Genaro el jubilado (2)
Aquel rabo me taladró el culo y me volvió loco de placer.
Cuando Genaro me dijo eso me excitó mucho más, así que sin pensarlo dos veces me abalancé sobre Genaro y le empecé a comer su enorme rabo, nunca antes lo había hecho con tantas ganas, me costaba al principio pero luego mi boca se hizo al enorme pollón del jubilado.
El me paró y me tumbó en la cama boca abajo, yo me dejé hacer estaba absolutamente entregado a aquel hombretón. Me abrió las piernas y empezó a lamerme mi ojete, lo tenía sudado y aquello le apasionaba a Genaro, me lamió mis enormes pelotas, mi espalda sudorosa, todo me lo lamió todo. Volvió de nuevo a mi ojete, me lo lamía como un auténtico experto, su lengua se abría paso dentro de mi ano y aquello cada vez me gustaba más aunque a la vez me daba miedo pensar que aquel ariete duro me quería penetrar, solo había probado los pequeños consoladores que teníamos en casa, aquello era infinitamente más grande y largo.
Empezó con un dedo, luego dos, yo me relajé al máximo para que mi ano dilatara a tope.
Ahora vas a probar mi polla Luis, me vuelves loco.- dijo Genaro entre suspiros.
Sin mediar ninguna palabra más se incorporó me puso a cuatro patas en la cama y apunto su enorme capullo contra mi ojete, empezó a empujar muy despacio, poco a poco entró su enorme capullo, no paraba de untarse saliva en el cipote, al rato ya tenía media dentro, yo estaba muy caliente aquello me estaba reventando pero a la vez me excitaba mucho. Sin más preámbulos de u solo golpe de caderas me metió el resto de rabazo, yo pegué un grito de dolor, el se quedó quieto dentro para que mi ano se hiciera a aquel pedazo de cipote, el dolor dio paso al placer y Genaro se dio cuenta y empezó un mete y saca suave, notaba cada cm de su polla entrar y salir y como sus huevos chocaban contra los mios lo cual acentuaba mas mi excitación, yo me pajeaba muy despacio para gozar al 100%.
Date la vuelta.- dijo Genaro sacando su pollón y poniéndome boca arriba
Me levantó las piernas y apuntó de nuevo contra mi ojete, esta vez entró de un solo golpe, joder era magnífico ver a aquel macho grande, peludo y sudoroso follarme con una destreza infinita, nunca pensé que un hombre me diera tanto placer, el empezó a pellizcar mis pezones, amasaba mi barriga, me pajeaba, jugaba con mis enorme pelotas y yo a la vez le tocaba toda su enorme barriga, sus pechos, su cara, el estaba en éxtasis total tenía los ojos cerrados a la vez que su mete y saca era más rápido, empezó a resoplar como un animal, sudaba a chorros que me caían sobre mi pecho y barriga.
No puedo más Luis, ahhhhhhhhhhhhhh
El último golpe me acabó de destrozar el culo y de repente sentí dos chorros enormes y calientes de su leche que me empezaba a inundar el culo, aquello a mi me volvió loco de placer y empecé a soltar leche como un loco, me llegó a la cara, mis tetas mi enorme barriga, mis huevos no paraban de dar leche, Genaro estaba atónito de ver mi polla soltar chorros de leche provocados por los suyos dentro de mi culo. Por fín se paró del todo, me la sacó ante lo cual note un vacío enorme en mi culo y se dedicó a lamer toda la leche que tenía sobre mi cuerpo hasta que lo dejó limpio de sudor y leche, luego bajó a mi ojete abierto y enrojecido y lo lamió para calmar mi dolor, luego caímos rendidos en la cama
Allí estuvimos un rato hasta que fuímos a la ducha, tenía una ducha enorme cabíamos los dos de sobra de repente se agachó y me la chupó un poco más.
Me gustaría sentir tu meada sobre mi.- me dijo con ojos de vicio
Sin esperar mucho más de mi pene flojo salió un chorro de pis que le regó su cara y resbalaba por sus preciosas tetas y maravillosa barriga hasta chorrearle por los huevos, incluso parte se la bebió y de nuevo su rabo empezó a crecer, aquello me excitó y le pedí que hiciera lo mismo conmigo, se incorporó yo me agache y por primera ez sentí a aquel líquido caliente sobre mi cuerpo, me restregué su liquido amarillo por mi pecho y mi barriga, también bebí un poco y me gusto y me pasó lo mismo que a Genaro sufrí una erección instantánea, me levanté y empecé a besar a Genaro, su enorme lengua me llenaba la boca, bajó por todo mi cuerpo lamiendo sus propios orines y acabó haciéndome una mamada de impresión, acabé llenándole la boca de leche de nuevo que el tragó en poco tiempo, luego se levantó me volvió a besar con mi propia leche. Nos duchamos un buen rato, nos acariciamos mucho y nos mordimos los pezones y sobamos nuestras barrigas y culos. Sólo os diré que le pedí a Luis que me follara otra vez en la ducha y me volvió a llenar mi culo con sus chorros de leche caliente.
A partir de aquel día nos vemos casi cada día y ya hemos metido a mi mujer en nuestros encuentros sexuales y ella es feliz de saber que tiene dos enormes pollas para ella. Ahora vivimos con Luis en su casa