Gabriel , mi gordito compañero de cuarto

Compartiendo un departamento , tuve mi primer encuentro gay con un joven obeso dispuesto a satisfacerme.

Fue en mi época de universidad. Había salido a estudiar fuera de mi ciudad , mis padres me habían instalado en una pensión , donde compartía con otros muchachos de mi edad. La comida al principio no era mala , pero después fue empeorando ,  había mucha bulla , no se podía estudiar tranquilo, éramos muchos.  Al segundo año de estudio, misma pensión me cambiaron de facultad y ya me quedaba lejos , por lo que me puse en campaña de buscar otro lugar. Hice las consultas con algunos compañeros de universidad y me contactaron con otro chico, de la misma universidad  también segundo año, pero de otra carrera que estaba buscando arrendatario.

Conversamos en la cafetería y justamente el  su padre le había arrendado un departamento a pocas cuadras de la facultad, junto con un compañero de curso , pero que este había desertado de la carrera y lo había dejado solo , por eso necesitaba arrendar la otra habitación , para abaratar gastos.

Era un joven muy agradable, simpático, de tés muy blanca, de mi misma edad, pero de contextura bastante gruesa,  por no decir obeso, yo soy mas bien delgado.  Me invitó a conocer su departamento, todo muy ordenado, muy limpio y quedaba muy cerca  de la universidad ,  la verdad me encantó. Era solo un poco más de lo que pagaba en la pensión , pero de todas formas , lo valía.

De inmediato le dije que muy interesado y cerramos trato, mudándome ese mismo fin de semana.

Gabriel era su nombre, estudiaba computación, muy aseado, muy limpio y cocinaba exquisito. El refrigerador siempre lleno, comida casera, era muy hábil con las matemáticas ayudándome con mis estudios. Así comenzamos a vivir juntos y  la verdad nos llevábamos muy bien.

A veces yo llevaba alguna “amiga” al departamento y Gabriel desaparecía , se encerraba en su cuarto, dándome todo el espacio.  Pero pasó el tiempo y era solo yo el que llevaba amigas. Yo lo alentaba que buscara a alguien por ahí, pero el me decía que solo estaba dedicado a sus estudios. Yo pensaba que era por su sobrepeso que no conseguía mujeres y dejé de molestarlo para no hacerlo sentir mal, hasta que unos meses después , en un momento de confiabilidad , me dijo que tenía algo que confesarme, que no me fuera asustar , que el era gay.

La verdad no me sorprendió mucho, yo ya tenía mis dudas, sobre todo por sus gestos,  su limpieza , su orden , las películas que veía. Le dije que para mí no era un tema , que todo seguiría tal cual entre nosotros y que podía confiar en mi plenamente que por mi lado , nunca nadie se enteraría.

Nuestra convivencia siguió igual, incluso yo creo que mejoró, notaba que él estaba como aliviado de haberme hecho esa confesión, algo que nadie sabía, solo yo.

Pasaron varios meses,  todo normal, hasta que una noche, llegué al departamento, Gabriel se encontraba con la luz apagada, viendo una película en el sofá. Yo venía de hacer un trabajo en casa de unos compañeros, donde habíamos bebido bastantes cervezas, no venía ebrio pero si algo pasado. Saqué una más del refrigerador y me senté a su lado a tomármela. Conversamos un poco, me puso al tanto de que trataba la película , era interesante y me quede ahí viéndola.  A pesar de ser de noche , hacía mucho calor , me fui a mi cuarto, me saque la ropa , quedando como muchas veces solo con unos bokers, no de los ajustados, si no de los tipo holgados, pantalón corto , igual como vestía el , pero con polera ( nunca mostraba su gordura ).  Volví a su lado, prendí un cigarro y continué bebiendo mi cerveza y fumando.

