Gabriel y MAría 5-B
Perdón por haberme daltado el cuatro, fue un fallo y pido disculpas por ello a los lectores
La llegada de Lucy a casa, trajo cambios prácticos. El primero la que limpiaba mi casa fue despedida. Nunca me había caído bien, sobre todo desde que supe que me timaba, trabajando menos de lo que le tocaba. Yo la quise despedir, solo la insistencia de María, que abogó por ella lo impidió. Además que a mí no me gustan las personas a las que hay que achuchar para que realicen su trabajo.
Por fin conseguí que María condujese un coche de alta gama, ya que Lucy se sacó el carnet de conducir y se quedó con su coche. Eligió un alfa romero, el coche que más le pegaba con su carácter.
En lo demás la vida continuaba igual, mi rutina apenas cambió ya que María se ocupaba de mí en exclusiva. Por lo que ahora disfrutaba de la compañía de dos mujeres una de ellas a mi disposición las 24 horas del día, ¿se podía vivir mejor?
Lucy pronto adquirió la costumbre de realizar ejercicio todas las mañanas con nosotros. Pero la pobre chica nunca tendría un cuerpo escultural ya que era incapaz de seguir una dieta equilibrada. Mejor dicho sí que la podía seguir, pero era incapaz de renunciar a los dulces o a la comida basura cuando salía. Consecuencia siempre lucía curvas. No era la obesidad que tenía cuando la conocimos, pero lucía algo de tripa. Y eso acompañado de su 120 de pecho y una estructura ósea grande hacían que fuese una chica grande. Pero sí que estaba en forma, aguantaba perfectamente una hora de ejercicio y tenía una fuerza descomunal, por eso la entrené más en artes marciales de contacto, como el judo o la lucha libre. Trabajaba como una mula, es capaz de realizar el trabajo de dos personas con el mismo esfuerzo que lo haría una, da gusta ver su creciente melena, negra azabache, embutida en una cola correr por toda la casa como una posesa, limpiando planchando y haciendo sus tareas.
Una tarde de domingo a mediados de septiembre estábamos tomando el sol los tres desnudos, Lucy pronto adquirió esa costumbre tan sana. Cuando Lucy nos dijo.
- Me he apuntado a un club de lectura, asiste gente de mi edad con lo que tendré la posibilidad de hacer nuevos amigos, ya que los míos se quedaron en la playa.
- Me parece una gran idea._ Dijo María.
- Chica a un club de lectura, ¿donde está la inculta y malhablada que conocimos en la playa?._ Dije yo con sarcasmo.
- Vamos jefe no sea malo, esa chica murió allí, la vida que usted me está proporcionando ni en sueños la podría yo haber imaginado._ Dijo Lucy
- No te pongas tantas flores Lucy, que trabajamos juntas y veo cuando sale la pantera que llevas dentro, y tus ojos verdes lucen por la ira cuando te cabreas, además de la lengua._ Dijo María entre risas.
- Genio y figura hasta la sepultura._ Dijo Lucy entre risas.
- Pondré a prueba esa buena educación que las dos cacareáis._ Dije yo
- ¿Nos va ha hacer una prueba de buenas maneras?._ Dijo Lucy con una cómica reverencia.
- Más o menos._ Dije yo.
- Usted dirá jefe, estoy a su entera disposición.- Dijo María mientras bajaba los ojos.
- Voy a intentar una expansión de nuestras exportaciones a Japón, el país del sol naciente acepta con agrado nuestro jamón serrano y el queso manchego, quiero ver si además se venden allí otro tipo e delicatesen españolas.
- ¿Y en que rechimplonfas nos afecta esto?._ Dijo Lucy
- Pues verás Lucy, dentro de dos meses viene una delegación comercial nipona a España, invitada por mi empresa, les llevaré ha hacer turismo por los alrededores, les mostraré donde se elaboran nuestros vinos…
- Perdone jefe, puedo hablar?._ Dijo María
- Sí pero no me vuelvas a interrumpir, espera a que yo acabe y lugo haces esa petiión. Sabes las consecuencias que tendrá esta impertinencia tuya._ Dije yo
- Si jefe._ Dijo con una sonrisa que sólo yo entendí
- Adelante pues oigamos tu propuesta
- Pues verá jefe, ¿si los lleva a una bodega no querrán tratar directamente con el productor?
- No hay peligro en eso. No os había comentado nada porque esas cabezas vuestras no están para los negocios. Por culpa de la coyuntura económica, algunos de mis proveedores están pasando grandes apuros económicos, ya que producir con tan alta calidad da como resultado que sus productos sean caros, por lo que el ciudadano común no puede hacer frente a ese gasto.
