Genaro y Juanita

Historia de amor de dos hermanos.

GENARO Y JUANITA.

Genaro y Juana García habían nacido en el arroyo. Hijos de una prostituta y de padres desconocidos, los dos se había criado entre burdeles y cantinas, desde niños habían tenido que trabajar para comer, pues su madre todo lo que ganaba se lo gastaba en bebida y drogas. Genaro había comenzado vendiendo chicles en las esquinas y Juanita limpiando cuartos y haciendo mandados, para ellos la vida era dura, muy dura y a veces injusta. Cuando fueron creciendo Genaro se convirtió en el protector de su hermana y en cuanto consiguió trabajo en un taller mecánico como ayudante, el la proveyó de todo lo que necesitara. Así crecieron los dos, unidos ante la adversidad.

Genaro era dos años mayor que Juanita y desde antes que esta cumpliera los quince años ya los moscones rondaban alrededor de ella, pero Genaro los mantenía a raya. A pesar de su pobreza los dos eran honrados y ella virtuosa, al grado que no tenia novio y en estas épocas eso es mucho, al menos en México. Por esa época se acercó a ellos "El bielas" joven trabajador y derecho, compañero de Genaro en el taller y que quería a la Juanita a lo derecho, sin dobleces.

-Mira Gen-le dijo un día a Genaro- Tu carnalita me pasa un resto, pero a lo derecho; nomás deja que me independice de la casa de mis jefes y le propongo que se venga conmigo, pero a lo derecho, la quiero para madre de mis hijos, pá que sea mi media naranja para siempre.

-Mire mi Bielas- le contesto Genaro- esa será decisión de ella, a mi en lo personal me caes bien y no la hago de tos, pero no me pidas que intervenga porque no lo voy a hacer.

-Bueno, pero si puedes háblale bien de mi, lastima que yo no tenga hermanas porque tu me caes bien para cuñado, eres derecho y no te andas con jaladas.

Varios mas intentaron con Juanita pero a todos les dio largas, algunos le ofrecieron dinero y otros intentaron propasarse, pero ahí estuvo siempre Genaro, para protegerla de todos y como el chico era bravo y entrón, nadie le atoro con el.

Así pasaron varios años y cuando Genaro cumplió veinte años alquiló un departamentito donde se llevo a vivir a Juanita, sacándola de la zona de tolerancia donde habían vivido siempre en una buhardilla. Juanita ya trabajaba de mesera en una fonda y aunque las propinas no eran abundantes, ya se mantenía sola. El departamento consistía de una cocina, un baño y todo en un cuarto grande donde acomodaron una cama y un catre. Juanita dormía en la cama y Genaro en el catre, el cual doblaba al levantarse para dejar mas espacio.

A Genaro lo ascendieron a mecánico en el taller y le aumentaron el sueldo, por lo que comenzó a hacer planes.

-Oye carnalita, que piensas de la Johanna.

-¿La hija del taquero de la esquina de la botica?

  • Aja….si de ella.

-Pues….primero que tiene nombre de exótica y segundo que es medio putita. Desde hace tiempo de la andan fajando entre el Botas y el Ñetas y a mi se me hace que ya se la tiraron.

-¡Pero si apenas tiene diez y seis años!

  • Y eso que, tú sabes como son las cosas. Que ¿Te cuadra la chava?

  • Pues algo.

-Mejor búscate algo mejorcito, ahí están las hijas de Don Chema el del deposito o la de Don Graciano el carnicero y a mi me consta que les pasas un resto.

-¡Pero si son re apretadas!

-No, lo que pasa es que se dan a respetar, como yo.

-¿Y tu que hermanita, no te interesa nadie?

-No carnal, el que me interesa esta prohibido para mí.

-¡Uyyy algún chavo ricachon! Ahí tienes al Bielas que es un cuate de ley y siempre te ha querido a las buenas, ya vez que ni vieja tiene nada mas por estarte esperando, si te atarugas te lo van a ganar.

  • Pues que me lo ganen.