En silencio, luz apagada, cuando en la película sale una escena gay. El hombre discutía con otro, se quedan mirando callados y luego se besan apasionadamente. Luego uno baja hacerle una mamada al otro, que no mostraban, pero que si se daba a entender perfectamente. Ninguno de los dos dijo nada, pero si me fijé disimuladamente en su boker y se vislumbraba una pequeña erección.

Me sentí algo incomodo, o algo excitado quizás, levantándome a la cocina a buscar otra cerveza , preguntándole si quería una y me dice que si. Era muy raro que el tomara, me llamó la atención.  En ese corto trayecto de ir a la cocina y volver, pensé que si a él, le gustaban los hombres, ver esa escena conmigo al lado,  por su erección,  quizás se había excitado, o puede que sienta algo de excitación por mi , … ¿y si quería hacer algo? … yo nunca había tenido algo con otro hombre, ni se me había pasado por la mente, ¿pero una chupada?, no será mala idea … que terrible , como me calienta beber mucha cerveza.

Volví con las  cervezas y con esos pensamientos, mi verga comenzaba a despertarse , ya se había levantado un poco. No traté de ocultarlo, al contrario, pasé delante de él, le pasé la cerveza y me fije en su mirada pegada a mi bulto mientras me la recibía. Me senté a su lado y ya lo noté nervioso. De ahí no me pude concentrar en la película. Gabriel se había colocado un cojín cubriendo su entre pierna y yo me imaginaba que la tenía parada, que por eso se la cubría. Mis pensamientos actuaron sobre mi verga que cada vez se despertaba más y  más.  Miraba fijamente hacia la televisión para que el pudiese observarme  sin problema, pero de reojo notaba la disimulada mirada de Gabriel hacia mi verga. Haciendo un experimento, hice que esta se moviera, notando de inmediato la reacción en Gabriel,  que se movió acomodándose el cojín apretándolo contra su cuerpo.

Algo ebrio, me lo imaginaba arrodillado delante mío chupándomela y la idea me gustaba cada vez ,  debo reconocerlo , terminando ya con una completa erección, que no ocultaba.  Gabriel estaba completamente inquieto, se movía y se acomodaba una y otra vez, hasta que rompiendo el silencio me dijo si me podía poner un cojín ahí, que lo perdonara, pero ya lo había puesto nervioso con esa tremenda cosa. Lo miré desafiante y le pregunté si le molestaba  o al contrario, le gustaba. Estaba muy nervioso, ni siquiera supo que responder.  Le pregunté directamente  si acaso se sentía con ganas de mamármela. Me miró directo a los ojos y lo único que dijo .. “me encantaría”.

Ya todo estaba todo dicho , sin vergüenza  me bajé los bocker solo un poco y dejé al aire mi verga en su máximo esplendor.  Gabriel hizo un gesto muy afeminado, llevó una de sus manos tapándose la boca abierta, abriendo mucho los ojos. Le tomé la mano y se la coloqué encima.  Me comenzó a tocar muy suavemente, mordiéndose el labio mientras me acariciaba , hasta que se doblo hacia mi verga , metiéndosela a la boca. Tomé su cabeza y se la comencé a acariciar mientras el seguía chupándomela. LO hizo un par de minutos , pero estaba incomodo. Le dije que se arrodillara delante mío y así lo hizo.

Se bajó del sofá, colocando el  cojín en el piso para quedar mas cómodo, arrodillándose ante mi.

Con mucha suavidad continúo haciéndolo, hasta que me pidió que me los sacara por completo. Lo hice, quedando yo también más cómodo, sentado con las piernas abiertas y la boca de mi compañero , dándome una deliciosa chupada.  Era como si hubiese estado esperándolo con ansias, me besaba los huevos ,  la pasaba por su cara , me miraba a los ojos y volvía a meterla en su boca.

