Gamberrita
- pasaremos por delante de casa coronel, vamos a tocarle el timbre otra vez.
-ja ja ja ja ja ja ja-
Tres chavalas corren contentas por la calle después de tocar un timbre haciendo una broma.
-Agripina: ja ja ja, ¡estáis locas! ja ja ja.
-Elisea: ja ja ¡nos van a acabar pillando! ja ja.
-Hortensia: ¡y qué! ja ja ja.
Sin ser para ellas gran dificultad siguen conversando a medida que huyen por la calle de sus puertas víctimas. No es que estas tres gamberras se dediquen solamente a tocar timbres, pero en los últimos días esta ha sido su principal actividad; tocar timbres y correr.
-Agripina: fua, ¿qué os parece si vamos al parque?
-Elisea: ¿a ver si vemos a tu enamorado? ja ja.
-Agripina: ay cállate, no quiero ver a ese pazguato ni en foto, lo que quiero ver es a mi primito Ismael. Me ha dicho mi mamá que ya le da fuerte a la pelota.
-Hortensia: pues sí, vamos, que me gusta mucho ver jugar a los niños.
Así la tropa emprende un camino, a diferencia de normalmente, a un punto concreto.
-Elisea: mira, ahora pasaremos por delante de la casa del coronel, vamos a tocarle el timbre otra vez. Debe estar su moral por el suelo de tantas veces que lo hemos molestado.
-Agripina: hazlo tú Hortensia, que te toca.
-Hortensia: encantada, ja ja. Un dia nos va a salir con el trabuco y nos va a llenar el culo de granos.
-Elisea: creo que si sale con el trabuco va a elegir un blanco fácil, y tu culo, Hortensia, tiene todos los números, ja ja.
-Hortensia: muy orgullosa que me siento de mi trasero. Ancho y redondo que me define como mujer, y no flaco y recto como alguna que conozco, y no miro a nadie, ja ja.
-Agripina: déjate de cursilerías, el mío y el de Elisea va a crecer igual que el tuyo. Sólo es que lo hará a su debido tiempo.
-Elisea: ¿es verdad que para que te crezca el culo te tienes que masturbar?
Oyendo esta pregunta pasan las tres amigas por delante de la puerta del coronel. Hortensia hace lo planeado y subiendo el escalón de la entrada a la casa toca el generoso timbre dispuesto a la derecha de la puerta.
-riiiiiing-
Está aún Hortensia bajando la mano después de tocar el timbre que la puerta se abre de inmediato y aparece tras de ella el coronel, desnudo como una estatua griega y con cara de enfadado. Agripina y Elisea tienen el tiempo justo de gritar un ¡UUUUUUUUUUH! para salir corriendo a la máxima velocidad de sus flacas piernas. Hortensia peró, se queda inmóvil petrificada ante la visión del coronel con las mismas ropas que puede llevar una sardina, o, observando lo que tiene entre piernas, un besugo.
-Coronel: ¡ven pacá!
El coronel toma a Hortensia de la mano y con campestre rudeza la entra en casa con él, para cerrar la puerta. La conmoción que ha sufrido Hortensia aún no le ha dado ni tiempo para gritar. Y con la misma fuerza en su garganta como en sus piernas se deja arrastrar por el malhumorado coronel temiéndose lo peor, que la castigue.
-Coronel: ¿a ti te parece bien? lleváis el último mes que como mínimo me tocáis el timbre una vez al día. Podría llamar a la policía y la policía no castiga un domingo sin salir, sino que encierra las niñas malas en reformatorios.
-Hortensia: .. esto .. perdón .. lo sentimos .. mucho .. yo .. no .. sé .. qué .. hacer .. por .. favor ..
-Coronel: ¡cállate! pedir perdón es muy fácil cuando te tiene apresado el enemigo. Te tienes que arrepentir de veras o te llevaré a casa con tus padres y se lo contaré todo.
-Hortensia: .. po .. favó .. señor .. coronel .. snif .. buuuuh .. no haga eso .. buuuuh .. que me castigarán .. buuuh.
Hortensia no se puede controlar y estalla a llorar ante el desnudo coronel, que queda ligeramente impresionado por el efecto de su riña en la niña. El coronel suelta la que mantenía apretada muñeca y se sienta en una silla esperando que no se haya propasado. Hortensia continua llorando y pidiendo diferentes clases de perdón entre los sollozos que le permiten hablar.
-Hortensia: por favor .. buuuuh .. no lo haré nunca más .. buuuh .. me arrepiento de veras .. snif .. hemos sido muy malas .. snif .. estos últimos días .. snif .. pero ya empezaba a aburrirnos .. les propondré a Agripina y Elisea no volverlo a hacer .. snif.
El coronel se mira un poco a la aparentemente arrepentida niña y se lo piensa un poco, pero como hombre de batallas sabe que el enemigo siempre se hace cobarde cuando está prisionero, y que puede volver a contraatacar cuando es liberado, por lo que se propone aplicar a Hortensia un tratamiento de castigo que la haga arrepentirse de veras de sus hechos y le prohiba repetirlos nunca más.
