FUTBOL y SEXO
Nunca se sabe dónde puede saltar la sorpresa y la sorpresa llega en una comida de amigos el viernes antes del partido de fútbol
El partido contra el Alavés era por la noche y los que nos reunimos éramos casi todos los que jugamos a fútbol. Partidos de amigos, todos eran mayores que yo, el mayor de todos tenía 55 años. Compartíamos también el mismo gym. Todos estaban físicamente bien, eran de los tíos que se cuidaban, unos más otros menos, pero se cuidaban. De todos los que estábamos esa noche solo podíamos ir Matías de 45 años y yo. Los demás tendrían que esperar a poder ir a otro partido. Desde el primer momento de la comida le recomendaba a Matías que no bebiera tanto, porque no llegaría a la noche de pie. Protesto pero al final me hizo caso y se moderó bastante, aunque se puso muy alegre.
Comíamos en un lugar que lo hacíamos de forma habitual, nos conocían a todos, porque íbamos en grupo y también solos o con otras compañías. En este restaurante que regentan una pareja, de la cual la mujer me trae a mal traer, no llegará a los 40 y siempre suele llevar pantalones o mallas que le recogen un culo bárbaro. La miro, pero con mucha discreción y sin ser un baboso, me llevo muy bien con la pareja. Hemos tenido conversaciones de todo tipo y sin tapujos, pero siempre hemos guardado las distancias, sobre todo por el personal y por el resto de los comensales, aunque creo o eso presiento, que a ella no le desagrado.
Nos fuimos a otro sitio a seguir con la fiesta, que llevábamos mucho sin reunirnos. Antes de salir con la parte masculina de la pareja tuve un pequeño “encontronazo” cuando me dijo que nos iban a mojar la oreja los del Alavés y le dije que íbamos a ganar, pero que a quien le iban a mojar la oreja era el Getafe el domingo. Como siempre me reto, “que te apuestas a que perdéis hoy?” le acepté la apuesta diciendo que íbamos a ganar. La apuesta no se concretó en nada, solo que quien ganara decidiría. Para no dejar solo la cosa en eso, le aposté a que empatan o pierden, porque sin Messi no eran nada. Eso le cabreó porque es demasiado culé. “Me juego lo que quieras, LO QUE QUIERAS” y me fui riendo.
Después de una buena tarde nos despedimos y nos dirigimos al campo. Llegamos temprano y fuimos a nuestros sitios. Matías hablaba con su mujer, a la cual no conocía, como a alguna otra del resto de amigos. Porque la relación de amistad era entre nosotros. Mientras él hablaba me estaba fijando en una chica de unos 30 o 33 años, que llevaba una camiseta de color rojo del Valencia, con el número 14 de Gayá. Estaba para comérsela y llevaba un pantalón negro corto, no de futbol, que le quedaba pegado y lo llevaba metido que parecía que abría el culo. Luego llegó un tío, le dio un azote en el culo y se sentaron.
Matías al terminar de hablar con su mujer, “Pelayo, en el restaurante no le has quitado el ojo al culo de la dueña y ahora con esa, que pasa que te gustan todos los culos?” y riéndome le respondí, “Matías todos NO, el tuyo y te he visto en pelotas, no me gusta, jajajajajaja” empezamos con una broma con ese comentario, “en el descanso te presento a la dueña de ese culito y te digo que el marido mucha planta, pero no sabe follar y se viene rápido como un niño chico” me reía por lo que decía y no le hacía caso, hasta que me dijo “pues que sepas que esos no son culos, para culo el de mi mujer” no quise decir nada, pero como siguió le dije para que me dejara, “si tú lo dices” respuesta enrabietada de Matías, “no es que lo diga yo, es que es la puta verdad y si no mira” sacó su móvil y me empezó a enseñar fotos de un culo, la verdad que soberbio, con ropa interior de todo tipo. El culo en distintas poses y con distintas prendas se veía siempre que era el mismo. No quise decirle que esas fotos podrían ser de cualquier sitio, me abstuve de hacerlo, pero al no darle importancia interpretó que estaba diciendo eso. Su reacción fue enseñarme más fotos y estas ya se veía a su mujer, eran de hacía pocos días, en la playa y el culo si podía ser el que me había enseñado y como me entraron unas dudas le pregunté directamente.
––– Matías que no te sorprenda lo que te voy a preguntar, no es censurar ni nada de eso, es curiosidad, Como vas enseñando el culazo de tu mujer por ahí?
––– Que lo he hecho contigo porque sé que eres un tío moderno, que no te asusta nada, buena persona. Pero por qué te ha llamado la atención?
––– Los dos os dedicáis al derecho, sois muy conocidos. Y así de pronto. Que no es que haya molestado, que ver un buen culo siempre gusta. Tu mujer lo sabe?
––– Le compro mucha lencería, se deja hacer las fotos, porque le digo que es solo para mi consumo, aunque algo se debe de oler, porque me dice que si se entera que enseño las fotos viéndose sus cara, me castra.
