Gemelos.

Vivir en un pueblo donde tu hermano gemelo y tu comenzais la pubertad no va a ser fácil.

Gemelos en Extremadura

Desde niños el haber nacido en un pueblo que no alcazaba ni los mil habitantes fue un sueño hasta que se convirtió en una pesadilla.

Hace unos 8 años nunca pensé que ahora estaría en otro lugar que no fuera mi tierra, pero irremediablemente cuando no te sientes seguro ni en donde has nacido lo mas sensato es coger tus cosas y buscarte la vida.

Mi hermano gemelo y yo nacimos en un pueblo pequeño donde a parte de cultivar la tierra y la caza no había mucho mas a lo que aspirar, rodeado de sierra y caminos que llevaban a ninguna parte, mi madre nos crio sola tras mi padre sufrir un terrible accidente cuando teníamos dos años, esto causo que mi madre unicamente tuviera ojos para nosotros, solo se dedicaba a la casa y al campo, y en sus ratos libres a estar con nosotros, nuestra infancia fue muy feliz, familia es considerada todo el pueblo, es fácil salir a la calle y conocer a todos, mi madre nos crio en casa hasta los seis años y después con pena nos envió al colegio mas cercano que se encontraba como a media hora de casa.

Mi hermano y yo somos inseparables, desde niños íbamos cogidos de la mano y aun con doce nos duchábamos juntos y dormíamos desnudos desde mayo hasta octubre, cosa que a mi madre le escandalizo, pero al tiempo se termino acostumbrando, recuerdo una mañana que estábamos desayunando y mi madre me pregunto que por que tenia la manía de jugar con el pellejo del pene de mi hermano antes de dormirme, mi contestación con ocho años fue que me gustaba la sensación, me ayudaba a dormir y que a el no le importaba, mi madre asombrada me dijo que yo también tenia que por que no me lo tocaba, y mis palabras fueron que era mas cómodo tocársela a el, para mi madre tocar ese tema en un sitio donde todo era tabú significaba que algo le preocupaba.

No solo tenia la costumbre de tocar su pellejo sino también jugábamos desnudos a las espadas y las veces que nuestros penes se ponían mas duros dejábamos que se bajara y seguíamos a lo nuestro.

Supongo que seria difícil conocer gente en mi tierra pero la suerte de tener un hermano gemelo fue que tu mejor amigo siempre te acompañaba en casi todo y eso era un placer.

Crecimos y con doce años nuestros cuerpos comenzaron a cambiar, las piernas se hicieron mas largas, nos salieron pelos en el pubis y nuestra voz se agravo, cada cambio lo vivíamos como uno solo, tocar a mi hermano había sido algo que desde críos había sentido normal, hasta que un día de verano.

  • Mama vamos a tumbarnos en la cama grande a dormir la siesta, ¿vale?
  • Bajaros la persiana y si tenéis calor mojaos un poco- me dijo con tono cariñoso.
  • ¡Vale¡- dijimos al unisono.

Teníamos cuatro habitaciones, en una de ellas dormía mi madre, en otra mi hermano Jorge y yo, en la tercera mi madre había montado una salita, y la cuarta tenia una gran cama donde cuando venia alguien se aprovechaba, que era en pocas ocasiones.

  • Tengo mucho calor, me dijo Jorge.
  • Ya, este verano va ser un agobio, no podemos salir a la calle hasta las nueve por lo menos.
  • ¿ Quieres mojarte un poco?
  • Si por favor.

Nos desnudamos y me acerque al baño, cogiendo agua del lavabo mi hermano me echo agua por la cabeza y con las manos recorrió mi espalda y pecho.

  • ¿Mejor?
  • Estoy por quedarme aquí.
  • Y yo.