- Perdón jefe me he perdido, ¿puede explicármelo a mi nivel?._ Dijo Lucy.
- Vaya habrás de leer mucho para no hacer el ridículo en ese club de lectura. Te pongo un ejemplo, si tu bebes vino pero no tienes paladar o directamente lo mezclas con gaseosa ¿que vino compras?
- El que viene en garrafón._ Dijo Lucy
- Y si te gusta el vino y ¿conoces algunas bodegas?. ¿Comprarías un tempranillo del valle del Duero de 4 euros, o un gran reserva de 20?
- Si las cosas me fueran bien podría comprar el de veinte, pero tal y como están ahora compraría el de 4._ Dijo María
- Pues ese es el problema que las que hacen el vino a 20,30 ,40 y más euros. Se están hundiendo. Entonces yo ahora estoy comprando las bodegas con más prestigio y las queserías, con más renombre, del país. Además de algunas otras que producen delicatesen._ Expliqué
- ¿Tanto dinero tienes?._ Dijo Lucy
- Te sorprenderías lo bajo que están vendiendo, con la condición de que no despida a sus trabajadores o a ellos. La semana pasada compré la empresa que produce las mejores anchoas del cantábrico por 100000 euros, cuando antes de la crisis valía 10 millones._ Expliqué.
- Eres un estafador.- Dijo Lucy
- No tan sólo un oportunista, voy a crear una marca de calidad propia, mis productos garantizarán en todo momento su calidad superior. Pero para eso no puedo dejar de expandirme ya que si no busco nuevos mercados podría llega a arruinarme._ Dije yo
- No jodas puñetero a ver si nos quedamos en la puta calle._ Dijo Lucy asustada.
- Tranquila, pase lo que pase, mi patrimonio personal está a salvo, estoy usando los beneficios de mis empresas de exportación para realizar estas operaciones. Además no estoy solo en esta empresa, dos amigos míos se han asociado conmigo aportando capital. Si todo se fuese a la mierda, vendería todas las empresas, para pagar las deudas y viviríamos de los réditos de esas empresas. Las dos lanzaron un suspiro de alivio
- Sigamos, ya hay productores que exportan a Japón, este tipo de alimentos, por lo que nos han abierto mercado. Pero de lo que no están acostumbrados es a comer jamón de cinco bellotas, de cerdos criados en la devesa castellana, paciendo libres y alimentados de bellotas recolectadas en temporada. Es decir jamón ibérico puro._ Les expliqué yo.
- ¿Tienes una granja de cerdos?._ Dijo Lucy
- No, todavía, pero he comprado toda su deuda y ahora depende de mí para no acabar en la más absoluta ruina._ Les expliqué.
- Es usted muy ladino, ¡VE COMO AHUMENTO MI VOCABULARIO¡._ Dijo chillando Lucy
- Sí pero no la educación niña._ Dije yo.
- Lo siento jefe se me fue la perola._ Dijo Lucy, cuando se ponía nerviosa le salía el lenguaje barriobajero.
- Bueno que me voy por las ramas, entre las visitas que han de hacer, les invitaré a una recepción en esta casa, donde les daremos una muestra de lo bien que casa, la comida japonesa, con nuestras delicatesen. Y es aquí donde demostrareis lo que habéis aprendido de protocolo y que podéis aprenderos la cultura japonesa, pues dependerá y mucho el que hagáis ese día, para el negocio. Todo va a estar en vuestras manos, no sólo la comida, sino la elección de los camareros, la decoración, bueno todo en general. ¿Os veis capaces de hacerlo?.
- Sí jefe,_ Dijo Lucy, casi sin pensar.
- Jefe denos 15 días para ver si podemos abarcar la magnitud de la tarea y si no somos capaces, contrataré a un experto en este tipo de eventos._ Dije yo
- Me parece sensata tu propuesta. ¿Vamos a cenar? Ya tengo hambre._ Dije yo.
Tras la cena cada uno se fue Lucy fue a su cuarto y nosotros al nuestro.
- Sabes que mereces un castigo por haberme interrumpido._ Dije
- Si jefe, lo merezco y asumiré._ Dijo María.
- Muy bien pues ves al armario grande apoya las manos en los pomos de la puerta._ Le dije
Ella sin dilación y como si fuese una perra en celo fue contoneando el culo al armario.
