Gateando en la noche 4
La visión fue tremenda, su padre se apoderó de uno de los pies de Héctor y estaba lamiendo cada uno de sus dedos que llevaba a su boca y succionaba como si de un pene se tratara.
GATEANDO EN LA NOCHE 4
La noche y la madrugada del día anterior pasaron dejando grandes huellas en los primos, nunca pensaron llegar a todo lo ocurrido y mucho menos que alguien los descubriera en un momento tan intimo y sabroso como es cuando estas cogiendo de lo rico con tu hermano y un par de primos tuyos están en lo mismo a tu lado.
El día transcurrió normal, la gente iba y venia, charlaba de esto de otro y bla bla, pero aunque no lo hablaran los cuatro primos estaban pendientes de quien les diera una mirada algo salida de lo normal, pero nada de nada todos los hombres de la casa estaban tratándoles igual que siempre.
Llegaron unos amigos de Oscar a visitar y Oscar les dijo que deberían ir todos al rio para pasar la tarde y alejarse así un poco de los “viejos” y todos asintieron a la idea.
En el rio jugaban futbol y bañaban de lo más tranquilos, para variar esa tarde pusieron cd’s de música en español las que cantaban al unísono a raíz de la euforia que todos llevaban.
Como todo el grupo era de machos y estaban en el recodo que solo utilizaban los hombres del pueblo todos sin excepción estaban en puras bolas.
Algunos se tostaban bajo los rayos del sol, dejando que los rayos tocaran partes que casi nunca eran sacadas a lo natural y donde algunos de los presentes tenían bien marcadas las diferencias de lo expuesto y lo que no se exponía ante los demás.
Estaban los futboleros que al jugar desnudos sus vergas se balanceaban al ritmo de la zamba de un lado a otro con sus péndulos alborotados por los movimientos de sus amos.
Todos flipaban viendo a un lado y a otro, jugando, molestando un poco, charlando e intercambiando anécdotas como era costumbre entre ellos.
Las salchichas que llevaron ya estaban en las brazas cocinándose y se podía sentir su aroma por todo el lugar, así que los presentes se fueron acercando y tomaron algunos sus bebidas y otros sus meriendas y continuaron charlando y como de costumbre no faltaban los cuentos de sexo de uno y otros con las chavas del lugar.
Los nuevos (Oscar y Fer) alucinaban viendo aquello ya que no les era normal que sintieran atracción por otro macho y ahora en las últimas hora habían experimentado cosas sabrosas en brazos de otro hombre y no en los de las mujeres como les era común a ellos.
Sus pensamientos parecían cruzarse porque cuando uno miraba a un lado o al otro sus vistas se cruzaban también y se detenían mirándose como sus ojos reflejaban ese toque de lujuria que ellos habían aprendido a recocer uno en el otro en tan poco tiempo de coger.
Fer dijo que iría a casa a traer los implementos para pasar la noche en el río todos juntos y pidió a dos de sus amigos que le ayudaran, se colocaron solo los traje de baño y partieron así a la casa.
Al Quedar en el río el resto que habían llegado comenzaron a encender una fogata grande para la noche y ninguno de ellos dispuso ponerse la ropa.
La noche estaba cálida y se prestaba la penumbra del lugar a que todos practicaran nudismo masculino.
Los cuerpos eran variados pero nada desagradables, estaban unas pequeñas barriguitas cerveceras y unos lavanderos de miedo.
Peludos como Oscar y extra lampiños como Héctor un amigo de Fer, a estos los molestaban porque eran los dos más lampiños de todos los amigos y les decían que ellos no eran así de lampiños; que lo que pasaba era que eran novios y esa era la forma de decir que estaban juntos y al contar la historia Juan y Fabio se rieron a carcajadas porque Fer ya les había hablado de Héctor pero no de eso.
Al llegar Fer a casa con sus dos amigos en tan pocas ropas su madre le preguntó que donde estaban los demás y le contó el acuerdo de todos y que solo llevaría algunas frazadas y colchonetas para descansar.
