Gabriel , mi gordito compañero de cuarto - II

Las cosas cambian en nuestra convivencia

Como les conté mi vida sexual estaba muy activa  satisfaciendo a 2 personas, muy distintas. A veces mi novia se quedaba en el departamento y a Gabriel no le molestaba,  solo que por un tema de higiene, al estar yo con ella , me exigía luego que yo usara condón para cogérmelo.  La mayoría de las veces yo accedía, pero la verdad no me gusta mucho usarlo e igual terminaba cogiéndomelo a pelo.

Sus enormes nalgas eran mías cada vez que yo quería, ya ni lubricante usaba, se había acostumbrado a que me lo cogiera así no mas. A veces estaba cocinando, yo llegaba por detrás, le bajaba los pantalones y se la mandaba a guardar, algo rápido y el siempre dispuesto.

Una de las tantas veces que me lo estaba cogiendo, tenía varias cervezas en el cuerpo y me estaba sacando la calentura con el , lo tenía de espaldas en la cama , masturbándolo mientras se la metía  y  caliente como estaba ,  quise experimentar , deje de cogérmelo , para bajar hasta su su sexo y me lo metí en la boca. Fué una sensación muy extraña, pero no desagradable. Por el tamaño de su verga, esta entraba por completa a mi boca, succionándosela con fuerza, haciéndolo estremecerse de placer.  Ya Gabriel no estaba tan sensible como al principio de nuestros encuentros, ahora duraba mucho mas, pero esta nueva sensación para él lo descontroló. Aguanto un poco y ya luego me dijo que lo dejara , que lo  que lo iba hacer acabar.  Me lo seguí cogiendo, más caliente aun , sacándole quejidos de placer ,   preguntándole si le había gustado , “Mucho” me respondió .

Volví al ataque, lamiéndole las bolas y mamándoselo suavemente. Gabriel me decía con su voz suave , lo mucho que le gustaba, hasta que luego de un rato ,  me pidió que parara .  Le dije que se relajara, que era mi momento y continué haciéndolo sabiendo perfectamente lo que pasaría. Gabriel hacia todo su esfuerzo por no acabar, hasta que ya no aguantó mas y gimiendo como loco, comenzó a acabar en mi boca.

Me excitó que lo hiciera y sin sacarla de mi boca, seguí chupándoselo hasta que ya no le salió más. Fue un momento tan excitante, que apenas alcancé a levantarme y metérsela a la boca , para descargarme ahora yo en la suya.

Ahí me di cuenta porque le gustaba tanto que yo lo hiciera. Era una de sus cosas preferidas al momento de tener relaciones. Me gustó …

Eso pasó en la tarde. Ese mismo día , en la noche ya habíamos cenado, nos colocamos a ver una película  y terminada esta , volvimos a coger. Ambos estábamos descargados por lo que duramos mucho más. Yo había seguido bebiendo mientras veía la película y seguía con ganas de experimentar. Si ya había probado eso , ¿porque no llegar un poco mas allá? .  A veces cuando cogíamos, Gabriel me tocaba el ano con sus dedos, pero nunca lo metía. Esa noche le pedí que me pasara la lengua por el ano y mi sumiso compañero contento lo hizo.

Era exquisito sentir su lengua ahí, tratando de entrar, causándome una sensación muy extraña , pero placentera. Hasta que ya con la confianza que teníamos, le pedí que me metiera un dedo. Lo hizo y aunque me dolió un poco, me gustó.  Tenía su lubricante en la mesa de noche , me dijo que me relajara y me aplicó una generosa cantidad , para luego comenzar a ejercer presión con su dedo.  El pequeño dolor desapareció y se fue transformando en placer, comencé a gemir, mientras el dedo de Gabriel se metía en mi cuerpo, masturbándome al mismo tiempo ,  hasta que ya me decidí a probar y le dije que me cogiera.