Juanita a sus diez y ocho años llevaba la casa con esmero y a pesar de no abundar ni los muebles ni los lujos se sentían felices con lo poco que tenían, con el aumento de sueldo de Genaro ya habían comprado una televisión por lo que en las noches pasaban largos ratos viéndola. Genaro tenía sus "descansos" generalmente con las hijas de las viejas compañeras de "trabajo" de su madre que habían heredado la "profesión" y que veían a Genaro como alguien de su entorno. Un par de ellas le habían ofrecido que fuera su "padrote" (chulo) pero Genaro no acepto pues el quería una relación seria y decente. En fin, llevaban una vida normal entre los dos hermanos, con mucha lucha y deseos de salir adelante.

La primera a quien se le despertaron los deseos fue a Juanita. Una tarde en que Genaro regresó de jugar fútbol lo vio salir del baño y pudo distinguir el fibroso cuerpo de su hermano, de estatura media y delgado, pero con los músculos marcados gracias al pesado trabajo de mecánico. De pronto sintió una gran necesidad de ser abrazada y besada por su hermano. De acariciar su pecho, de sentir su piel pegada a la suya, de hacer el amor con el. Se dijo que estaba loca, que eso estaba prohibido y aunque no eran muy religiosos pensó que era pecado. Pero los días pasaron y el deseo en lugar de desminuir se acrecentaba hasta que llego el momento que se lo planteo.

<< tengo que tomar la iniciativa porque el no lo hará nuca, lo único que puede pasar es que me rechace pero ¿Y si no?>>

Y la oportunidad llego sola, gracias a un accidente de Genaro en el trabajo. Al estar levantando un motor de un camión se vino abajo y de refilón le pego en la pierna izquierda dejándole un hematoma. El medico lo mando por una semana a su casa hasta que pudiera caminar bien y le recetó inyecciones y pomadas con masajes en la parte afectada que quedaba muy cerca de la ingle. Juanita como sabia inyectar le puso las ampolletas y se ofreció a darle los masajes aunque Genaro se negó en un principio.

-No hace falta Juanita, yo puedo solo.

-El medico dijo que no te movieras, que tienes que estar en reposo total.

-Si, pero esto no es moverse mucho.

Después de discutirlo durante un rato Genaro acepto que así fuera por lo que Juanita se preparó para hacerlo. Se bañó, se perfumó y se quedo lo más ligera de ropa que pudo sin despertar sospechas. Genaro se quedo en truza y camiseta acostándose sobre la cama y Juanita empezó a embarrarle la pomada sobandole la pierna.

-¿Te duele hermanito?

-Un poco juanita, ¡uuuy! no le des tan duro.

Entonces juanita procedió a pasar suavemente los dedos sobre la piel de su hermano, apenas tocando la parte afectada y provocando sensaciones excitantes en el. Como no queriendo la cosa bajo mas sus dedos a la parte mas oculta de la ingle por lo que el dorso de su mano entro en contacto con los testículos de Genaro sobre el calzón. Genaro sintió una descarga eléctrica por todo el cuerpo y no pudo evitar el inicio de una erección. Juanita hizo como que no veía nada y continuo con su labor mientras Genaro tragaba saliva tratando de controlarse aunque no pudo evitar que la cabeza de su pene asomara por le borde de la trusa. Juanita quiso distendir la situación diciéndole.

-No te apenes carnal, que ya se que calzas grande.

-¿y tu como sabes eso?

-Me lo dijeron la Luisa y la Brenda que ya te las tiraste, es mas, me contaron que quisieron que las padrotearas y que te negaste.

-¿Y tu porque platicas eso con ellas?

-Porque son mis amigas, por si no te has enterado me crié con ellas y aunque ellas sean del "talón" no significa que no sean buena onda. Jamás me han propuesto nada y se sienten orgullosas de que les hable como una más.

-¿Y que mas te han contado?

-Todo.

