Georgetta. Cap. 10

¿Café, té o yo?

Parte 2: Mañana del sábado

Capítulo 10: ¿Café, té o yo?

Metido a presión bien dentro de ella, el vibrador volvió a la vida, y Georgetta se puso tensa. "Ya estamos otra vez," pensó, a la vez complacida y molesta. Aunque, se preguntó, ¿no era ligeramente menor la velocidad? ¿O era solo que su cuerpo súper sensible no le estaba suministrando una reacción fiable del estímulo que le llegaba? Tenía un ligero calambre en el muslo derecho, y empezaba a sentir las pinzas como si estuvieran enterradas permanentemente en sus pechos. Escuchó en sus oídos la siguiente canción del CD.

Luego olió el café. Levantó ligeramente la cabeza y olfateó de nuevo. "Café. No hay duda de que es café," pensó. Aquel hijo de puta estaba allí en la cocina, haciendo café, mientras ella estaba allí, lista para que él le proporcionara el polvo de su vida.

"¿Cariñín?" dijo al aire. "¿Qué estás haciendo? ¿Es que no puedes ver que te necesito realmente ahora?" Dijo. Sabía que no podría escuchar su respuesta a menos que le quitara los auriculares, de modo que esperó.

Luego sintió que la velocidad del vibrador cambiaba, pasando a un valor más alto. Tembló momentáneamente mientras su cuerpo reaccionaba a la estimulación incrementada, mientras aquella vocecita dentro de su cabeza la regañaba por olvidar esconder el mando a distancia antes de atarse de esta manera. Tanto su tono como su humor cambiaron, y le gritó, "¡¡¡¡¡CHRIS!!!!! ¡¡¡CHRISTOPHER!!! ¡¡¡VEN AQUÍ CAPULLO!!!" "Qué se jodan los vecinos," pensó. Sabía que Chris estaba allí con una taza de café en una mano y en la otra el control remoto del vibrador que tenía en el coño, y acababa de ponerlo al máximo y estaba disfrutando de todo el asunto. Se lo podía imaginar incluso leyendo el periódico, mirándola de vez en cuando entre artículos. Sabía que ella lo había querido, que quería hacerlo para él, para ella, pero la primera parte del juego había terminado. Ya había tenido un orgasmo, y ahora quería tenerle detrás de ella y que la soltara para que pudieran hacer el amor. ¡¡Ohhhh, necesitaba que se la follaran y el cabronazo no estaba colaborando!!

Le sintió las manos en las orejas levantándole la cabeza. Luego sintió que algo se apretaba contra sus labios. Abrió la boca para preguntarle que estaba haciendo y sintió que le metía algo entre los labios. "¡EL PENE!" de repente comprendió, al notar su forma con los labios. ¡Estaba intentado meterle el pene dentro de la boca! Intentó gritarle que la soltara, pero cuando intentó pronunciar las palabras con la boca le deslizó una parte mayor de su longitud dentro. Se lo mantuvo dentro de la boca unos instantes, y luego se echó atrás lentamente, y le retiró la picha de la boca.

Cerró firmemente la boca, y le sintió golpear de nuevo sus labios con la cabeza del pene. Mantuvo los labios sellados, quería que la soltara antes de considerar siquiera lo de hacerle la mamada que le estaba pidiendo.

Aparentemente él tenía otras ideas, porque sintió que el vibrador pasaba a la velocidad más alta. A pesar de sus mejores intenciones su cuerpo no escuchaba e inadvertidamente abrió la boca para gemir. Mientras sus labios intentaban formar la "Oh" de "Oh, dios mío", él volvió a deslizarse en su interior. "Bueno, está bien," pensó, "pero solo un minuto o dos," y le lamió la punta de la polla con la lengua. Él empezó a moverse hacia atrás y hacia delante, apretando con la polla dentro de los labios y la boca y luego retirándose, haciéndole el amor a su boca. Se centró en utilizar los labios y la lengua para martirizarle y hacerle cosquillas en toda su longitud, intentando llevarle hacia un rápido orgasmo. "Le excitaré rápidamente y luego puede que me desate y podamos volver a la cama como una pareja normal..." pensó.


Chris se vio gimiendo cuando los habilidosos labios y lengua de Georgetta se aplicaron sobre la cabeza y la punta de su dardo. Sujetándole con cuidado la cabeza por los lados con sus dos manos, la embistió con su pene una pulgada o dos, y luego lo retiró mientras ella remolineaba y chupaba el extremo de su picha. Georgetta era muy buena haciendo mamadas. Él nunca se cansaba de ver su hermosa cabeza chupándole el pene. Sin embargo nunca había sido capaz de meterle en la boca más que unas pocas pulgadas de longitud. Tenía que compensarlo con un entusiástico chupeteo y mordisqueo y remolineo, y pasando la mano de arriba abajo por el dardo.

