Gabi y Pedro

Dos hermanos por un corte de pelo.

Como muchas tardes después del colegio , subir a casa para dejar la mochila y merendar algo, me fui al trote a ver a mi padre a la peluquería, era el negocio familiar, que se encontraba un par de calles mas abajo de nuestro bloque . Al entrar me dirigí a mi padre que estaba atendiendo a un cliente, ya casi había terminado con el, pues estaba con la maquina eléctrica rasurándole el cuello de pelillos y marcándole bien rectas las patillas. Lo salude con un beso y el me devolvió un guiño cariñosamente.

En la zona de espera salude a Don Antonio, un antiguo profesor mío de la etapa preescolar, también salude al Sr. Ismael, portero de un bloque cercano al mío,, y al menor de sus dos hijos, Gabi, su nombre era Grabiel, pero todos le llamaban Gabi, tendría unos 13 años.

Pregunte a papa si necesitaba que le hiciera algo, y revolviéndome el pelo con la mano, me contesto que no necesitaba nada.

Me dirigí al un cuarto al fondo del local, hacia las veces de despacho de papa y almacén, un extremo estaba totalmente cubierto de estanterías con productos, en la zona mas baja y repleto de archivadores las baldas superiores. En el extremo opuesto el que daba al salón, papa tenia montado su despacho en forma de ele, ocupando todo el ancho la parte principal del escritorio, presidido por una especie de ventana, de cristal ahumado, lo que permitía ver desde el interior el salón, pero no al revés, y el lateral derecho una zona mas angosta, pero que resultaba comodisima, pues te permitía reposar el brazo en toda su extensión, para manejar el ratón del ordenador, el objeto mas preciado para mi, estaba encendido y me apresure a iniciar mi juego favorito, una variante del tetris.

Absorto como estaba en mi partida, no caí en la presencia menuda de Gabi, apoyado en la puerta. Al descubrirlo lo invite a pasar, el chico se coloco cerca de mi , contemplaba mi habilidad para colocar correctamente las piezas. Termine esa partida obteniendo una de mis mejores puntuaciones, mire a Gabi:

-Quieres jugar?

-No se.

-Es fácil, debes colocar las piezas tratando de encajarlas, ven te enseño.

Gire un poco la silla con ruedas del escritorio para dejarle paso, se coloco delante de mi.

-Veras como te resulta fácil.

Le puse un nivel principiante para que se fuera soltando con el juego.

-Venga, coge el ratón.

Yo coloque mi mano derecha sobre la suya para irle guiando en los primeros pasos. Pillo rápido el tranquillo, se le notaba mas suelto, recostó su cuerpo sobre el ala del escritorio y apoyo su trasero en mi rodilla derecha.

Le inicie una nueva partida con un nivel superior y lo invite a acomodarse, no lo dudo y se coloco sobre mi muslo, quedando mas cerca de mi. Progresaba rápido en el juego, se notaba que se divertía, pues con cada línea que conseguía terminar daba una especie de bote, reposando nuevamente sobre mi muslo. Y una de esas veces note su mano izquierda rozar mi paquete. Pero no le di importancia.

-Ves como es fácil

-Si, es muy fácil.

Su emoción iba en aumento y a mi me divertía verlo así. Consiguió hacer un pleno de tres líneas y dio un gran salto de alegría a la vez que alzaba los brazos en señal de victoria. Al retomar su posición quedo sentado mas cerca de mi y ahora note su mano izquierda pegada a mi paquete. Y se me ocurrió ponerlo en un aprieto. Coloque mi derecha sobre su cadera y con la izquierda así su muñeca, la que quedaba rozando mi paquete. Como acompañaba cada uno de sus movimientos del ratón con movimientos de todo su cuerpo, yo trate de imitarle pero atraía su mano contra mi entrepierna, quería ver su reacción. Pero absorto como estaba en el juego no se percato de mis acciones. O eso pensaba yo. Quise ir un paso mas aya, y lo invite de nuevo a acomodarse mejor. Asintió, coloco su cachete derecho totalmente sobre mi pierna, pero mucho mas cerca de mi, casi apoyaba su espalda sobre mi pecho. Pero cual no seria mi sorpresa al ver como su mano izquierda, la reposaba totalmente abierta encima de mi polla.

