Gimnasia creativa y literaria
El rescate de una historia atascada.
GIMNASIA CREATIVA Y LITERARIA
El rescate de una historia atascada
Todos lo hemos sufrido. Empezamos a escribir con alegría y esperanza, fascinados por los inicios. Luego algo ocurre (aunque generalmente no ocurre :-) y la historia nos aburre, nos fatiga, se ha convertido en algo totalmente acartonado.
La frustración se convierte en consternación que a su vez pasa al estado de pánico, el estado que sufre todo escritor al pensar que no sirve para esto. Se convierte en un cierto pánico cuando no parece haber ningún motivo para que ocurra. Así que abandonamos la historia antes de que ella nos señale como no válidos para la tarea. Bien, casi todos lo hemos vivido. Ahora intentaremos que no vuelva a ocurrir
Te voy a proponer algo de gimnasia. Ya sabes que quien algo quiere, algo le cuesta Así que ponte esa ropa deportiva de escritor y flexiona tus dedos
Una buena historia, como un buen emparejamiento, empieza con una ráfaga de energía y entusiasmo. Pero luego debe adaptarse para recorrer un largo camino, debe profundizarse, madurar hacia una complejidad más rica y crecer. Siempre crecer, hasta el final. La mayor parte de las ocasiones en que te encuentres en ese punto crucial que podemos llamar "Odio mi historia" se deberá a lo que podemos llamar
falta de conocimiento de tus personajes
. Cuando te encuentres en un punto muerto sin saber como continuar, la solución pasa por profundizar.
Pedacitos de personalidad
Quizá seas de aquellos escritores o escritoras que recogen grandes dossiers de información sobre sus personajes principales. Asumes por tanto que debes saberlo prácticamente todo sobre ellos, lo uses o no. Pero ese "todo" es una red demasiado amplia para pescar. Puesto que realmente sólo nos interesa el pescado más grande, deberíamos conocer los estándares. El conocimiento del personaje entonces no es un todo sino lo que realmente necesitamos saber sobre nuestros personajes. Idealmente deberías incluir pedacitos de personalidad que harán que vuelvas a enamorarte de tu historia.
Las joyas del conocimiento de personajes no se encuentran con facilidad. Tu búsqueda debe ser agresiva y metódica. Aquí tienes tres herramientas poderosas para usarlas cuando más las necesites.
1.- Interrógate a ti mismo
- El auto-interrogatorio se basa en concentrarte y no mostrar hacia ti mismo ninguna compasión. Pregúntate sobre la historia, las motivaciones, los personajes, los puntos débiles. Escribirlo te servirá para luego reflexionar sobre tus respuestas. - Acepta varias respuestas. Si colisionan una contra otra no pasa nada. En este momento estás intentando generar teorías plausibles, tantas como sea posible. Y cuando encuentres la respuesta correcta te darás cuenta de la validez de unas o de otras.
- Sé punzante. Puesto que eres tu quien pregunta y quien responde, puedes ahondar todo lo que quieras, nada te limita. Estamos trabajando con ficción. No hay una respuesta correcta y una incorrecta. Solo respuestas productivas e improductivas.
2.- Interroga a tus personajes
Si interrogas a tus personajes, bebes directamente de tus fuentes. Dirige las preguntas al personaje. Empieza con el principal. Es el personaje más complejo, más redondo, y seguramente es él quien te ha abandonado. Persíguelo. Oblígalo a responder, impélele a clarificar aquello que no sepas. Con violencia si es necesario. Recuerda que estás en un gimnasio. (Broma :-)
La herramienta del interrogatorio es muy productiva. Te puede llevar a situaciones en las que nunca se te habría ocurrido pensar de otra manera.
3.- Dramatiza la escena
Imagina la escena en tu mente y juega como si fueras un director de cine. Imaginándola en acción, envías la escena directamente al punto conflictivo. Cuando llegues al punto muerto, déjalo pasar. Relájate y deja que la escena fluya por sí misma. Confía en tu "piloto automático". Las posibilidades de conseguir una buena acción son extraordinarias y puedes llegar a conclusiones a las que nunca llegarías pensando por tu cuenta.
Y... SOBREPASAR EL PUNTO MUERTO?
Cuando las historias se paralizan, nos domina el miedo e intentamos arreglarlas con una buena dosis de lógica: complicaciones en el argumento, un final diferente o bien un giro del azar. Pero la experiencia nos dice que estos procesos acaban creando ideas débiles. Sobre todo el último, es de los que más nota un lector avisado en una novela vulgar o mediocre.
Al desarrollo basado en la lógica siempre le falta la inevitabilidad de movimiento que sucede con las historias que se basan en el personaje, acciones que sólo tienen sentido en el contexto en el que se encuentra el personaje en ese preciso momento de la historia.
Las herramientas que hemos esbozado te ofrecen un medio para confrontar la batalla de hacer de la escritura una aventura nueva cada día. Úsalas de manera habitual, aunque no tengas problemas que solucionar.
Verás como mejoras de dos maneras: 1) Serás capaz de escribir algo por lo que sientas respeto. y 2) Tu actitud frente a tu trabajo (incluso aquel del que te sientas satisfecho) será más cálida. Adorarás tu historia y estarás encantado de encontrar un final perfectamente coherente con tus personajes.
Y lo que es mejor, los demás también lo notaran.