Pero se dio cuenta de que ahora tenía, posiblemente, una oportunidad para cambiar esto. Miró hacia Georgetta y tensó levemente su sujeción sobre los lados de la cabeza, y mientras volvía a empujar lentamente hacia dentro de su boca, dejó que su pene entrara una media pulgada (poco más de 1 cm) o así más en la boca. Observó su respuesta cuando le sintió empujar más a fondo y rápidamente se retiró como una pulgada, pero mantuvo la cabeza de su picha dentro de los labios. Ella intentó echarle con la lengua, pero él le mantuvo la cabeza centrada en el pene, y luego volvió a recuperar la misma pulgada, cambiando ligeramente el ángulo de la cabeza. Ella se sintió de nuevo ligeramente ahogada, pero menos que la primera vez. Repitió el movimiento de retirada e inserción tres veces más, y cada vez ella se asfixiaba un poco menos, y parecía aceptarle mucho más allá, dentro de su boca.

Su siguiente embestida hacia delante le permitió más de la media pulgada adicional y llevó la cabeza de su picha hasta el punto en el que sintió la parte de atrás de la garganta. Se mantuvo allí varios segundos y sintió que la lengua de ella le trabajaba la parte de debajo de su longitud. Notó que esto era lo más allá que podía controlar. Realmente deseaba justamente dejarse ir y cerrar de golpe su picha muy dentro de su garganta, pero no tenía intención de obligarla a hacer algo así, de modo que luchó con éxito para controlarse. La sacó totalmente de su boca y luego mantuvo la punta del pene en sus labios.

"Veamos lo cómoda que está ella con esto," pensó para sí. La sensación de su vástago con casi cuatro pulgadas de su longitud (unos 10 cm) enrolladas dentro de ella era increíble, pero si no estaba a gusto haciendo esto sabía de otras partes de su anatomía donde si lo estaba, y no iba a forzarla. No, cuando era ella la que se había atado a sí misma esta mañana para que él disfrutara, ¡no señor, no estaba dispuesto hacer algo que hiciera que ella no quisiera volver a hacerlo!


Georgetta había sentido que su agarre en los lados de la cabeza se hacía más fuerte, justo antes de que hubiera empujado más a fondo dentro de su boca aquella primera vez. Sabía que había empujado una parte de su longitud mayor que la habitual dentro de ella, cuando era ella la que tenía el control, y por un momento le entró pánico. Normalmente solo se metía en la boca la cabeza del pene, y luego usaba las manos para acariciarle el resto del dardo. ¡Ahora tenía la cabeza y lo que notaba como otras dos pulgadas (unos 5 cm) o así dentro de la boca!

Se sofocó ligeramente e intentó usar la lengua para empujarle hacia atrás. Luego él se retiró un poquito pero permaneció dentro de su boca. Cambió suavemente el ángulo de la cabeza y luego volvió a presionar hacia delante, aproximadamente la misma longitud que antes. Sintió otra vez ahogo, pero no tanto como en la primera embestida profunda. Luego él se movió lentamente dentro y fuera de la boca, sin dejar que la cabeza del pene se saliera de entre sus labios, metiéndose unas tres pulgadas más o menos (unos 7,5 cm) dentro de la boca.

"Supongo que no es demasiado malo," pensó para sí, mientras se relajaba y se daba cuenta de que su boca aceptaba en su interior la presencia de una cantidad significativamente mayor de pene que la habitual. El reflejo de náusea desapareció, y se relajaron los músculos de su mandíbula y su garganta. Chris empujó varias veces hacia dentro y hacia fuera, parándose cada vez en el mismo punto aproximadamente. Casi dejó de preocuparse por la cantidad adicional de pene y empezó a lamer de nuevo con la lengua la parte de debajo de su dardo, y a chupar, con los labios rodeando el dardo, mientras él entraba y salía de su boca.

Su siguiente empujón, sin embargo, llevó la cabeza de la polla hasta el fondo de la boca y, la sintió, dentro de la garganta. No pudo evitarlo y tosió y se ahogó ligeramente al sentirla dentro de la garganta. Intentó seguir concentrada y siguió lamiendo la parte de debajo, intentando todo el tiempo decidir si esto le gustaba o no.

La misma vocecita dentro de su cabeza le gritó que realmente allí no había mucho que pudiera hacer al respecto si él decidía profundizar más, ¡estando como estaba completamente indefensa encima de la mesa! Una vez más la ignoró.

Luego él se salió del todo de su boca, dejando solo la punta del pene en sus labios, y luego se salió completamente de ella.

