Gay en secreto, expuesto (I. Grabado)

Un joven homófobo que finge ser heterosexual es grabado por su compañero de piso gay dando rienda suelta a sus más secretos instintos...

Todo lo que voy a contar es completamente real, solo he cambiado los nombres.


Javier es un joven de 25 años, 1'85 de altura y alrededor de 90 kg de peso, pelo rubio y algo de barba, además de ojos verdes. No solía practicar mucho deporte pero lo había hecho en su juventud, así que tenía un cuerpo fuerte y delgado, y mostraba una sonrisa perfecta y en general era del gusto de casi todas las chicas. Sin embargo, tenía un pene bastante pequeño del que se sentía acomplejado, y por ello era pudoroso y nunca lo enseñaba a sus amigos.

Llevaba un tiempo viviendo en Valencia, en un piso compartido con otros 5 chicos. No conocía a ninguno de ellos cuando llegó puesto que el piso se alquilaba por habitaciones, pero con el tiempo se había ido haciendo amigo de ellos excepto de Adrián, que acababa de llegar al piso hacía un mes. Todos tenían 32 años excepto Javi, los 5 eran heteros y solteros, y era habitual que por el piso circularan tías de todas las edades, se quedaran por la noche para follar con alguno y se piraran a la mañana siguiente.

Sin embargo, Javi tenía un secreto, y es que él nunca se traía a tías a casa. Como tantos otros, era un gay reprimido y le daba muchísima vergüenza que la gente descubriera lo que le gustaba en realidad, especialmente sus amigos del piso, todos ellos bastante homófobos en general, así que llevaba una doble vida.

Cuando se reunían él y sus amigos les seguía totalmente el rollo, fingiendo una vida de heterosexual follador, presumiendo de haber ido a los pisos de la mitad de las tías de la ciudad a reventarlas con su gran pollón. Adri, el nuevo compañero, les confesó a todos al poco tiempo de llegar que era gay y le gustaba acostarse con hombres, lo que desató las bromas de todos los compañeros. Como Javi quería sentirse integrado y mantener su tapadera, se unía a esas bromas que solían terminar con Adri ridiculizado entre las risas de todos por lo que le gustaba hacer en la cama. Javi no disfrutaba especialmente de ver a Adri cabreado por los insultos, pero le encantaba sentirse integrado entre los machos y ver como se metían con otro por ser marica. Por eso muchas veces era especialmente dañino en sus comentarios, para quedar como el más chulo de todos y alejar cualquier sospecha de homosexualidad sobre si mismo.

Pero en secreto, Javi se deleitaba espiando a sus compañeros por las rendijas de las puertas de sus habitaciones mientras se masturbaban, o cuando se creían solos y se duchaban desnudos con la puerta abierta. Estaba absolutamente obsesionado con las grandes y peludas pollas que todos ellos calzaban, y sentía envidia de lo gordas que la tenían y lo deseable que era verlos desnudos, tan bien dotados y con sus cuerpos fibrados y peludos. Adoraba verlos con la guardia baja, sin saber que les espiaba, y si los pillaba pajeándose mucho mejor. Le encantaba robar sus calzoncillos usados y olerlos, pajearse con ellos y ponérselos, y le daba mucho morbo y vergüenza al mismo tiempo ponérselos y ver como su pequeña pollita no podía llenar el hueco que habían dejado sus grandes paquetes en la prenda.

De noche se conectaba en algunas aplicaciones móviles para contactos y citas gay, y buscaba hombres con los que follar, preferiblemente en sus casas. Le gustaban especialmente los maduros, entre 45 y 60 años, y que le trataran como a una auténtica zorra. Sentirse sumiso, usado y follado como si fuera una puta barata, para después no volver a ver a esos tíos y seguir manteniendo su vida de machito. Ser un pasivo sumiso y complaciente en secreto, sin consecuencias.

Lo que ocurre es que en cierta ocasión conoció a un albañil en una de estas aplicaciones de citas e intentó quedar con él, pero al no tener casa disponible por estar casado y con hijos y llevar una doble vida, Javi se arriesgó y lo trajo a la suya. En teoría no había riesgo, ya que ese fin de semana sus compañeros se habían ido de viaje juntos, y tendría el piso para él solo. Podría traerse al albañil, ser su perra para liberarse del papel de hetero durante un rato y decirle que se pirara luego. Y así lo hizo. Lo que él no sabía es que Adri, su compañero de piso gay, había cancelado su viaje por sentirse enfermo y se había quedado en casa el fin de semana sin avisarle.

