Gay en secreto, expuesto (III. Vendido al tendero)

Javi lo comprobó mientras la angustia se apoderaba de él. Adri había subido fotos suyas capturadas del video, siempre en actitudes sumisas y pasivas, y lo anunciaba como su esclavo sumiso y obediente, con ganas de servir y dar placer, siempre previo pago.

  • RECORDANDO LA HUMILLACIÓN -

Era sábado por la mañana y Javi seguía metido en su cama a pesar de llevar una hora despierto. No podía dejar de llorar de rabia pensando en lo que le estaba ocurriendo. Adri, su compañero de piso al que tantas veces había hecho la vida imposible por ser gay, le había descubierto siendo usado por un gordo activo dominante y maduro, que había ido a su casa a reventarle el culo, someterlo y humillarlo pensando que no había nadie más cerca. Pero Adri si que estaba en su habitación y no solo había visto a Javi desnudo siendo humillado y follado a escondidas por aquel gordo, sino que encima le había grabado y ahora le chantajeaba.

Lo que más le jodía de todo a Javi es que cada vez que se acordaba de como Adri le humilló, le obligó a mamarle su enorme tranca, y como se lo folló sin piedad delante de un montón de desconocidos frente a la webcam, su pollita se ponía dura.

Por qué joder, por qué le excitaba tanto estar en las manos de ese cabronazo, perder el control de esta manera. Él quería seguir llevando una vida hetero, fingiendo que follaba con tías y que era un machito delante de sus amigos. Pero cada vez que se acordaba de aquellos tíos viéndole la cara a través de la web cam, siendo follado y pidiendo más polla, se volvía loco de excitación. Todos mirándole mientras se pajeaban, viendo lo maricón que era en realidad, sin secretos para ellos. Dios, cualquiera podía haberlo visto, cualquiera de sus conocidos. Ahogado en la rabia y la vergüenza por lo que le había hecho Adri, comenzó a pajearse una vez más.

Y su polla joder, su puta polla enana. Por qué le había tocado tener una polla así de pequeña. Javi llevaba toda su vida escondiéndola, fingiendo que tenía una tranca increíble, y ahora el puto Adri le había grabado desnudo y con su colita bien al aire, bien a la vista. Su mayor secreto. Y encima Adri tenía una polla increíble, gorda y larga, circuncidada y cubierta por una mata de pelos negros y rizados. Cada noche le obligaba a ir su habitación, meterse en su cama y mamársela un buen rato, a veces una hora entera, hasta que se cansaba, se corría y le soltaba la enorme carga de sus gordísimos huevos en la garganta, le hacía tragárselo todo y lo echaba de allí para dormir. Así llevaban ya 2 semanas, tragando su leche a diario, siendo su puta sumisa y obediente. Todo para que Adri no publicara los videos y lo convirtiera en la mayor marica de internet. Y Javi lo disfrutaba, lo disfrutaba mucho en secreto. Tocar esa polla, atragantarse con ella, pajearla con las dos manos a la vez, sentir la sensación de tener una polla de verdad entre las manos, no como su polla enana que podía pajearse con dos dedos.

Llorando de rabia y envidia, terminó corriéndose encima de las sábanas.

Después de vestirse y todavía deprimido, Javi bajó a la tienda de comestibles 24 horas que había a dos manzanas de su casa a comprar algo que comer. Mientras cogía comida de las estanterías, se sintió observado por el tendero, un viejo gordo y medio calvo, con pinta de no ducharse demasiado. Siempre le había dado bastante asco ese tío.

La verdad es que el viejo no le quitaba ojo de encima, como si tuviera miedo de que le fuera a robar. Cogiendo unas cervezas, se fue a la caja para pagar y largarse de allí y así no tener que seguir viéndole la cara.

  • Son 8,50 - le dijo el tendero.

Javi le tiró el dinero de malas maneras. – Toma, que igual pensabas que me iba a ir sin pagar –

  • ¿Cómo dices? – le dijo el tendero

  • Lo que oyes, te he visto mirarme mientras compraba. Como si fuera un puto delincuente. –

  • Es cierto, te estaba observando – le respondió el tendero sonriéndole con lujuria y mirándole de arriba abajo sin disimulo.

  • ¿Qué coño me miras?

  • Nada, estaba mirándote ese culito que tienes.

  • ¿Qué dices marica? Das asco tío, si nadie te hace caso porque eres un puto gordo no es mi problema, págale a alguien para que se te acerque. Pero a mí ni me mires ni te me acerques. –  Y cogió la bolsa con la comida de allí dispuesto a irse.

Pero cuando estaba a punto de salir por la puerta, el tendero le dijo: - Si, es cierto que soy marica. Pero la verdad es que te estaba observando porque me cuesta reconocerte con la ropa puesta.

Javi se quedó helado. - ¿Cómo has dicho? -  Le dijo con un hilo de voz.

