Generación 1

"Es miércoles, joder. ¿Como podemos tener tanto sueño?"

Generaciones...

"¿Como demonios he llegado a esto? ¿Tienes una idea?"

"Vamos, estás exagerando"

"¿Sabes? Todas mis alarmas están en este momento encendidas y produciendo un ruido increíblemente estridente en mi cabeza" llegamos a la entrada del gran parque, y dos enormes leones aguardaban a sus puertas abiertas. Hacía un día de esos que alguien muy famoso bautizó como de 'falsa primavera'

Amábamos esos días. Sin duda eran los mejores, porque Tara y yo buscábamos un lugar agradable donde poder echarnos en la fría hierba. Que a las puertas de la primavera nos calentaba con un sol agradable "es de otra generación. Es de esos niños del dos mil con los que siempre nos metemos. ¡Se creen que lo saben todo por haber crecido con Google!"

"No todo el mundo es igual Joan..."

"Lo sé y sabía que dirías eso pero ¿has considerado como sería ahora nuestras vidas de haber crecido con YouTube?" Después de dar unas vueltas por los árboles buscando un lugar ideal, Tara por fin lo encontró. Debajo de un pequeño árbol de cerezo apenas floreado. Aún con las gafas veía el césped verde y reluciente. Tendimos nuestras chaquetas sobre él y nos sentamos dejando nuestros bolsos a un lado.

"Seguramente no nos conoceríamos"

"Totalmente de acuerdo" sacó del bolsillo un paquete de Chesters y saco uno.

"Sería gracioso conocerte ahora, pensaría que estas loca" al final consiguió sacarme una carcajada "no se, me gusta la infancia que tuve" eso me hizo sentir bien así que como de instinto le di suave abrazo. Nuestras vidas habían estado unidas desde los cuatro años, y eso nos había convertido en las hermanas que nunca ninguna tuvo "pero ese no es el problema ¿recuerdas? ¿Por que te asusta tanto? Yo la vi bastante... madura"

"Oh, gracias Tara. Me fiaré de tu amplia experiencia adquirida de ella en los cinco...¿seis segundos? Que la has visto"

"Muy graciosa ¿has traído el cigarrillo electrónico?" Busque el cacharro nuevo y se lo dÍ.

"Tienes que cambiarlo, ya está quemada" saque la bolsita con más hierba y se la pase. Después me eche en mi chaqueta y mire a las nubes. Apenas habían y el cielo estaba muy azul.

"No me lo puedo creer ¿has ido a clase colocada? Joder Joan..."

"Estoy pasando mucha ansiedad mamá"

"Oye, hablo enserio cuando te digo que puede que esta vez sea diferente"

"¿De verdad lo crees? No quiero pensar que todo volverá a terminar en desastre, y ella es muy peligrosa"

"Será mejor que te expliques" dijo con una voz ahogada. Me incorporé un poco y vi su rostro entre el humo que atravesaba los rayos de sol. Fue esa clase momentos en los que te gustaría tener una cámara.

"Pues es esa clase de chica de la que sabes terminaras perdiendo la cabeza"

"¡De eso nada! Ya hemos pasado esa face ¿recuerdas? Ya no tenemos dieciocho años y nos enamoramos fácilmente. ¿Recuerdas lo mal que acabo eso?"

"Lo sé, cállate. Es a lo que me refiero" dije entre sus chillidos "solo digo que deberíamos invitarla a nuestra fiesta de inauguración"

"La cosa se podrá salvaje"

"No juegos sexuales esta vez, por favor"

"Oh, por favor! ¿Mayores de veintiuno?"

"Ni hablar"

"¿Dieciocho?

"Admitido. Pero sin pasarse" me pasó el cigarrillo del siglo XXI y fume. Entre el sol y la sombra, y el calor y el fresco de la mañana todo se sentía mejor. Y tenía sentido por un momento.

"¿Y que sabemos de ella? Dime que no es de esas adictas al móvil"

"No lo creo... al menos no estando conmigo" di un largo suspiro después de una calada pensado en ella, y en como presentársela a Tara.