Nos tumbamos en la cama y tras reírnos de tonterías nos quedamos dormidos del aburrimiento. Me desperté y note como una suave brisa recorría mi piel, me di la vuelta y boca arriba tras estar boca abajo sentí mas frescor, ya no entraba tanta luz y subí un poco la persiana, la claridad inundo la habitación, mi hermano tumbado boca abajo ronroneaba, coloque mis manos bajo mi cabeza y sentí como mi piel mojada por el sudor se erizaba, sentí mi pene palpitar y mirándolo me lo agarre y sobandomelos note como un hormigueo que me iba desde los dedos de los pies hasta la cabeza, palpe mi pubis con poco pelo que tenia y con un par de dedos jugué con mi pene, note como se enderezaba y palpitaba aun mas, sentía un placer que me estaba dando mucho gusto, con toda la mano agarre mi pene y apretándolo con fuerza baje y subí la piel que rodeaba al pene, alguna vez había intentado bajar mi piel para ver por donde salia el pis pero aun me tiraba, a mi hermano en cambio le bajaba hasta un poco mas abajo de la abertura de orinar, cambie de mano y la sensación continuaba siendo placentera, mi hermano se volvió y colocado boca arriba vi como su pene también se encontraba erecto y palpitante, me coloque de tal manera para poder llegar a ambas y con una mano continué con mi pene y con la otra le comencé hacer la misma maniobra a Jorge, con los ojos cerrados se empezó a agitar y ha gemir en susurros, ya había tocado su pene casi tantas veces como la miá, pero esa vez era diferente, la sensación de sentirlas tan duras y sus gemidos me hicieron sentir escalofríos y de pronto sentí como mis músculos se contraían los dedos de mis pies se apretaban y mi columna se colocaba, con los dos penes agitándolos al mismo ritmo Jorge se desperezo y mirándome me dejo hacer, sentía una presión en los testículos que nunca había sentido, mas propiamente continué con los movimientos hasta que de pronto mi hermano pego un grito ahogado y de su pene comenzó a salir un liquido blanco y abundante, de verle y sentirlo por toda mi mano deslizarse, comencé a sentir como el esperma reorienta mis conductos y salían por mi pene igual que a mi hermano, de la experiencia estábamos agotados, mi pecho iba cien por hora y mire a Jorge.

  • ¿Que ha sido eso?
  • Ni idea.
  • Es como si fuera leche condensada o jabón de manos.
  • Es verdad, me ha gustado mucho, aun me palpita.
  • Y a mi.

Se la acerque y como algo natural me la agarro y con suavidad me hizo lo mismo que nos acababa de hacer.

  • Da mucho gusto, le dije.
  • Alguna vez cuando me tocaba esta parte para dormirte no era la misma sensación pero me daba mucho gusto.
  • Y cuando nos bañábamos y con la ducha nos la poníamos aquí.
  • ¿Te duele?
  • No, ¿y a ti?
  • Tampoco, ¡tienes los huevos mas grandes¡
  • Son igual que los tuyos, mira.

Le hice tumbarse boca arriba y sentándome en sus muslos puse mis testículos junto a los suyos y compare.

  • Son iguales, ¿ves?
  • Tocándolos noto mas grandes los tuyos, de pene esta igualado.

Agarro ambos penes y juntan dolos los midió a ojo, me miro y con una subida de calor nuestros penes de nuevo se pusieron erectos y duros, Jorge con ellos en la mano me miro y como si nada nos masturbo a ambos, ver como estas sobre tu hermano que tiene tu cara, tu pelo, tu pecho, es como mirate a un espejo y te mira con cara de placer mientras te masturba junto a su pene idéntico al tuyo fue algo de lo que los dos nunca fuimos conscientes, tras eyacular de nuevo y disfrutar de ello, escuchamos a mi madre subir.

  • ¡Joder la mama¡
  • Vamos al baño, ¡ven!

De un salto llegamos al aseo y cerramos la puerta.

  • Chicos, ¿estáis bien?
  • ¡Si mama!, dijimos al unisono.
  • Me pareció oír un grito o algo parecido.
  • Era Samuel haciendo el tonto mama.
  • ¿Que hacéis?
  • Vamos a darnos una ducha y bajamos.
  • Vale , no tardéis que quiero ir a comprar.
  • ¡Vale!

Y ahí estábamos los dos, tras nuestra primera experiencia masturbatoria y no siendo conscientes de lo que ocurría.

El verano acabo y el otoño con su suave brisa fresca y esos días mas cortos llegaron, el verano fue ademas de caluroso muy productivo sexualmente hablando, en aquella época no había tanto móvil ni Internet tan accesible, recurrimos por separado al hermano de mi madre para preguntarle.

  • Hola Jorge, ¡¡que grande estas¡¡
  • Hola tito.
  • ¿Te vienes a dar un paseo a los perros?
  • Claro.

Tras un largo paseo le comente.