  • ¿Qué pasa? ¿Ya no eres tan chulito?  – le vaciló el tendero, viendo como Javi se echaba a temblar. – Digo que la última vez que te vi, desnudito y a cuatro patas delante de la cámara, pidiéndole a tu amigo que te follara duro, el que parecía marica eras tú, y no yo.

No joder, no podía ser. Este tío le había visto en directo en el show que le había obligado a hacer Adri ante miles de desconocidos. Temblando y sin decir nada, se dio la vuelta para salir de allí.

-  Y por cierto Javi, que sé que te llamas así. Yo seré un puto gordo, pero por lo menos tengo una polla de verdad, y no como esa lombricilla que tienes tú entre las piernas y que todo dios te ha visto. Pero te haré caso, pagaré a alguien para que se me acerque. Nos veremos pronto, pichacorta. – Se despidió el tendero entre risas.

Ardiendo de vergüenza por lo que acababa de oír y rojo como un tomate, subió corriendo a casa a esconderse.


  • EL PASEO –

Esa noche, ya de madrugada, Javi no podía dormir pensando en lo que había ocurrido con el tendero. A las 3 de la mañana, recibió un mensaje en su móvil y vio que el que le escribía era Adri. “Ven a mi habitación” le decía. Consciente de que querría que se la mamara otra vez, Javi fue hacia su cuarto, dividido entre la rabia y la excitación. La idea de que le dieran polla y le utilizaran le volvía loco, especialmente la del cabrón de Adri. Pero odiaba reconocérselo a si mismo.

Cuando entró en su habitación, Adri estaba sentado frente al ordenador:

  • Hoy he estado haciendo una cosa, mira- Le enseñó la web que tenía abierta. Era la misma web gay con video chat donde Adri se lo había follado y le había hecho mamar polla, delante de miles de desconocidos que estaban conectados en directo. – He puesto un anuncio con tu foto. Me pareció que toda la gente que te vio desnudito y pidiendo polla querrían probarlo también, así que varios me han escrito ofreciendo dinero por un contacto más directo contigo.

Javi lo comprobó mientras la angustia se apoderaba de él. Adri había subido fotos suyas capturadas del video, siempre en actitudes sumisas y pasivas, y lo anunciaba como su esclavo sumiso y obediente, con ganas de servir y dar placer, siempre previo pago.

-Ha habido un contacto muy interesado en tenerte a su disposición, y ya he concertado una cita con él para ti. - Le enseñó la foto. No podía ser. Era el tendero. El mismo con el que había discutido esta mañana. – Me ha contado que te tiene muchas ganas, y me ha ofrecido mucha pasta por quedar contigo. Así que he aceptado. Te está esperando ahora mismo en la tienda. Vais a estar solitos, tranquilo. Eres todo para él.

Javi temblaba, no podía aceptar esto. – Adri, por favor, no me hagas esto, este tío me odia, es un mirón y un cerdo, no me hagas esto te lo ruego. Hoy he discutido con él y se quiere vengar, te lo ruego no me dejes con él…

  • ¿Otra vez con lo mismo? Vas a ir o subiré el video a tus redes sociales, lo mandaré a todos tus conocidos y lo difundiré por la ciudad y por tu pueblo, para que no tengas donde esconderte. Así, vayas donde vayas, todo el mundo sabrá lo mentirosillo que has sido siempre y lo que te gusta hacer en realidad. Además de verte esa colita claro. ¿Prefieres eso o ir con el viejo y dejarle disfrutar de ti esta noche?

  • No, no se…

  • Venga zorrita, si lo estás deseando, los dos sabemos que eres una perra sumisa. Y él también lo sabe y te va a hacer lo que te gusta. Ya sabes donde está su tienda. Te está esperando allí. Y ya me ha pagado. Tu culito me va a pagar un móvil nuevo, que lo sepas jajaja.

Resignado, Javi se dispuso a salir de casa. Cuando estaba en la puerta, Adri le detuvo:

  • Se me olvidaba. Dejar que ese gordo te use me sigue pareciendo poco para lo que te mereces. Así que vamos a mejorarlo. Quítate toda la ropa. Vas a ir hasta su tienda completamente desnudo.

Javi sintió como el calor subía hasta su cara.

  • Pero Adri, qué dices, no puede ser, me van a ver los vecinos. La tienda está a dos manzanas. No me puedes hacer esto tío. Todo el mundo me conoce aquí.

  • Pues más que te van a conocer. Ya te he dicho que tu vida falsa de machito duro y pollón se terminó. Quiero que todos en el barrio te vean en bolas y se enteren de lo que escondías en realidad en los pantalones jajaa. Venga, fuera la ropa. Piensa que es mejor un poco de vergüenza ahora que un vídeo tuyo siendo follado y mamando pollas colgado en internet persiguiéndote de por vida.

Javi ardía de calor, nervios y miedo. Sin más opciones, se quitó toda la ropa, quedando completamente desnudo, calcetines incluidos. El suelo estaba frío. Salió al rellano de la escalera tapándose el paquete con las manos. Lo llevaba completamente depilado por orden de Adri. No quería que el pelo disimulara el tamaño, decía. Quería esa minipolla bien a la vista mientras lo ponías de rodillas a chupársela cada noche.