––– Jajajajajajaja, porque no tengo su móvil, que si no la llamaba y le decía el culo tan bonito que tiene.
––– No tienes cojones.
––– Me picas porque no tengo el móvil, que si no.
Sacó su móvil, llamó a su mujer y le dijo Quela después del partido voy con mi amigo Pelayo. Te habrás puesto el equipamiento naranja, que sabes que nos da suerte. Así me gusta y se apartó un momento y me pareció que se despedía llamándola putita. Por lo menos me lo pareció. No quise decir nada y coincidió que ya empezaba el partido. En ese momento el tío que azotó ese culo espectacular, se giró a ver algo y Matías le saludo con la mano, el saludo y la mujer dio la vuelta y saludo también a Matías.
––– Coño es verdad que los conoces.
––– Te lo había dicho.
––– Si pero pensé que te estabas quedando conmigo.
––– Son vecinos y amigos. Él es fisio y ella da clases de spinning y zumba, para mujeres. Tienen montado un “chiringuito” de puta madre, alucinarías con lo que ganan entre los dos. Mi mujer es alumna de ella y yo voy a él una vez por semana, tiene buenas manos.
––– Ahora me explico el tipazo de ella.
––– Pero lo otro que te he dicho es verdad. Ella folla poco y lo poco que folla mal.
––– Eso te lo cuenta el fisio mientras te da la sesión, no follo bien a mi mujer, Jajajajaja.
––– Que va, se lo cuentan entre mujeres. De las amigas de mi mujer se las que están contentas, las que están descontentas, las que ponen los cuernos y las que les gustaría.
No pude evitarlo, esa información me puso cachondo y mi cabeza daba vueltas. Justo antes de irnos al descanso el Valencia marcó el segundo lo que nos puso muy eufóricos a todos. Matías me los presentó, Laura y Luis, Pelayo y de inmediato Luis y Matías sacaron el entrenador que llevaban dentro. Se pusieron a hablar de los que tenían que ser alineados y no coincidían. Me quedé con Lauta y ella bastante apurada. Mi primer acercamiento fue decirle que tenía una contractura en el muslo y que estaba buscando un buen fisio y ella me recomendó a su marido. Eso hizo que empezara a hablar. Ellos ya alzaban la voz y ella me dijo que eran siempre igual. Entre a saco, “pues teniendo una mujer tan hermosa al lado, me costaría ver el futbol” ella se echó a reír, “ya te vale, a un metro de mi marido y… que valor” no lo dijo enfadada, por eso continué, “es que es verdad y con ese equipo que llevas, me dejas sin habla” y ella le quitaba importancia, para ella era una camiseta como llevaban muchas otras .“En todo el estadio no hay a ninguna que le quede así la camiseta y el pantalón ya ni lo comento” y Laura que no le desagradaba lo que escuchaba, “pues el pantalón muy normalito” y aquí entre con todo, “JA, si desde que lo he visto me han entrado ganas de acariciarlo o…” Laura que se la veía un poco nerviosa, me decía, “¡O! QUE?” y no me corte nada, “pues, ¡O! azotarlo ¡O! tratarlo como se debe tratar semejante monumento”
Se quedó callada y mirando al césped. Ya iba a empezar el segundo tiempo. Estos acabaron sus discusiones y nos volvimos a nuestros asientos, ella antes de colocarse de nuevo la mascarilla me sonrió agradablemente y nos clavamos nuestras miradas. Cuando estuvimos a solas Matías y yo me dijo con sorna, “que hijo de puta que eres, la estabas entrado seguro, que cabrón” trate de decirle que no y no me creyó, pero me sorprendió lo que me dijo, “si luego subirán a casa y ahí la rematas si quieres, pero eso si ponte lo cachondo que quieras, pero resérvate para vacilar a mi mujer” y claro quería saber qué quería decir con eso de vacilar a su mujer.
––– Oye Matías, primero le dices a tu mujer que voy a cenar, sin consultarme y luego me dices que me reserve para vacilarla. Me explicas qué quieres decir?
––– Pues que va a ser, a ver si nos lo montamos los dos con ella. Que contigo hay confianza y puedo ser claro, además eres discreto y para probar la primera vez, el mejor tú, guapete, joven y discreto.
––– Espera, somos amigos, eso se suele consultar, sobre todo por una cosa o dos según se miren. Tu mujer sabe algo?
––– No tiene ni puta idea, pero ahí entras tú. Mira como has dejado a Laura, que su marido no se dará cuenta, pero la has dejado cara de cachonda, que se le ve. Pues tienes que hacer lo mismo con mi mujer y eso sí, con mi ayuda, que resulta más fácil.
––– Si todo eso muy bonito, pero si tu mujer no me gusta que hacemos.
––– Pues si no te gusta, no hacemos nada, ni lo intentamos, ella no se sentirá rechazada porque no sabe nada.
