Ganándome las Comisiones.

Llevado por el placer, esté me dice… “Esmérate en chuparme la polla maricona, ponérmela bien a punto, pues tengo en mente tumbarte y metértela en ese pedazo de coñito que tienes”.

Ganándome las Comisiones

Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea mediamente al mismo portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais animo a continuar, siguiendo a plasmar mis confidencias. Bueno comienzo…

Mirad, desde hace años y viendo como estaba el panorama laboral, deje pasar unos años como sabáticos, años que trabajaba en mí empresa, pero mi jornada laboral se había recortado notablemente, eso o que comencé a trabajar en turnos rotativos. Cosa que me hizo sondear el mercado laboral, viendo lo poco que había donde escoger o la verdad la cantidad de gente que hay para un solo puesto, personas que están mucho mejor preparado o simplemente, son mucho más jóvenes.

Pues viendo mi nivel económico me dio por probar diferentes puestos laborales, escogiendo más por la libertad de horario el de vendedor. Comencé muy fuerte, preparándome a tope para mis visitas, tomando conciencia que en cada una de mis visitas con el cliente es diferente al resto, estudio lo que tiene y sus posibles necesidades, preparando un argumentarlo y unas posibles objeciones, preparo los productos que voy a ofrecer, sabiendo de sobra que una buena base y preparación es fundamental. Os puedo adelantar que he tenido diferentes experiencias, experiencias que han sido satisfactorias y otras no, nunca pensé que este tipo de trabajo me daría tanto, no pensé en el margen de éxito que tendría respecto al sexo.

Hace un par de semanas haciendo un sondeó por una zona, pude quedar con una serie de personas en sus domicilios. Personas que tras hacer las llamadas oportunas acabe por quedar, quedándome la agenda llena. Una de estas personas era Octavio, caballero de sesenta y ocho años que tras indagar en su momento, supe que era viudo desde hace catorce años. Detalle que me sirve para descartar algunos productos, tras mirar su ficha veo que vive solo, trabajador y que, aunque jubilado aún trabaja, pero por cuenta propia. Este estudio sobre esta persona me ha servido para poder concertar un encuentro con él, quedando en pasarme sobre las cuatro y media de la tarde en su domicilio.

Tras llegar a cinco minutos de la hora fijada, pulse el pulsador del portal, puerta que abrió sin llegar a preguntar quién era, tras entrar y subir las escaleras hasta su domicilio, pulse el timbre de la puerta y esta se abrió tras unos minutos. Tras presentarme, esta persona me invita a entrar muy cortésmente, invitándome a entrar a su salón, pasando por invitarme a beber algo… cosa que rehusé amablemente. Invitándome a que me sentara, sentándome precisamente frente a él, una vez que espere a que el primero se sentara, sentándose este en un sillón orejero de cuero quedando frente a mí. Tras dar el primer paso, comienzo a soltar mi argumentarlo, aquel con el cual le convencí mediante el teléfono, argumentarlo que me toca ahora repetírselo, pero en persona.

Alega algunas objeciones que con rapidez contesto, luego a raíz de estas objeciones le da por contarme alguna anécdota basada en su vida cotidiana, acabando por soltar alguna carcajada. Mi presencia me da la sensación que le ha sentado bien, pues no pone objeciones sino todo lo contrario. Recuerdo que en un momento dado y aunque fue fugaz, no siendo quizás más de un minuto, tiempo que me dio por fijar mi vista en su entrepierna, pues se le aprecia un bulto considerable. Tiempo que con rapidez aparté la vista, dando por hecho que este no se ha dado cuenta, continuando como si nada. Pero tras tres cuartos de palabrería, donde notas que el ambiente ha cambiado, percibiendo en él una actitud diferente, no mostrándose tan dialogante o comunicativo como al principio. Comenzando a poner trabas, no dejando de poner pegas. Soltándome...

  • "Vale... vale, me parece muy bien pero aún no me has convencido del todo, vas a tener que emplearte mucho más".