-Coronel: deja de llorar muchacha, no te voy a pegar ni te llevaré a tus padres.
-Hortensia: ¿de verdad? ¡oh gracias! gracias!
-Coronel: tranquilízate que no está todo olvidado. Tendrás que hacer una cosa para que me crea que estás arrepentida y te deje irte a tu casa.
-Hortensia: ¡dígame! haré lo que sea.
-Coronel: pues verás (dice el coronel, recordemos por cierto desnudo ante Hortensia) yo, como supongo has observado, tengo unas costumbres domésticas muy particulares. Me visto para salir de casa y me desnudo después de entrar en ella. Mira, costumbres que arrastro de mis épocas de campaña.
-Hortensia: sí, ya lo he observado, muy... particulares.
-Coronel: pues bien, como comprenderás lo hago porque me gusta. Y me gustaría que todo el mundo fuera como yo y no fuesen con esas cosas antinaturales que se llaman ropas.
-Hortensia: tanto como antinaturales... en invierno hace frío.
-Coronel: sí pero en verano no, no hay perdón para aquel que va vestido en verano.
-Hortensia: tanto como inperdonable...
-Coronel: dejemos el tema de la razón de mis gustos y su valor. Vamos al grano. Te concederé mi perdón si haces un streeptease ante mi, en el salón.
-Hortensia: ¿un streeptese? pero eso es sacarse la ropa ¿verdad?
-Coronel: por ahí va pero no exactamente. Una cosa es sacarse la ropa y otra hacer un streeptease. Sacarse la ropa es tan fácil como desabrocharse lo que sea y lanzarlo al suelo. Y hacer un streeptease requiere como lo requiere cantar o bailar una canción; arte.
-Hortensia: ya, bueno, si más o menos ya sé que una persona que haga un streeptease tiene que saber, alguna vez hemos hablado con las amigas de ello. Pero la verdad, no sé si yo sabré hacerlo.
-Coronel: uhmm, para hacer streeptease no hay que haber estudiado. De la misma manera que la gente que baila en la discoteca tampoco lo ha estudiado en el colegio. Para hacerlo sólo hay que... sentir la vida, la naturalidad de... la desnudez.. el sabor de lo puro... el sabor de lo simple... sabrosísimo pero lo más fácil del mundo.. estar desnudo.
-Hortensia: que difícil que me lo pone, no sé si sabré hacerlo.
-Coronel: no tienes que saber hacerlo, simplemente ¡querer! hacerlo. Y bueno, si sabes que si no lo haces, je je, se lo diré a tus padres que vas con las amigas tocando timbres de gente inocente...
-Hortensia: ¡está bien, está bien! lo haré, no se lo diga a nadie por favor.
-Coronel: bien pues pasemos a mi salón.
El coronel y Hortensia se encaminan precedidos por el anfitrión al salón de la casa y cuando llegan a él el coronel enciende la radio, después de localizar una emisora musical apropiada se sienta en el sofá central.
-Coronel: ¿te gusta esta música? parece para jóvenes como tú.
-Hortensia: sí, creo que es una de mis emisoras favoritas.
-Coronel: pues adelante, baila.
Con toda la buena voluntad del mundo Hortensia trata de imitar lo que alguna vez ha visto por la tele; a desnudarse con encanto y sujección a la música sonante. Al ser recién empezadas las vacaciones de verano no lleva mucha ropa, por lo que debe aprovechar las pocas prendas que lleva para dar el mejor espectáculo que sea capaz para el señor coronel.
Lo primero que se saca son los zapatos, lo hace con regular encanto y el coronel le da un par de indicaciones para hacerlo mejor.
-Coronel: muévete más despacio... sí... esos dedos como si se viera a cámara lenta por la tele.. inmaginación... sí...
Hortensia aprende rápido y en el momento de sacarse los calcetines lo hace con creciente ingenio. Se saca el derecho y lo lanza hasta la pantalla de la apagada televisión. Se saca el izquierdo y, regalándose a la canción que suena cierra los ojos y lo lanza hacia detrás.
-Coronel: muy bien pequeña, vas aprendiendo.
-Hortensia: ahora viene lo gordo.
-Coronel: no tengas miedo, sé natural.. empieza por la blusa.
Hortensia se desabrocha lentamente los botones que la visten a veces cerrando los ojos y otras bailando con ellos de un lado para otro. El turno de la blusa acaba llegando y la tira esta al suelo, ante el coronel.
-Coronel: fenomenal pequeña... ¿te empieza a gustar verdad?
-Hortensia: ... sí ...
Dice la chica con los ojos fijos en la mirada del coronel a la vez que no deja de bailar y desnudarse. Se desabrocha los pequeños sostenes y alarga cruelmente el destape de sus pechos sosteniéndolos, sin abroche alguno, en su busto.
-Hortensia: mmm, mmmm, mmm, mmm, ¿le gusta señor coronel?
-Coronel: ... eres formidable ... no pares .. sí .. mmm .. eres un diamante en bruto.
-Hortensia: ... cierre los ojos por favor ... sólo un momento ... que le quiero dar una sorpresa.
