Georgetta. Cap. 1

Georgetta perdió la apuesta y está lista para pagar la deuda. Su amante planeó para ella un fin de semana salvaje, aunque romántico. Noche del viernes. El final de un largo día

Georgetta: La apuesta


Título original: Georgetta: The Bet

Autor: The Dolphin (Dolphin31p@hotmail.com)

Traducido por GGG, noviembre de 2005

Tomada de BDSM Library (http://www.bdsmlibrary.com/stories/story.php?storyid=155)

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Por favor, comprende que estoy contento de compartir mi trabajo, solo quiero saber a dónde va a parar y quien lo publica. Accedo a la mayoría de las peticiones de permiso para publicar mi trabajo.

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Escrito por: The Dolphin

Otra nota: La chica de este relato es una persona real, una exnovia mía. Nos separamos amistosamente, y todavía me preocupo mucho por ella. Este relato es un trabajo de ficción, nunca ocurrió, aunque lo he compartido con ella y a ella le gusta. ¡Espero que también a ti! Se han cambiado los nombres para protegernos a ambos. Georgetta es el nombre de otra chica a la que he deseado, pero las descripciones físicas de mi heroína son las de mi exnovia.

Y finalmente, este relato ha sido mejorado ligeramente desde su publicación original, y creo que ahora es un cuento mejor. Alguno de los aspectos técnicos se han hecho más rigurosos, y se ha mejorado algún ligero error aquí o allá. Agradezco algunos comentarios de Celeste's Reviews por sus propuestas y sugerencias. Un buen editor puede hacer habitualmente que mejore un buen escritor.

Probablemente habrá continuación de este relato. Un buen número de lectores me han escrito y me han solicitado más aventuras de Chris y Georgetta, ¡de modo que definitivamente la continuación de este cuento está en marcha!

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Georgetta: la apuesta


Primera parte: Noche del viernes

Capítulo 1: El final de un largo día

La caja estaba esperando justo en el interior de la entrada principal del edificio de apartamentos, cuando ella llegó a casa, tal como Chris había dicho que estaría. Estaba en el suelo, delante de los buzones, con su nombre y señas escritos en ella. Una caja postal envuelta en papel de embalar marrón. Cuando Chris le había dicho que la esperara, se había mantenido misteriosamente vago respecto a ella, y solo había dicho que debía esperarla el viernes por la noche. Había rehusado contarle que habría en la caja, solo que ella debía llevarla arriba. Había perdido la apuesta y en consecuencia había aceptado seguir sus instrucciones durante una noche. Ahora era el momento de pagarla. Si se decidía a abrir la caja tenía que seguir al pie de la letra las instrucciones que hubiera dentro.

Georgetta tuvo que subir las escaleras hasta su apartamento y soltar el bolso, el maletín, y la otra correspondencia antes de volver a buscar la caja. Era un poco más pesada de lo que había esperado, y le costó un cierto esfuerzo llevarla escaleras arriba y meterla en su apartamento. La dejó en el mesa de la cocina, tomó un par de tijeras del cajón y rasgó la cinta de la parte superior de la caja. Como pensaba, había una nota de Chris encima del contenido.

Rasgó el sobre y sacó la carta que había dentro. Leyó,

Mi querida Georgetta,

¡Veo que al menos te has decidido a dar el primer paso para cumplir con tu parte de la apuesta! Te aseguro que disfrutarás de lo que he planeado para esta noche. Tienes que llevar esta caja al dormitorio y desempaquetarla, colocando el contenido sobre la cama. No abras todavía la caja pequeña que está al fondo de esta caja. Ya la trataré más tarde, esta noche, para continuar con esta fantasía. Como verás cuando lo abras tu primer paso será ponerte el atuendo que he previsto para ti. Las instrucciones posteriores a este paso están contenidas dentro de esta caja.

Una vez vestida, te servirás un vaso de vino y luego te relajarás en la sala de estar. He incluido una de tus novelas de amor en la caja para que disfrutes de la lectura. Vete a la sección que he marcado para ti, y lee el libro mientras disfrutas del vaso de vino.