Esta plática en lugar de reducir la erección la hizo más grande, al grado que salio parte del tronco de la verga de Genaro, Juanita como no queriendo la cosa la toco con la palma de su mano provocando sensaciones deliciosas en Genaro, continuo aplicando ungüento en la parte afectada y cuando termino se levanto dejando ver su hermoso cuerpo para que su hermano se deleitara diciéndole.

-te voy a cambiar la trusa pues esta se ensucio.

-yo puedo solo.

Juanita sin hacerle caso saco ropa limpia del cajón y procedió a despojar de la trusa a su hermano mirándolo a los ojos, al quedar libres sus partes nobles el pene de Genaro brinco en toda su extensión como buscando pelea entonces juanita sorprendió a su hermano.

-¿Me dejas tocarla?

-¿Qué paso hermanita? Esto no puede ser.

-¿Por qué, porque somos hermanos? Siempre hemos sabido que don Miguel el del taller de bicicletas tiene años tirándose a sus dos hijas y que las embarazo, que La Costeña, la que trabaja en el Walkiki tubo dos hijos con su hermano y que ahora el mayor se la anda tirando y la padrotea, que doña Paca la de la fonda del parque coge con sus dos hijos y su hermano y mi compañera Lupe vive con su papá y su hermano y no sabe de cuál de los dos esta embarazada. ¿Acaso nosotros mismos no nos separamos de nuestra madre porque ella quiso mamártela un día que andaba peda? (borracha)

-Por eso hermanita, nosotros no somos así, nosotros queremos algo diferente.

-Pues yo no. Toda la vida he esperado este momento, siempre te he admirado como hermano y con el tiempo te deseo como hombre. ¿Por qué vamos a ser diferentes a los demás? ¿Porque no disfrutar de ese placer del que todos disfrutan?

Genaro no sabia que decir. Nunca había visto a su hermana como mujer y ahora la tenía ahí, ofreciéndosele con toda la pasión de una mujer enamorada, con ese hermoso cuerpo y eso bellos ojos negros que lo taladraban.

-Déjame ser feliz por un tiempo y si vemos que no funciona lo dejamos.

Juanita llevo su mano a la verga de Genaro y la tomo suavemente, como con miedo y comenzó a acariciarla, el ya no dijo nada y la dejo hacer y disfruto la caricia. A pesar de no poderse mover mucho por la lesión en la cadera arqueo el cuerpo al ritmo del movimiento de la mano de su hermana.

-¿Te gusta Genaro, lo hago bien?

-Si hermanita….me gusta mucho.

Juanita se incorporo y se despojo de la ropa quedando desnuda ante su hermano con su piel morena y su pelo negro largo, cayéndole a la espalda. Genaro pudo ver un par de tetas no muy grandes con unos pezoncitos pequeños y erectos, unas caderas firmes y redondeadas, y un monte Venus suave y terso. Ella se coloco al lado de su hermano y lo beso en la boca y Genaro sintió que una descarga eléctrica le recorría el cuerpo, contesto el beso y sintió como su hermana se estremecía ante la caricia.

-No hagas nada mi vida, yo lo haré todo.

Juanita llevo su boca al pene de su hermano y se lo metió en la boca iniciando una mamada deliciosa. A pesar de su inexperiencia el instinto la hizo inventar caricias que enloquecían a su hermano.

-¡¡¡ufff hermanita, esto es la gloria!!!

Juanita intensificó su mamada lo que puso a Genaro al borde del orgasmo.

-¡¡Si no te detienes me voy a venir!!

Ella no solo no se detuvo sino que acelero sus movimientos provocando la descarga de semen de su hermano. Pensó que le desagradaría el sabor de su esperma pero descubrió que lo soportaba y que con el tiempo hasta el gustaría. Se hizo a un lado en la cama y se abrazo a el, diciéndole en voz baja.

-Lo haremos siempre que tú quieras, no me importa nadie ni nada y seré tuya o de nadie. ¿No te das cuenta de que te amo?

