Gateando en la noche

Dos hermanos;Fabio, gateó hasta llegar a la altura de Juan y besó sus labios suave y tiernamente con un toque discreto de su lengua en los labios sintiendo como sus cuerpos resbalaban entre si por todo el sudor que emanaban

Gateando en la Noche

Juan estaba en su casa en la colonia San Miguel en Tegucigalpa, Honduras; cenando con su familia cuando llaman a la puerta y sorpresa era Fabio que venía unos días de franco (feriado en jerga militar).

Juan se alegró muchísimo de ver a su hermano mayor que tenía ya varios años de estar fuera de casa porque lo habían asignado en el Departamento de Gracias a Dios donde las comunicaciones y trasladarse hasta la capital es muy difícil y hasta ahora tenía un par de semanas de franco como él mismo decía.

Juan acababa de cumplir los 18 añitos apenas 2 días atrás y Fabio 23 años, eran los únicos hijos de sus padres y crecieron siendo muy unidos además que  todos formaban una familia muy simpática y querida por los que los conocían.

Como era viernes, de noche Fabio decidió que de regalo de cumple a Juan lo llevaría a parrandear con su grupo de amigos y amigas para que ligara con alguna.

Sus padres aprovecharon que se habían quedado solos y salieron por su parte también.

Fabio se arregló bien guapo con una camiseta de licra marcando musculatura y unos jeans que se le pegaban como segunda piel y que marcaban ese culo delicioso que siempre había tenido y que con los ejercicios rigurosos del ejército se había puesto exquisito y muchísimo más duro, no menospreciando ese bulto que marcaba que era regalo de la familia paterna y del cual estaban todos muy orgullosos.

Juan por su parte se vistió con pantalones de tela negra y una camisa de algodón gris plomo haciendo resaltar el color café claros de sus ojos y la piel color aceituna.

La noche fue estupenda y entre el grupo iban dos chicas nuevas al igual que Juan y que eran hermanas de la ex de Fabio.

Juan con esos ojazos no tardó en flechar a una de ellas y se la pasaron besando y apretujándose en cada momento que podían.

La noche llegó a su fin y de regreso Juan no logró sacarle punta al lápiz como decía él a pegar una buena cogida y Fabio por su parte solo salió a dar corte con su novia ya que esta no esperó y comenzó a salir con otro cuando Fabio estaba de servicio.

Llegaron a casa y sus padres dormían con el tv encendido en su cuarto, por su parte Juan le ofreció a Fabio que durmiera con él en la cama matrimonial que tenía ahora y no en el sofá como le tocaría porque en el cuarto que compartían antes con camas pequeñas ahora solo cabía la suya tipo matrimonial.

Fabio no le dio importancia al hecho pues este era su hermanito y toda la vida habían compartido cuarto pero no cama y eso que más da se dijo.

Fabio fue primero al cuarto a desvestirse y quedó en unos bóxer pequeños que se pegaban a su piel haciendo más notorio el paquetón que se cargaba y el rabo que no era de menospreciar.

Juan por su parte se metió al baño directo pues quería quitarse el olor a cigarros y bebida antes de dormir, Fabio al escuchar la ducha se dirigió al sanitario del baño del mismo cuarto que compartiría con su hermano Juan a orinar.

Fabio dejó caer un fuerte chorro de orín y le dijo a su hermanito ¿ hey chavo, cómo está el agua?, a lo que Juan le responde pijuda brother si quieres ven y pruébala.

Fabio no se hizo esperar, se sacó los bóxer y se metió junto a su hermanito (1.80 mts. y 18 añitos) al entrar se sorprendió un poco al ver a su hermano desnudo ya que desde los 14 años no se habían vuelto a bañar juntos.

Putala brother, si que has crecido le dijo, ya hasta culito echaste jajajjaajajja

Se rió Fabio por la broma.

No jodas cabrón, que lo que si he echado es pija y más grande y gorda que la tuya.

Y haciendo un ademan con la mano se tomó la verga con todo y guevos y la mostró a su hermano mayor.

Fabio solo la vio y volvió a reír jajajajajajajajaja   si si ya vi que te creció también.

