Generalputo

Mi pene estaba tan duro que sentía que se me iba a reventar y los pezones cuando rozaban con mi camisa me hacían estremecer.

Desde adolescente me han excitado mucho ver relaciones homo, ya sea entre mujeres u hombres, y he fantaseado mucho en cabalgarme un buen macho, pero nunca tuve el coraje de entrar en ese mundo. En la soledad de mi habitación me masturbaba introduciendo en mi culo mis dedos o lo que encontrara a mi alcance. Muchas de esas veces me vestía con las panties de mi hermana, me gusta sentir la sensación de los encajes y la seda sobre mi piel. Cuando me fui a estudiar a otra ciudad una novia que tuve, que era una enferma sexual, me dio mi primer beso negro. Aquello fue algo maravilloso sentí sensaciones nuevas y ni que decir cuando me introdujo sus dedos; desde entonces estuve esperando dar rienda suelta a mis ganas de estar con un macho que me montara, me excita ser la parte pasiva, la perra de mi hombre. Y esa primera vez y las más memorables son las que voy a contar.

A Miguel lo conocí por casualidad en la cola de un banco cuando fui a retirar un dinero para pagar unos de mis últimos años de estudios universitarios. Un moreno de 1.80m robusto y bien formado de unos 10 años mayor que yo. Todo empezó con una mirada de él, tan penetrante que del susto me dio una sensación de vacío en el estomago. El fue el que tomo la iniciativa al solicitarme un bolígrafo y luego estábamos charlando de cosas triviales, empezó a preguntar por mis cosas y mis estudios, enseguida se desarrollo la química entre nosotros. Al salir del banco estaba lloviendo a cantaros y se ofreció a llevarme a la universidad, a lo cual accedí con gusto, su sola presencia aceleraba mi corazón. Ese día intercambiamos teléfonos y no volví a saber de el hasta una semana después que me llamó y conversamos un rato, con el tiempo las llamadas se hicieron mas frecuentes y largas, conversábamos de cualquier tema, yo me moría de ganas de verlo otra vez pero no me atrevía a dar el primer paso temiendo estar mal interpretando el rumbo de la amistad que estaba naciendo, además seguía en conflicto con el temor de experimentar mis fantasías con otro hombre.

Afortunadamente para mi el tomó la iniciativa y nos encontramos varias veces para ir a comer, ese hombre tenia un poder hipnótico sobre mi, el ya debía saber que me gustaba y poco a poco empezó el coqueteo hasta una noche que estábamos en un bar tomándonos unos tragos y empezamos hablar de sexo, de pronto me dijo que yo le atraía, debió notar el nervio en mi mirada porque sonrió maliciosamente tomando mi mano para llevarla debajo de la mesa, mientras hacia eso me dijo: "mira como me tienes". Puso mi mano sobre su miembro, mi primera reacción fue retirar la mano pero el la tomo con fuerza y comenzó a frotarla contra ese animal vivo que aun no terminaba de ponerse erecto.

Yo estaba petrificado del susto mi corazón latía a millón pero me deje llevar, luego me soltó la mano y me pidió que siguiera haciéndolo, me preocupaba que nos fueran a ver, así que retire la mano, le pedí que nos fuéramos de ahí a otro sitio, el corazón estaba que se me iba a salir, el insistió en tomarnos otro trago y mientras lo hacíamos empezó a morbosearme diciendo todo lo que me iba hacer y desde ese momento quedo claro quien iba a ser la hembra, le conté que era mi primera vez con un hombre, que me tratara con delicadeza porque le iba a entregar la virginidad de mi culo. La sola idea de desvirgar mi culo, mi boca, mi cuerpo lo éxito aun mas. Nos fuimos en su carro y mientras el maneja y por mi propia iniciativa comencé a frotarlo con mi mano izquierda, sentí como crecía y palpitaba en mi mano mientras por mi cuerpo corría la excitación, sin darme cuenta el había estacionado en el motel más exclusivo de la ciudad, una vez en la habitación me tomo por detrás del cuello con su mano y acerco mi boca a la suya saco su lengua larga y fuerte y la paso por mis labios delineandolos, yo me estaba derritiendo en sus manos, cuando me besó sentí una corriente recorrer todo mi cuerpo, su aliento varonil doblegaba mi voluntad y solo deseaba ser poseída por él. Digo poseída porque desde ese día cuando estoy con un hombre soy una hembra, pienso como una, disfruto como una. Eso lo descubrí ese día.

Despego su boca de la mía pero dejo su fuerte lengua afuera para que yo la lamiera mientras sus manos recorrían todo mi cuerpo, mi pene estaba tan duro que sentía que se me iba a reventar y los pezones cuando rozaban con mi camisa me hacían estremecer, con un suave gesto me señalo el camino hacia su sexo y en un segundo estaba arrodillado desabrochando la correa, el botón, la cremallera y cuando baje su interior salto hacia mi como impulsado por un resorte. Instintivamente y como lo había hecho un millón de veces en mis fantasías, lo tome con la mano derecha y eche hacia atrás el forro de la cabeza, moje mis labios con la lengua, lo bese comiéndomelo poco a poco disfrutando cada trozo de esa inmensa tranca que entraba en mi boca. Mire hacia arriba y estaban los ojos cerrados disfrutando. Mientras la excitación recorría todo mi cuerpo como nunca lo había hecho, se lo chupaba mientras lo pajeaba, lo sacaba de mi boca solo para lamer sus pelotas, para luego volver a tragármelo lentamente.