Cuando hayas terminado la parte del libro marcada y te hayas bebido el vino, abre el sobre de la parte trasera del libro y lee la siguiente tanda de instrucciones.

Chris

Intrigada, Georgetta tomó la caja y la llevó al dormitorio. La colocó encima de la cama, levantó el material de embalar y empezó a extraer el contenido. En la parte superior estaba realmente una novela de amor, una de las noveluchas que le gustaba leer mientras estaba tumbada en la playa. El resto del contenido la sorprendió.

Era un "atuendo" como Chris le había llamado en la nota, pero no se parecía gran cosa a lo que ella había esperado. Las primeras cosas eran un par de botas de cuero negras, hasta las rodillas y unas medias de malla negras. Una parte de arriba de cuero negro, suave, una minifalda de cuero negro, un liguero negro y unas bragas tanga negras completaban el conjunto que se pretendía que se pusiera. Cogió la parte de arriba y la examinó. Básicamente era un sostén de cuero negro, pero llevaba un collar con incrustaciones metálicas plateadas. Había incrustaciones plateadas en varias partes del conjunto. Desde la parte superior del sostén hasta el collar iban varias correas a manera de tela de araña.

Se preguntó que pretendía Chris, sonriendo para sí misma, pero decidió que sería bastante divertido averiguarlo. "Supongo que será una fantasía tipo motero de Harley-Davidson" pensó ella.

Dejando caer la ropa en la cama se quitó los zapatos y la chaqueta del traje. Mientras se peleaba con la cremallera de la falda, se dirigió hacia el armario. Sacó una percha, se quitó la falda y la colgó en la percha. Volvió a la cama y recogió la chaqueta, añadiéndola a la percha y devolviéndola al armario. Volvió al vestidor y se echó las manos atrás para soltarse el sostén. Sus pechos cayeron sueltos cuando se desenganchó el sostén, y se lo quitó de los hombros. Se acarició suavemente los pechos, imaginando la sensación de las manos de Chris sobre ellos cuando avanzara la noche. Eran muy sensibles, e incluso las caricias casuales hacían que la atravesara una pequeña oleada de placer.

Se pasó los pulgares por debajo de las bragas y las mallas, y se las bajó por debajo de las rodillas. Se sentó en la cama y se las quitó de las piernas. Luego tomó las medias de malla negra del paquete de Chris y se las puso con cuidado, primero una y luego la otra. Se puso en pie y pasó un minuto con cada pierna para estirarse cuidadosamente las costuras. "¿Por qué vuelven estas cosas locos a los tíos?" se preguntó, y no era la primera vez que lo hacía.

La siguiente prenda era la parte de arriba. Rápidamente abrió el cierre del collar y se lo enganchó al cuello. Se pasó las copas de la prenda alrededor de los pechos y luego echó atrás las manos para abrocharse el cierre. Nunca antes había llevado nada de cuero como esto, y encontró que le gustaba la sensación del cuero contra su piel. La prenda era relativamente atrevida y dejaba al descubierto una parte significativa de su escote. Las tiras que iban hasta el collar destacaban contra su piel bronceada. "Esto podría ser divertido", pensó para sí misma.

Tomó el liguero y se lo enganchó en la cintura, y luego pasó varios minutos abrochando las tiras delanteras y traseras del liguero a las medias. "Hombres" murmuró cuando la última tira se puso terca y se negaba a engancharse a la media. Al final también ella acabó en su sitio. Tomó el tanga y se metió en él, colocándolo en su sitio en las caderas.

A continuación se puso la falda de cuero rodeando la cintura. Llevaba cremallera por un lado, aunque la cremallera empezaba a unas cuantas pulgadas del final. Desde la cintura al borde había unas doce pulgadas (unos 30 cm), y no tapaban gran cosa. Se giró la falda alrededor de la cintura, colocando la cremallera delante del muslo derecho. La ligera raja de la falda mostraba la parte alta de las medias y un poco del muslo. "Chris estará realmente encantado con esto", pensó para sí.