Echó unas cuantas veces la mandíbula hacia atrás y hacia delante y se lamió los labios y luego la punta del pene y luego se humedeció los labios. Se mantuvo expectante por si él volvía a metérsela dentro de la boca, pero para sorpresa suya no le volvió a sentir presionarle los labios. Sacó de nuevo la lengua para lamerle otra vez la cabeza, pero no encontró su pene.

Dentro del coño el vibrador seguía con su feliz palpitación, y los sonidos del CD seguían en sus oídos, pero no tenía ni idea de lo que Chris estaba haciendo. Esperó que la tocara y se sorprendió cuando no volvió a sentirle. La música estaba demasiado fuerte en sus oídos, de manera que no podía ni siquiera oír si se había alejado de ella.

Luego sintió que su mano le levantaba el auricular derecho del oído derecho y que su voz le preguntaba, "¿Fue bien el último empellón, o fue demasiado profundo?"

Pensó en ello un momento, y decidió dar otra oportunidad al asunto. Se dio cuenta de que había disfrutado teniendo tanta parte de su longitud dentro de la boca, y sabía cuánto le gustaba a él que se la mamara.

"No, estuvo bien. Probemos otra vez," se oyó a sí misma decirle.

Respondió volviendo a colocarle el auricular en el oído, y luego poniéndole la cabeza del pene otra vez contra los labios. Abrió la boca y lo deslizó dentro por encima de la lengua y dentro de su garganta, y se encontró absorbiéndolo hacia dentro mientras él volvía a empujar hacia el interior de su boca.


Chris miró hacia abajo asombrado mientras la boca de Georgetta se tragaba su picha. No estaba completamente seguro de que quisiera probar y tomar toda su longitud dentro de la boca y la garganta, pero había consentido, y empujó alegremente al interior de la boca y luego dentro de la garganta. Realmente no había pretendido llevarla tan lejos, pero el sentir su boca sobre el pene y la sensación de poder que sentía con ella atada de aquella forma, para él, le envalentonó. Empujó de nuevo hacia delante y observó cómo casi cuatro pulgadas (unos 10 cm) de su longitud desaparecían en el interior de su boca.

Lo siguiente era un posible obstáculo, podía sentir su cabeza golpeando en la parte trasera de la boca, ¿podría tomarle en la garganta y hacerle una auténtica 'garganta profunda'? Otras complicaciones más provenían de que toda la escena era tan increíblemente estimulante que sabía la tenía aún un poco más grande de lo habitual, su dardo se había hinchado mucho más, con la excitación de su aventura dentro de los labios, boca y garganta de su novia.

Le inclinó la cabeza ligeramente hacia atrás, y empujó un poco más. Era difícil evaluar la distancia, debido a lo increíble que le resultaba su boca sobre él, pero sintió que la punta de su picha se deslizaba hacia abajo y entraba en la garganta. Se detuvo inmediatamente y se echó atrás, y luego empujó una segunda vez. Sintió la boca y la garganta moverse alrededor de él, y se retiró ante los sonidos como de tos que le provocaba. Pero ella dejó de toser rápidamente y chupó hacia dentro su picha, intentando empujarla dentro de ella. Él se inclinó de nuevo hacia delante y sintió otra vez que la punta entraba en la garganta.


Georgetta aspiró su pene cuando se lo sacó de la boca. Pensó que no era demasiado malo, aunque su garganta estuviera en desacuerdo, provocándole reflejos de náusea ocasionales. El pene le presionó hacia abajo a lo largo de la lengua, pasada la parte de atrás de la boca y las amígdalas y bajó por dentro de la parte superior de la garganta, intentó aplicarle a la cabeza un cosquilleo extra. Cada embestida hacia dentro parecía ir más allá y más allá y más allá, mientras daba la impresión de que el pene seguía creciendo y creciendo y empujando hacia abajo dentro de la garganta. Luego le entró pánico momentáneamente, cuando sintió que le presionaba con la nariz en el bajo vientre. "¡Oh dios mío!" pensó, "¿se ha metido tanto dentro de mí? No puedo creer que me haya metido toda la picha en la boca." Aunque no lo había medido sabía que el pene de Chris era más de dos veces el tamaño de su propia mano, es decir unas siete pulgadas (unos 17,5 cm) y un poco más cuando estaba realmente excitado. Si este pequeño montaje suyo no le había puesto algo más que realmente excitado no sabía que cosa lo haría. Él se retiró de nuevo y volvió a la carga, y de nuevo sintió que le presionaba con la nariz. Sintió que los huevos la azotaban en la garganta.

"Lo hice, de verdad," pensó. "¡Le estoy haciendo una garganta profunda!"

Una noche Chris le había propuesto ver una película xxx para 'parejas' y se había quedado asombrada cuando una de las, así llamadas, actrices había tomado en su boca el pene entero del actor. Le había dicho que rebobinara aquella parte de la película para verla de nuevo. Incluso le había preguntado a Chris si utilizaban efectos especiales en esas películas, porque no podía creer que alguien pudiera encajar en la boca algo tan grande.