A mis 16 años, nunca había tenido el mas mínimo interés por los chicos y ni siquiera en semejante situación. Pero las hormonas empezaban a hacer su trabajo. Notaba como se despertaba mi miembro, como empezaba a tomar vida, el algo noto también, pues aminoro la presión y deslizo un poco la mano, ahora tocaba todo, los huevos también. Note como me crecía todo, la polla, los nervios y la vergüenza. Nuestros padres no dejaban de estar a tan solo unos metros. Y este cabroncete no sabia como manejarlo.

Mi polla quería acomodarse dentro de los slips, pero por la postura le era imposible, siguió creciendo hasta el punto de sentir como uno de los pelos del pubis se había pegado a mi capullo y amenazaba cual cuchilla de afeitar el prepucio, pero la situación me desbordaba, el nene seguía con su mano encima de todo mi paquete y a mi me daba corte meter la mano dentro del pantalón del chandal para liberar mi polla de este incordio. Gabi deslizo en uno de sus movimientos compulsivos su mano un poco hacia abajo y cerro algo los dedos, de manera que ahora tenia cogidos y bien cogidos mis cojones con su mano tonta. Algo tenia que hacer, pues mi cacharro no dejaba de crecer y el jodio pelo amenazaba seriamente el recubrimiento de mi querido capullo. Me arme de valor, tome aire y decidí que tenia que entrar en acción.

-Un momento Gabi.

Lo hice incorporarse levemente mientras introducía la mano por debajo del chandal y buscando mi polla, la trataba de liberar del maldito pelo a la vez que la acomodaba. Conseguido el objetivo me dirigí al incauto jugador.

-Ya. Puedes apoyarte otra vez.

Yo me refería a su postura, a que retomara su postura de sentado pero vaya si retomo la posición, la de sentado y la de la mano, esta volvió a coger lo que pudo, pues mi polla ahora, al encontrarse mas libre, había crecido considerablemente. Tanto que note una sensación muy cercana en el tiempo. No había conseguido liberarla del todo del jodido pelo. Gabi seguía a lo suyo, a la partida y a masajearme con disimulo los huevos. Mis hormonas también seguían a lo suyo. Hasta mi padre estaba a lo suyo. Joder, mi padre. Me incline un poco hacia delante para mirar por la ventana del despacho y otear el salón. Mi padre ya estaba terminando con Don Antonio. En esta posición nuestras cabezas quedaron paralelas, nos miramos, yo le lance una mirada de reproche y el cabron del niño me dio un ligero apretón en los huevos.

Me apoye de nuevo en el respaldo y haciendo algo de presión sobre su cadera para acercármelo algo mas me dispuse a seguir con el juego. El, ya con mas descaro no dejaba de jugar a dos manos. Se le notaba que iba ganando confianza con los jueguecitos. Ya tenia dominado el del tetris y otro tanto sucedía conmigo. Yo la verdad, no sabia que hacer, bueno si, tenia que liberar mi polla del dichoso pelo. Esta vez no me ande con miramientos, metí mi mano bajo el pantalón urge entre la maraña de pelos de mi pubis y busque al culpable, bingo por fin di con el, con sumo cuidado trate de devolverlo con el resto de compañeros, palpe un poco mas aun, quería comprobar que no había ningún otro pelo rebelde y de paso acomodar mejor mis huevos y mi pija, quería suprimir cualquier obstáculo, no sabia lo que iba a pasar pero quise ser previsor, holgura, mucha holgura, que se expanda bien a gusto lo que se quiera expandir, me dije. Yo atacando por dentro del pantalón y el slips y el cabron del Gabi, atacando por fuera, en esta ocasión no aparto la mano de mi, cuando me colocaba el rabo, el cogía mis huevos, y cuando noto que quería acomodar estos, el jugueteo con mi polla. Yo en estas ya estaba para que me ingresaran de urgencias, pues la fiebre alcanzaba cotas peligrosas