Viendo su actitud, tuve que cambiar mi argumentarlo, mostrándome más abierto, replicando sus objeciones con solidas respuestas e información basada en estadísticas, informándole de garantías y coberturas que le cubren. Tras soltarle como yo diría todo mi arsenal, no sabiendo ya que soltar, acabe por decirle...

  • "¿Qué desea usted?".

Lo vi mirarme sonriente, una silueta en sus labios picarona, viéndolo como una persona diferente al que me abrió la puerta. Mi pregunta lógicamente era comercial, no iba con segunda y menos aún lo pensaba, quizás porque pienso que en este mundo nos conocemos todos. Mi intención era totalmente inocente, no soy ingenuo ni persona que puedan quedarse conmigo, quizás porque cuando si está trabajando... va a lo que va. Aunque también es verdad que una visita no va siempre ligada a una venta o al menos necesariamente, pero es verdad que es su cometido. Pero este hombre de aspecto bonachón, mirándome fijamente al tiempo que con su mano derecha se frotaba su muslo. Muslo que en verdad era el bulto que tenía pegado a este, sonriente con malicia mientras me hacía entender como estaba. No pudiendo fijar mi vista de v

Soltándole…

  • “Ya no sé qué más decirle, creo que he tocado ya todos los temas…”.

Cortándome él la palabra y tras mirarme sonriente, me dice…

  • “Todos no has tocado, quizás ese sea el problema, ¡creo que deberías de tocar otro tema, uno bastante gordo… uuummm!!”.

Me dice al tiempo que veo como se baja la cremallera del pantalón, introduce su mano en el interior y tras costarle algo de trabajo, acaba por sacarse fuera su miembro, cosa que os debo decir que para nada esté estaba flácido. No deja de mirarme pícaramente, claro está con doble intención, acabando por soltarme…

  • “Sabes me convenciste por teléfono por uno... uno que tengo en mente que hacer, luego aquí cuando has comenzado por hablarme por otro... como que también”.

Calla y continúa…

  • “Pero debo confesarte que, aunque tenga mis más y menos con mi actual compañía, ha sido precisamente tu desliz o al menos eso creo. Pensamiento que me ha hecho comprender, que yo también puedo sacar tajada”.

Observador, acaba por preguntarme...

  • "¿Por qué tú irás a comisión… verdad?".

Moví mi cabeza en forma afirmativa. Continuando éste al tiempo que se magreaba su bulto, notándose una mancha humedad casi a medio muslo. Volviendo a decirme...

  • "Pues vamos a ver cómo te ganas tu comisión, pues desearás llevarte todos los productos posibles y sacar un buen tajado, ¿verdad?".

Bajé la mirada hacia el suelo al tiempo, haciéndole comprender que era cierto sus palabras. Volviendo a decirme…

  • "Esperó que cuando te marches, te vayas tan satisfecho por tu trabajo como yo, cuando me dejes".

  • “Demuéstrame que toda esa labia que posees, también lo sabes demostrar sobre el terreno”.

Mientras me decía esto, el echándose hacia atrás al tiempo que dirigía sus manos a su bragueta, bajándose la cremallera tras introducir su mano por esta, acabo por sacarse su miembro fuera... uuummm!!. No pude evitar clavar mi vista en ese trozo de carne, viendo como este deslizaba su mano a lo largo de su tronco, aprovechando la segregación que salía de la punta de su glande… uuummm!!. Viendo mi actitud silenciosa, me soltó...

  • "!Te recomendaría que te desvistieras, no creo que quisieras mancharte ese impecable traje¡".

Mientras me soltaba su proposición, dejo de masturbarse y se reclino hacia atrás en su sillón, al tiempo que dirigía ambas manos al cinturón de pantalón. Cinturón que, tras soltarlo de su hebilla, continuó por desabotonar el botón del pantalón al tiempo que se descalza. Acabando por sacar sus pantalones por sus piernas hacia abajo, repitiendo esto mismo con los calzoncillos, quedándose semí desnudo a expensa de su camisa. Me miró y soltó...