- No así no de cara a mí._ Le expliqué.
- Si jefe._ Dijo María.
Cogí sendos pañuelos de seda y até sus manos a los pomos del armario. Es un armario grande con puertas grandes lo que hace que el espacio entre cada pomo sea considerable, lo que hacía que María tuviese los brazos estirados.
- Pedí unas cosas muy interesantes por internet y estaba buscando un momento adecuado para usarlas._ Dije yo mientras sacaba una caja de un cajón de mi cómoda.
- ¿Que me tiene reservado?._ Preguntó María entre intrigada y asustada.
- Ahora lo sabrás.
Lo primero que hice fue hacerle una pequeña paja para que la polla se le pusiese morcillona y cuando estaba en ese estado enganché con un cordel a su polla un peso que hizo que se le estirase un cm más. Luego cogí dos pinzas y se las enganché a los huevos. Eran simples pinzas de tender la ropa.
- Jefe duele bastante, pero me encanta que castigue a eso._ Dijo María
- ¿Te he permitido hablar?._ Le dije muy serio
- ¿Puedo pedir disculpas?._ Dijo
- Ya lo has hecho y como veo que no vas a poder estarte callada voy a tener que taparte la boca y corté un trozo de precinto y le tapé la boca.
Tras esto le puse una pelota de espuma en cada mano y le dije.
- Puedes apretarlas estrujarlas y hacer con ellas lo que quieras, pero si te caen no te follaré en dos días.
Entonces saqué una fusta que en la punta tenía una mano de plástico se la enseñé y le vendé los ojos. El primer fustigazo, como no a la polla, fuerte y seco. El segundo a una teta, más suave. El siguiente a los huevos, también fuerte y el otro a la otra teta, suave. Esto lo repetí cinco veces tras lo cual le quité la venda de los ojos los pesos, las pinzas y el precinto de la boca.
- Puedo soltar las pelotas?._ Preguntó
- Por hablar te voy a follar con las pelotas en la mano y procura que se te caigan.
La tumbé en la cama boca arriba, le puse crema calmante en las heridas le había causado la fusta, que eran pocas pues no me ensañé con ella y el castigo a su polla, para ella era más un premio que un castigo. Le puse un cojín grande bajo los riñones y sin más preámbulos le metí la polla entera. Su culo no necesitaba de ninguna clase de dilatación follarla dos veces al día habían conseguido que se abriese como si de goma se tratase.
María follaba como un bestia, se revolvía chillaba y te arañaba con cada embestida, pero esta vez con las bolas en las manos no podía hacerlo, de hecho no podía ni cambiar de postura pues corría el riesgo de que se le cayesen.
Yo encima le daba unas sacudidas brutales, no solo la embestía con fuerza sino que además cuando estaba dentro de ella la hacía dar bandazos a cada lado. Al final cruzó los brazos en mi cuello y se dejó hacer.
María se corrió un par de minutos antes ya empezaba a soltar cantidades normales de semen el cambio de medicación hormonal había conseguido eso además de una erección cada vez más fuerte.Cuando me corrí me enseñó con una sonrisa las bolas en sus manos.
- ¿Puedo hablar jefe?._ Preguntó
- El resto de la noche podrás hablar sin pedirme permiso._ Dije
- ¿Estos castigos se van a repetir mucho?._ Preguntó
- Eso depende de ti. Depende de lo bien que te portes, pero no van a ser siempre iguales, ni dolorosos_ Dije
- Jefe quiero ser suya para siempre.- Me dijo
- ¿Te quieres casar?._ Pregunté
- No eso es una unión que se puede romper yo quiero ser suya hasta que me muera._ Dijo
- Pues algo tendrás que hacer para demostrármelo
- Me haré un tatuaje en toda la espalda donde ponga que soy de usted.- Dijo María
- Tampoco te pases. El logo de la marca que voy a sacar tiene un arcángel Gabriel, a cuyos pies hay una ninfa. ¿Que te parece si te lo haces en la pantorrilla bajo el emblema Semper?._ Dije
- La verdad no me gusta mucho ¿Qué tal si en vez de un ángel es un caballero con armadura escudo y espada?. ¿Y en el escudo el emblema de su familia._ Preguntó
- Me gusta la verdad._ Dije yo
- Gracias jefe, Por la vida que me da._ Dijo
- Pues vamos a mamarnos las pollas como compromiso de unión eterna._ Dije entre risas.
- Mire que es usted animal, jefe, pero si en vez de mamarme la polla me hace una paja brutal y despiadada yo le mamo la polla hasta dejarle los huevos secos._ Dijo.