Fer llevó lo dicho a su madre, lo que no le contó es que subió al hatico y cargaron con unos botellones de ron y tequila para el paseo.
Sus primas querían ir y les dijeron que no, que era noche de hombres.
Jajajajajaj rieron mientras se iban.
Ellas quedaron enojadas por ser descartadas, pues querían fiesta al igual que ayer.
Fer y amigos volvieron al río y miraron los adelantos del campamento y como la tarde había sido un poco mecida, el licor ya se había evaporado.
Al grupo de Fer se había unido Don Ricardo que era un asiduo en el grupo de sus hijos de vez en cuando y por ende fue recibido como uno igual.
Juan y Fabio se sintieron al principio un poco turbados pues nunca se habían presentado ante él totalmente desnudos, pero todo les cambió cuando Don Ricardo sin decir aguas van se quedó en pelotas al igual que los demás.
Fabio tuvo que contener no abrir la boca al ver el pedazo de verga de su tío, era larga pero lo más sorprendente era el pedazo de callampa que se cargaba por glande; era un hongo impresionante así en estado inerte, no podía pensar como sería en plan de guerra.
El mismo se sorprendió de sus pensamientos, nunca antes hubiera flipado en pensar algo así.
Todos se sentaron a tomar y bromear alrededor de la fogata sobre las colchonetas que si bien no eran muchas, daban chance a compartirlas y estar todos muy cómodos.
La charla era entretenida, se tocó la guitarra y al son de las rancheras todo se volvió más ameno y fraternal.- Se abrazaban y cantaban en coro sin importar la desnudez.
Algunos se retiraban un poco para mear, al volver como es común el tuquito de carne en ocasiones se alegra al evacuar y volvían con sus penes morcillones y algunos un tantito más, pero como todos los presentes eran machos no había problema para los demás.
Después de varias horas de festejar alguno se durmió la mona y se tendió en las colchonetas como si estuviera en su propia casa y saber en que estaría soñando que cuando se voltea y queda boca arriba su verga quedo apuntando al cielo y todos rieron al verle en aquel estado.
Y Don Ricardo riendo gritó: “Hey Fer, Heeeey FEEER, mira tu novio está quemándote la pata en sueños a saber con quien” y todos rieron al ver que su propio padre le jugaba la broma a Fer.
JjajajJAJAJjajajdajijaijajajajajJAJ AJA JA JAA AJJ
AAAHAHAHAHAJAJAJAJAJ
Se atacaban todos de riza, no hubo quien se contuviera de la broma que su padre le diera a Fer a tal grado que al final Fer también rió.
Fer le tiró una calzoneta para tapar la verga de Héctor pero vino Oscar y se la quitó y dijo: “ hay, le da pena que le veamos el platanito al novio jajajajaja” y Fer no dijo nada solo agachó la cabeza y rió con ganas….. serás papo Oscar, si el platanito de Héctor es el doble del tuyo cabrón.
Y Oscar de estar carcajeándose de un solo se puso serio y todos rieron a un mucho más pero ya no de Fer ni Héctor, sino de Oscar por como reaccionó.
Julio se movió de costado y estirándose por entre las piernas de Héctor alcanzó el pene de este y tomándolo de la base con la punta de sus dedos lo movió de un lado a otro diciendo: “Hola hola aquí estoy, hola hola aquí estoy, quien quiere chupa chupa chip jajajajajaja” y volvió a su lugar.
Luego augusto uno de los más regordetes dice, tómemele fotos, sí dijeron todos y tomaron algunas de Héctor así como estaba, luego alguien dijo y porque no lo ponemos en poses y luego le decimos que estando borracho pedía que todos los cogieran y no dejó pija sin probar.
Y las rizas se volvieron a escuchar.- Los tragos habían calado bien en todos porque hasta Don Ricardo dijo Sí.