––– Lo que me sigue confundiendo, es que un tío como tú eres, me hayas propuesto esto y si te llego a mandar a tomar por culo?
––– Jugaba con ventaja. Antes de irte de la empresa se oían cosas de ti, entre las mujeres donde te ponían como un fenómeno follando y que además te gustaba con parejas. Pero al irte, los detalles que se oían eran más jugosos. Si mi amigo era así, porque no aprovecharlo, sabiendo que en el momento que veas a mi mujer vas a flipar en colores.
Pero según me decía lo de que si no me gustaba, saco el móvil, puso una foto de algún álbum y me dijo que fuera pasando las fotos. Era su mujer, si es que era ella, sin tapar nada, distintas poses y joder, a quien no le iba a gustar una mujer así. Se lo pase y sabía que muy mal no se tenía que dar la noche para follar con esa mujer. Quise preguntarle lo que le gustaba, pero antes de que pudiera hacerlo, “y si te preguntas por los gustos de mi mujer, no hay mayor zorra que ella, le gusta todo y cuando digo todo es TODO lo que tu sucia mente pueda pensar” y se me ocurrió algo, porque lo mismo había algo, “y esos (Laura y Luis) no habéis hecho algo aunque solo sea tontear?” y me miro con cara de cabrón “nada, ella ha estado sola alguna vez, sobre todo en el encierro y creo que la hubiéramos podido hacer algo, incluso Quela también se dio cuenta, pero Quela no estaba por acostarse con otra tía y que yo me acueste con otra mujer ni loco, porque cuando lo he hablado, ella dice que no le hace falta una tercera persona, que es cosa mía, pero que si se diera no sería una mujer” le dije que ya me había quedado claro que su mujer solo con hombres y haciéndome un gesto como si estuviera tonto, “eso no lo he dicho, que no lo sé, lo que ha dicho que soy YO, el que no va estar con otra tía, que a ella no le gustaría”
Ganamos al final 3 – 0 y empezamos a salir. Otra vez se “engancharon” los dos y nosotros íbamos un paso por detrás. Un pequeño tumulto de gente y aproveche para tocarle el culo, era una piedra, ella giró un poco la cabeza, “ya estás a gusto?” y mi contestación, “pues no, porque he podido comprobar lo duro que está, pero no he podido ver la suavidad” me mira seria y se le escapa una risa , “que tío con más cara, que geta que tienes” Nosotros habíamos ido sin coche y ellos sí, se ofrecieron a que fuéramos con ellos. Llegamos a donde estaba el coche un BMW X-3, íbamos a montarnos detrás y ella le dice a su marido, “mejor que vaya Matías delante y así no estaréis a gritos” le dejó pasar a ella y menuda pose coge para meterse, para comerle el culo en ese momento. En el coche ella no hizo nada para insinuar algo. Matías de pronto dice que llegamos y no he hecho nada. Pasó un dedo por su muslo y ella no lo quita, es una piel suave, pero ya bajamos la rampa del aparcamiento de la casa y me quedo quieto.
El ascensor como suele ser la mayoría, pone que es para seis pero cuatro entran justos. Es un edificio alto y Matías vive en el ático. Los otros dos plantas más abajo. Nada más dar a las plantas, acaricio el culo de Laura, no pueden vernos porque están delante y nosotros a la espalda de ellos. Hablan como cotorras. No me conformo con eso, subo mas la mano y la meto por dentro del pantalón, que es ajustable. Una piel muy suave. Ella solo mira fijo hacia adelante. Se salen y dicen que si no se encuentran muy cansados que subirán a tomar una copa, eso lo dice él. Nos recibe la mujer y va con la equipación naranja del Valencia, la diferencia que llevaba un pantalón de la misma equipación, no como el de Laura. Quela aquí Pelayo. Nos damos dos besos y está mejor que en las fotos, pero mucho mejor. Matías le va diciendo como ha sido el partido y luego que hemos venido con sus vecinos y que lo mismo suben. Quela se puso seria, “Matías si viene pasado o se pone pasado, no estoy dispuesta a aguantar sus tonterías” y Matías me explicó que le gustaba darle al codo.
Había preparado unos montaditos muy curiosos y muy buenos. De chuparse los dedos. Estaba viendo el ático y estaba asombrado, porque eran tres áticos unidos, se reía y me contó que el solar en el que se construyó el edificio era suyo y al venderlo dentro del precio entró el ático. Le notaba tratando de controlar la situación y que nada se le escapara de lo que tenía en mente. Da un cambio de 180º a la conversación, “Quela le decía a Pelayo que se ha quedado prendado del culo de Laura, que el tuyo es mucho más bonito y más magnético” Quela que estaba tomando un helado, deja la cucharilla en la copa del helado, “tú que tienes que ir diciendo esas cosas por ahí y menos haciendo comparaciones, Matías se te va la olla mucho” le reprendió pero sin darle mayor importancia, como si estuviera acostumbrada y Matías me pregunta, “que culo es el más bonito?” Quela sale rápida en mi “defensa” y le recrimina que me meta en ese compromiso, porque le dice que además Laura tiene un culito muy bonito. Matías vuelve al ataque, “no conoces a Pelayo, no se corta en nada y es muy natural, que eso le trajo problemas en el trabajo, es muy sincero” en eso no estaba mintiendo Matías.