  • "A qué esperas… necesitas una invitación o qué”.

  • “¿Qué haces que aun estas vestido?”.

  • ”Venga hombre desnúdate, aligera que no tenemos todo el tiempo. Venga apresúrate que debes de mostrarme como te ganas tu comisión".

Decir esto y alargar su brazo izquierdo hacia el sofá, pellizcar un cojín que había y tras cogerlo, acabo por tirarlo a sus pies, soltando...

"Mira te pongo esto para que estés cómodo, no vayas a hacer que te hagas daño en las rodillas".

Disponiéndome yo a despojarme de mis prendas, comenzando por la chaqueta y la corbata, continuando por ir desabotonando cada botón de mí camisa y me descalce. Momento en que este me soltó...

  • "Venga date prisa hombre. Venga desnúdate… venga que te quiero ver desnudo completo, mira si quieres te dejo al menos que te quedes con los calcetines".

Dijo riéndose, mientras me ve como me suelto la hebilla y deslizo el cinturón, desabotono el botón y bajo la cremallera, comenzando a bajarme los pantalones hasta que este me soltó…

  • “¿Qué llevas bragas?, menuda nenaza que eres, esto no me lo esperaba la verdad”.

Sorprendido por su comentario, respondo…

  • “No… no, esto no es una braga, sino un tanga masculino”.

Acabando por quitarme el pantalón, quedándome en mi tanga masculino como única prenda, tanga que cuando me gire a modo de poderme sujetar en algo a modo de quitármelo. Me gire y me incline a modo de bajármelo, momentos en que le mostré una panorámica de mis glúteos desnudos, glúteos que la prenda como es obvio se mostraba metida entre mis cachas. No pudiendo esté, acabar por soltarme…

  • “No… no te lo quites, me gusta cómo te sienta, no solo porque parece que llevas braguitas de chica, sino porque tapa esa parte de tu anotomía que no deseo mirar”.

Nada más escuchar esto último, cojo y me da por decirle...

  • "No creí que a usted le gustara los tíos".

Replicándome este...

  • "Gustar... gustar, no me gustan, pero cuando uno a mi edad no encuentra mujer que le interese lo mismo que a mí, pues la verdad como que no deseo ir a buscarla”.

  • “Además, no sabes tú lo que se gana al no tener a alguien que te conteste, replique, te mandé, pida u ordene a cada momento del día”.

  • “El estar con un chico salió casualmente, no lo busque y la verdad es que me salió redondo. Pude comprobar que en algunas cosas no es tan diferente a las chicas, ambos tenéis la boca en el mismo sitio, ya que solo depende de las ganas que tengáis y la implicación”.

  • “Y continuas por el disfrute, el morbo y porque no… la curiosidad, no te puedo negar que me han salido más de una maricona que me han dado mucho gusto. Gustándome, sobre todo, ¡aquellas que son putillas dóciles y sumisas… uuummm!!”.

Acabar de hablar y con un gesto de su dedo meñique, me indica que me arrodille sobre el cojín, cosa que finalmente hago una vez que este coge un bolígrafo y el manojo de pólizas. Preguntándome…

  • “Bueno, ¿Dónde debo de firmarlas, cuando acabe de leerlas?, bueno eso sí te sabes ganar tus comisiones”.

Mirándole, acabo por arrodillarme, alargando mi brazo derecho hasta que agarro su miembro, me inclino hacia él hasta que su glande roza mis labios. Esté suelta una bufanada y suelta…

  • “Muy bien perrita, veamos como lo sabes hacer”.

Comienzo por lamer su glande, deslizando la lengua a lo largo de su tronco hasta que este solo se introduce en mi boca… uuummm!!. Comenzando a introducirme su miembro, ¡sacándolo y sacándolo en cada movimiento como si copiara la penetración… aaahhh!!. Esté no deja de gemir y suspirar, sentado ahí en su butacón disfrutando, sacándomela de la boca para restregármela por los labios… ooohhh!!.