Esa noche durmieron por primera vez juntos y a la mañana siguiente juanita se levantó, preparo el desayuno y se fue a trabajar. Durante el día Genaro se replanteo la situación y después de mucho pensarlo llego a la conclusión de que amaba a su hermana, que había bastado con la confesión de ella para que se derribaran todas sus barreras morales.

Al regresar juanita de trabajar los dos se sentaron a platicar y aclarar la situación en que estaban. Llegaron a la conclusión de que darían paso a su pasión y mas adelante decidirían su futuro, pero ahora había un impedimento. La lesión de Genaro no le permitía "cumplirle" a su hermana. Durante el tiempo de convalecencia solo practicaron sexo oral el uno al otro hasta que Genaro fue dado de alta y pudo moverse normalmente. El medico todavía le dio tres días mas para presentarse al taller así que se decidieron consumar su amor. Juanita pidió tres días de permiso en el trabajo y esa misma noche cumplieron sus sueños.

Esa noche se desnudaron uno al otro y acariciaron sus cuerpos suavemente, Genaro al estar recuperado la cargo en sus brazos y la acostó boca arriba sobre la cama, le abrió las piernas y llevo su boca a su intimidad. Ella lo dejo hacer disfrutando la caricia y pronto se sintió elevada a la cúspide del placer. De pronto sintió que llegaba el orgasmo y dejo ir el cuerpo expulsando sus jugos vaginales que su hermano bebió. Se sintió relajada y lista para la penetración y se lo dijo a Genaro.

-Estoy lista hermanito, hazme tuya.

-¿Segura que lo deseas, que no te arrepentirás mañana?

-¿acaso he llegado hasta aquí para arrepentirme?

Genaro dirigió la punta de su pene a la entrada de la vagina de su hermana y empujo, primero suavemente y al sentir el obstáculo del himen un poco más fuerte. Al ceder este, sintió como la vagina de su hermana abrazaba su pene y de pronto lo invadió una gran ternura. Recordó su niñez, de cómo la había defendido toda la vida, de cómo habían enfrentado la vida siempre juntos, se dio cuenta que la amaba, que ella era todo en su vida, que nunca podría separarse de ella, que le había deseado siempre como mujer pero los convencionalismo le habían impedido decírselo.

-Te amo……..Juanita……….te amo más que a mi vida.

-Yo también Genaro…….siempre seré tuya.

Inicio el mete y saca lo que provoco en los dos el desbordamiento de la pasión, el placer era inmenso y lo disfrutaban, ella por primera vez y el con el ingrediente del incesto lo que levo su dicha a algo nunca sentido. De pronto ella sintió los espasmos del orgasmo y su vagina apretó el pene de su hermano y los dos descargaron sus jugos, mezclándolos en un elixir de amor.

-Juana.

-Si mi amor, dime.

-Tenemos que irnos de aquí, buscar otra ciudad u otro país donde nadie nos conozca, quiero tener hijos contigo, que seas mi esposa para toda la vida.

Juanita no pudo evitar unas lágrimas, se sentía feliz como nunca lo había sido.

-Haremos lo que tu quieras, a partir de hoy con papel o sin papel soy tu mujer, en lo bueno y en lo malo.

Esa noche durmieron abrazados disfrutándose uno al otro y los días siguientes fueron de total pasión, disfrutaron del sexo anal por primera vez y lo gozaron inmensamente, nada los detuvo en la búsqueda del placer y lo probaron todo, como lo que eran, dos enamorados.

Cinco años después.

En la ciudad de Filadelfia en USA el matrimonio de Genaro y Juanita son muy apreciados en su medio. El un mecánico calificado de 25 años y ella una ama de casa de 23 tienen dos hijos de tres y un año, niño y niña. Hace cuatro años que llegaron emigrando de México para buscar una mejor vida y la encontraron. Todos envidian el amor y respeto que se tienen pero lo que nadie sospecha es que en la vida real son hermanos. No firmaron ningún papel ni fueron a ninguna iglesia pero tienen un lazo que los une mas que todos. El amor.