Me dejé querer, me relajé dejándolo que se diera el gusto con mi verga por el rato que quisiera, solo sintiendo el placer de esa deliciosa y profesional mamada , porque en realidad era fantástica.  Fue mucho rato, en mi mente no estaba la idea de follármelo, solo disfrutar de sus atenciones y que el también se diera el gusto. Una media hora después, por lo menos, luego de haberlo hecho detenerse varias veces para prolongar el encuentro,  le dije que ya no podía aguantar más y él me dice que no importaba, que acabara y continuó con más fuerza aun,  donde yo ya no pude aguantar más y comencé a correrme en  su boca , donde en ningún momento dejo de succionar , tragándose todo mi semen.

Fue delicioso, me queje harto mientras me descargaba y luego de hacerlo, el continuó muy cariñosamente besándome los huevos y mi flácida verga.

Al otro día , yo igual estaba algo incomodo por lo que había pasado, el lo notó y conversó conmigo diciéndome que no me sintiera incomodo, que solo era algo que había pasado producto del alcohol, que si me reconocía que le había encantado , pero que seguiríamos igual , que nada había pasado y que nunca nadie lo sabría. Le di las gracias por su comprensión y continuamos como si nada hubiese sucedido..

Pasó un mes más o menos,  todo normal entre nosotros, nunca más tocamos el tema. Si reconozco que a veces me daban ganas de repetir , pero me aguantaba, eso no era para mí, hasta que una tarde invitamos a unos amigos a ver un partido de futbol muy importante, nos juntamos unos 7 en el departamento, donde trajeron un arsenal de cervezas. Hicimos la previa bebiendo, luego durante todo el partido y después de este, celebrando otra cuantas más. El basurero desbordaba de latas vacías y el departamento igual por todos lados. Yo estaba bastante ebrio y Gabriel solo algo, era mucho más moderado para beber que yo.

Como a las 9 de la noche ya todos se marcharon y comenzamos a ordenar entre los dos el desorden que había quedado.  Mientras lo hacíamos, comencé a recordar esa noche loca que tuvimos, que con el alcohol que tenía en mi cuerpo , estaba deseoso de repetir. Miraba a Gabriel con una bolsa recogiendo latas y pensaba que de proponérselo, de seguro me diría que si. En eso, mi vista se pego en el tremendo culo de Gabriel, que en cuatro patas trataba de sacar unas latas que había caído bajo el sofá. Me quede mirándolo, era realmente tenia un culo enorme y me comenzó a excitar. El se dio cuenta que lo miraba y me preguntó si me pasaba algo. Le dije que nada, que solo se me habían pasado las cervezas , se rió y me dijo que si se me notaba que estaba ebrio.

Me senté en el sofá y continué mirándolo. El se notaba nervioso, yo creo que se daba cuenta de mis intenciones.  Gabriel  tiene un rostro infantil a pesar de sus 20 años, en realidad es bastante infantil, sus bromas, jugaba siempre , coleccionaba figuras de plástico etc.  Como es de tez muy blanca,  se notaba ruborizado.

Estaba nervioso, me pidió que le convidara un cigarro, que tenía ganas de fumar. Era muy raro que el fumara, de hecho el departamento apestaba a cigarro luego de ver el partido, todos fumábamos, menos él. Encendió el cigarro y lo fumaba muy rápidamente, de pie, dando cortas aspiradas y botando el humo de inmediato. Ahora yo le pregunté si le pasaba algo y sonriendo coquetamente, me dijo que no y se rio. Le volví a preguntar, lo pensó un momento, sonriendo, mirando al techo y me dijo que nada, pero como esperando que yo siguiera preguntándole.

Le volví a preguntar y me dijo que le daba risa verme borracho. Le dije que sí, que estaba algo borracho y algo … dejando ahí la repuesta. Se coloco mas coqueto aun , sonriente , preguntándome a que me refería con ese “Algo” .. y ahora yo me reí, solo diciendo “Algo” … Me preguntó si ese algo quería decir que  estaba excitado y le dije que si , mirándolo ya con otros ojos. Guardo un minuto de silencio , apagando el cigarro  diciendo  – No se yo - Solo depende de ti -  … y sin mas vueltas , le dije que me gustaría repetir. Sonrió y me dijo que al él también.  Le dije que viniera y se sentó a mi lado tímidamente.