"Eso suena a amor" Dijo Tara en una sonrisa.

"Bueno, tiene veinte años; como te he dicho antes. Segundo año de universidad..." las dos asentimos en forma de aprobación ya que el primer año es el peor. Todos estamos locos a esa altura "oh, te volverás loca cuando la conozcas. Se que no te van las chicas, pero ella es adorable"

"¿Y que coño estudia?"

"A pues marketing. Es de las primeras en clase, es muy lista"

"¿Es un cerebrito?" Eso me hizo pensar en ella así que tarde unos segundos en responder.

"Es...es como, ¿recuerdas cuando en el instituto había siempre un grupo de chicas súper listas e inalcanzables por ser tan heteros? Y que odiábamos por hacer todo bien ¿como es posible que se les diera todo tan bien?"

"Claro, odiaba a esas zorras"

"Pues ella es una de esas zorras" ambas estallamos en carcajada "si joder, definitivamente es esa clase de chicas. Nos odiaban ¿recuerdas?"

"No entendían nuestro sentido del humor" Tara continuaba entre risas. Era gracioso verla reír con tantas ganas.

"¡Exacto!"

Nos quedamos en silencio entre alguna risa restante. Tara al igual que yo, estaba sobre su chaqueta. Y podía apostar que debajo de sus gafas oscuras sus ojos estaban cerrados. En completo relax, así nos encontrábamos.

"Creo que tienes suerte. Al fin has encontrado algo que siempre habías querido ¿No?"

"Si, supongo que si" No dije nada más porque el tema ya empezaba a agobiarme, y al menos en ese momento ya no quería pensar más en ello. O menos dicho; ella. "¿Y como estás con Pete?"

"No estamos. Solo nos acostamos Joan"

"Vamos, me encanta Pete. Es como tú... solo que en chico. Sois la pareja perfecta"

"Cuando salimos el jueves a cenar ¿sabes lo que me dijo el muy capullo?"

"¿Que?" Dije con una sonrisa. Sabía cómo era Tara, y su honor se hería con facilidad.

"Dijo que cuando nos conoció, la primera noche ¿recuerdas la cena improvisada de la primera noche? Pues que se fijó en ti primero, prácticamente se enamoró de ti hasta que te vio comerle la boca a Lily"

"¿Y eso es tan importante? Creo que es la primera vez que un chico me prefiere a mi, la morena de ojos claros a ti; la rubia nórdica explosiva... ¿eso es tan malo? Eres gilipollas"

"¡Ni hablar! Ha pasado muchas veces. O bueno, peor, ha pasado las veces que más me importa. No entiendo porque los chicos que me gustan se terminan enamorado de ti"

"Corrección; empiezan. Luego se pierden en tus bragas"

"Da igual. Es un idiota. Esas cosas no se dicen"

"Bendita ignorancia"

"No es gracioso"

Volví a incorporarme y saque nuestros bocadillos de jamón serrano y tomate. Le pasé el suyo a Tara que cambio el ceño fruncido por una sonrisa ladeada.

"Gracias" dijo dándole una ultima calada al cacharro.

"Te digo lo mismo que me has dicho hace unos minutos; dale una oportunidad. He visto cómo te mira. Lo tienes realmente loco. Hazme caso. Creo que es la misma mirada que tengo yo cuando estoy con Nora" otra vez había vuelto a mis pensamientos. Era imposible evitarlo... oh, ella es la chica más maravillosa que jamás conocí.

"Quiero creer que sí, pero ¿por que los hombres son tan idiotas?"

"Es genético"

"Si, supongo. ¿Esta noche toca Tony en el O'Haras?"

"Si, creo que si es esta noche. Deberíamos ir ¿no?"

Bueno pues, pasamos la mañana echadas en la hierba. Fumando y merendando. Aquellos momentos nos daba la vida. Seguimos hablando de todo, dejando a un lado temas demasiado profundos. Ninguna éramos de dramas continuos. Ambas teníamos nuestras crisis pero como todo en la vida, se terminaba pasado. Disfrutamos dejando nuestros pensamientos vagar por largos momentos. De fondo siempre nos gustaba idealizar el momento perfecto para nuestras memorias con música de acompañante. Últimamente ambas escuchábamos The Lumineers, así que nos pusimos su último álbum Cleopatra.