Antes de cerrar la puerta, Adri le dijo sonriendo:

  • Más te vale que cumplas estas tres normas, porque aunque no me veas, te estaré vigilando: Prohibido taparse, así que las manos cruzadas en tu espalda, para que todos puedan verte esa colita. Nada de correr, quiero que el paseíllo sea lo suficientemente largo para que lo recuerdes toda tu puta vida. Y la última norma es que más te vale que hagas todo lo que Andrés, que así se llama el tendero, te pida. Quiero que se quede bien contento con mi esclavo marica. Si incumples cualquiera de estas normas, subo el video. Ahora disfruta el paseo. Si te cruzas con alguien, recuerda que son tus vecinos, los mismos que tendrás que seguir viendo todos los días de ahora en adelante y que te conocen desde hace años. Recuérdalo.

Y cerró la puerta del piso, dejando a Javi ahí plantado en el rellano sin luz, temblando de nervios por lo que iba a hacer. Echo a andar escaleras abajo.

No parecía que hubiera nadie despierto ni por las escaleras, ya que no oyó ruidos mientras bajaba. Al llegar al portal, miro fuera a ver si había gente. Al no haber nadie, salió a la calle y empezó a caminar, sin poder creerse lo que estaba haciendo.

Odiaba estar en manos de Adri, ser usado y humillado por él de esta forma. Pero más se odiaba a si mismo porque, a pesar de los nervios, la adrenalina, el miedo y la vergüenza, estaba excitado.

La idea de estar desnudo en la calle, sintiendo el aire fresco en sus pelotas, el asfalto duro y frío bajo sus pies, sumado al riesgo de poder ser visto por cualquiera que se asomara a la ventana o fuera caminando por la calle, le provocaron una erección. Por qué joder, por que se excitaba tanto cuando Adri lo dejaba así, desnudo, expuesto, humillado. Era Javi el que hacía las burlas hacia otros maricas, no el que las recibía.

Cuando llevaba dos calles sin ver gente, giró una esquina y se cruzó con un grupo de chavales vecinos de su edificio. Eran 6, chicos y chicas, y volvían de fiesta bastante borrachos. Los conocía, y ellos a él. Rojo de vergüenza, agachó la cabeza mientras pasaba al lado de ellos, que detuvieron sus pasos y se le quedaron mirando y riéndose en voz alta. Notó como le señalaban el paquete y se partían de la risa. Mientras se alejaba, los oía gritarle: “vecino, bonito clítoris. Si alguna vez quieres ver un pene, llámame” o “Eh, que te has dejado la polla en casa al salir” o una de las tías “normalmente me asustaría al ver un tío en bolas en la calle de noche, pero con eso que tienes ahí ya veo que no eres peligroso jajajaj”

Siguió oyendo sus risas y burlas hasta que dobló la esquina, rojo como un tomate. Siguió cruzándose con varias parejas que volvían a casa de fiesta, todos reían y le señalaban sin disimulo al pasar. También notaba como se paraban y le observaban por detrás. La gente le silbaba desde las ventanas. Los silbidos y las risas habían hecho que más gente se asomara a ver qué pasaba en la calle. Veía flashes de cámaras haciéndole fotos y vídeos.

Con el corazón a mil por hora, y ya solo a dos calles de la tienda, pasó junto a un parque. Le temblaban las piernas de los nervios y la adrenalina, y sentía algo de frío. Pero cada vez estaba más cachondo, no entendía por qué. Al pasar junto a un parque se cruzó con tres yonkis bastante mayores que consumían cocaína en un banco. Al verlo venir empezaron a reírse con voces graves y rotas por el alcohol. Uno de ellos se sacó una polla muy larga y le dijo: “Mira maricón, mira lo que tengo aquí. Lo que tú no tienes”. Otro de ellos le dio un azote en su culo desnudo y sin vello, y se puso a estrujárselo “menudo culito que tienes maricón”. Su cara ardía por el ridículo y ellos lo notaban. Al alejarse, todos le gritaron “guapo”, “maricón”, “pichacorta” y “otro día vuelves y te damos lo tuyo”.

Finalmente, llegó a la tienda donde le esperaba Andrés, el tendero. Empujó la puerta, rezando porque estuviera abierta. Lo estaba, así que entró. Dentro, con la tienda en semipenumbra, le esperaba Andrés.

  • Bonita noche para pasear. Entra mariconazo. Ya verás lo bien que lo vamos a pasar tú y yo.

Temblando y rojo por la humillación y el miedo, entro en la tienda mientras el viejo le devoraba con los ojos, sonriendo como un sádico.

Espero que os guste la historia de Javi. Tengo muchas ganas de seguir escribiendo y hay varias ideas ya pensadas. Si os mola, no dudéis en apoyar, sobre todo en los comentarios, para saber lo que os gusta y lo que no y así escribir en consecuencia y que todos los gocemos más 😉

Mi correo: adfestevez@gmail.com