El coronel cierra los ojos y Hortensia se saca totalmente los sostenes, se acerca al sofá y con ellos tapa la cara de su público.
-Hortensia: mmm .. la la .. mmm ... ahora puede abrirlos .. la la.
El coronel se saca los sostenes de la cara y contempla jocoso el desnudo torso de la chavala y los elegantes pechitos que muestra su rehén.
-Hortensia: .. mmm .. mmm .. mmm .. soy toda suya coronel ... mmm .. toda suya ... mmm.
El coronel hacía rato que sabía que la niña terminaría en sus manos, por lo que se acariciaba la verga sabiendo que terminaría esta en el lugar que manda la naturaleza. Se levanta y se acerca a Hortensia para que continúe esta el streeptease, pues aún no está desnuda del todo. El coronel se agacha ante la que baila Hortensia y le desabrocha lentamente los pantalones cortos. Con estos desabrochados la toma del pandero y la sigue bailando cariñosamente. Le mueve el pompis a un lado y a otro a la vez que los pantalones van cayendo centímetro a centímetro. Al final es mejor que salgan estos de los pies de Hortensia para no entorpecer su danza. La chica no puede parar de bailar ni incluso cuando el coronel le está bajando las braguitas, la magia del streeptease se ha apoderado de su cuerpo y de su mente, e intentar cualquier cosa contra ella sería vano.
Las braguitas terminan también por salir de los pies de Hortensia, ante el coronel se presenta un coño peludito que aún no ha tenido tiempo de llenarse de muchos pelos. El coronel mete la mano entre las piernas de la muchacha y eso sí que acaba deteniendo el baile.
-Hortensia: mmm, coronel...
-Coronel: tranquila muchacha... déjate ir y siente las cosas naturales.. lo vas a pasar muy bien.
-Hortensia: eso espero.. mmmm.
El coronel está masturbando la chavala y esta gime infantiles quejares de placer que endurecen más si cabe la férrea poronga del varón. Mientras con una mano este se masturba la polla, con la otra masturba la inexperta vagina de la muchacha que, mantiene con sus propias manos prieta la mano que le está dando tanto placer.
-Hortensia: mmmmm, coronel...... me está usted... mmmm.. es muy rico....
Dice Hortensia sintiendo un largo dedo acariciar sus paredes vaginales.
El coronel masturba un poco más a la chavala hasta que cree que el camino está preparado para vehículos importantes.
-Coronel: túmbate, en la alfombra.
La chica no hace comentario alguno, ni pregunta si le va a hacer el amor ni nada. Simplemente se pone en las manos de su por esta tarde dueño y se estira en la alfombra, abriéndose de piernas ante el que espera visitante. El coronel se pone entre las piernas de Hortensia y apunta la verga en su concha. Sin introducir aún se estira encima de ella y abrazándola toda la mantiene sujeta para lo que pudiera ser. La cadera del ex-comandante se hunde para que de la verga que esta sujeta se introduzca un buen trozo dentro de ella.
-Hortensia: ¡aaaaaaah!
-Coronel: mmm así chica, siéntelo natural.
Este vuelve a empujar su cadera para introducir un poco más de verga dentro de la chavala.
-Hortensia: ¡aaaaaaaaah!
-Coronel: así amor... la sientes... la sientes dentro...
-Hortensia: .... sí .... la siento coronel ... me gusta mucho que esté dentro de mi ...
-Coronel: así me gusta, que sientas las cosas naturales..
-Hortensia: continúe moviéndose por favor, me gusta mucho.
-Hortensia: ¡aaaah! ¡aaaah! ¡aaaah!
El coronel jode con amor a la chavala. Esta al ser su primera vez aulla un chillido mezcla de dolor y placer. Pero eso no apiada la cadera del comandante que jode sin compasión entre las piernas de la niña.
-Hortensia: ¡ooooh! coronel ¡ooooh! coronel! sí! ¡aaaah!
Él aún recuerda lo mal que se lo han hecho pasar las bromas de Hortensia y sus amigas, pero ante la vida con que goza ella de su primera relación sexual decide hacerle un favor y prolongar la cogida durante una hora entera. Durante toda la hora el coronel se mete dentro de la chavala sin variar la posición ni una vez, pero a ella le parece haber visitado mil y un planetas distintos mientras esa recia verga se le ha metido entre piernas más de 1000 veces. Está terminando la relación que Hortensia llora a lágrima viva. Llora de felicidad, con la naturalidad que llora una niña después de que le hagan el amor por primera vez durante una hora entera.
-Hortensia: ¡buuuuh! buuuuuh! señor coronel! buuuuuuh!
Él sabe que no es de tristeza que llora ella, por lo que le concede un dulce final. Mientras besa sus lágrimas se corre dentro de ella, y hacen las gotas que siente Hortensia escupirse dentro de su vagina, que las dos personas; el coronel y Hortensia, se unan en una sóla persona. Una persona dentro del vientre de la chavala que aún tiene que crecer y jugar mucho, hasta que quizá, un día, una su vida a la de otra persona para crear.... otra.