Se sentó sobre la cama y se colocó primero una bota y luego la otra. Le sentaban perfectamente lo que le hizo pensar que Chris debía haber estado fisgoneando en su ropa para enterarse de sus tallas. Las botas tenían un tacón afilado de sus buenas más de 3 pulgadas (más de 7,5 cm), y se puso en pie con cuidado y dio unos cuantos pasos para mantener el equilibrio. Tenía un par de botas de tacones de cuatro pulgadas (unos 10 cm) que se ponía algunas veces, tacones del tipo de los que llamaba "házmelo", pero a menudo no pasaba mucho tiempo caminando con ellos, Chris normalmente se la llevaba directamente a la cama después de solo unos minutos de andar a su alrededor con ellas puestas...

Volvió a mirar en la caja y se dio cuenta de que había olvidado dos cosas. En el fondo de la caja, cerca de la otra caja que Chris le había dicho que no abriera,  había dos brazaletes tachonados de cuero negro. Levantó y examinó las dos esposas para las muñecas de cuero negro. Estaban tachonadas con cuadrados plateados por el exterior y tejido suave por el interior. Las incrustaciones plateadas eran similares a las de su parte de arriba. Lo más interesante era que el mecanismo de cierre parecía un poco intrincado, y llevaba un poco de trabajo con ambas manos conseguir abrir cada una de ellas. Se enganchó una en cada muñeca.

Se levantó de la cama y se dirigió a los espejos de cuerpo entero de las puertas del armario. "Definitivamente una pinta de chica mala," pensó para sí misma cuando vio su aspecto. Los tacones altos de sus botas le levantaban ligeramente el culo, tensándole las nalgas y los músculos de las piernas. Eran altos pero ya había llevado este tamaño con anterioridad y podía moverse razonablemente bien con ellos. "¡Aunque será mejor que no salgamos a bailar!" pensó.

La parte de arriba se le pegaba muy estrechamente a los pechos, revelando, y a la vez ocultando, sus curvas. Se ajustaba bien hasta la parte de debajo de sus pechos, y le dejaba al descubierto el estómago tenso y el ombligo, por encima de donde empezaba la minifalda negra. La falda apenas le cubría las cachas y cuando se volvió y levantó la parte de atrás de la falda, notó que la braga era por detrás más que un cordón. El tejido desaparecía rápidamente desde unas pocas pulgadas al final de la espalda a casi un cordón entre los cachetes del culo.

"Necesita algo, sin embargo," pensó, y se dirigió al vestidor. Hurgó en su joyero durante un minuto y encontró los gruesos pendientes de aro de oro. Se los colocó en las orejas y luego añadió un anillo de oro más largo, de tipo colgante, al segundo agujero de su oreja derecha. Un poco más de búsqueda entre su joyería descubrió la larga cadena de oro que a veces llevaba a la playa, y se la puso rodeando la cintura. Brillaba a la luz y colgaba suelta sobre sus caderas, justo encima del borde superior de la minifalda.

Por último sacó una cadena de oro de 16 pulgadas (unos 40 cm) y se le puso al cuello. La parte de abajo de la cadena se instaló agradablemente justo encima de su escote. Un vistazo final al espejo y decidió que el conjunto resultaba bien. Tomó de la parte superior del vestidor una goma negra para el pelo y se lo recogió detrás en una cola de caballo. No figuraba en las instrucciones de Chris, pero parecía encajar en la imagen. "Todo lo que necesito es una cazadora negra de cuero de motorista y podría saltar al lomo de una Harley," pensó para sí misma. "Que le jodan, podría conducir mi propia Harley y que Chris montara de paquete," pensó y se rió.

Se aplicó un poco de colorete, algo de maquillaje y por último el lápiz de labios más rojo. Era de un rojo vívido, brillante, y se lo aplicó cuidadosamente en los labios. Se secó los labios con un pañuelo de papel y tiró el pañuelo a la papelera. Sonrió y le tiró un beso a la tentación vestida en cuero que le devolvía la mirada desde el espejo. Precisamente el día anterior se había aplicado esmalte de uñas rojo y parecía encajar bien con la imagen.

"Ahora vamos con la siguiente parte de esta fantasía," pensó.

Continúa en el capítulo 2: Un vaso de vino y tú...