No me queda otra que contestar, porque seguía insistiendo. “Podía decir que tu mujer para quedar bien, también podía decir que Laura y no estaría mintiendo, pero sería injusto. Laura llevaba un pantalón muy ajustado y Quela lleva un pantalón ancho, que deja ver unas piernas muy bonitas, pero lo que es el trasero, poco se distingue, aunque lo que se distingue es más que interesante” Matías no supo qué decirme y su mujer me dio las gracias y me dio la razón. Tardó en reaccionar y cuando lo hace le dice a su mujer que se podía poner otros pantalones para que pudiera opinar. La mujer le dice que si esta tonto y no le manda a la mierda, pero le manda a un sitio muy cercano. Nunca imaginé a Matías de esa manera y se puso como un niño pequeño que se coge un berrinche. Es cuando de forma muy serena le digo a Quela, “mujer ponte los pantalones que dice y así para de dar la murga” ahora a quién mira fijamente es a mí y es ese momento suena el timbre de la puerta.
Eran los amigos, ella se había cambiado de ropa. Él ya llegaba un poco tomado y con su voz potente decía a Quela, como si no lo supiera, que habían ganado. Quela no disimulaba su mala cara. Empezaron una conversación que más que empezar, parecía una continuación de algo y no me equivoque. Me quedé mirando y escuchando, sobre todo lo primero. Porque Laura con su cambio de vestuario estaba mucho mejor. Llevaba una falda que era como un cinturón, que era gracioso verla sentada y estirando de ella, para tapar algo que iba a ser imposible con tan poca tela y una camiseta sin mangas, con dos hilos sujeta a los hombros y sin sujetador, porque tal como se le marcaban los pezones no había duda. Viendo a Laura e imaginándome a Quela sin ropa, me estaba poniendo a reventar. A Quela se le cayó la copa de vino manchándola, dijo que se iba a cambiar y la mirada de Quela y la mía se clavaban, mientras los dos maridos no dejaban de hablar. Jugué con mi lengua y en un momento la saque toda e hice un movimiento con ella, un poco obsceno, solo un poco y ella sonrió vergonzosamente y se sonrojo.
Me quedo con la boca abierta cuando vuelve Quela, la muy zorrona se ha cambiado y se ha vestido al estilo de su amiga, más provocativa aún, porque además de ponerse una falda corta, no tanto como la de su amiga, si se ha puesto una camiseta con un escote de escándalo, un movimiento brusco y sus tetazas, que tiene más que Laura se quedaran en libertad. Si seguía allí y con otra copa más, no me iba a aguantar de ir a por todas con alguna de ellas, que sus maridos parecían tontos, teniendo dos mujeres como esas y ellos hablando de no sé qué y añadiendo política. Hasta que me di cuenta que lo de Matías era una pose, porque estaba liando a su amigo, le llenaba cada dos por tres la copa, aunque eso le llevaba a tener que beber más de la cuenta a él. Estaban ya los dos bien puestos, las mujeres y yo con un punto de alegría pero no más. Laura se mostró bastante y le podía ver la ropa interior de la parte de abajo, que era de color blanca. Luis fue al aseo y al volver, se veía en sus pantalones beige, que o se había meado un poco o que no se la había sacudido bien, porque había manchas húmedas en el pantalón.
Se sentó de golpe como si no tuviera más fuerza sobre uno de los sillones. Laura puso una cara de cabreo monumental. Intentó que su marido se levantara y llevárselo a casa. Casi se cae encima de él y ahora mostró el culo al completo, no llevaba bragas era un tanga y se vio un hermoso culo. Matías lo intentó y no pudo, me pidió ayuda y costaba porque era un peso muerto. La solución la dio Quela, que dijo de llevarlo a una habitación y que durmiera la mona. Costó llevarlo a la cama y se quedó según lo dejamos. Le quitamos el calzado y la mujer le aflojo el pantalón, le dejó una luz de la mesilla encendida y fuimos al salón, donde se inició una conversación de disculpa dando un giro inesperado para mí.
LA: Disculparme sobre todo tu Quela, ya sabéis que tienen mal beber.
QU: No te preocupes, no pasa nada, mañana se levantara apenado.
MA: Venga a olvidar eso y vamos a brindar por la victoria de esta noche.
LA: No sé.
PE: Venga vamos a brindar.
(Brindamos y después de los brindis la conversación se fue volviendo más intensa más sexual)
MA: Vamos a ver Pelayo, ya has tenido tiempo de verlos, cual es el mejor culo de las dos?
QU: Siempre pasándote, es que no puedes pensar en otras cosas que no sean culos y tetas?