Escupiendo sobre su glande y volverle a darle lengüetadas y muerdos… ooohhh!!, dándome por mirarle a los ojos, ojos que esté los tiene tornados de placer… uuuffff!!. Volviéndome a tragar esos casi veinte centímetros por cuatro centímetros de diámetro… uuummm!!, chupando ese pedazo de carne madura repleta de venas… uuuffff!!. Ayudándome con mis manos en magrear sus enormes testículos peludos, no dejando esté de decirme…

  • “Menuda mariconada que estas echas, como calladito lo tenías”.

  • “Joder como la chupas, ¡tú has tenido que chupar muchas para tener esta destreza… eeehhh!!”.

Callado me mantengo, chupándole su polla, acabando por ayudarme con mi mano izquierda, pajeándole al tiempo que deslizo mi lengua por su tronco, mientras continuo magreando sus genitales… ooohhh!!. Acabando por descender hasta estos, comenzando por lamerlos y chupárselos, intentándomelos introducir dentro de mi boca… uuummm!!, teniendo en todo momento cuidado de no rozarle con mis dientes… ooohhh!!. Llevado por el placer, suelta…

  • “Esmérate en chuparme la polla y ponérmela bien a punto, pues tengo en mente tumbarte sobre la mesa y metértela en ese pedazo de coñito que tienes”.

Siendo este el que llevado por el placer, acaba por cogerme con ambas manos por mi sien, comenzando a mover mi cabeza al tiempo que su polla entraba y salía de mi boca, moviéndome a modo de follarme oralmente… uuummm!!. Soltándome la cabeza al tiempo que me dice…

  • “No… no, para… para puta, ¡no quiero correrme aún… aaahhh!!, antes quiero follarte un poco… uuummm!!”.

Veo como se levanta y se dirige hacia el mueble del fondo, sacando del interior de uno de los cajones una caja, caja que del interior de esta saca un preservativo. Se gira y me mira, cogiendo y colocándose el preservativo, mientras me dice…

  • “Ponte arrodillado sobre el sillón, prepárate que te voy a follar, vas a ganarte y a conciencia tus comisiones, vamos a ver si te las merece de verdad”.

Dice y pide…

  • “Quítate el tanga maricón, que ahora si molesta”.

Dicho esto, acaba de ponerse el condón, cogiendo algo más del interior de ese mueble, mientras yo me he puesto en píe, me quito el tanga y me coloco me ha pedido, pero en vez de flexionar ambas piernas, solo flexionado la derecha más para facilitar la penetración. En eso escucho sus pasos detrás de mí de como este se me acerca, notando en minutos una de sus ásperas manos posarse sobre mi espalda, mientras la otra acaricia mi pecho… uuummm!!.

Comienza a deslizar su mano por mi columna vertebral hacia mis nalgas… uuummm!!, sintiendo como desciende las yemas de sus dedos y como mi piel reacciona… aaahhh!!, erizándose mi piel y poniéndose la piel de gallina… ooohhh!!. Esté magrea mis nalgas primero, ¡soltándome un par de cachetadas (o bofetadas como veáis) en cada uno de mis glúteos… uuummm!!, dejándome marcado la palma de su mano en mis blancas nalgas, viéndose marcado de forma rojiza… uuuffff!!.

Separa con ambas manos mis glúteos, escupe un par de veces, comenzando a deslizar sus dedos con la saliva, dedos que penetra uno de ellos en mi orificio… aaahhh!!. Arqueándome llevado por el dolor y claro está el placer, dedo que deja unos segundos para sacarlo y escupir de nuevo, volviéndolo a introducir y comenzar durante unos minutos a penetrarme con este… ooohhh!!, continuando poco después a ser dos los dedos que me penetra… aaahhh!!.