Que rica y tibita está el agua, de verdad que era necesario un baño con esa sudada que se da en la disco.

Haber pásame el shampoo dice Fabio al momento que estiraba el brazo para alcanzarlo por si mismo teniendo que pegarse a la espalda de su hermano y rozando con su verga en reposo la nalga derecha de Juan.

Juan no dijo nada pero sintió un escalofrío al notar como ese pedazo de carne colgante se le pegaba y como trasmitía calor a su nalga.

Fabio por su parte lo había hecho sin premeditación, pero también sintió la suavidad de aquel glúteo de su hermanito que no se movió un ápice y solo dejaron ambos que el momento pasara.

Y entre bromas y toqueteos Fabio toma un paste de baño para frotar la espalda de su hermano y este solo se deja como lo hacían cuando Fabio era el encargado de bañar a su hermanito menor.

Fabio se concentró en la tarea que hacía y poco a poco fue frotando la ancha espalda de su hermanito que ahora se estaba desarrollando como un hombre guapo y muy bien agraciado gracias al gimnasio casero que tenían.

Una mano la posó en el hombro de Juan y con la otra frotaba en círculos la espalda llegando hasta las nalgas que también frotaba una a una y miraba como cada vez que lo hacía se separaba un poquito esa raja que llegaba al culito virgen de su hermanito menor mostrando entre ellas una fina capa de bello que se encargaba de cubrir ese hoyito que allí habitaba.

Fabio lo hacía al principio por costumbre de bañarlo pero rápidamente sintió como su pene respondía a lo que miraba y estaba palpando con su mano izquierda en el hombro de Juan, una textura suave pero al mismo tiempo fuerte y dura como roca porque así se sentían los músculos de su hermano.

Luego dejo a un lado el paste de baño y tomó shampoo y colocó en su mano una porción generosa y la esparció por toda la espalda ayudándose con ambas manos y por la forma en que lo hacía Juan tubo que apoyarse con ambas manos en la pared del baño sintiendo como su hermano primero estrujaba su hombro suavemente más como caricia que como un apoyo, su otra mano como repasaba su espalda y nalgas; otras veces su hermano mayor lo había hecho cuando eran más pequeños y no le extrañaba tanto como el hecho que a él le comenzara a pasar por su mente si eran caricias o solo que lo lavaba con suavidad.

Fabio por su parte seguía con sus manos el jabón que resbalaba por la espalda de Juan y que fue cayendo hasta las nalgas, mismas que no tardó en tocar con sus manos para lavarlas al tiempo que les imprimía un toqueteo que antes no había reparado en hacer pudiendo sentir la suavidad que su propio pene ya había frotado.

Todo esto sumando al chorro de agua tibia que les caía en sus cuerpos, el vapor que comenzaba a envolverlos y que se sentía sabroso al tacto; fue entonces cuando su pene fue tomando grosor y dando brincos hasta ponerse tieso y apuntando al trasero de Juan.

Los movimientos de las manos de Fabio hacían que Juan moviera su cuerpo un poco y de esta forma en varias ocasiones pudo sentir la punta dura de la verga de Fabio que punteaba en su nalga muy cerca de su raja.

Sentir que su hermano se había excitado al estar frotando su espalda y nalgas hizo lo propio en su verga que también comenzaba a tomar forma y suspenderse por si sola, sin haberla tocado siquiera.

Todo aquello sin haberlo llegado a sentir antes cuando se bañaron juntos innumerables veces.

Las manos de Fabio subían a su espalda y frotaban sus hombros, omoplatos sus costados pasando por su cintura y volviendo a las nalgas que ahora de vez en vez sentían como una punta de lanza permanecía pegada a una de ellas como pidiendo permiso y el mismo no sabía como tomar todo aquello nuevo para si.

El corazón a Fabio se le quería salir del corazón, en el ejercito había visto mas de una vez a algunos de sus compañeros jugueteando con eso pero nunca había participado porque a el no le gustan los hombres, pero que ocurría con su hermanito, sería por el calentón que tuvo con su ahora ex novia.