LA: Además no comprometas a Pelayo que es el más joven y seguro que no se fija en los traseros de dos mujeres que ya son mayores.
QU: Mayor serás tú, que yo me considero muy joven y de buen ver, jajajajajaja.
MA: Pelayo me estas defraudando mucho, tú que siempre eres tan espontáneo.
PE: No es que no sea capaz, es que para tener una opinión, había que verlos bien y algo más. Si no sería una opinión no justa.
MA: Esto es fácil, Quela, Laura solo tenéis que enseñarlo y antes de que protestéis, ya os he visto en la playa.
Las dos hablaron a la vez, no dijeron lo mismo pero el significado era igual. Que si estaba loco, que ni borracho, que había bebido también mucho, que lo mismo tenía que hacer lo de Luis irse a dormir, etc. Me quede callado y les deje a ellos, Matías era martillo pilón no dejaba de picarlas y después de hacerlo durante un buen raro me dijo a mí, “se han vuelto vergonzosas y que como estarás acostumbrado a ver los culos de 18 y de 20 años y poco, les dará apuro saber que los tienen peor” claro decir eso provocó rabia en las dos, que se miraron y se dijeron que sí, sí. Los ojos de Matías se alegraron al ver que se decían sí. Lo que no espero Matías fue la reacción de su mujer, “vale, pero tú por listo te darás la vuelta y no veras nada” protestó y de nuevo su mujer dijo la última palabra, “te jodes” Matías al final tragó. Matías había abierto el camino, Laura y Quela habían entrado en su juego, aunque no sabía hasta donde estaban dispuestas a jugar y pronto lo iba a saber. “Me parece todo muy bien, pero no soy una estatua puesta por el ayuntamiento, también tendría algo que decir y aunque ninguno me ha preguntado, si queréis saber mi opinión, no solo tengo que verlos, también palparlos para poder opinar de la dureza, la suavidad de la piel”
Quela se echó a reír y con voz incrédula, “coño, Matías este tiene la mente más sucia que tú, pues no quiere aprovecharse y tocarnos el culo, que listo que es” les deje claro que yo no había realizado la propuesta, que a mí me daba igual. Quela miro a Laura ¡y esta encogió los hombros y alzó los brazos como si le diera igual, Quela que no sabía que decir y estaba buscando un apoyo que le dieran la razón y cortar en ese momento todo, sin aparecer como una aguafiestas le dice a su marido, “y tú Matías que dices? Te da igual que un extraño me toque mi culito? Es más un amigo tuyo?” estaba deseoso de oír lo que decía su marido, “no me preocupa, porque como tú dices Pelayo es amigo, muy buen amigo y de mi total confianza, le confiaría todo si dudarlo” Quela trataba de descifrar las palabras de su marido o las había descifrado a la primera y por eso su cara. Ahora se dirigió a mí, “vale, pero cuánto necesitas tocar el culito?” y mi respuesta sin dejar de mirarle a los ojos, “lo que sea necesario, lo mismo segundos que minutos, no todos los culos son iguales” ella entre dientes dijo que tenía mucho morro.
Se fue por otra copa y hablaba bajo con Laura. A Quela se le entendía peor pero por las respuestas de Laura, estaba con dudas, Laura le dijo en varias frases, “chica un rato de diversión, no tiene nada malo” “hace cuánto no te tocan el culo bien tocado?” “y es un chico muy mono, está muy bien, una alegría a la vista, Jajajajaja” y aquí sí oí como se reía también Quela. De lo que me di cuenta es de que Laura no le contó a su amiga que ya había tocado su culo. Quela dijo que aceptaba, aquí tomé la iniciativa, dije a Matías que se sentara en el centro del sofá. Hice que cada una se pusiera apoyada en el respaldo, donde el solo podía ver sus cabezas, eso daría un punto más de morbo. Se subieron las faldas y apoyadas los dos culos eran imponentes. Me acerqué y empecé por Laura. Tenía las piernas bien juntas como también las tenía Quela. Laura llevaba un tanga banco y pase mi mano de sus nalgas a la unión de ellas. Abrió un poco las piernas y pude meter mejor mi mano, su tanga estaba con una humedad importante y toqué su coño por encima del tanga sin ningún tipo de traba. Tosió para ocultar un suspiro o un gemido.
No supe el tiempo que tarde, pero me lo tomé con mucha calma y cuando termine, lo dije y Quela comentó que sí que había tardado, respondiéndole que había sido rápido. Laura estaba muy roja y dijo que iba a ver a su marido. Quela llevaba unas bragas de encaje tipo pantalón corto, dejando sus nalgas bien a la vista y eran de color morado claro. Estaba tensa se lo veía en sus piernas, acaricie sus muslos y subí a su culo, primero toque una nalga, luego la otra, me entretuve lo necesario y luego hice lo mismo que con su amiga. Como no abría sus piernas, mientras le decía a su marido, que con tanta tensión que tenía su mujer era difícil, le daba un par de toques en la parte interior de sus muslos, indicándole que abriera un poco las piernas. Lo hizo y de qué manera, cuando Matías le decía, “Quela no seas niña, no tienes por qué ponerte tensa” puede tocar su coño, que se notaba más abultado que el de su amiga, al llevar esas bragas, no estaban tan ajustadas como el tanga de su amiga, lo que hizo que no me costase tocar directamente su coño. Estaba mojada y logré meter un dedo dentro del coño, vi como apretaba su boca.