Cuando se hizo la hora de comer nos fuimos a casa. Acabábamos de mudarnos y la nueva ciudad nos había recibido de maravilla. Encontramos un lugar ideal. Este año nos decidimos por una casa en lugar de un piso. Bueno pues la casa era grande, tenía tres pisos y en el tercer piso una azotea donde ambas vimos la ventaja que suponía tener algo así en una ciudad tan cosmopolita. Fue un regalo de los dioses. Cada piso tenía su cocina, salón y baño. A excepción del tercero que la azotea cumplía la función de salón. Las habitaciones ya estaban completas y todos nuestros compañeros eran estudiantes Erasmus. Las dos primeras plantas tenían tres habitaciones.

En la primera se encontraban; Tatiana y Sofía ambas de México, y uno de los cuatro chicos irlandeses, Killian. En la siguiente planta había una belga a la que todos llamábamos Lily. A su habitación le seguía la de Scott, y después la mía. Tara y yo habíamos llegado tarde y nuestras habitaciones eran las últimas. La mía era la más grande y por desgracia; cara de la casa, con una pequeña terraza cubierta, una cama grande, y bastante moderna a pesar de que el resto de la casa era bastante normal. Y al final teníamos a Pauline que cumplía todos los clichés de chica parisina. Matmmuth, un sirio criado en Irlanda guapísimo, y Tara justo encima de mi habitación.

El cuarto irlandés era Pete, amigo de los demás. Pero Pete era uno más de la casa ya que siempre estaba con Tara y sus amigos. Todos estábamos en nuestro último año de carrera. Los chicos estudiaban Económicas, Tati y Sofía además de Tara, marketing. Lily, Comunicación e idiomas y Pauline bellas artes. La casa estaba completa de personalidades y culturas. Eso nos encantaba.

Teníamos una semana viviendo en nuestra nueva casa y aún no habíamos hecho una fiesta de inauguración por lo que era la fiesta a la que pensaba invitar a Nora. No solo nos unía nuestra juventud y libertad, también teníamos un gusto refinado a la Weed. Así fue como Conocimos a Pete, el primero que se atrevió a preguntarnos si podía fumar en mi terraza. Eso nos hizo después a todos sentir más aprecio porque descubrimos ser todos iguales.

"Es miércoles, joder. ¿Como podemos tener tanto sueño?"

"Creo que la maria tiene algo que ver"

"¡Desde luego! Ha sido una buena inversión, te lo dije. No me imagino volviendo a liar. ¿Sabes que me apetece hacer ahora? Una pizza, ¿a ti no?"

"Claro. Me encanta cuando haces pizza"

"Oye, no puedes depender de mi cada vez que tengas que alimentarte"

"¿Y por qué crees que vivimos juntas? Eres exquisita en La Cocina. No puedo renunciar a eso" llegamos a nuestra calle y saque las llaves. Desde la puerta de entrada podía ver la terraza de mi habitación que se encontraba mirando hacia nosotras. Deje que la rubia pasara primero.

"Hola! Chicas, ¿como esta, estáis?" Era Scott, con su acento tan pronunciado. De todos los chicos era el que peor hablaba español. El setenta por ciento de lo que decía era en inglés. Pero se esforzaba y conseguía que Tara y yo nos divirtiéramos a su costa.

"Scooter ¿que tal la mañana? ¿La has aprovechado? Uff, nosotras llevamos toda la mañana en clase y joder, estamos muy casadas, ¿ves estos ojos? Es por estudiar mucho. Es terrible" Tara tenía los ojos grandes y respingones; como los de una ardilla en los dibujos animados, y cuando fumaba sus párpados se caían y los tenía muy rojos. Era gracioso.

Scott por supuesto no entendió nada. Aún así sonreía todo el tiempo y era muy amable. Yo seguí hablando con Scott en inglés y Tara nos ponía caras mientras terminaba de echar los ingredientes a nuestra pizza.

