Gangbang

Relato de uno de los gangbang que he participado

Gangbang

No era el primer gangbang en el que participaba ni iba a ser el último.

Lo que si os puedo asegurar de que se trataba de un gangbang real, no el fruto de una imaginación caliente ni tampoco se parecía a los que había visto en películas pornográficas;

era uno real y verdadero, con gente normal, bien normal.

Algunos sábados por la tarde quedaba con conocidos para un gangbang, por lo general los había contactado en algún chat o por un buscador, que entonces usaba. A alguno de ellos lo conocía de alguna fiesta anterior, otros era la primera vez que asistían.

Quedamos en una cafetería que estaba cercana a la habitación ya habíamos alquilado previamente.

Antes de seguir con el relato me presentare a vosotros, mi nombre es Mabel, por aquel entonces yo tenía algo más de cuarenta años, hacía más de diez que me movía por el ambiente liberal de los clubs swingers de la ciudad,

y sentía predilección por el sexo en general y por las fiestas en particular.

Yo era delgada, con melena corta de color rubio, ojos verdosos, bien proporcionada físicamente, mí aspecto aún hacía girar la cabeza a más de un hombre. Me arreglaba para asistir a un gangbang, para esta ocasión había escogido un vestido de color blanco, era corto, ajustado y bastante sexy.

Cuando llegue al punto de encuentro ya habían llegado los cuatro conocidos convocados previamente. Me dirigí hacia ellos y me presente saludando a cada uno de ellos.

En primer lugar recibí un beso en los labios a modo de saludo de bienvenida,

luego dijo su nombre, era Carlos, debía de tener poco más de 30 años y según dijo era soltero, era su primer gangbang. Salude también a Juan Carlos, lo conocía de anteriores fiestas, tenía unos 41 años y estaba casado, era el único que previamente había participado conmigo en un

gangbang. José me abrazo dándome un par de besos en las mejillas, era el más edad de los cuatro, era su primer gangbang y era viudo. Matías era el más joven, debía de tener un poco más de veinte años, también me pareció

el más atrevido, al saludarme puso sus manos sobre mis pechos.

Los cinco estuvimos hablando cordialmente de diversos temas y particularmente sobre las citas a ciegas y los gangbang. Juan Carlos, comentó como se desarrollaban y otros detalles de mis fiestas. Carlos me sentó sobre sus piernas, se le notaba mucho su deseo hacía mí, además sus manos no estaban ni un momento quietas, constantemente me hacía caricias. Matías se las daba de ser todo un amante experto, pero pronto me di cuenta de sus limitaciones, me dio la impresión de que hablaba mucho, seguramente demasiado.

En un aparte, José me confeso que, desde que enviudo, hacía tiempo que no había estado con una mujer, y añadió que solamente había ido alguna vez con prostitutas. Le daba corte estar entre gente más joven y no sabía muy bien a que atenerse.

Juan Carlos les explicó a los demás su anterior participación en un gangbang conmigo, le escucharon e hicieron algunas preguntas, él se recreó al responderlas. Aunque no hablará mucho José mantuvo la atención al hablar a los demás de sus experiencias sexuales, sobre todo la de Matías.

Cuando fueron las seis de la tarde les dije de ir hacía la habitación.

En la calle José me cogió de la mano, quizás él quería demostrarme su agradecimiento por contar con él aquella tarde, quizás buscaba alguna complicidad, los demás nos seguían detrás.

Entramos los cinco en el apartamento que habíamos alquilado hasta las diez de la noche. Puse un casete con música que había traído de casa y nos servimos unos tragos que nos habían dejado para consumir. Charlamos un rato mientras bebíamos y picábamos unas pastas saladas.

Cuando Carlos me atrajo hacía si, él ya estaba con la camisa y el pantalón abiertos. Me quite el vestido, al tiempo que José besaba uno de mis pechos y Juan Carlos jugaba con el otro, mientras Matías me metía mano en el sexo.

Empecé chupando la polla de Carlos, luego Juan Carlos también la metió hasta bien hondo, al poco Carlos estaba masturbándose mirando mientras se la chupaba a José; luego se acercó y paso su lengua por mi coño mientras me lo estaba comiendo José se corría en mi boca. Así la polla de Carlos y le hice también a él una mamada completa mientras José no me quitaba ojo de encima.

Matías y Juan Carlos hasta ese momento se la tocaban mientras miraban como la estaba chupando a los otros dos, me acerque a ellos y cogiéndolos por la polla se la empecé a chupar por turnos a ambos, le lamí los huevos a Matías Mientras Juan Carlos me lamía el coño. Luego Matías me folló mientras se la chupaba a Juan Carlos.

Continué chupándosela a Juan Carlos cuando José me ofreció su polla y seguí chupándola cuando José me follo. Luego fue Juan Carlos quien me la metió follándome mientras extraía las últimas gotas de la corrida de José

Cambie de pareja de amantes y le hice una paja a Carlos mientras se la chupaba a Matías. Más tarde estaba como un sándwich entre ellos dos, Carlos que me follaba por el coño y Matías lo hacía por el culo.

José empezó a lamerme el culo cuando la estaba chupando a Juan Carlos, este se untó totalmente la polla con vaselina, me senté encima de Juan Carlos introduciéndome su gruesa polla en el culo, y José me la metió por el coño.

Tras ese polvo los cinco estuvimos descansando y hablando; cuando llevábamos un rato Juan Carlos quiso estar conmigo de nuevo, antes les preguntó a los demás si les importaba que él estuviese a solas conmigo. Todos asintieron y me fui con Juan Carlos a la cama.

Antes de regresar al salón donde estaban los otros tres me pregunto si yo quería a todos a la vez como antes o si prefería a solamente uno de ellos, le respondí que según ellos quisieran.

Sentí una lengua como lamía las nalgas y se abría paso entre ellas entrando en el culo, era Matías y quería follarme por atrás.

Estaba tumbada sobre la cama después del polvo Carlos, yacía bastante cansada aunque sabía que aún quedaba uno más, agradecí que José fuese experto y no demostrase su calentura, se tomó su tiempo, me estuvo besando, acariciando y con cuidado me penetró al fin. Necesitaba un polvo como ese.

Al salir todos se fueron según sus compromisos, solamente quedo José que no tenía donde ir, le propuse ir con él a cenar y luego a un club de parejas.