Su Pene ya comenzaba a babear los líquidos pre-seminales del calentón que tenía y no se atrevía a más porque no sabía como reaccionaría Juan.

Juan no sabía tampoco que hacer, ¿qué decir?, su pecho comenzó a hincharse muchísimo para poder seguir la calentura que esa verga de su propio hermano le estaba causando y que sentía tan bien que no quería quitarla de allí, al contrario quería sentir que las manos grandes y pesadas de su hermano mayor fueran un poco más allá, que cruzaran la frontera de la hermandad y …  no sabía que pensar como llamar a todo eso.

Un momento había pasado pero les parecía que eran horas de frotarse y ser frotado cuando el cuerpo de Juan sin pedir permiso a su dueño movió las caderas a un lado quedando el pene de Fabio en medio de aquella raja que era poblada por un riso de bellos que acariciaban su cabeza.

Fabio no pudo más y pasó sus manos al frente, acariciando el pecho de Juan, rozando con sus dedos los pezones que se sentían duros y paraditos como pequeñas montañas de placer.

Su boca se posó en el hombro de su hermanito que a esta fecha de su vida con apenas 18 años ya era de su tamaño y con un cuerpo encantador.

Juan suspiró al sentir esos labios que rozaban su piel y le besaban suave y cálidamente, tan cálido que la tibieza del agua que los recorría a ambos se volvió algo fría y arqueando un poco su espalda pudo sentir toda la dureza de ese mazo de carne que se alojaba entre sus nalgas.

Juan suspiró y su hermano le besó el cuello y el lóbulo de la oreja, mordisqueándola y acariciando su abdomen con una mano, un pecho con la otra y haciendo con sus caderas un vaivén deslizando su pene entre las protuberancias de carne que su hermanito tenía por nalgas.

Aquello era sub realista pero ambos lo disfrutaban a montón.

Juan cerró la llave del agua y voltio a ver a Fabio estampándole un cálido beso en la boca.

Ambos se tomaron sus caras entre las manos y volvieron a besarse.

Esta vez fue un beso largo en donde sus lenguas por primera vez rozaban la lengua de otro macho y este macho era su propio hermano.

No había nada que decir, las cartas se tiraron y así como estaban, desnudos y con sendas empalmadas que se cruzaban como espadas en plena faena salieron del baño directo a la cama que les esperaba.

En la cama cayeron cuan largos eran y pasaron a besarse apasionadamente, descubriendo el deseo que uno tenía por el otro.

No hay forma de describir su encuentro y el sentimiento que estos dos hermanos estaban aplicando a cada caricia y beso que se propiciaban, sus dedos recorrían cada centímetro de sus cuerpos volviendo a conocerlos, haciéndose vibrar uno y otro, sus pechos hinchados por la excitación y sus penes como astas.

Fabio fue poco a poco bajando por el cuerpo de Juan y mordisqueando al tiempo que besaba uno y otro pezón que al paso que iba hacía temblar al hermanito que ahora se mostraba como todo un hombre de verdad.

Pronto llegó a sentir bajo su mentón una barra caliente de carne que daba saltos de excitación y que tomó con su mano para con la otra acariciar ese par de bolas que eran los testículos bien cargados para con su lengua acariciarlos succionándolos un poco soltandolos y verlos rebotar contra el cuerpo de su dueño, luego tomar el otro y jugar con ambos comprobando con la mano su peso y tamaño.

Tras eso, no podía dejar de menos un calor que emanaba de la barra de carne gruesa y grande que su hermanito desarrolló y que sentía como un pedazo de brasa quemándole la piel de la mejía cada vez que la rozaba.

Su lengua subió por su tronco hacia el glande dejando una leve platina de saliva que servía de pista a sus labios para dar besos y a sus dientes para pequeñas mordeduras que hacía a Juan vibrar del deseo de ser amado.

Juan cruzando los brazos tras su cabeza pudo comprobar que su hermano mayor Fabio tenía su rostro entre sus bolas y su lengua jugaba a ratos con el tronco de su verga y estirando la vista podía notar el resto del cuerpo que se presentaba como un terreno que pronto exploraría y que tenía en su mitad un par de cerros llamados glúteos que le hacían suspirar.

