Gata inocente tomando el sol desnuda

Cosas que una no ve y ve el de al lado.

GATA INOCENTE TOMANDO EL SOL DESNUDA.

Me gusta estar así, desnuda al sol de la mañana. El sol entra en el salón de 10 a 12 y es la hora de tomar la ración diaria de vitamina D. Nadie nos puede ver , el ventanal da al río, el piso es muy alto, las casas delante son más bajas, las iguales o un poco más altas están en lateral y lejos.

Me gusta estar así ofreciendo mi cuerpo al sol, mi hombre desnudo, tumbado a mi lado. Calentitos, románticos tomados de la manos.

  • ¿ Sabes que te quiero? - le digo mimosa.

  • Sí, chiquilla , y yo a ti. Eres una buena compañera de encierro. Nos ha venido dios a ver con tener tus padres abajo. Es cojonudo para todos, A ellos porque los críos les hacen compañía y no están solos y a nosotros porque tenemos ratos para estar solos.

  • Lo que me gusta es que el niño le encante estar con sus abuelos, durmiendo allí todos los días. La niña se baja alguna noche, creo que por celos del hermano.

  • Nena, eres una inocente total. Tu niño ya no es un niño, es un chico ya

  • Ya sé que no es un niño, este verano se ha echado una noviecita, muy linda por cierto.

  • Nena, inocente como un cubo. Tu hijo quiere estar abajo porque desde la ventana de su cuarto tiene vistas a otras casas y anda con unos prismáticos espiando a más de una encerrada... y se mata a pajas , que está en la edad.

  • De verdad … ¿ crees eso?.

  • Estoy seguro y con esa noviecita que tú dices tenía pinta de darse unos magreos de campeonato y puede que hasta hacer unas pajas compartidas . Es que vas mucho de señora abierta y … eres una inocente.

  • Entonces, ¿ soy una nenita inocente?- pregunto mientras mi mano comienza a acariciar su vientre.

  • Para algunas cosas sí... para otras no.

Me giro, levantándome un poco, al apoyarme mi mano abandona su cuerpo, busco su boca. Le beso, un beso que comienza tierno, con nuestros labios apoyados y se va convirtiendo en pícaro cuando mi lengua recorre los recorre y empuja buscando entrar. Mi marido se deja hacer y el beso se hace más tórrido.

Paro y le miro a los ojos.

  • De verdad ... ¿soy una niña inocente?

No contesta , sólo sonríe. Saco la lengua y le vuelvo a lamer la boca, y bajo por la barbilla camino de su cuello. La ruta hacia el pecho es lenta . Me gusta sentir su vello, el sabor del sudor de su piel. Llego al pezón derecho. Juego con él. Lengua, saliva, labios que chupan, dientes que mordisquean. Sé que le encanta que le muerda las tetas. Y lo hago, suave al principio, luego apretando más para que sienta un poco de dolor.

Vuelvo a darle a penas un piquito, mientras lo hago echo una mirada al pene. Se le ha empezado a alegrar. Vuelo a atacar los pezones. Mezclo lamida , chupetón y mordisco. No uso las manos, solo la boca.

Luego empiezo la bajada por el vientre, chupando recorro la piel que une el pecho con el ombligo. Me encanta su ombligo. Es un agujero redondo con una pequeña medialuna. Meto la punta de mi lengua y escarbo.

Levanto la cabeza para mirarle a los ojos y decir en un ronroneo:

  • Soy una casada inocente y vos un marido vicioso.

  • Eres una gatita .

  • ¿ Una gatita inocente?

  • Y juguetona.

Lamo la bajada hacia su polla, está más gorda, empezando a levantarse. Me paro. Me coloco de modo que mi teta izquierda roce su piel. Y paso mi lengua por la base de su pija mojando su pelambrera. Al hacerlo queda el palo desnudo, libre, está bastante duro.

Sé lo que quiero, solo lamerlo como una gata. Paso la punta de la lengua de abajo a arriba y luego el camino inverso. Voy rodeando la verga con mi lamida, lento al principio, luego jugando a lametones muy rápidos como si fuera un plato con leche.

Está duro. Y entonces me quedo mirándole a los ojos.

  • La casada inocente … se va a meter en la concha este pedazo de polla y su marido le va a dar gusto porque es un macho muy cerdo y le gusta mucho tener una hembra tan cariñosa de esposa.

Me levanto, me estiro, quiero que vea el cuerpazo que tengo. A pesar de la gimnasia el encierro me ha puesto unos kilos de mas y estoy buenorra, maciza. Me giro, quedo mirando al sol, pongo un pie a cada lado de sus caderas y voy flexionando mis piernas hasta que siento en mi sexo abierto el roce de su pija en alto. La agarro con la izquierda y me arrodillo apoyando la derecha para no caerme. Coloco el cipote en la puerta de mi vagina. Y bajo sintiendo como entra.

Me la clavo hasta dentro, me quedo parada, disfrutando de sentirme llena de macho. Respiro a fondo para llenarme de vida. Apenas me muevo. Sentirle dentro me gusta. Me veo como una diosa empalada al sol que me calienta la piel. Y me quedo así, respirando, sentada sobre mi marido con su polla dentro.

Es él el que me agarra por la cintura y comienza a moverme. Adelante, atrás , a un lado y a otro. Mi mano izquierda baja hasta la unión de nuestros cuerpos y abre el camino para que mi clítoris quede al alcance de la otra mano. Y me acaricio mientras tengo la pija en mi vagina empapada.

Poco a poco me voy yendo hacia el orgasmo. Mi marido se da cuenta, lo debe notar en como respiro. Y mueve su pelvis para darme un golpeteo de polla en mi interior. Ahora las manos me suben y bajan. Seguimos, seguimos hasta...

  • Nena, ¡ ahí va!- me dice . Está listo para soltar su leche.

Acelero la caricia en el botón duro y rosado hasta que llega la ola.

¡ Yaaa! - y me vengo

Nos quedamos quietos. Disfrutando del momento.

  • Mi querida esposa, eres una inocente señora que folla de puta madre. Te quiero, vamos a darnos una ducha y a bajar a ver como sigue la familia.