Pues bien, decido sacar mi mano y dejar solos a mis tesoros a su suerte, cuando noto como Gabi me libera de su presión. Respire tranquilo por un segundo pensando que por fin terminaba aquello. Pues no. Se apresuro, y según salía una mano de debajo del pantalón, entraba otra, la de el. Busco por unos segundos el elástico del slip, lo encuentra , mete las puntas de los dedos por debajo del mismo y desliza toda su mano hacia el interior, se libera de unos pelillos revoltosos que se enredan en sus yemas húmedas y por fin noto como alcanza el jodio su objetivo, me agarra la polla, pasa a los huevos, vuelve a agarrarme la polla, me la masajea, vuelve a agarrarme los cojones, los masajea, y yo con tanto masaje me siento en el séptimo cielo, paso mi mano derecha de su cadera derecha a la izquierda rodeando todo su abdomen, lo atraigo fuertemente hacia mi, el reclina la cabeza sobre mi hombro, yo inclino la mía sobre su cuello iniciando un rosario de besitos por todo el mismo a la vez que llevo mi izquierda a su entrepierna y comienzo un masaje suave, el sigue jugueteando alternamente con mi polla y mis cojones. ¡Realmente esta suelto!. Se le ve cómodo. Gira su cabeza y deja su boca a la altura de mi boca, dudo, el no, me besa. ¡Joder con la inocencia de los niños!. El continua con los masajes, yo no se por donde continuar. El restriega su culo contra mi abdomen, yo restriego mi culo contra la silla. El me dice: -sigue. Yo le digo: -para. Insiste: -venga, sigue. Yo: -para. Para un momento.

Me vuelvo a inclinar para ver a nuestros padres. Están cada uno a lo suyo, charlando de fútbol A mi me están metiendo un gol por toda la escuadra, y con solo 13 años. Me reclino sobre el respaldo y el al notar mi alivio, trata de bajar el pantalón del chandal para dejar todo al descubierto, a mi la idea me agrada pues gasto slip muy ajustado y entre el grosor de mi polla y su mano, la presión dentro del mismo es muy elevada. Le ayudo a bajarlos un poco y el trata de dejar el elástico del slip por debajo de mis pelotas, conseguimos cada uno nuestro propósito, mi polla esta libre de ataduras y amenaza estallar en cualquier momento. Tengo la impresión de que la situación se me esta yendo de las manos. Un jodio crío de 13 años me esta llevando por un camino que nunca pense pudiera recorrer. Pero son solo 17 años, mucha la inexperiencia y pocos mis contactos sexuales. Gabi sigue con lo suyo, o mejor dicho con lo mío. Me esta haciendo una paja y a mi la verdad es que me resulta preocupantemente muy satisfactoria. Por mi mente cruzan mil ideas sobre mi inclinación sexual, pero yo, me dejo hacer, gozo del momento. Gabi sigue con mi tema entre sus manos, sigue pajeándome, a veces para y se restriega mi cipote por su culito, otras se concentra en masajear mis bolas, yo creo que voy a estallar en cualquier momento. De repente se detiene por completo, se incorpora un poco, me mira, con una mirada picarona, no me lo creo, se esta agachando, no será capaz, se esta colocando frente a mi, pero agachándose, no puede ser, mira fijamente mi polla, no, no, no, nooooooooooooooooooooooooooooooo. Ah, ah, ah, si, si, si, sigue, sigue, así, umm, ah, ah, umm, Joder......, creo..., que....... no voy........ a ser................ capaz......... de aguantar.......... mucho así. Para mi sorpresa, Gabi comienza a hacerme una mamada. Este niño sabe latín, pues mientras con su boca esta dando buena cuenta de mi capullo, con una mano no deja de amasar los huevos. Es la primera vez que me hacen una mamada y la verdad, a estas alturas y con la calentura que tengo, me importa muy poco que sea un chiquillo el que me esta acercando al paraíso. Recorre todo mi glande con su lengua, trata de introducirse todo lo que le cabe, comienza una suave ascensión acentuando la presión con los labios, vuelve a jugar con mi capullo, ahora con la punta de la lengua juguetea con mi pequeño orificio, todo esto sin dejar de sobar mis pelotas repite el movimiento de intentar introducírselo lo máximo posible, noto como mi capullo toca su frenillo, esto me excita mas aun, yo no se si lo hace bien o no, pero lo que si se es que a mi me parece algo digno de dioses. Quisiera para el tiempo, pero creo que no va a ser posible. Algo me dice que el tiempo se acelera. Gabi también se da cuenta de lo que esta pasando y hace mas vivos sus movimientos, acelera la cadencia de su boca y la acompaña con la mano. Trato de apartarlo pero opone resistencia. Insisto, intentándolo con las dos manos sobre su cabeza, hago presión para retirarlo de su biberón, pero no obtengo el resultado. Ya todo me da igual, me abandono a mi suerte cuando una oleada de pequeños espasmos se apodera de mi, me corro, tengo un orgasmo bestial , chorros de leche se estrellan en la boca de este angelical adolescente, pero el lejos de retirarse los recibe con sumo agrado, lo veo en sus ojos, noto como los espera ansioso, agradecido, codicioso de semejante manjar. Cuando termino de eyacular, Gabi comienza a lamer todo mi capullo, como asegurándose de no dejar ni rastro de mi leche, aseándolo con su lengua todo el, alargando de esta forma mi orgasmo.