Fabio sintió que la pelvis de Juan subía y bajaba a medida la excitación se incrementaba y pronto la cabeza de la verga de Juan llenó sus cavidades y pudo sentir que el glande de Juan era grande y carnoso como si de un hongo de campo francés se tratara y del cual emanaba un hilillo de precum que le supo a gloria esa gloria que el no sabía que se estaba perdiendo al dejar de lado el sexo con un hombre y que ese hombre era Juan, su hermano.

Metiendo la cabeza de la verga de Juan en su boca, su lengua inexperta supo bien que hacer porque Fabio inexperto y sorprendido de lo bien que aceptaba hacer aquello más lo rico que sentía cada vez que con la punta de la lengua hurgaba en el ojo de ese pene y frotaba el frenillo de esta verga en su paladar se untaba un líquido que su cerebro reconoció como el precum sin haberlo probado antes.

Poco a poco el pene tomó posiciones dentro de su boca que nunca creyó que se pudieran realizar porque cuando menos lo esperaba sus labios toparon con la base, su nariz con los pelos del pubis y el glande que hacía poco estaba en su boca ahora se alojaba en su garganta.

Fabio sintió a Juan cuando se retorció del gusto de penetrarlo en un orificio tan apretado porque la cabeza de hongo que se tragaba era grande y carnosa pero cupo sin dificultad en su garganta.

Pronto comenzó un mete y saca que nunca creyó llegar a hacer, era riquísima esa barra de carne que chupaba, lamia y absorbía con glotonería y placer; su lengua palpaba cada milímetro de su diámetro al tiempo que su hermano con sus manos se aferraba a las sábanas de la cama haciendo movimientos que solo un macho bien excitado tendría a bien hacer.

Juan posó las piernas sobro los hombros de Fabio jalándolo a modo de meter más su riatota en la boca de su hermano, aquello era lujuria de machos que se querían, que se deseaban, solo un macho que tenga a otro con la verga hasta la garganta puede saber de lo que se traían estos dos.

No se podía medir el tiempo que transcurría pero esas mamadas que Juan recibía solo un macho de la altura de su hermano se las podía dar y de repente comenzó a sentir que sus gemelos se alistaban a lanzar todo el semen acumulado y lo agregado por tanta excitación y dijo: Fabio, mmmeee  vengo Fabio, mmeee vengoo y Fabio no se sacó la verga, comenzó a succionar la cabeza gruesa y en forma de hongo de su hermano con más ritmo y determinación para que la descarga diera en su boca y no botar nada de semen que saldría de allí.

Fabio siguió y siguió y Juan se tensó y su primer chorro de abundante y caliente semen inundó la boca de Fabio y este a su vez trago como pudo pero sin dejar de notar la sensación agridulce con toques como de frutas que su hermano le regaló, a ese chorro vinieron más muchos más y Juan tenía movimientos espasmódicos a cada uno de ellos dejando caer sus caderas en la cama y levantándolas al venir el otro haciendo que el primer chorro fuera en la boca pero casi todos los demás fueron en la garganta de su hermano mayor.

Uffff, fue todo lo que escuchó Fabio.

Juan dejó caer por última vez su cuerpo empapado de sudor con la verga aun en la boca de Fabio quien pegó los últimos lametazos y chupadas para no desperdiciar nada de ese fabuloso néctar que su hermano le brindó.

Fabio, gateó hasta llegar a la altura de Juan y besó sus labios suave y tiernamente con un toque discreto de su lengua en los labios sintiendo como sus cuerpos resbalaban entre si por todo el sudor que emanaban y colocándose a su lado recostó su cabeza sobre el pecho de Juan del cual solo logró escuchar “Gracias Fabio, nunca supe que esto fuera posible de realizar”.

Ambos, rápidamente sintieron las caricias de Morfeo en sus cuerpos y abrazados desnudos durmieron a bien.

Continuará…

Ya saben que nombres y lugares se cambian por aquello de los conocidos.

LUDAVAGI

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