Cuando el albañil gordo, peludo y cincuentón llegó a casa, Javi lo llevó directamente a su cuarto, donde empezaron a comerse las bocas el uno al otro, aunque el maduro rápidamente le puso de rodillas y empezó a restregar su polla cubierta con el pantalón, que ya empezaba a ponerse dura, por la cara del jovencito.

Adri, que estaba oyendo ruidos raros desde su cuarto, situado pared con pared, fue a ver qué ocurría. Javi tenía abierta la puerta de su habitación y se asomó muy silenciosamente. Lo que vio le dejó helado. Javi, el machito de la sonrisa bonita, el que presumía de ligar con todas las tías buenas de Valencia y de tener la polla más grande de la ciudad, uno de los que tanto se burlaban de él por sus preferencias sexuales, estaba de rodillas, sin camiseta, restregando su carita ansiosa por la bragueta de un gordo cincuentón. Sonriendo más que nunca en su vida, Adri sacó su móvil en silencio y empezó a grabar todo lo que iba a ocurrir.

Javi, inconsciente por la excitación que sentía de que su intimidad estaba siendo violada, seguía centrado en la bragueta del albañil. Su gordo paquete se estaba poniendo duro como una roca, así que decidió bajarle los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos, dejando libre aquella bestia. El gordo la tenía no demasiado larga pero si muy ancha, de un color oscuro y coronada por una mata de pelos espesa y negra. Babeando como una perra en celo, se metió la polla en la boca hasta la garganta y se agarró al culo peludo del maduro, mientras con su nariz olía su mata de pelos y con su garganta le daba gusto a la cabeza de ese rabo.

  • Ohhhhhh siiiiii jodeeeeeer. Qué puto gustazo maricónnnnn. Trágala, trágala hasta el fondo, aguanta ahí…. Siii…. ¿Tenías ganas de polla eh maricona? ¿Tenías ganas de ser mi puta perra mamona a que si?

-Si joderrrrr, quiero ser tu puta. - Javi estaba empezando a perder totalmente el control y a dejar salir su perra sumisa de su interior.

-Ya lo eres maricona, mírate, mira como me la comes, pedazo de puta. ¿Te gusta ser mi puta y darme gusto con tu boquita de zorra?

-Si joderrr.

  • ¿Si qué, putita?

-Me gusta ser tu puta, comerte el nabo y darte gusto con mi boca. Quiero que me uses como si fuera una puta barata.

-Eso me gusta más. Desnúdate maricona, que yo te vea.

El maduro se quitó la camiseta y sentó desnudo en una silla, pajeándose mientras observaba a Javi, con la cara llena de saliva, levantarse del suelo y empezar a desnudarse, y mientras Adri no perdía detalle con su el objetivo de su cámara.

Primero se quitó la camiseta, dejando al aire su torso casi lampiño y delgado, aunque de espalda fuerte por el deporte. El gordo le miraba con lujuria en los ojos mientras se quitaba el pantalón y se quedaba en gayumbos.

-Venga pedazo de maricona, que no tengo todo el día. Date la vuelta y quítate el calzoncillo.

Javi así lo hizo, se quitó el calzoncillo de espaldas dejando ver su agujerito apretado y peludo, y haciendo que el maduro soltara un gruñido de excitación pensando en lo que le iba a hacer. Se quedó de espaldas, desnudo, tapándose su pequeña colita ya dura con las manos y temblando de excitación por lo que estaba haciendo.

-Menuda follada te voy a dar maricona, vas a flipar. Date la vuelta y quita las manos, quiero ver que escondes entre las piernas.

Se dio la vuelta muerto de vergüenza y excitación, pero no quitó las manos -me da vergüenza- Dijo con voz sumisa.

-Que las quites zorra.

Javi las quitó, quedando completamente desnudo y expuesto delante del maduro, con su pequeña colita apuntando al techo.

-Vaya colita enana maricona, con razón la escondías. ¿Te da vergüenza que te vean esa pollita tus amiguitos?

-Mucha- Dijo Javi, totalmente colorado y excitado.

Adri estaba disfrutando como nunca con el espectáculo. Su compañero de piso homófobo no solo era una putita gay sumisa y obediente a la que le gustaba mamar a cincuentones gordos, si no que encima tenía una pollita enana a pesar de que llevaba desde que le conocía presumiendo de tener una tranca de 20 cm, cuando eso que le colgaba no llegaba ni a las 10 cm completamente tiesa. Además, para mejorar la situación, el gordo se estaba riendo de él y humillándolo. Sin poder contener la sonrisa por lo que estaba presenciando, siguió grabando la humillación de su compañero. Solo de pensar en lo que iba a hacer a esa marica con el video que le estaba grabando le puso la polla dura como una roca.