"Joan, ¿pero que demonios? Si quieres hablar inglés vete al puto Irlanda ¿vale? En este país se habla castellano. Si no lo sabes búscate un puto diccionario"

"Oh, venga ya Tara. No seas gruñona"

"No le hagas caso Scott, ¿quieres fumar? Anda, vamos al salón. Y dejemos a esta con la masa" Scott y yo nos fuimos y dejamos a Tara. Después él se fue de casa y los demás a clase, mientras Tara y yo comíamos mirando una película.

Para cuando se hizo de noche nos preparamos y salimos a cenar. Pauline y Lily nos acompañaron en la noche, junto con Pete.

Tara era esa clase de chica con la mirada nostálgica y triste por naturaleza. Era muy guapa e insegura, aunque cualquiera que la conociera de vista diría lo contrario. Es increíblemente sexy, sino la conociera de tanto seguramente ya hubiese pasado algo entre nosotras, pero nuestra relación siempre estuvo por encima de esas cosas. Nunca creímos que valiera más un polvo o varios, a nuestra amistad. Ambas sabíamos que una vez cruzas esa línea ya nunca nada vuelve a ser igual. Al menos en nuestro caso sería así. La única relación constante en su vida había sido la nuestra. Yo era su única amiga de verdad. Tara siempre había vivido en una burbuja donde nunca nadie se acerca. Ambas nos hemos convertido con el tiempo la conciencia de la otra. Esa voz que siempre nos dice lo que nos da miedo pensar y pensamos.

Podía ser una persona increíble o podía ser su peor enemiga. Tenía un carácter muy diferente. Sarcástica y mal hablada todo el tiempo. A simple vista podría parecer una chica triste, con el maquillaje tan oscuro, y muy femenina. Pero esa clase de feminidad que se trae por naturaleza. Sus movimientos eran sutiles y siempre se veía sexy aunque estuviera en las peores condiciones. Siempre creí que terminaría siendo modelo. Pero según ella es demasiado lista para serlo.

"¿Tony como coño estas? Me alegro de verte" Tara abrazó su amigo. Tony era el cantante de un grupo de blues. Se encontraba haciendo una gira por el país y esa noche le había tocado nuestra ciudad.

"Tara querida, entusiasmado. Habrán unas doscientas persona aquí. Joan... amor de mi vida, ven aquí" el cantante vino a mi, y me dio dos besos muy cerca del cuello. Otro amigo de Tara al que ponía cachondo. Pero era muy buen músico, todo hay que decirlo.

Bendito universo.

Cuando subi a un lado del escenario a Ser acosada por Tony a mi espalda quedaron todas personas del local. De reojo vi a Tara quitándole la botella a unas de las grupies. Después bebió a palo seco de ella y se la pasó a Pete. Después sentí mi móvil vibrar en mi bolso. Presente a las chicas a Tony y fuimos a por unas copas de verdad. Mientras esperábamos a que nos las sirvieran mire mi móvil.

Tenía un mensaje.

"Uy, cuidado. No vayas a caerte desde ahí arriba" inmediatamente una sonrisa tonta se formó en mi rostro. ¡Estaba ahí! No podía ser más ideal la noche.

Le respondí.

"¿Te gustaría saludar al cantante? Te prometo que intentará meterte mano"

Mantuve el móvil en mi mano y cogi mi copa. Y volvimos al reservado.

"Suena prometedor. Pero prefiero que lo hagas tú. Espera, eso suena mal..." me hizo alzar una ceja. Y la atención de Tara que ya parecía afectada por el alcohol.

"Conozco esa cara. Es tu cara de follame" me susurró a centímetros de mi.

"¿De de donde sacas esas cosas?"

"Te he visto de demasiadas maneras ¿recuerdas?" Si, claro que lo hacía, eran veinte años de amistad. Y eso da tiempo a muchas cosas.

"Por favor, cuéntame ya y déjate de rollos. Necesito coca tia..."