De manera inesperada se quitó y se fue por su copa. Matías me preguntó y le contestaba mientras la miraba a ella y me chupaba el dedo, que no había podido hacerlo porque su mujer se había quitado antes de acabar. La excusa de ella, que estaba preocupada por su amiga, que no tenía sentido de que tardara tanto y nos dijo que se acercaba a mirar. Matías me pregunto de cómo iba todo, no quise decirle nada de lo que había hecho, “parece que va bien, pero estaba con demasiada tensión, pero creo que puede ir bien, salvo que se haya enfriado” y me dijo que le dejara a él. Eso de que le dejara a él me preocupaba, porque Matías lo de tener tacto era un imposible. Quela llegó y los deje solos, pero me quede escuchando.
––– Qué pasa con Laura?
––– Nada, se ha quedado con su marido, que está preocupada por si vomita y mancha todo, le he dejado un barreño por si acaso.
––– Ves como no te tenías que preocupar ni ella tampoco, que ya sabéis que cuando se la coge, no se despierta ni con un terremoto. Bueno peor para ella, vamos a seguir, que tengo interés por la opinión de Pelayo.
––– Matías no creo que sea bueno, Pelayo es muy joven y es un saco de hormonas descontroladas. Sabes que no se puede, porque hay situaciones que se pueden descontrolar.
–––Que más da que se descontrolen, pues un nuevo aliciente, que llevamos una vida aburrida y mas con el puto virus, vamos a poner algo de chispa.
––– Tu no quieres poner chispa, tú quieres que te ponga unos cuernos como un ciervo. Lo cual no entiendo cuando lo haces por las noches y mucho menos ahora en vivo.
––– Tampoco es para tanto, que tampoco tienes porque hacer nada que no te guste o que no quieras.
––– TONTO, que algunas veces eres tonto, no ves que no soy de piedra y tu amigo lo mismo ha tocado un poco más que una nalga.
––– De tonto nada y además se tiene que quedar a dormir, mira la hora.
Matías no preguntaba y le quitaba importancia a todo. Me acerqué a la habitación donde estaban Laura y Luis, abrí y ella puso cara de susto. Me acerqué y le dije al oído, “a lo largo de la noche voy a venir a darte las buenas noches” y le acaricie la cara sin que ella dijera nada. Estaban callados cuando llegué y eso me dejó parado. Hasta que Matías dijo que si íbamos a terminar o no, que como máximo serían cinco minutos, ella lo miraba sin entender nada y mi respuesta fue que si seguía en tensión que no merecía la pena. Quela dijo que no me preocupara, que no iba a estar en tensión. Terminó la bebida y se colocó justo detrás de su marido, nada de a un lado. Le cogía por el cuello, sin llegar a estrangularlo, jajajajajaja. Desafiante me decía si ahora no me atrevía yo. Me puse detrás de ella y empecé las caricias, esta vez no hizo falta que separara las piernas, porque ya las había separado.
En ese momento me deje de tonterías, baje sus bragas nada de apartarlas y le cayeron al suelo. Me baje la cremallera de la bragueta y le pase mi rabo por toda su raja. Quela ni se movía, quien la viera pensaría que no sentía nada y estaba esperando que todo pasara, la realidad que estaba muy mojada y cada vez que mi rabo parecía que iba a entrar dentro de su coño, se mojaba mas mi rabo. Deje de pasárselo y se lo fui metiendo lentamente, hasta quedarme a la mitad. En ese momento se echó para atrás metiéndose lo que quedaba y agarrando bien a su marido. Mis dedos “violentaron” su culo que se notaba que ya lo tenía más que acostumbrado. Paso un brazo hacia atrás y me agarraba el culo con una de sus manos, para apretarnos más, me dio la sensación de que se corrió, estoy convencido y se echo de golpe hacia atrás, lo que hizo que mi rabo se saliera, se subió las bragas y mirándonos a su marido y a mí, “sois tal para cual, dos enfermos degenerados” y se marchó. Matías ahora si se puso nervioso, me llevo a una habitación, me dijo que durmiese allí y se fue a la habitación con su mujer. Fui detrás para saber lo que sucedía y sobre todo para saber si estaban los dos compinchados, porque si era si, seria la segunda vez seguida.
––– Por que te has ido de esa manera y llamándonos enfermos?
––– Porque lo sois, sobre todo tú, porque el otro al fin y al cabo, no tiene ningún compromiso. Que querías que me follara delante de ti? No es ser perverso?
