Ganandome mis tetas

Mi padre me promete que después de esto, me pondría mis tetas

Mi vida siendo la puta de mi papá era lo que yo deseaba, me usaba como su bolsa de semen y orina, además de rentarme como puta de otros hombres e incluso ver como me destrozaban el ano, me consentía dándome lo que quería, tomé el puesto como su mujer y se venían cosas mejores.

Obviamente nuestra vida estaba alejada de lo normal, por ejemplo, cuando a mi papá le daban ganas de orinar hacía que me pusiera de perrito para meterme su verga y empezaba a orinarse dentro de mi, cuando acababa me ponía un tapón que embonaba perfectamente en mi ano para después ir al baño, quitarme el tapón y soltar toda la orina de mi papá, y por lo regular eran ríos de orina que salían de mi ano, aunque en ocasiones sólo ponía su verga en mi boca y orinaba mientras yo me la tragaba.

También me decía que no me limpiara el culo después de ir a cagar si íbamos a coger porque usaba mi caca como lubricante y cuando ya estaba seca en mi ano, se orinaba dentro para limpiármelo.

Me encantaba que me cogiera donde fuera, al despertar en nuestra cama, en el baño, en la sala, en la cocina, en el comedor, en el coche y me encantaba más porque me compraba disfraces que me hacían ver como una verdadera puta y cuando me ofrecía con otros hombres a ellos les encantaban también.

Un día mi papá y yo estábamos cogiendo y sentía como su verga palpitaba dentro de mi ano para soltar su semen en mi, al hacerlo la sensación de su semen dentro de mi no cambiaba desde la primera vez, me sentía feliz al ser su contenedor de semen. Cuando terminamos me dijo que le encantaba como me había crecido el culo, la verdad ya lo tenía más ancho, no sabía si era por el ejercicio o las metidas de verga que me daban, pero me gustó que me dijera eso, además me dijo que había otro cliente, y lo que me emocionó fue que me dijo que terminando con este cliente me llevaría a ponerme mis tetas, por fin sería una verdadera perra con mis melones.

Aquella noche antes de ir a ver al cliente mi papá me dijo que era un tipo que yo conocía, se refería al señor Fausto para el que yo trabajaba, le dije que no había problema, después el dijo que Don Fausto había pedido que fuera mi papá también porque quería que participara, por nosotros no había problemas, así que nos dispusimos a irnos, yo llevaba un traje de colegiala con media blancas y tacones negros, así lo pidió Don Fausto y al cliente lo que pida.

Llegamos a su casa, nunca supe donde vivía ni cuando trabajaba con el, fue la primera vez en ver su casa, bastante grande y linda, nos recibió y me tragó con los ojos el viejo cabron, me tomó de la cintura y me dio la vuelta mientras levantaba un poco mi falda para apretar mi culo, saludó a mi padre y le dio el dinero, seguido de eso le pidió a mi papá que se quitara la ropa mientras el iba a buscar unas cosas.

Después de un rato volvió con una caja de madera mediana, mi padre y yo estábamos listos el también estaba desnudo, no perdió el tiempo, abrió la caja y sacó una correa y me la colocó, me ordenó que me pusiera de rodillas y le dijo a mi papá que se sacara la verga para que se la empezara a mamar, mi padre lo hizo y yo cuál becerro con hambre empecé a mamarle la verga a mi papá, Don Fausto hacia lo suyo masturbándose hasta que se animó también y se acercó para jalarme del cabello y hacer que también le diera duro a su verga.

Ahí estaba, pasando mi boca de verga en verga, mientras recibía cachetadas de parte de ambos, eran muy bruscos, me jalaban de las greñas y me ahogaban con sus pitotes que ya eran unas cosas venosas cabronas, pasó un tiempo y el viejo se dirigió a su caja de nuevo para sacar más cosas, entre las que vi una especie de pinzas, un par de cinturones de cuero, y velas, cuando vi todo eso supe que iba a terminar medio muerta esa noche. El viejo empezó por ponerme de pie, quitarme mi blusita y ponerme las pinzas en los pezones, me dolió al principio, pero después se hizo placentero, me jalo de la correa y me llevó hasta el sillón.

Ya en el sillón me levantó la falda y me quitó la tanga, se agachó y abriendo mis nalgas, le dijo a mi papá que me mamara el culo, el cabron de mi papá ahí va y empieza a limpiarme el culo con su lengua y el viejo se puso en frente de mi y empezó a mamar mi verga, era una muy rica sensación, dos lenguas lamiendo ahí abajo, que rico. Después de eso, el señor me levanta, me toma del cabello y me da un beso, me voltea y hace que me ponga de perrito, vuelve a su caja y regresa por las velas y los cinturones, de los pezones ya estaba bien roja por las pinzas.

Me ordena que siga mamándole la verga a mi papá y eso a mi no me lo digan 2 veces, estaba yo succionando ese trozo cuando siento un cinturonazo que hizo que se me saliera la verga de mi padre de la boca, le dije que era un pendejo y mi padre me golpeó y me puso su verga en mi boca diciéndome que al cliente no se le habla así, que me iba a azotar con esos cinturones y me iba a echar cera caliente las veces que ese cabron quisiera, yo miraba con desprecio a mi padre mientras se la mamaba y le así una grosería con la mano, pero bueno, una parte de mi quería experimentar ese dolor. El viejo le dio a mi papá una vela encendida y el tenía otra y cuando empezaron a derretirse, los cabrones empezaron a dejar caer la cera en el culo resbalándose un poco a mi ano.

Yo ya estaba casi chillando y mamando porque si dolía, pero me encantaba que me usaran como una verdadera perra sumisa, y eso debió excitar al viejo, porque no había pasado mucho tiempo cuando descargó su leche en mi ano, se sentó y simplemente nos vio a mi papá y a mi seguir cogiendo, esperaba más acción pero bueno, mi papá se vino y se acabó, pagó el viejo y nos fuimos.

Volviendo a la casa, mientras mi papá y yo nos bañábamos, me felicitó y me dijo que el día siguiente empezaría mi operación para ponerme mis tetas, para no hacerles el cuento mas largo, después de 1 mes ya tenía mis tetas trabajando, eso, con mi culo y mi tratamiento hormonal, era toda una perra, mi papá estaba fascinado, parecía niño recién nacido colgándose y mamando de mis pezones, y los clientes crecían más, y la mente se me desviaba más, a tal nivel de hacerlo con animales, pero eso será en el siguiente relato, pero si quieren ver mis tetas operadas no duden en enviar un correo bebés.