Sacando sus dedos y presintiendo que es el momento, no porque haya dejado de penetrarme con sus dedos, sino por sujetarme con ambas manos mis caderas, sintiendo como su glande roza mis nalgas… uuummm!!. Viendo cómo se pone varias veces de puntilla, movimiento que hace que su miembro se deslice por entre mis glúteos… uuummm!!, acabando con este suplicio con una embestida atroz y sentir como media polla me entra… aaahhh!!. Comenzando a moverse, comenzando a penetrarme con violencia, sintiendo el dolor de las formas, ¡pero al mismo tiempo el placer y la satisfacción… ooohhh!!... uuummm!!... ooohhh!!.

Se me pasa por la cabeza la idea de decirle… “Ve más lento”, pero desisto al pensar el tremendo placer que estamos sintiendo… ooohhh!!. No siento mi polla endurecerse, pero si el dolor por los pellizco en mis pezones que me está dando, pellizca y tira con fuerza… aaahhh!!. Chupa y muerde mi oreja, no dejando de insultarme y menospreciarme… ooohhh!!.

  • “Joder, menuda putita éstas echa, ¡si llego a saberlo antes… no te escapas… aaahhh!!”.

Comenzando a alternar mi oreja con mi cuello, mientras no deja de penetrarme, pensando en el tiempo que llevamos… ooohhh!!. Un cambio de actitud, me hace pensar que este se va a correr pronto, pues coloca sus manos en mis hombros. Comenzando unas endiabladas embestidas… aaahhh!!, sintiendo como sus testículos golpean una vez tras otra mis nalgas… uuummm!!. Sacándolo de mí con violencia, no solo no esperarlo, sino menos aun cuando coge y tira de mi hacia atrás, haciéndome perder el equilibrio y caer. Esté no solo no pide disculpas, sino que se ha quitado el preservativo y me lo coloca sobre mi rostro, no esperándome cuando comienza a descargar. Soltándome…

  • “Chúpamela… aaahhh!!, si… si… aaahhh!!”.

Eyacula una parte sobre mi rostro, pero con la rapidez, cojo y tras cogérsela me la meto en la boca, sintiendo como descarga al menos dos o quizás tres chorros de semen, semen que deja en mi boca ese sabor agrio y que no me queda más remedio que tragar… ooohhh!!. Tras sacarla de mí boca, coge esté y se deja caer sobre el sillón a descansar, mientras yo lo hago echado en el suelo. Este respira con dificultad y toce, cosa que en ese momento no me preocupa, quizás más el dolor de mi orificio. En ese momento solo pienso…

  • “Me habrá tomado el pelo o cumplirá”.

Eso y que me debería de dar una ducha antes de volverme a vestir, cosa que finalmente le pido hacer. Esté con una sonrisa picarona, no solo me lo permite, sino que se ofrece a dársela conmigo, cosa que no me queda más remedio que aceptar. Pero en verdad no pasó nada en la ducha, simplemente no dejaba de enjabonarme, sobre todo mi orificio anal, pues no dejaba de intentar introducir cuatro de sus gruesos dedos… ooohhh!!. Cuando me vestí y acabe por marcharme, no me fui precisamente contento del todo, eso sí… no me podía quejar por las cuatro pólizas que me había firmado, pólizas muy bien ganadas que me generaría una cuantiosa comisión.

Sino en verdad por el dolor de ojete que tenía, eso y que me marché con la promesa de volver de nuevo, promesa que le tuve que hacer si deseaba mantener las pólizas. Pues debía de volver, para entregar las pólizas formalizadas y ya en curso, cerrando de esta manera este vínculo asesor y cliente. De todas formas, esté antes de mi marcha, me aseguro que podría convencer a algunos de sus amigos, amigos a los cuales podría realizarle de dos hasta cuatro seguros a cada uno. Pero esto me costaría el tener que convencer a cada uno de ellos, ya sea por separado o claro está con su ayuda. Intentando convencerme mediante las comisiones, tras tremendas ganancias que me llevaría, llevándonos cada uno los dividendos oportunos. Pues él se llevaría la parte del disfrute carnal, y yo la parte monetaria generadas por las comisiones… uuummm!!. Bueno creó que es mejor dejarlo aquí, no me enrollo más, espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Mi email es… jhosua1974@gmail.com