––– No me hubiera importado, porque además dicen que tiene una buena verga. Que yo se la he visto de pasada pero dormida y eso no es ser perverso, es querer verte feliz y de paso que me hagas feliz. No te ha gustado que te tocara el culo?
––– Es que lo que menos ha hecho es tocarme el culo, a ver si te enteras idiota.
––– Y que ha hecho?
––– Me ha tocado por todos los lados, no le ha quedado nada por tocar.
––– Pues no pasa nada, tocar tampoco es tanto.
––– JODER MATÍAS, QUE NO TE ENTERAS, QUE ME LA HA METIDO.
––– No te creo, lo dices para ver que digo.
––– Que burro que eres, si me ha hecho llegar.
––– Jajajajajaja, y voy yo y me lo creo.
––– Porque están los vecinos si no iba y me lo follaba sin remordimientos, para que te crecieran mas los cuernos que ya tienes.
Esto último se le oyó decirlo con rabia y luego un portazo y silencio. Deduzco que se encerró en el baño. Me fui de allí y me asome en la habitación donde estaban Laura y Luis. Susurre a Laura y ni se movió, solo se veía su culo en muy buena posición. Cerré la puerta y me acerque a ella, la luz de la mesilla me permitía verla bien. Acaricie el culo, ella seguía vestida y la mini me dejaba hacerlo muy bien. Fui tocando hasta notar que se había quitado el tanga. Me acerque al oído y le susurre, “eres una buena puta, me facilitas el follarte junto a tu marido” no decía nada se hacia la dormida, pero su coño estaba mojándose cada vez mas con mis caricias. Me agache y empecé a comerme el coño. Acabo girándose y abriendo las piernas, una la dejo caer fuera de la cama. Ya tenía los ojos abiertos y me acariciaba la cabeza y aprovechaba para taparme y que no la viera. Le dije que se desnudara, me pidió que apagara la luz y le dije que no, se desnudo y estaba espectacular, insistió de nuevo por si su marido abría los ojos.
Quise facilitarle las cosas y le dije de irnos a la habitación donde tenía que dormir yo y me sorprendió la respuesta a mi proposición, “aquí mejor, que me excita sobre manera” me desnude y ella me vio, se le escapo una sonrisa sucia y me arrime a ella, que cogió mi rabo y se puso a chupármelo. Apago la luz y ya se metía el rabo hasta la garganta, no era fácil meterse mi rabo de esa manera en la boca. Me pidió que se la metiera que no aguantaba mas y se puso boca abajo y ladeada hacia su marido, que solo se le oía resoplar. Mi rabo entro de golpe y ella dio un suspiro profundo y dijo, “perdóname Luis, es que lo necesito” y siguio gimiendo pero con mucha contención. No quería follarla con mucho ímpetu, porque dos buenos viajes que la di, la cama se movió demasiado, pero según follábamos eso ya era difícil de controlar. Hubo un momento de tensión, por lo menos para mí, cuando Luis algo alterado “que es lo que esta pasando, que es lo que se mueve, que son esos ruidos?” y ella con mucho convencimiento “anda baja la voz que es muy tarde, que estas teniendo un mal sueño” y le dijo dos cosas mas y se puso otra vez a resoplar.
Me había quedado inmóvil y Laura me dice de forma insistente que siga, que ahora no me pare por nada. El sexo estaba siendo de categoría suprema y ella se apoyaba en su marido y le decía, “esto sí que es tratar a una mujer, no lo que haces tu” y alguna guarrada mas le decía. Me decía que ya, que ya y que por favor no me corriera dentro de ella, hice lo que me piido y se le escapo un gemido importante cuando se corrió. En la oscuridad me busco y me dio un morreo con ansia y me decía que le había sentado muy bien, que por ella estaría toda la noche y todo el día. Me dijo que quería que me corriera en su boca para dejarle un regalo a su marido. La mamada fue estratosférica, me gustan las mujeres que les gusta hacer una buena mamada, se nota. Me corrí en su boca y lo engullo todo luego se fue para su marido y después de oírse como un beso, “ale ya tienes lo que te has ganado por no cuidarme” intercambiamos números de móvil y me fui para mi habitación.
Me levante tarde, porque soy dormilón y además era sábado. Fui hacia la cocina que se oía una suave música. Estaba Quela que llevaba solo una camiseta larga y que le llegaba al borde justo de las nalgas. “Buenos días, donde están el resto?” me pregunto qué quería leche sola, con cacao, con café o con que, le dije que cualquier cosa y me puso una jarra de café y mientras me bebía el café, me contesto a mi pregunta, “los vecinos se fueron temprano, en cuanto al cretino de Luis se le paso la borrachera y Matías ha bajado a por los periódicos, que se lee el quiosco y me ha dicho que lo esperes” esperaba a ver si decía algo y no se aguantó, “tu de que vas? Porque primero me haces lo que me haces y luego veo que te lo estas montando con la santa de Laura, que vaya sorpresa” doy un par de sorbos, “no voy de nada, si me gusta lo que veo y tengo oportunidad, no lo desaprovecho y de lo que te hice, lo hice porque tú te dejaste y si no me engañan los recuerdo, no lo pasaste tan mal, que lo que si estuvo mal, fue dejarme a medias, menos mal que estaba tu amiga, que por lo menos sabe lo que quiere” quiso entrar en un debate sobre si los gustos de su marido eran normales y le di una respuesta rotunda, que era que estaba de acuerdo.
