotros, pero finalmente me rajé, ya que deseaba tenerte para mí solo”.

Me quedé de piedra al no esperar su comentario, no me lo esperaba, menos pensaba que era esta persona el mirón de las duchas, pero con las cervezas que cayeron, cogí un ciego que hasta me costó levantarme por la mañana, resaca que ni me acordaba lo sucedido la noche anterior. Bueno antes de dejaros, debo deciros que me lleve el resto de la semana cogido tanto por uno como por otro, no deseando que nadie más se esterara de mis inclinaciones, cosa difícil con el supuesto ‘Pepe’, pues era un ‘boca’. Pero peor lo pase la noche que me toco salir con ellos, noche que no se me ocurrió mejor idea que salir con un plug metido, una jaula puesta, pinzas en mis pezones y con mi tanga. Donde estos tras verme, dijeron que me falta esa pizca de humillación, donde me hicieron colocar unas medias de ligas con ligeros, todo esto debajo de mis prendas masculinas. Donde no dejas de mentar…

  • “No soy maricón, ni tengo pluma, ni mucho menos soy travesti”.

Cosa que ellos ríen, mientras me manosean el culo, donde me acompañan a los aseos y terminas en los urinarios, arrodillado comiendo polla, viéndome en lugares de este tipo de entorno, lugares donde se practica cruissing. Lugar donde me tienen comiendo polla al tiempo que el sesentón me da, alternándose, bueno, pues aquí dejo con mi segunda experiencia, pues puedo aseguraros que ese mes dio para mucho. Bueno, dicho esto, y no deseando alargarlo mucho más, os dejo y espero que os haya gustado, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Claro está, mi email es: Jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto… jhosua1974@gmail.com).