- Con la condición de que antes de correrte me avises que quiero meterme tu leche en la boca y cuando me corra hagas lo mismo. Así después nos besaremos y compartiremos nuestra lefa._ Dijo María.
Y así hicimos.
Las dos siguientes semanas la casa se llenó de libros de protocolo y de cultura japonesa. Justamente cuando se cumplían las dos semanas pedidas por María, cuando volví de trabajar les pedí que viniesen al comedor y les pregunte directamente.
- ¿podéis hacerlo?
- Sí pero tendremos que contratar a personal externo, no nos podemos encargar nosotros de todo._ Dijo María.
- ¿Que habéis pensado?._ Pregunté.
- Primero decoraremos el comedor, como si de uno japonés se tratara, para darles confianza. Yo como ama de llaves los recibiré en la puerta, ataviada con el traje típico japonés. Lucy se encargará de los abrigos, vestida de forma occidental como si de una jefa de sala se tratase de un restaurante, para mostrar la unión de los dos mundos. Después les llevaré al salón grande donde habrá un cortador de jamón, cortando uno de sus jamones y otro pinche a su lado cortando queso. Mientras que un sumiller les servirá vino mientras les explica de donde es y las cualidades que tiene, vino del suyo claro. Dijo María
- Cuando la comida esté lista yo entraré para anunciar que la comida esta preparada y los llevaré al comedor._ Dijo Lucy
- Allí les servirán sushi a hecho con el arroz que quiere exportar, el salmón que les quiere vender y las anchoas del cantábrico. En definitiva una serie de cinco platos japoneses hechos con sus productos._ Dijo María.
- Después de esto serviremos un plato con diferentes pares del cerdo ibérico, para que degusten de donde viene el jamón que se han comido._ Dijo Lucy
- Acabado esto pasaremos al salón pequeño donde una experta en la ceremonia del té nos hará una demos ración de este arte. Tras lo cual irán a la biblioteca donde e les servirán copas y lo que quieran los invitados_ Dijo María.
- Es una idea estupenda, adelante pues, lo dejo todo en vuestras manos._ Les dije yo
Os preguntareis las dimensiones de los salones ¿No?, y si no os aguantáis porque os las voy a decir. El salón grande tiene 70 metros cuadrados y el pequeño 50.
No os aburriré con más detalles con más detalles, la cena fue tal y como dijeron las chicas, bueno con un pequeño detalle, la traductora, una chica japonesa que venía con el séquito japonés, le encantó el rioja y ya salió de la degustación, achispada, en la cena siguió bebiendo y al finalizar esta, estaba completamente ebria y durante la ceremonia del té devolvió y se desmayó delante de todos. Entre dos personas la acostaron en un sofá y la dejaron allí dormir la mona.
Gracias a que yo hablo inglés y que la experta en la ceremonia del té hablaba castellano nos pudimos entender perfectamente. Me pidieron mil disculpas por el incidente, y tras tranquilizarles mis socios y yo hablamos con ellos en la biblioteca sobre negocios.
Al marcharse, despertaron a la beoda y hablaron con ella tranquilamente, como si discutiesen del tiempo, se fueron. Entonces la experta en le te, nos dijo.
- La acaban de despedir. Y además le han dicho que comunicarán a todas las empresas del sector que les ha deshonrado ante personas importantes, por lo que no volverá a trabajar jamás para otra multinacional. Es lo más grave que le puede pasar a un japonés.
- Lo de despedirla lo entiendo, a fin de cuentas no se comportó como una profesional, pero el resto me parece excesivo._ Dije yo
- Los japoneses ponen su honor por encima de todo y si se sienten ultrajados son capaces de todo.-_ Dijo la del te.
- Pues si que son vengativos._ Dijo María que se había acercado
- Son sus costumbres y son ancestrales, bueno allá ellos._ Dije yo
Tras despedir a todo el mundo nos quedamos los tres solos y les dije
- Ha salido todo a la perfección mañana nos reuniremos en su hotel para firmar los acuerdos comerciales. María ven a mi cuarto que vas a gritar horas seguidas.
- Como diga jefe._ Contestó María
- ¿Jefe puedo pedirle una cosa?._ Dijo Lucy
- Claro que si dime._ Contesté yo
- Quiero unirme a sus juegos sexuales._ Dijo Lucy
- Me parece bien, pero no me gusta follar con condón así que cuando empieces a tomar anticonceptivos jugarás con nosotros._ Dije yo
- Vera es que no quiero tomar anticonceptivos._ Dijo Lucy bajando la cabeza.