Nuestros gemidos inundaban la habitación, me tomo por los hombros y me puso de pie, mientras me besaba me desnudo, me llevo al centro de la cama y me puso en cuatro como la perra que sentía ser, sus labios rozando mis nalgas me hacían estremecer y aullar como una gata, casi me desmayo cuando su lengua rozo mi ojete y comenzó a juguetear con el para luego penetrarme con su lengua con mucha dificultad, la sacaba y la volvía a meter sin dejar de dar lengüetazos, me estaba volviendo loco con esa lengua, el roce de sus manos en mis nalgas y mi espalda me hacían brincar como si estuvieran cargadas de corriente, me dolían los pezones al rozar con la sabana de la cama y mi verga estaba tan dura como una piedra. Cuando mi culo estaba empapado de su saliva agarro mi verga y la llevo hacia atrás, sin soltarla la lamió comenzando un recorrido entre esta y mi culo, mientras hacia esto comenzó a darme nalgadas suaves pero picantes que me calentaban mas, además balbuceaba obscenidades mientras lamía mi culo "perra rica te voy a romper, vas aprender quien es tu macho, que culo tan rico". Yo por mi parte aullaba como una perra "si, si, dame, mas, mas". Realmente lo estaba gozando me estaba volviendo loco y ya quería que me rompieran el culo, pero una buena perra es obediente y recibe el placer como su macho se lo quiera dar.

Cuando sintió que yo estaba en el limite y que mi culo estaba listo me unto un poco de gel lubricante, se acomodo detrás mío y acerco esa bestia a mi indefenso y apretado pero deseoso orificio, apoyo la cabeza palpitante contra mi raja, con firmeza pero delicadamente como se lo había pedido pero no pudo clavarme "de verdad eres virgen, lo tienes bien apretado, romperte será una delicia", yo estaba al borde de la desesperación quería que me empalara. Comenzamos con movimientos suaves de el hacia delante y míos hacia atrás, así fue entrando poco a poco, primero la cabeza que me arrancó un agónico "aaahhhh", Luego centímetro a centímetro que me cortaba la respiración y hacia que mi verga palpitara sin control. Sentir mi culo lleno con esa pinga fue algo maravilloso, me tomo por las caderas y comenzó a bombear lento pero sin parar, de pronto comenzó otra vez a darme esas nalgadas ricas mientras me decía lo puta que era, en ese momento mi culo y mi verga palpitaban al mismo ritmo indicándole a el que me estaba matando de placer, a cada momento sentía que me iba a desmayar, seguía bombeando una vez y otra vez y otra vez y una más. No había pasado mucho tiempo cuando me estremecí en un orgasmo increíble, mientras de mi verga salían chorros de leche que terminaron en las sabanas de la cama.

Era delicioso me había venido sin siquiera tocarme el pene, el siguió penetrándome hasta que lo sentí temblar detrás de mío mientras me llenaba de su jugo espeso, sentí dentro de mi cada chorro llenarme, se estaba corriendo como un caballo y me estremecí viniéndome otra vez. El siguió clavándome y a cada penetrada hacia que por el redondel de mi culo saliera el jugo que hacia solo unos segundos me había inundado, su leche corría por mis pelotas y mis piernas haciéndome una cosquilla deliciosa. Luego se despego y de mi culo salio la leche que hacia falta por salir, esa corrida fue inmensa tenia el culo y las piernas empapadas. Al sentirme vació entendí que no era así como quería estar y me lance sobre el, que ya estaba boca arriba sobre la cama y empecé a lamer y a chupar su verga como si fuera una aspiradora, su tranca no perdió ni un poco de dureza y sin pensarlo dos veces me subí encima de él metí mi mano entre mis piernas para acomodarlo en mi puerta cuando lo sentí justo donde quería fui bajando poco a poco sintiendo como me atravesaba cada centímetro hasta llegar a la base, cuando lo tuve todo adentro comencé a moverme suavemente en círculos sin despegar mis nalgas de su piel, ver su gesto de placer me éxito mas, apoye una de mis manos sobre su pecho para acariciarlo y la otra la pase por detrás de mis nalgas hasta abajo para acariciarle las pelotas, cerré los ojos y me entregué al disfrute.

Con una de sus manos me acaricio un pezón, el corrientazo que sentí me arranco un gemido, nunca pensé que se podía sentir tanto placer. Mi pene estaba durísimo y palpitando frenéticamente, el roce de la tranca contra mi culo me excitaba cada vez mas que me estaba llevando al borde de volverme a correr otra vez, el se dio cuenta y me agarro la verga que la tenia casi pegada al ombligo, bajándola hacia el, la pajeo dos veces y exploto en chorros de leche que terminaron en su cara y su cuello. Cuando ya me había escurrido todo, me incline sobre el para lamerle mi propio semen, primero el del cuello el cual me lo comí todo, con el de la cara jugueteamos, yo lo lamía y lo llevaba hasta sus labios para compartirlo con el mientras seguíamos cogiendo, luego de un rato me levante apoye mis manos en su pecho y comencé a cabalgarlo duro hacia delante y atrás cada vez mas rápido. Al momento de correrse me hizo una señal que entendí, me levante tome su palo y lo metí en mi boca donde se corrió, fueron cinco chorros inmensos los cuales deje en mi boca para saborearlo aquello era algo maravilloso lo disfrute muchísimo, por ultimo me lo trague despacito disfrutando cada gota, no me lo hubiera perdonado si esa delicia se hubiera perdido, continué chupándoselo un rato, luego me recosté sobre su pecho y dormitamos unos minutos.

Si te gusto contáctame, esto fue solo una fantasía, aun soy virgen y quiero un macho que me monte.