Ganas desenfrenadas
Una noche excitante. Los dos tenían ganas de sentirse el uno al otro. Las ganas no se pudo aguantar más y la noche se empapó de gemidos, jadeos y sudor.
-Y ahora, ¿Qué?- Pregunto intrigada. La cena ha ido muy bien, muy fluida, interesante y excitante. Hemos hablado un poco de todo. Pero el tema estrella ha sido el sexo. Y joder, llevo cachonda desde que empezamos.
-¿Qué te apetece hacer, preciosa?
Me muerdo el labio inferior y lo miro. Él me mira. Nos miramos. Miradas intensas. Miradas cargadas de lujuria. Él sabe muy bien lo que me quiero ahora mismo. Aprieto mis piernas la una con la otra. Sus ojos se desvían y bajan hasta mi perfecto y marcado escote. Sonrío. Este vestido rojo nunca falla. Deja varios segundos su mirada en mis pechos y vuelve a subirla hasta mis ojos. Se han oscurecido. Ahora me mira con lascivia. Como si quisiera devorarme. Estoy ansiosa y terriblemente excitada. Decidida, echo mi cuerpo hacia delante, lo justo para que quedemos cara a cara y solo él pueda escuchar lo que digo.
-Me gustaría probar lo que esa lengua, boca y manos pueden hacer.
Él sonríe. Esa puta sonrisa. ¿Quieres jugar? Bien, juguemos, pues. Vuelvo a mi posición principal. Espalda recta en el respaldo de la silla. Me abro de piernas y tiro la servilleta al suelo.
-Ups, que torpe soy... ¿Me coges la servilleta? -Me mira, sonríe y se mete debajo de la mesa del restaurante. El corazón me va a mil. ¿Desde cuando soy tan descarada? Él tiene treinta y siete años, y yo veinteuno. Joder, debería ser ilegal. Esto está mal. Y más en un sitio público. Pero, madre mía, es tan atractivo... Ojos color café, tiene buena forma física o sea que se cuida bien. Unos brazos... Y una boca... Desconecto cuando unas manos me acarician los muslos. Me abre aún más las piernas y me acaricia por encima de la ropa interior. Jadeo. Quiero ponerme más cómoda pero me percato al instante de dónde estámos, así que no hago ningún movimiento fuera de lugar. Me aparte el tanga y me acaricia el clítoris. Escucho un "joder" proveniente de su boca y sonrío. Con uno de sus dedos restriega mis flujos por todo mi sexo y arqueo la espalda cuando introduce dos dedos en mi interior. Los mete y lo saca rápidamente, penetrándome. Con el pulgar de la otra mano, me frota el clítoris y se me escapa un gemido. Muerdo mi labio inferior de nuevo para no montar una escena. Aunque esta escena ya es propia de una peli porno. Me da un lametón y se retira, apareciendo de nuevo en su asiento.
-¡La cuenta, por favor!
Paga, me pongo bien el tanga y salimos casi corriendo del sitio. Estoy caliente y mi vagina pide a gritos ser comida y follada por este hombre. Llegamos al coche nada más entrar me avalanzo sobre él y lo beso con ánsias. Mete las manos entre mis piernas y me frota el clítoris.
-Quiero follarte. Hacerte mía. Quiero que grites mi nombre. Joder. -Vuelve a besarme pero esta vez más violento. Más atroz.
-Arranca de una maldita vez. -Dicho esto, no tarda ni dos segundo cuando escucho el motor del coche, no sin antes sacarse su maravilloso miembro. Lo miro y sin pensarlo lo agarro.
-Más vale que no tardemos. -Me agacho, le rozo con la lengua el glande y lo dejo chorreando.
Llegamos, por fin, a su casa. Por el camino le he estado masturbando un poco, no mucho para no perder las ganas. Salimos del coche. Busca las llaves en los bolsillos de su vaquero. Abre la puerta de una patada, me coge del brazo y me empuja dentro. En cuanto cierra la puerta me empotra contra esta y me vuelve a besar. Siento su dureza en mis muslos. Me besa el cuello y va bajando hasta mi escote. Alza un segundo la mirada, sonríe y de un plumazo me saca las tetas del vestido. Baja mi sujetador y muerde mi pezón izquierdo, que se pone duro al contacto. Con la otra mano toca mi pezón derecho y este se pone como su compañero:duro. Me coge una pierna y me la pone en su cintura. Él se pega más a mi cuerpo y siento aún más su excitación. Mi coño palpita sin parar. Necesita contacto.
-Vamos a la cama.