- Pero si no los tomas puedes quedarte preñada._ Le dije yo
- Eso no me disgustaría._ Dijo Lucy
Entonces pensé, ya tengo más de treinta años, con María no puedo tener hijos y no voy a buscar pareja estable teniéndola a ella. A Lucy la quiero más de lo que se querría a una hermana ¡Porque no puede ser ella la madre de mis hijos?
- ¿Quieres ser la madre de mis hijos pequeña?
- Si, es lo que más deseo en este mundo._ Dijo Lucy
- Pues ale todos a mi cuarto._ Dije yo dándoles un palmada a cada una en su trasero
Fue una follada increíble, primero rivalizaron la una con la otra para ver quien besaba mejor, por supuesto María no tiene rival, entrega su alma en cada beso, pero la forma salvaje de besar que tiene Lucy te empalma la polla de una forma que te duele y todo. Después mi polla María era incapaz de meterse mi gordísima polla en la boca, Lucy en ello no tenía problema, entre ls dos me hicieron una mamada increíble poco faltó para que me corriese. En ese momento dije
- Chicas parad que me voy a correr y quiero follaros a las dos
- Como usted diga jefe.- Dijeron las dos.
- Lucy prepárate que vas a ser la primera, ahora tengo los huevos cargados al máximo, en cada follada la calidad del semen va rebajándose, así que ábrete de piernas, pequeña que vas a saber lo que es una buena polla.
Le metí la polla, poco a poco, no estaba acostumbrada a su grosor y Lucy no tenía ese punto masoquista que tenía María. Así y todo empezó a chillar desde que entró el capullo hasta que mis huevos tocaron su entrepierna, pero tenía un buen coño pronto se dilató e incluso casi no notó el centímetro extra que mi polla adquiere cuando follo. Follar con Lucy es como un combate de boxeo, como una guerra sin cuartel, cuando me corrí dentro de ella los dos estábamos exhaustos. Si no llega a ser porque María estuvo casi media hora lamiendo acariciando y mimando mi `polla no la podría haber follado.
Como siempre se la metí de un solo empujón, tras ponerla a cuatro patas y empecé a follarla sin piedad, en ese momento Lucy se subió a horcajadas cara a mí, en ella y mientras yo sodomizaba a María Lucy le propinaba una serie de nalgadas fuertes, y entre nalgada y nalgada yo me comía las inmensas tetas de Lucy este maltrato estaba volviendo loca de placer a María, Cuando llené su culo de lefa María se corrió por última vez. Y Lucy le dijo
- María cómeme el coño que verte como te follaban me ha puesto cachonda.
Y María sin protestar le hizo una gran comida de coño. Desde ese día en las relaciones sexuales María adquirió un rol de sumisa absoluta. Aunque fuera de la cama seguía siendo María la jefa de Lucy, en la cama era Lucy quien estaba por encima de ella.
Al día siguiente hacía un día de perros, llegué al hotel de los japoneses con la chaqueta calada y eso que había aparcado el coche a poco más de cincuenta metros del mismo, y llevaba paraguas.
A la entrada del hotel a la intemperie se encontraba la traductora, calada hasta los huesos, aún parecía más pequeña la japonesita.
- Señorita entre dentro, va a caer enferma._ dijo el botones de la entrada a la japonesa.
- No gracias debo esperar a mis jefes para implorar clemencia._ Dijo ella.
- Hágale caso, vamos a empezar una reunión y puede tardar horas en acabar.- Dije yo
- No señor, y no hace falta que insista de aquí no me moveré._ Dijo ella con absoluta determinación.
Así que la dejé allí, con el botones que hacía vanos intentos por convencerla. La reunión duró tres horas, los japoneses son muy metódicos y cuando todo lo vieron claro firmamos los contratos.
Al salir del hotel, todavía continuaba allí la traductora, con los labios morados y temblando de frío, habló unos minutos con sus jefes y se echó a llorar. No os puedo decir de que hablaron pues la conversación fue en japonés, pero cuando los japoneses partieron, la chica perdió el sentido, si no llego a estar yo muy cerca habría caído al suelo sin remisión. La llevé al coche, la acosté en el asiento trasero y encendí la calefacción de los asientos traseros al máximo, tras lo cual llamé a María.
- María, voy a casa, llama al nuestro médico que vaya a casa, llevo a una chica helada como un témpano.
- Si jefe ahora mismo