-Venga pichacorta, ven a mamar, que es para lo único que vales.

Javi se arrodilló delante del maduro, que le esperaba con las piernas abiertas, y volvió a meterse su pollón en la boca, hasta el fondo de la garganta. El gordo empezó a follarle la boca sin piedad mientras le tiraba del pelo para que no pudiera escapar.

-Venga maricona tragaaaa, traga joder, vaya boquita de puta mamona y sumisa que tienes guarra, ¿Te gusta? ¿Te gusta ser la mayor marica de la ciudad y darles gusto a los maduros puta?

-Si, me encanta, me flipaaaa, me encanta ser tu puta.

-Eso es puta, ¿Te gustaría que te la clavara? ¿quieres sentir una polla de verdad en tu culito de perra sumisa? ¿Eh pichacorta?

-Siiiii

-¿Si qué?- Preguntó el gordo mientras Javi no paraba de mamar desesperado y totalmente fuera de si por la situación tan excitante que estaba viviendo.

-Si por favor, te lo suplico, quiero ser tu perra sumisa y que me claves ese pollón en mi culito, quiero sentir dentro una polla de verdad.

-Una polla de verdad, no como tu mierda de polla ¿verdad puta?

-Si…. Mi pollita de mierda, que no quiero que nadie vea, solo quiero rabos gordos como el tuyo en mi culito y en mi boca por favor….Fóllame….Solo valgo para ser una perra complaciente...

-Así me gusta. A cuatro patas en la cama, zorra. Venga.- Le dijo mientras le alejaba la cabeza de su polla tirándole del pelo.

Javi se tumbó boca abajo en la cama, puso el culito en pompa y empezó a moverlo en círculos, como una zorrita sumisa y suplicante:

-Fóllame por favor, te lo ruego dame rabo jodeeer.

El gordo se escupió la polla, extendió un poco la saliva y, sin más preparación, se la clavó en su ardiente y suplicante culito al supuesto hetero pollón:

-SIIII JODER, QUÉ GANAS OSTIAAAA. DAME POLLA JODER.

El gordo no paraba de follar suavemente pero profundo a la maricona de Javi, mientras le daba azotes sin parar en las nalgas expuestas.

Adri no podía creer lo que veía. Ni en sus mejores sueños pensó que pillaría a Javi mostrando sus instintos más ocultos de una forma tan salvaje, y menos aún que podría grabarlo para chantajearlo luego. Flipaba viendo como Javi se retorcía de gusto, completamente desnudo, con su pollita colgando mientras gemía y movía el culo al ritmo de las enculadas del gordo, que se lo estaba destrozando sin ninguna piedad, con las nalgas ardiendo y completamente rojas por los azotes. Y lo mejor es que Javi gritaba, gemía, se bababa como una perra ardiente y necesitada, como la mayor de las putas, y suplicaba a gritos que le follara muy duro. Todo lo que siempre había despreciado delante de sus amigos.

Ver a Javi tan expuesto, sus secretos más vergonzosos y ocultos totalmente al descubierto, le puso a Adri la polla aún más dura de lo que la tenía.

Cuando el gordo se cansó de vejar al jovencito, empezó a gritar como una bestia y le descargó toda la leche dentro de su palpitante culo, mientras se tumbaba con todo su cuerpo peludo y sudado encima, sin sacar la polla, y le comía el cuello y la oreja, llenándolo de saliva y humillándolo más aún.

Sin más atenciones, el tipo se sacó la polla y se empezó a vestir, dejando a Javi temblando y con el culito en pompa, completamente abierto y chorreando semen, mientras con una mano se tocaba la pollita, que no tardó apenas en correrse soltando un chorro de leche sobre la cama.

Adri ya tenía todo lo que necesitaba. Guardó la grabación en su móvil y se fue a su cuarto. A los pocos minutos escuchó al gordo irse por la puerta.

Esa noche, cuando estaba en la cama a punto para dormir, Javi recibió un mensaje de Adri en su móvil. Lo que vio le dejó completamente helado. Era el vídeo que le había grabado Adri ese mismo día a escondidas, con una frase que decía “Tu verdadera naturaleza al descubierto. Qué calladito te lo tenías. Ahora todos van a saber como eres en realidad.”


Este ha sido mi primer relato y el primero de esta serie. Si os gusta y queréis que continúe, no dudéis en apoyarlo :)