"Está aquí. Ya sabes, ella. Nora. No es buen momento ¿verdad? Deberíamos irnos"

"Eres idiota. Es el momento perfecto para que te folle. Lo necesitas, enserio. Suena duró pero es verdad" parecía borracha pero no lo estaba tanto como cualquiera pudiese creer. Así era ella. "Mírame, te hablo enserio, es el momento perfecto maldita sea"

"Vale tienes razón, es bueno bueno" me quedé unos segundo con mis pensamientos interno hasta que Tara me dio un golpecito con tu copa.

"¿Donde está?"

"Donde esta quien"

"Dios mío, si que te ha afectado al cerebro. Ella idiota, ¿quien sino?"

"Vale, vale. No lo sé, ¿se lo pregunto?"

"Aunque me apetezca mucho, no quiero pegarte Joan" deduje que eso era su forma de decirme si. Así que le escribí.

"Vamos, déjame verte" al cabo de unos segundos sentí una mano en su hombro y al darme la vuelta ahí estaba ella. De noche. Diferente a como la había visto hasta ese momento. Iba muy arreglada. Su cabello muy liso y brillante. Sus ojos grises entre el maquillaje sutil y carmín que invitaban a besarla. Nos miramos unos segundos y después se acerco y me dio un suave abrazo entre dos besos.

"¿Como es que estás aquí?" Dije con mi sonrisa tonta.

"Una amiga tuiteo un anuncio y muchos de mi facultad nos apuntamos"

"Claro" nos reímos sin saber porque pero no podía para de mirarla. Es algo extraño lo pasa cuando estás con esa persona que tanto te gusta. Cuando la conocí en un Starbucks cerca de nuestra universidad, no lo podía creer pero sabía que la había encontrado "¿quieres venir a nuestro reservado? Te presentaré a Tara, es muy graciosa es como un chihuahua enfadado"

"Claro" dijo asintiendo con una sonrisa.

Bueno pues fuimos al reservado y Pauline y Tara hablaban mientras Lily hablaba con un chico bastante mayor que ella.

"Chicas esta es Nora" dije cuando estábamos lo suficientemente cerca.

"Hola yo soy Pauline" se acercó y le dio dos besos, después Lily hizo lo mismo dejando a Tara por último.

"Tú debes de ser Tara"

"Si que es lista, tenías razón Joan" me dijo con sarcasmo. Eso me enfado, se supone que debía ser amable al menos hasta conocerla antes de despreciarla como a todo el mundo "es broma... encantada. Joan me ha hablado mucho de ti, todos los días ¿sabes? Está muy, bueno ya sabes"

"¿Y donde está Pete?"

"¿Enserio? Nos conocimos el lunes" Nora parecía tener una sonrisa de satisfacción, casi de agradecimiento por escuchar aquellas palabras de Tara.

"Si, es muy dramas" Tara ahora reía con Nora "creo que anoche hasta le oí gemir tu nom..."

"¡Tara!" Le chille y me echo una mirada que realmente me asusto "¿Quieres... bailar, luego? Cuando haya música. ¿Por que no vais a ver a Tony? Joder, me estáis poniendo de los nervios. No le hagas caso ¿vale? Solo dice tonterías" dije acercándome a Nora.

"Madre mía... ¿y quién era la adolescente?" Definitivamente lo era yo. Actuaba como una niña insegura. Se supone que yo era la mayor y más sensata pero cuando tenía cerca la irresponsabilidad de Tara y la inocencia de Nora, algo provocaba en mi que me hacía perder el control.

"Gracias Pauline, por tu apoyo" ¿tan divertido era aquello? Todo el mundo sonreía y a mí me parecía que me iba a dar un paro cardiaco.

"Tengo que ir a fumar ¿me acompañas? La, la verdad es que no quiero dejarte a solas con estos hermosos animalillos" dije a Nora mirando al resto. La otra verdad es que quería a estar a solas con ella, y ya no me parecía buena idea estar con Tara y ella juntas.

Entonces salimos a una parte del local donde la terraza estaba en el interior. Especial para fumadores. Con sofás y pérgolas blancas. Nos sentamos en unos sofás de piel blanca y pequeños. Quedando bastante cerca.


Continuara...

PD:por favor, corregidme a cualquier falta.