Se acerco a mí, no intercambiamos ,mas palabras, me desabrocha el pantalón, se quita las bragas y me dice, “quiero que acabemos lo que empezamos ayer, pero trata de no acabar pronto, que quiero que Matías entre y se lleve la sorpresa” la verdad que no podía entretenerme mucho mas, porque tenia que ir a la estación a recoger a unos familiares, se lo digo me dice que no me preocupe, mi rabo esta a tope y ella no lo duda, lo agarra como si fuera un tesoro, se lo coloca en su coño y se lo va metiendo y sacando, hasta que queda sentada del todo. Levanto su camiseta y se la saco, unas tetas grandes, algo caídas, y me agarra la cabeza y me la mete entre sus tetas, empieza a cabalgar suavemente. En cuento me meto uno de sus pezones en mi boca, se empieza a agitar y su movimiento empieza a ser mas intenso. No se esta conteniendo en sus gemidos, es muy expresiva, agarro con mis manos su culo, para darle mas movimiento y de paso para meterle un dedo en el culo.
Oímos abrirse la puerta y él debía de oír los gemidos de su mujer, eso seguro. No podía ver la puerta de la cocina pero Quela si y viendo su cara podía saber que estaba Matías mirando, porque se le puso cara de puta y la lengua la sacaba de forma provocativa, no le bastaba con eso, “tenías razón tiene una buena polla, mas grande que la tuya y el muchacho sabe satisfacer a una mujer como yo. Has elegido bien para iniciarte en los cuernos” Ahora si vi a Matías que se puso detrás de ella para ver como mi rabo entraba en el coño de su mujer. Matías se desnudó y estaba empalmado, no tenía un mal rabo, se puso detrás de su mujer y quería follarse el culo, ella no le dejo, le dijo “si alguien me va a dar por culo, es Pelayo, que esa polla se debe de sentir muy bien dentro de mi culito” por eso cambiamos de posición y su marido se sentó en la silla que estaba sentado yo. Le pregunte si tenía algún lubricante y me dijo que sin problemas, que ya tenia el culito preparado y era verdad, se lo había lubricado.
Aunque se lo había lubricado, ese culo se hubiera tragado mi rabo de todas maneras, lo bueno que estaba prieto pero con tanta lubricación enero sin problemas, me hubiera gustado menos lubricación. Cuando nos tuvo a los dos dentro, se trasfiguro en la mujer mas cachonda del mundo, los orgasmos le vinieron seguidos e intensos, no paraba y ella mismo lo decía, que estaba siendo un momento único, nos corrimos su marido y yo a la vez, al sentir nuestras corridas ella tuvo un orgasmo tremendo. Durante esta relación sexual, no pararon de morrearse el matrimonio y de decirse te quiero una pasada de veces. Me quedaba poco para ir a la estación, me di una ducha y mientras me la daba, aparecieron los dos para decirme que había sido un placer y que podíamos repetir otro día. Me parecía bien y les solté el bombazo, “pero la próxima vez tenemos que seducir y meter en el juego a Laura, que se la ve que le gusta la marcha”. A Matías le pareció bien, pero la última palabra no sería la de él, porque Quela tenía que dar su opinión, “tengo varias pegas, Matías quería lo que quería y lo ha conseguido, pero ya le deje claro, que no iba a tolerar ninguna mujer para él. Nada de eso, me niego y no trago. Luego esta que nunca he hecho nada con una mujer y no sé si seré capaz, que no lo creo”
No quise dejar pasar la oportunidad, porque igual que con lo de su marido fue tajante, con lo de estar con una mujer no cerro la puerta del todo, quedaba picarla un poco y me lo puso a huevo Matías, “cariño, te dije que no quiero nada con otra mujer y sigo manteniéndolo, porque me parece una idea cachondísima, un pasote” el siguiente en hablar fui yo, “Quela que si no crees que puedas seducir a una mujer, lo dejamos, que no todo el mundo es capaz” aunque no mostro ningún gesto, sabía que eso podía picarla y no me equivoque, “es que no es eso solo, no podemos emborrachar a su marido y es difícil pillar a cualquiera de ellos solos” según me contaban iban al trabajo juntos y regresaban juntos. Ahora pique a Matías, “joder Matías, igual que me has liado a mí, no eres capaz de llevarte a tu amigo un par de horas para hacer algo?” se quedó pensativo y nos dijo que si su mujer lo iba a intentar, a él se le ocurriría algo, pero eso sí, le dijo a su mujer que se quedara con todos los detalles.