Lo había intentado con él, justo allí, en el sofá, bajándole los vaqueros y sacándole la picha fuera. Intentó lo que pudo, no había conseguido meterse en la boca más que algunas pulgadas y ciertamente ninguna parte de él en la garganta. Incluso se había corrido en su boca, así que no había sido una mala experiencia. Pero nunca había pensado en reproducir las proezas de aquella actriz.

Y ahora estaba actuando tan bien como aquella actriz, deslizando la picha de su amante en la boca y bajándosela por la garganta. "Primero sado. Ahora garganta profunda. ¿Qué otras nuevas experiencias me esperan este fin de semana?" pensó para sí.

Se concentró en lamerle toda la longitud e intentar martirizarle el final del dardo, y en particular aquel punto sensible debajo de la cabeza del pene. Sabía que eso le ponía como loco. Casi seguro que varias entradas y salidas más en su garganta y sentiría la primera punzada en su picha. Sacó casi todo el pene de su boca, dejando la cabeza entre los labios y la corrida fluyó en su boca, grandes grumos de aquella sustancia empalagosa. Siguió moviendo el pene alrededor y se le escapó momentáneamente de los labios, y sintió que algo de su corrida le caía en la cara y los hombros. Sintió una gota estrellarse en la mejilla y empezar a escurrirse lentamente por el rostro. Volvió a empujarlo dentro de la boca y movió la picha atrás y adelante. Ella se la lamió y chupó, limpiándola con la lengua y paladeando su sabor. Las primeras veces no se había preocupado del sabor de la corrida, pero realmente había mejorado en lo de disfrutar de Chris y se concentró en intentar lamer cada pizca de su material.

Se dio cuenta de que había estado tan concentrada en hacerle la mamada que casi se había olvidado del vibrador que tenía dentro. Pero cuando él ralentizó las embestidas a su boca, las sensaciones volvieron a precipitarse en su mente, echando a un lado todos los pensamientos sobre la mamada y exigiendo que hiciera algo respecto al zumbido de su coño. Tal vez su boca había estado ocupada pero el resto del cuerpo había continuado con su excitación creciente, y ahora requería algo más de atención.

Cuando Chris le retiró el pene de la boca tragó varias veces y se aclaró la garganta. Con una voz que esperaba que resultara tan atractiva y seductora como se sentía, le pidió, "Ahora yo también podría disfrutar de verdad de un orgasmo, Chris..."

Sintió sus manos en las orejas, levantando los auriculares, y luego le oyó decir, "Oh, ¿ahora, en serio?"

"CCCcchhhhhhhrrrrriiisssssss..." dijo ella, saliéndole la palabra más como gemido que como tal palabra, mientras se estremecía. En las profundidades de su coño había empezado un espasmo y le subía por la espina dorsal, haciéndola agitarse y gemir mientras intentaba emitir las palabras. "¡Por favor!" consiguió pedirle, formando a duras penas las palabras.

"¿Por favor qué?" le respondió burlón.

"Por favor, déjame... por favor, déjame... por favor, déjame," tartamudeó, incapaz de decir las palabras.

"¿Por favor qué, Georgetta?"

"Por favor, ¡¡¡déjame que me CORRA!!!" le respondió a gritos, enfadada con él por obligarle a decirlo. "¡¡Necesito CORRERME YA!!" le chilló.

"No creo que te lo hayas ganado todavía," le dijo a su vez. Sacudió la cabeza sorprendida, intentando mirarle a través de la venda.

"¿Qué es lo que acabas de decir?" le preguntó. Luego sintió, de repente, que el rumor del vibrador bajaba hasta convertirse en un zumbido apagado. ¡Había colocado el control remoto del vibrador en su posición más baja! "¡¡¡Cabrón!!!" le chilló airada. "¿Después de lo que acabo de hacer por ti?" gritó. "¡¡¡Eres un hijo de puta!!! ¡Mierdecilla arrogante! ¡Maldito cabr-mmmMMPFFFFFFJ!"

Sus gritos y juramentos se vieron cortados por una bola de tela introducida en su boca abierta cuando intentaba terminar sus maldiciones. Le había colocado algo en la boca abierta cuando la había abierto para gritarle. Intentó expulsarla, pero no pudo porque él la retenía. Luego sintió que le estaba atando algo por detrás de la cabeza. Intentó hablar, pero todo lo que salía al exterior eran ruidos y gemidos ininteligibles. Luego sintió sus manos volviendo a colocarle los auriculares en los oídos. "¡Chris!" dijo con la mordaza en la boca.

Pero solo salió un "Crrrmppppffjjj".


Continúa en el Capítulo 11: Georgetta vuelta y vuelta