Le tome su mano y me la coloque sobre mi verga. El comenzó a tocarme y a mirarme directo a los ojos.  Avancé el proceso, me levanté, me la saqué , acercando mi verga a su rostro. De inmediato abrió su boca y comenzó a chupármela como el sabia hacerlo, muy suavemente , lamiendo mi huevos , restregándola por su cara, dándome una mamada exquisita. Pera esa noche yo quería algo distinto, estaba demasiado caliente producto del alcohol y quería llegar mas allá. Le dije que fuéramos a mi cuarto, me siguió. Me desnudé por completo y me acosté en la cama, pidiéndole a el que se desnudara. Me decía que le daba algo de vergüenza, me pidió que apagara la luz, pero no, yo quería mirar y lentamente comenzó a desnudarse. Su gran cuerpo se fue mostrando poco a poco. Nunca lo había visto sin la parte de arriba, su pecho sin ningún pelo y mas encima con tetas. Un vientre bastante abultado y bajo este, un pequeño pene erecto que no sobrepasaba el tamaño de una cajetilla de cigarro a lo ancho, unos 5 cms y bolas enormes.

Sus grandes nalgas sobresalían por los lados, eran realmente grandes.  Se notaba nervioso y apenas pudo se colocó de boca a entre mis piernas y continuó con su perfecta mamada. Yo me deje querer un rato mas, hasta que queriendo experimentar algo nuevo, le dije que me dejara metérsela.  Con la verga entre sus manos y sus labios sobre ella, me miro y me dijo si estaba seguro. Le dije que si. Me dijo que lo esperara un poco que iba a buscar algo a su cuarto. Demoro un par de minutos y volvió con un gel lubricante.

Se colocó un poco en la mano y me lo esparció en la verga.  Otro poco en su mano y se l lubricó el ano , para luego colocarse en cuatro patas a los pies de la cama , ofreciéndome sus enormes nalgas.

Era un culo realmente enorme, blanco sin ningún pelo. Acerque mi verga a este y comencé a restregársela , agarrándole las nalgas , jugando con ellas,  dejando mi verga atrapadas entre sus carnes, abriéndoselas,  viendo su ano lubricado esperando mi verga. La coloqué en posición y comencé a ejercer presión. Escuche un pequeño gemido de dolor, pero el segundo ya fue de placer. Mi verga comenzó a entrar más fácil de lo que yo pensaba, hasta que se la metí hasta el fondo sacándole un pequeño quejido.

Se le veía tan rico el culo con mi verga metida en él y comencé a cogérmelo suavemente. Una y otra vez  mi verga se perdió entre sus carnes, haciendo que ambos disfrutáramos. Por el alcohol, estaba duro de acabar y Gabriel aceptaba gustoso el frenesí de mis estocadas gimiendo como si fuese una mujer.

Me acosté sobre él, quedó de boca sobre la cama, abriéndose el mismo las nalgas para hacer más profunda la penetración. Yo le preguntaba si le gustaba y entre jadeos me decía que le encantaba, que se la metiera más adentro. Me excitaba escucharlo hablar, eso más me calentaba. Cuando le pregunté si alguna vez se lo habían cogido así, me dijo que no, que yo era el primero. Eso más me animó y con más fuerza le dí, para que su primera vez fuese inolvidable.

Luego me bajé de la cama y le hice darse vuelta, ya a esas alturas él había perdido la vergüenza de su cuerpo ,  se acomodo bien debajo de la cama y abrió sus piernas. Su pequeño pene ahora ante mis ojos ,  casi perdiéndose entre sus pocos pelos.  Le coloqué las piernas sobre mis hombros y nuevamente lo penetré. Cerró sus ojos arrugando la cara gimiendo muy suavemente, muy sensual,  tal cual como si fuese una mujer. Mientras lo hacía, bajo su mano y con solo tres dedos comenzó a masturbarse mientras me lo cogía. Al poco rato dejó de hacerlo y me atreví a tocárselo yo.

