G zero: venganza
Sofia se vengará de la traición de su novio ¡con creces!
G Zero. La venganza
La mañana siguiente las jóvenes se entrenaron duro durante el día, se notaba que el día del lanzamiento estaba cerca y Annette quería que todo fuese perfecto, que las chicas estuvieran preparadas.
Mientras Anne estaba nerviosa, iba a tener su primera vez y con un desconocido, ella siempre se imaginaba que su primera experiencia seria con su príncipe azul, pero sabia que ese príncipe no vendría jamás, al atardecer, Maria quedó con tres legionarios, sonreía al imaginarse la orgía que iban a disfrutar.
Llegaron al almacén, los legionarios sonrían entre si, Anne había trucado las cámaras para que tuvieran intimidad.
En el almacén solo estaba Anne, Sofía al parecer se echó atrás, cuando los legionarios vieron a Anne, se cortaron, ella era el símbolo del proyecto y todavía estaba presente esa triste experiencia.
-¿qué pasa? ¿Acaso nuestra amiga es fea? preguntó Maria sorprendida.
-non non decían los legionarios nerviosos.
-(pasarlo en francés) ¿acaso es por esta silla? preguntó Anne.
-(pasarlo al francés) ¡nooo! ¡Pero si se entera Annette que hemos mmm "abusado" de su generosidad, tendremos problemas y muy gordos.
-(pasar al francés) entiendo decía tristemente Anne, haciendo que los legionarios lamentasen un poco sus palabras.
-perdona ¿qué dijisteis? preguntaba Maria que no sabia francés.
-¡que no os acostareis con ellos y que lo único que haréis será grabarme en video! decía Sofía con claros signos de embriaguez.
Anne y Maria miraron a Sofía, estaba desnuda y se tambaleaba, la argentina se acercó a Anne y le dijo.
-preciosa, traduce esto, pueden hacerme lo que quieran, pero si han de correrse que lo hagan sobre mi tatuaje decía Sofía.
Anne se sentía mareada por el fuerte aliento a alcohol de Sofía, pero explicó a los legionarios que ella estaría con ellos y la condición de eyacular sobre el tatuaje de Maradona.
Sofía, visiblemente borracha, se acercó a los legionarios, a dos de ellos les acariciaba los paquetes con sus manos, al tercero frotaba su sexo en los pantalones del militar, después de estimularlos se puso de rodillas y con sus manos y su boca bajó las cremalleras de los guerreros, mostrando unas notables erecciones.
-¡Maria! ¡Graba esto! decía Sofía.
Maria grababa las erecciones de los soldados y Sofía se dirigió a la cámara diciendo.
-¿ves capullo? Tu triste pollita no puede competir con estas.
En ese momento engulló él pené que tenia delante de ella mientras que los otros dos los pajeaba con sus manos, ponía mucho esfuerzo en ello, como si se tratase de un asunto personal, cosa que era así.
Los legionarios sentían como si iban a ir, Sofía lo sabia, de modo que les dio la espalda, poco después notaba el cálido y viscoso liquido golpeando su espalda.
Sofía enseñó su tatuaje a la cámara, un tatuaje ahora cubierto de "zumo de hombre".
Sofía se tumbó a una mesa y con el dedo les dijo a los legionarios que vinieran.
Dos de ellos lamían los senos de la argentina mientras que el tercero preparaba con su boca su concha.
-¡ahhh! ¡Así! ¡Comedme entera! ¡Comedme! gritaba Sofía llena de gozo.
Anne se sentía turbada, como aquel día que observaba a Maria, pero ahora no solo lo veía y lo oía, sino que también lo olía y lo sentía, su deseo la consumía, se acercaba poco a poco a la orgía, pero Sofía la miraba como diciendo.
"Largo, son todos míos".
Con cierto temor, Anne retrocedió, uno de los legionarios la penetró vaginalmente, otro lo hacia por la boca y un tercero se colocó encima de Sofía y frotaba su miembro entre los senos de la argentina, que se movía como si darles placer fuese lo único que le importara en la vida.
El legionario que se ocupaba de la boca de Sofía sacó su verga y eyaculó en el tatuaje, poco después los otros dos hacían lo mismo, se ponían en la espalda de Sofía y se pajeaban para disparar el chorro de semen en la cara del jugador tatuado.
Sofía nuevamente mostraba su espalda, llena de leche recorriendo el tatuaje, llegando hasta su parado trasero y metiendose entre sus firmes nalgas.
-¡Anne! ¡Traduce esto! ¡Que froten sus pollas sobre mi tatuaje! decía Sofía.
Anne traducía las ordenes de Sofía y los legionarios empezaron a frotar sus vergas sobre el tatuaje, uno de ellos frotaba sobretodo en la boca del dibujo epidérmico.
La espalda suave y femenina de Sofía notaba como los ardientes miembros militares intentaban borrar el tatuaje, Sofía se tocaba sus senos y su concha dándose placer a sí misma, pero sus ojos lloraban, lloraban por la traición de su novio, lloraba por que se sentía una puta al acostarse con tantos hombres, se deprimía cada vez más.
Uno a uno, los legionarios eyaculaban sobre el tatuaje, cayendo agotados y sin fuerzas, Sofía mostró a la cámara una vez más el tatuaje, Sofía se levantó y le pidió a Anne que enviara el video a la dirección electrónica de su novio, después se fue corriendo a su habitación para llorar desconsoladamente.
Poco después, en Argentina.
Un grito de tristeza por una blasfemia cruel se desataba por la ciudad, era el novio de Sofía, viendo como unos soldados eyaculaban sobre su dios, una y otra vez.