La puerta de entrada de la peluquería se abre. Damos un respingo, tratamos de adecentar nuestra prendas, es Pedro, el hermano mayor de Gabi, se dirige a su padre, lo reclaman en la portería, pregunta por su hermano y el padre le indica el cuarto, oímos los pasos dirigirse hacia la estancia donde nos encontramos, retomamos como podemos la postura inicial, Gabi sentado sobre mi rodilla, Pedro se planta en medio de la puerta mirándonos, algo va mal, lo noto en su cara, balbuceo:

-Hola pedro.

-Hola. Que hacéis?.

-Jugando. Le enseñaba a tu hermano a jugar a esto. Le señalo la pantalla del ordenador.

Pedro se acerca, se coloca detrás de la silla, se inclina hacia delante apoyándose con las manos sobre los reposabrazos.

-Yá. Jugando, no?.

Es evidente que Pedro ha notado algo, no se cree que hayamos estado "jugando" con el ordenador, lógico, nuestros nerviosismos, titubeos, y el olor a seso que ahora percibo, lo hacen sospechar que allí se a jugado a un juego muy distinto.

Desde el salón mi padre reclama a Gabi, es su turno para cortarle el pelo, el se incorpora para dirigirse donde lo reclaman, al pasar por el lado del hermano, este le lanza una colleja.

-Anda enano, tira pa ya.

Gabi se revuelve quejoso, a la vez que trata de esquivar a su hermano.

-Así que habéis estado jugando, no?.

-Si. Mi respuesta sonaba poco convincente.

-Y que?. Os habéis divertido?.

-Si. Un poco.

Yo seguía sin dar mucha convicción a mi tono de voz, y Pedro cada vez más, hacia irónicos sus comentarios.

-Te gusto el jueguecito con mi hermano?.

Esto lo dijo pegando su boca a mi oreja y muy lenta y sarcásticamente. No había duda, Pedro intuía lo sucedido, o parte de ello.

-A ver cuando me enseñas a mi a jugar.

Su boca seguía pegado a mi oreja y sus palabras no dejaban de sonar cadenciosas e insinuantes.

-Creo que yo también necesito un corte de pelo.

-Si vengo mañana, me enseñaras a "jugar"?.

Note como esa frase estaba llena de insinuación, porque Pedro acaricio mi cabeza con su barbilla a la vez que la decía.

Yo, mas nervioso aun, note como mi polla volvía a tomar vida dentro de mis slips. Y la idea de "jugar" con Pedro me excitaba, nunca hasta ahora había reparado en él, pero recordé su cuerpo bien formado con unas piernas grandes de futbolista que terminaban en un culo muy redondito , ¿cómo seria su paquete?, me estaba volviendo a calentar solo con la idea de que Pedro se sentara sobre mis rodillas.

-Bueno, si quieres te enseño como a tu hermano.

Esta vez fui yo el que puso ironía en la frase, esperando la respuesta de él. Y no se hizo de esperar.

-¿Cómo a mi hermano?. Vale, eso me gusta. Nos vemos mañana, para......... "jugar".

Ahora era su padre el que lo reclamaba. Salió sin despedirse. Yo salí también del cuarto. Como reclamaban al padre en la portería y ya era algo tarde, Gabi se fue con ellos sin cortarse el pelo, no obstante quedaron para el día siguiente, se lo cortarían los dos chicos. Vi como abandonaban la peluquería los tres, ayude a mi padre a organizar el salón y nos fuimos a casa. El resto de la tarde y toda la noche estuve nervioso, pensando como se desarrollarían los acontecimientos el día siguiente.