Era la primera vez que tocaba un pene que no fuera el mío, era extraño, mas por su porte. Me dijo que no lo hiciera, que estaba demasiado sensible y que lo haría acabar. Pensé que si acababa se le quitarían las ganas de seguir follando, por lo que se lo solté,  mirando detenidamente su pequeña verga.

Comencé a rozar con mi verga la de el. La mía era como cuatro veces la de Gabriel,  se mordía los labios mirando el contacto de ambas vergas, alabando la mía, diciéndome que la tenía muy rica. Luego lo acomodé nuevamente con sus piernas en mi hombro y comencé a metérsela y a sacársela por completo. Hasta que se la dejé enterrada hasta el fondo. Me dijo que ahí le dolía un poco, que prefería el mete saca. Lo hice así , notando el gusto que le daba, haciéndolo más rápido .

Comenzó a quejarse mas y mas , hasta que veo que comienza acabar , disparando su semen sobre su vientre.  Me excito mucho ver eso,  me tuve que concentrar mucho para no acabar en ese instante para seguí cogiéndomelo.

Su verga perdió su dureza y se achicó considerablemente, casi perdiéndose. Le pregunté como quería que yo acabase y me dijo que se los echara adentro. Le pedí que se diera vuelta, colocándose en cuatro para acabar dentro de él. Movió su voluminoso cuerpo  adoptó la posición solicitada y me entregó las nalgas para darle la última gran metida. Agarrándole las nalgas, me lo comencé a coger con fuerza, muy brusco, haciéndolo gritar de placer , viendo sus gelatinosas carnes moviéndose descontroladamente cada vez que mi cuerpo chocaba contra ellas. Fue una cogida larga y brusca,  por varios minutos mas , hasta que ya no me aguantaba más ,  avisándole que me corría , comencé a acabar dentro de mi compañero , gritando ambos ,  dejándole todo el semen dentro de su ano , hasta que mi verga perdió su dureza y se salió de su culo.

Mi semen escurría de su ano, deslizándose por el contorno de sus gruesas piernas y Gabriel en la misma posición dándome una rica visión de su culo mojado.  Me acosté desnudo a su lado y el quedo de boca a mi lado.  Me miraba sonriente, me  dijo que había sido un sueño fantástico, que era todo un semental, que realmente lo había hecho gozar.  Por mi  lado le dije que también había disfrutado mucho y que como siempre, eso sería nuestro secreto.

Desde ahí, nuestra vida cambió rotundamente. Cada vez que tenía ganas de coger, mi compañero de departamento estaba dispuesto sin ningún problema, ya sea  a coger o a mamar , nunca un no por respuesta.  Era solo cosa que yo me excitara y Gabriel se encargaba de satisfacerme. Su boca o sus nalgas siempre estaban ahí para mi, sin importar la hora.

A veces me colocaba a ver televisión y le pedía directamente a Gabriel una mamada y el sin protestar lo hacía. Otras veces me despertaba de noche, caliente y me iba a costar con él. No le importaba que lo despertara, me entregaba el culo cada vez que yo quería. Por lo general era cuando a mí se me pasaban las copas. Gabriel me decía que ahí era las mejores cogidas , ya que yo me podía mas brusco , mas morboso y obviamente duraba mas.

Luego de un tiempo, me puse andar con una compañera de curso. Ahí recién lo dejé tranquilo, obviamente prefería coger con ella, pero de cuando en vez,  cuando me aburría la rutina ,  recurría a mi buen amigo.

Mi vida sexual era muy activa , hasta que un día , quise probar algo nuevo ... y ser yo el que se colocara en cuatro sobre la cama

Ya se los contaré ….