  • Oye tito mi hermano y yo tenemos algunas preguntas y como eres hombre pensamos que tu podrías ayudarnos.
  • Claro, ¿que os preocupa?
  • ¿Es malo tocarse el pene cuando esta duro?
  • Ya, esto, no y si, - me contesto tartamudeando.
  • ¿Que?
  • Es normal en los chicos de vuestra edad, yo también empece a esos años.
  • ¿De veras?
  • Claro, un día te tocas mas y te gusta y te dejas llevar, ¿verdad?
  • Si.
  • No es malo que lo hagáis, pero siempre en privado y cada uno con la suya.
  • ¿Por que?
  • Es algo sexual y todo lo sexual tiene que hacerse en privado y si algún día conoces una mochuela y entre los dos queréis hacer algo mas, pues se habla, pero bueno que me adelanto, tu tocate lo que te apetezca y tu hermano igual.
  • ¿Puedo hacerte otra pregunta?
  • Miedo me das, ¡Dispara¡
  • ¿Es normal que salga un liquido que parece gel de manos?
  • Si Jorge, Jajaja, eso es por que el hombre tiene espermatozoides que son los que en algún momento se implantaran el la mujer y así se puedan tener hijos.
  • ¿Así con ese gel se hacen los niños?
  • No es gel se llama semen y con una mujer que ya no sea una niña, y anda vete a casa y no te pases cascandotela.
  • Si si me voy ya, un beso tío.
  • Anda hombreton, ¡¡¡bienvenido a la pubertad¡¡¡
  • ¿Gracias?

Me fui corriendo hasta casa y en cuanto encontré a mi hermano le conté todo lo que me acababa de contar nuestro tío.

  • ¿Y por que cada uno con la suya?
  • No lo se, es lo que me dijo.
  • ¿Sera malo hacerlo juntos?
  • No lo se, sera que lo hacen y le daba vergüenza decírmelo.
  • Puede ser.

Para nosotros fue algo que no nos planteamos, si que alguna vez nos masturbábamos por separado, pero no tardábamos ni medio minuto en contárselo al otro, el comenzar el colegio no hizo saber que nuestros compañeros también se hacían y que algunos se reunían en los lavabos para hacérselas, un día tras las clases dos compañeros, mi hermano y yo nos encerramos en un aseo y con los penes fuera nos masturbamos hasta corrernos, ese día y otro y otro fueron normales, hasta que un día.

  • ¡¡¡¡Vaya Samuel tienes los huevos mas grandes que ninguno¡¡¡¡
  • No creo, son iguales que los de Jorge, mira.

Y acercándome a mi hermano con total naturalidad acerque nuestros penes y acerque los huevos para que compararan.

  • ¡¡¡¡Tio que haces, acaso sois maricones¡¡¡¡
  • ¿Que? No solo era una...
  • Joder tío vamonos de aquí, haber si se van agachar a chupárnosla.
  • ¡¡Enserio¡¡
  • Dejalo Jorge, vamos a por el autobús.

Unos mas que otros se fue con la historia a otros chicos, ellos a otros y al final llego a oídas de los padres, de ahí a que llegara a los profesores y de ahí mi madre pasaron varios meses, era primavera y los días de lluvia fueron mas recurrentes, desde lo ocurrido a mi hermano y a mi nos insultaron de todas las maneras posibles, nos persiguieron para pegarnos y hasta nos dibujaban asquerosos dibujos en la pizarra, durante los primeros meses el miedo nos pudo y lloramos abrazos el uno al otro cada noche hasta que una mañana.

  • Jorge, ¿estas despierto?
  • Si Samu dime.
  • Necesito hablar.
  • Claro, espera que me levante.
  • ¿Puedo meterme en tu cama?
  • Pero que pregunta es esa, ven aquí.
  • Llevo toda la noche pensando y de todo lo que nos esta pasando solo pienso en que eres lo mas importante que tengo en mi vida, ademas de mama, y que no aguanto esto mas, que si nos quieren pegar les pegare mas fuerte.
  • Samu pegarles no va a solucionar nada y lo sabes.
  • Yo solo quiero seguir como hasta hace un año.
  • Y yo pero lo que tenemos parece que es difícil de explicar y de entender.
  • Eso parece, tan complicado es entender que somos hermanos y que disfrutamos de hacernos pajas juntos, no se cual es el puto problema.
  • Escuchame Samu, no voy a dejar de hacer algo que me hace feliz y si tenemos que hablar con alguien mas lo haremos, ¿vale?
  • Vale.

Hundió su cabeza en mi pecho y tras llorar durante un buen rato se quedo dormido en mis brazos.

Nuestra madre tonta no fue desde el primer momento, pero que tampoco sabia como afrontarlo también, la falta de información, el miedo al que dirán y no entender como dos hermanos y gemelos se habían unido no solo por su vientre sino como una pareja.