-Estoy de acuerdo. Necesito sentirte. -Me besa una última vez y me lleva a su habitación. Me da media vuelta y sin preguntar me quita el vestido. Estoy solamente en sujetador y tanga. Ropa que queda instantes después fuera de mi cuerpo. Me empuja suavemente hacia la cama. Se quita toda la ropa a una velocidad increíblemente rápida y se pone de rodillas al filo de la cama. Me coge las piernas, me atrae hacia sí y me las abre. Echo la cabeza hacia atrás cuando siento su cálido aliento en mi zona más íntima y estrujo mis pechos. Mete dos dedos en mi interior y arqueo la espalda en respuesta. Una vez ya dentro de mí, abre los dedos muy despacio para no hacerme daño y yo gimo sin parar. Joder. Los saca y los mete repetidas veces. Añade su juguetona lengua y cierro los ojos. Lame despacio, sin prisa. Baja hasta mi apertura vaginal y mete la lengua mientras frota mi clítores. Gimo. Gimo. Gimo. No puedo parar de gemir. Vuelve a lamer mi clítoris y lo succiona. Añade de nuevo los dedos. Yo veo las estrellas.
Jadeo.
Gemido.
Jadeo.
Gemido.
Soy todo jadeos y gemidos. Le agarro del pelo y le aprieto la cabeza contra mi vagina. Al segundo capta lo que quiero decirle y aumenta el ritmo de la lengua. Abro como puedo los ojos, me incorporo un poco y veo que se está masturbando mientras me come. Eso basta para que una explosión recorra todo mi cuerpo.
-¡Me corro! ¡Joder! -Me tenso y una corriente eléctrica atraviesa mi cuerpo. Pero él no para. Sigue entre mis piernas. Saboreándome. Deleitándose con mi sabor. Cuando por fin recupero el aliento, me pongo de rodillas, lo tiro a la cama y me pongo encima de él. Lo beso. Bajo hasta su cuello. Beso sus pezones y sigo bajando hasta llegar a su pene. Está caliente y duro. Escupo en el glande y con la mano cubro todo su miembro con mi saliva. Voy rozando poco a poco mis labios y añado de vez en cuando la lengua. Él gime. Busco sus huevos. Hago lo mismo que antes: rozo mis labios y luego añado la lengua. Vuelvo a su polla y me la voy metiendo poco a poco en la boca. Empiezo a mover la cabeza y completo mis movimientos con la mano. Arriba y abajo. Arriba y abajo. Y añado mi preciosa lengua. Lamo mientras su duro pene sigue en mi boca. Le toco los testículos y gime. Jadea. Gime. No aguanto más y me pongo a horcajadas encima de él. Me pone su pene en mi entrada y bajo muy despacio. Suelto un gemido cuando la siento dentro. Me muevo en círculos para lubricar bien y no hacernos daño. Me aprieta el culo y sigo moviéndome así. Cuando ya la siento entera, pongo ambas manos al lado de su cabeza y empiezo a mover el culo hacia arriba y hacia abajo. Lo cabalgo. Me come las tetas. Los pezones me los mordisquea sin parar. Me azota y gimo. Me coge del cuello. Me mira. Lo miro y me muerdo el labio. De repente paro y sigue él follándome.
-¡Ah! Joder, sí. -Digo como puedo. ¡Zas! Azote. Gimo. ¡Zas! Otro. Gimo más fuerte. Empiezo a moverme yo también de nuevo. Pongo ambas manos en su pecho y me muevo hacia delante y hacia atrás. Mis tetas botan y él las atrapa con las manos. Estamos los dos sudorosos ya, pero no nos importa. Me quito de encima, me pongo en 4 y en un segundo lo tengo comiéndome de nuevo el coño. Gimo. Echo la cabeza hacia atrás y vuelvo a gemir. Esa puta lengua. Me azota de nuevo y entra en mí sin problemas. Me agarra el pelo y tira de él haciendo que me excite más.
-Vaya culo tienes, joder. -Me roza el ano con el dedo y yo me dejo hacer. Estoy demasiado excitada para decirle que pare. Me suelta el pelo y aprovecho para tocarme el clítoris.
-Estoy a punto de venirme, preciosa.
-Yo también. ¡No pares!-Le grito. Me embiste cada vez más fuerte y yo froto más rápido el clítoris. Me azota dos veces más y siento que me elevo al cielo. Siento el clímax en lo más profundo de mi ser y me dejo ir. Segundos después saca su pene de mí y se corre en mi espalda. Dejo unos segunos que respire y luego, sin decir nada, me quita su semen de mi cuerpo y caigo exhausta en la cama.
By: @jenny_moraales