Unos se acercaron por detrás pegándose a Héctor y dejando que los fotografiaran, otros por delante y ponían sus penes en la cara de él pero Paco dijo que eso no que era mucho y Julio respingó: “ HA pero bien que te le pegaste al culito, como lo tiene tan paradito el condenado allí no te molestó ¿verdad?” y Paco no tuvo a que responder a lo que Oscar agregó: “ miren que el muy cochino hasta tiene parada la verga desde que se le pegó al Héctor, quien sabe si en ves de arrimarla se la zampó el descarado”.
Jajajaja se volvió a escuchar.
Luego en broma y broma las poses se volvieron más fuertes y hubo alguien que se atrevió y abrió la boca de Héctor y puso la verga dentro de allí.
Todos guardaron un poco de silencio, pero no duró mucho al rato todos hacían fila para tener una foto con su verga mamada por la boca de Héctor aunque este no lo supiera.
Con esto de las fotos y el arrimadero por atrás del chaval las vergas de uno y cada uno fueron cobrando vida, se fueron poniendo rígidas y sus dueños las alentaban sobándolas primero con disimulo al ver a los otros que se juntaban para hacer cochinadas al fondeado, alguien comenzó a sobar la riata de Héctor y pidió una panorámica para el recuerdo, otro chupaba un pezón mientras le arrimaba la verga en la entrada el culito levantando con su pierna la del Héctor y solo asiendo la presión para que pareciera que se la estaba clavando.
Don Ricardo se animó a la acción en vista que todos participaban por igual y lo primero que hizo fue poner su tremendo hongo que tenía por glande en la boca del muchacho; pero eso era grande de tomar y tuvo que abrirle de forma completa la boca para que cupiera la punta y hasta la mitad de la cabeza de su verga.
Luego se acomodó detrás y haciendo lo de todos, con su pierna levantó la de Héctor pero para que se viera real pidió a Julio que le ayudara abriendo un poquito las nalgas de Héctor para colocar su purrunga allí.
Julio ayudó, pero en eso de manejar las nalgas de Héctor, el vergajo de Don Ricardo varias veces fue a parar a la palma de su mano y por tantas veces que ocurrió esto, Julio decidió tomar esa riata de verga y colocarla él mismo en la entrada del culito y así tomaron la foto con Julio ayudando a colocar la verga de Don Ricardo en Héctor.
Aquello era de alucine, toda una foto novela de sexo gay recreada por puros machos heteros.
La bebida seguía circulando y las tomas eran interminables, entre tomas y tomas Fer también participó, pero con lo pegado que andaba no solo colocó su verga en la boca de Héctor, sino, que comenzó a balancear sus caderas haciendo que su amigo realmente le estuviera dando una mamada aunque sin saberlo pero una mamada al fin.
Los demás lo miraron y un poco hipnotizados por la escena que se estaba llevando a cabo se fueron acercando y al rato unos también ocuparon ese lugar, otros aprovechaban a mamar sus pechos grandes y fuertes, alguien se aventuró mucho más y en menos de lo que lo pensaran tenían a Héctor siendo sodomizado por otro chaval.
Héctor al sentir que su ano era penetrado, en su condición de chavo hetero pero borracho, su sub-consiente le indicaba que eso que sentía no era normal.
Se quejaba pero no alcanzaba a despertar.
Cuando Fer vino a ver que ocurría vio a su hermanito metiéndole la verga a su amigo y como Julio le estaba mamando la verga sin el menor pudor.
La visión fue tremenda, su padre se apoderó de uno de los pies de Héctor y estaba lamiendo cada uno de sus dedos que llevaba a su boca y succionaba como si de un pene se tratara.
Fer sintió envidia de todos por estar gozando de lo que él había iniciado, y sin más se unió al grupo en fervor agachándose y lamiendo las bolas de su amigo el cual solo emitía sonidos guturales como si el tratamiento que recibía le estaba dando placer.
Todos fueron disfrutando de ese cuerpo y unos con otros se comenzaron a besar, se acariciaban sus penes y hurgaban sus culos, lo interesante del caso vino cuando Don Ricardo en esta ocasión si penetró a Héctor después de algunos otros que habían servido como dilatadores de aquel virginal culo hasta ese día.