Los rumores se extendieron y se oían comentarios del amor secreto entre dos hermanos. Tanto Samuel como yo decidimos el día que le rompimos la cara a un par de chicos del instituto que a partir de ahí nada ni nadie nos diría con quien estar, y lo que no hizo débiles y confundidos nos unió aun mas, ya no solo era question de estar o no estar sino de ser, eramos dos personas que querían estar juntas y con cada roce cada cariño nos hacíamos mas adultos.

Con quince años ya era menester del pueblo y de los alrededores de la situación, y no ya solo nuestra familia que por todos los medios intento separarnos e informarnos de cosas que nos podrían pasar si continuábamos, nuestra cúpula anti intolerantes funciono y lo que comenzó con una simple paja se convirtió en amor, en amor sexual y ya no solo nos descubrimos por fuera sino por dentro. Decidimos mudarnos a la cama grande y mi madre que estaba en una catarsis monumental no pudo decir que no, en nuestro cuarto encontramos la sencillez y la virtud de hacer disfrutar al otro y a uno mismo, descubrimos poco a poco como nos gustaban las mamadas, descubrimos nuestros culos como algo delicioso y que preparamos para que un día nos pudiéramos desquitar follándonos el uno al otro, sentíamos placer tocando al otro y no había día sin que nuestros penes no se encontraran y acabaran de semen, descubrimos como alimentar la pasión y con dieciséis años tras nuestra primera penetración nos besamos como nunca lo habíamos echo hasta ahora.

Hubo gente que nos dijo que eramos unos desviados, unos malos hijos, etc, en ningún momento dejamos de ser Samuel y Jorge, unicamente en nuestra habitación dábamos rienda suelta a nuestras fantasías. Era agotador tener que dar explicaciones de algo que ni nosotros mismos habíamos ni confirmado ni desmentido.

Estando en un café se acerco nuestro tío.

  • Hola chicos.
  • Hola- al unisono.
  • No voy a deciros nada, solo quiero que me lo expliquéis, por que no lo entiendo.
  • Tio no hay nada que explicar, la tía y tu sois dos personas, hacéis vuestra vida y cuando estáis en casa y en vuestra habitación haréis lo que os apetezca, ¿verdad?
  • No es lo mismo.
  • ¿Por que?
  • ¡¡¡¡Sois hermanos joder, es que no os dais cuenta¡¡¡¡
  • Somos conscientes si.
  • ¿Y lo veis normal?
  • Si.
  • ¿Enserio?
  • Voy hablar por los dos y te voy a decir que no habrá nadie en el mundo que me entienda mejor y me quiera mas que mi hermano, y que esto ha sucedido sin buscarlo, es lo que es y por mucho que os metáis en nuestra vida no va a cambiar nada.
  • ¡¡¡Sois unos enfermos¡¡¡
  • Enfermos de la familia de mierda que tenemos, adiós tío.

Nos levantamos y de camino a casa tomamos la decisión mas dura.

  • ¡¡¡Esta noche nos vamos de aquí¡¡¡, -me dijo Samuel con tono cabreado.
  • ¿A donde?
  • Me da igual, solo quiero estar contigo y lejos de esta tierra de mierda.
  • Vayamos a casa y lo hablamos.
  • Para que Jorge, para que nuestra madre no nos mire ni a la cara, para que me acobije en tu pecho y tras olvidarlo un poco te deje hacerme el amor hasta que el dolor de mi ano me haga olvidar hasta que de nuevo me levante y vuelva a la realidad, ¿enserio?
  • De acuerdo, vamonos.

Al llegar a casa cogimos todo lo que pudimos y bajamos a la cocina.

  • Mama, nos vamos.
  • ¿ A donde hijos?
  • Donde podamos ser felices y no hagamos infelices al resto.
  • Sabia que este día llegaría pero...
  • Mama te queremos pero no podemos seguir así.
  • Lo se aunque no lo entienda, tomad este sobre y no volváis nunca mas.
  • Pero mama....
  • Adiós hijos...

Salio por la puerta y se fue. Las lagrimas brotaban de nuestros ojos sin descanso, nos abrazamos y dándonos ánimos salimos de nuestro hogar para no volver. El sobre contenía mas de 10 millones de pesetas, casi nos desmayamos de camino a la estación mas cercana de autobús.

Con 18 años y con dinero sin dudarlo nos dirigimos a Madrid.

Un mes después.