Gabriel estaba esperado que yo le digiera eso, estaba tan excitado como yo.  Rápidamente se colocó a un costado de la cama y yo, como una perra en celo me coloque en cuatro patas, entregándole mi virgen ano. Me colocó mas lubricante y se colocó el en su pequeña verga. Me tomo de las caderas, sentía su verga rozarme las nalgas, comenzó a meterme un dedo para que me dilatara y luego ubicó su verga a la entrada de mi ano, aplicó presión, pero no entraba, me dolía un poco , hasta que en un momento, sentí como ya estaba dentro de mí.  Me quedé ahí,  sintiendo como Gabriel me la metía, se sentía muy rico. Al principio me dolía un poco , pero después nada , solo placer al sentir esa parte de mi cuerpo invadida y como no la tenía grande , era especial para debutar.

Me quedé ahí por unos 15 minutos , siendo cogido por mi compañero, hasta que sentí su respiración agitada diciéndome que ya no se aguantaba. Yo estaba “loca” , quería sentir su semen dentro mío y se lo pedí , que me los echara adentro,  que me llenara con su semen y Gabriel haciendo su mejor esfuerzo, me tomaba de las caderas y me atraía hacia él , hasta que sentí que acababa dentro mío entre gemidos de ambos. Fue delicioso y para colmo , comenzó a besarme el ano, tragándose sus propios mocos dejándomelo limpio .

Ya el alcohol no era un requisito para follármelo, había encontrado el gusto. Cogíamos más seguido, por lo general era yo el que me lo cogía a él, pero cuando estaba muy caliente, le entregaba el ano sin problema. Gabriel era mas pasivo, era muy raro que el me pidiera que me dejara coger. A veces me hubiese gustado que la tuviese mas grande , para disfrutar más , pero me conformaba con esa pequeña verga que de todas formas me daba placer.

Luego mi novia comenzó a quedarse más en mi departamento y obviamente el sexo con Gabriel era muy difícil. Me lo recriminó, pero yo estaba enamorado y le dije que entre nosotros no había nada , que era solo una calentura y que  ese era nuestro trato, que si se podía bien, si no , bien tambien. Se anduvo molestando un poco pero no le dí mayor importancia. Pasaron varios días y a pesar de estar solos , no cogíamos.

Una tarde volví de un partido de football ,  como de costumbre habíamos tenido un tercer tiempo con mi equipo , venía con mis cervezas encima y muy caliente. Mi novia no estaba a la mano , aparte que no le gustaba coger conmigo pasado a cerveza y que mejor que Gabriel para saciar mi deseos. Habían pasado como dos semanas que no me lo había cogido y lo busqué. Lo toqué, pero no se dejó  y me dijo que me sentara, que tenía que hablar conmigo.  Se dio unas vueltas antes de decirme, hasta que me confesó que estaba en una relación.

Me dijo que hace una semana, había ido hacer un trabajo con unos de sus compañeros de curso y que una cosa llevó a la otra y terminó metiéndose con él. Que él era también era gay y que tenían sentimientos importantes uno por el otro. Yo la verdad, de corazón,  me alegré por él, se lo hice saber , le dije que fuera feliz , que disfrutara su vida, que ahora ya no es tan mal mirado como antes , etc. Todo mi apoyo,  pero continuó hablando y me dijo que él se la iba a jugar el todo por el todo en esa relación y que por sus principios morales, el no le sería infiel, por lo que de ahora en adelante , solo seríamos compañeros, pero nada más.

Le di todo mi apoyo , que lo comprendía perfectamente  y que claro aceptaba su postura , mas aun yo teniendo novia.  A los pocos días, llegué al departamento y me encuentro con un tipo sentado en nuestro sofá. Me lo presentó como su pareja,  Ignacio se llamaba. Era alto, delgado per bien marcado, muy parecido a mi. Conversamos un poco, resultó se una persona muy agradable.

Ignacio venía regularmente a nuestro departamento, donde varias veces compartimos , incluso con mi novia. Ya pasado un mes más o menos ,  una noche , con algo de alcohol en el cuerpo , me dieron ganas locas de coger. Gabriel se paseaba con pantalones cortos por la casa , mostrándome su enorme culo, que tantas veces había sido mio y que ya comenzaba a extrañar. Olvidando mi promesa, lo busque y me rechazó tajantemente, hasta se enojó.

Se me había acabado el putito en casa

Continuara …