Los primeros intentos no llevaron a nada pues su gorra era muy gruesa, por lo que Juan vino a la ayuda mamando la verga de su tío y Oscar lamiendo el culo de Héctor para lubricarlo mucho más.
Finalmente Héctor fue ensartado por Don Ricardo y esta vez Héctor si reaccionó, sus ojos se abrieron y de su boca salió un grito del susto y dolor de ser invadido por algo tan inmenso, hizo el intento de levantarse pero Don Ricardo lo tomó bien por los hombros y metiendo su mástil hasta el fondo con su peso sobre el chico logró que este no se levantara y se zafara de su pene.
Héctor miró con asombro a todos que estaban en su alrededor pero más fue su asombro al ver que quien lo sodomizaba era Don Ricardo.
Don Ricardo como pudo abrazó desde atrás a su presa y fue dando besos en su nuca para apaciguar el dolor que este sentía y luego de unos instantes así fue que llegó a su labor y Héctor comprendió lo que ocurría y haciendo su mejor esfuerzo dilató su ano lo más que pudo para que aquella Columna de carne cupiera bien en sus entrañas.
Héctor podía sentir como la gorra de la verga de Don Ricardo pasaba sobre su punto G y como su lengua en su nuca le daba escalofríos que le recorrían toda su Columna vertebral y lo hacía comenzar a transportarse a otro nivel de placer.
Sus amigos al ver la buena reacción de Héctor terminaron sumándose a estos dos y continuaron mamándole, besándolo y haciendo de todo con él y frente a él.
Héctor vio como sus amigos y hermanos de juegos se cogían unos con otros y hasta pudo ver como Oscar con Fer se besaban apasionadamente como amantes no como hermanos.
Vio cuando Juan clavaba a Julio y este a su vez se la metía fa Fabio.
Como todos ellos se intercambiaban de pareja y se volvían a clavar unos a otros con pasión y lujuria mientras él mismo era atravesado por esa lanza de carne que lo estaba llevando a las estrellas y lo devolvía a la tierra para procurarle más y más placer.
Aquello era de locura, digno de las noches más lujuriosas del imperio romano cuando en los campos de batalla antes del amanecer los soldados acampando se procuraban unos con otros y hasta su rey complacía y era complacido por todos al igual.
De pronto sintió como Don Ricardo comenzaba a resoplar en su nuca y sus embestidas se volvían más y más fuertes y mucho más profundas que las demás para luego sentir en lo más profundo de sus entrañas como chorros de semen lo llenaban, sentía que eran litros de semen que recibía en sus intestinos y que lo lubricaban mucho más.
Él mismo al sentir a Don Ricardo descargar, comenzó a lanzar bastos chorros de leche de macho acumulada en los días sin copular.
Al tiempo que descargaba su leche Héctor comenzó a convulsionar en espasmos de gloria y placer dando resoplidos que se confundían con los de su macho trinchador y que sus compañeros de orgía al escuchar fueron invadidos de aquel éxtasis lujurioso y sexual a tal grado que uno a uno fueron evacuando sus cargados huevos por las horas de juegos lujuriosos que llenos de testosterona los volvían como fuentes inagotables de blanco semen, que llenaban las entrañas de sus compañeros.
En minutos todos estaban sudorosos y agotados de tanto ejercicio sexual.
Nadie se movió, incluso alguno quedó ensartado en su ano con la verga de su amante para reposar.
Los primeros rayos de sol se asomaban y a lo lejos el relinche de unos caballos se escucharon.
Julio fue el primero en despertar y avisar a sus compañeros de campamento que venia alguien al lugar.
Rápidamente todos se levantaron y al ver que todos estaban repletos de semen por doquier optaron por zambullirse al río para lavar sus cuerpos y mostrarse mejor a quien visitaría ese lugar.
LUDAVAGI
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