Georgetta. Cap. 2
Un vaso de vino y tú...
Parte 1: Noche del viernes
Capítulo 2: Un vaso de vino y tú...
Salió del dormitorio y entró en la cocina. Sus pechos se balanceaban al andar, y se movían ligeramente dentro del sostén, y podía sentir la prieta braga restregándose contra ella. Le gustaba la sensación del cuero frío sobre su piel, apretándose ajustadamente contra sus pechos. "¡Ahora sé lo que es la atracción del cuero!" pensó para sí. Abrió el refrigerador y encontró la botella de vino que ella y Chris habían comprado el fin de semana anterior y la colocó en la encimera. Abrió el cajón de la vajilla de plata y sacó el abrebotellas. La botella se abrió con un "pop" satisfactorio. Sacó un vaso del armario y empezó a servir el vino cuando vio lo que Chris había escrito en la botella.
"Bébeme hasta aquí," decía, e indicaba casi la mitad de la botella.
"Me emborracha para aprovecharse de mí, ¡será...!" dijo en voz alta. "Mejor será que sea muy bueno conmigo esta noche," pensó, y siguió sirviendo.
Al medir la botella contra el vaso que acababa de servir se dio cuenta de que era aproximadamente dos vasos bien llenos, más de lo que tomaba habitualmente, y realmente lo bastante para que perdiera unas cuantas inhibiciones.
Georgetta devolvió la botella de vino al refrigerador, luego cogió el vaso y se dirigió de vuelta al dormitorio. Recogió la novela que Chris le había mandado y volvió a salir entrando a la sala de estar y dirigiéndose a su silla favorita. Se colocó cuidadosamente el cojín del sofá y echó el primer trago de vino. Dejó el vaso en la mesa y notó la marca de pintalabios rojo que había dejado en el vaso, abrió el libro por la marca que Chris había dejado y empezó a leer.
Era uno de sus escritores favoritos de novelas de amor. El autor escribía relatos felices, maravillosamente románticos, pero rociados por todas partes con generosas cantidades de actividad sexual y aventuras. Los habituales relatos tipo "hombre encuentra chica y se enamora", "hombre y chica conocen a otros y tontean", y también "hombre y chica consiguen salvar su amor". En esta parte Chris le había marcado el comienzo para que fuera directamente a las escenas de "tonteo", y leyó atentamente como un encuentro de cama llevaba a otro y luego a otro, mientras el héroe y la heroína compartían aventuras románticas una tras otra. Tras varios capítulos muy buenos se dio cuenta de que se había terminado el primer vaso de vino. Dejó el libro a un lado y se levantó de la silla.
Se encaminó cuidadosamente hacia la cocina y sacó la botella del refrigerador. Se sentía increíblemente atractiva vestida con su atuendo de putilla motera, y dejó que sus manos vagaran momentáneamente por sus pechos y bajaran por su cuerpo, volviendo a los pechos. Una o dos caricias breves y podía sentir como los pezones se le endurecían bajo el cuero del sostén.
"¡Puede que necesite convencer a Chris de que me deje quedarme este conjunto después de esta noche!" pensó para sí. "No debería ser demasiado difícil hacerlo," siguió pensando, y sonrió.
Sirvió el vino en el vaso, notando que casi hacía superado la marca de la botella de lo que se suponía que tenía que beber. El vaso estaba lleno cuando devolvió la botella al refrigerador y regresó a la sala de estar y a la novela. Cuando se sentó en la silla la falda se le subió por los muslos, mostrando buena parte de la piel, por encima de la parte alta de las medias. Podía sentir las bragas de cuero apretarse contra su clítoris, y supo que al menos parte de los planes de Chris estaban empezando a funcionar. Se sentía solo un poco achispada, sintiendo sin duda los efectos de los vasos de vino que se estaba tomando. También se estaba poniendo un poco excitada.
Cogió la novela y pronto se vio captada en los actos amorosos descritos en el libro.
Continúa en el capítulo 3: Escenas de una novelucha de amor.