Fui del viudo

El tiempo de viudez lo descargo en mi en un solo dia. Fue tan especial para los dos que enseguida asimi mi nuevo rol de esposa naturalmente.

El era amigo de mi padre quien murió hace años y como eran un matrimonio sin hijos me habían agarrado mucho cariño. Era como de la casa. El enviudo hace mas de 2 años. Ahora tiene 42 años y yo había estado cerca de ellos cuando ocurrió. El había quedado muy solo después y yo pasaba a diario por su casa. Ella tenia alrededor de 38 y el 40 cuando Silvia murió. El era muy activo, siempre hacia algo en su casa después del trabajo y por lo general yo le ayudaba.

Después que su esposa muriera, no hacia mas nada, estaba muy deprimido y con el paso del tiempo había entrado en un estado de abandono apreciable.

Me daba pena. Un día me decidí a instalarme en su casa para ordenar todo ya que era un desastre. Llegue temprano antes de que se fuera a trabajar. Le hice el desayuno, lo tomo y se fue. Me quede en la cocina y limpie todo, luego el estar, las escaleras y después subí a su habitación. Ordene su ropa y puse a lavar lo que estaba sucio, hice la cama y me tendí en ella a ver televisión. Me di cuenta que el ropero de Silvia (su esposa) estaba cerrado y recordé que él me había comentado que nunca se había atrevido a tocar sus cosas. Quede intrigado de que habría dentro.

Baje a preparar la comida y mientras ponía al horno un trozo de carne me asalto la curiosidad de nuevo.

Dispuse todo y deje preparándose la comida. Subí corriendo las escaleras y me pare frente al ropero cerrado. Lo abrí y vi que estaba todo como si recién lo cerraran. Salvo por la tierra que lo cubría todo. No demasiada. Todo ordenado salvo la ropa sucia arrinconada desde hacia 2 años. Los vestidos colgados. Un cajón con medias y pantys, otro con cosméticos y otro cerrado con llave, los zapatos, etc. No toque nada ya que yo sentía un gran respeto por Silvia. Baje a controlar la comida. Cuando estuvo lista solo prepare la mesa para cuando Juan llegase. Subí a ver televisión nuevamente. Mire el ropero nuevamente y llamo mi atención el cajón cerrado. Intente abrirlo pero nada. La llave por ningún lado.

Juan llego y almorzamos. Le pregunte porque nunca había tocado las cosas de Silvia y con lagrimas en los ojos me confeso que la extrañaba mucho y que ver sus cosas le haría recordar y sufrir. Yo no le dije que había estado husmeando.

Al otro día me levante muy temprano, prepare el desayuno. Juan se levanto desayuno y se fue. Yo termine de tender la ropa lavada y de nuevo me acorde del cajón cerrado en el ropero de Silvia. Fui a la habitación y revise el ropero. La llave de ese cajón por ningún lado. Se me ocurrió buscar en su cartera pero nada. Así es que tome, ya que Juan no estaba, la ropa sucia de Silvia y la lleve para lavar. Allí, en una camisa estaba una polvera para maquillarse. La abrí e hizo un ruido metálico. No había mas que polvo de maquillar. La moví y volvió a sonar. Debajo de los cosméticos encontré una llave pequeña. Adivine que era de ese cajón y no me equivocaba. Le saque el seguro y grande fue mi sorpresa al encontrar lo que jamás imagine de mi querida Silvia. Un dildo. Imagine que ellos jugarían con eso para tranquilizarme pero no lo logre. Además había varios cassets de VHS y un par de sobres con fotos. Los abrí y no podía dar crédito de lo que veía. Eran fotos caseras de Silvia cogiendo con alguien que no era Juan.

Sentí ruido en la entrada y supuse que era Juan así es que cerré todo justo cuando él entraba a la habitación. Pregunto que estaba haciendo y le dije que ordenando mientras cocinaba.

El rió y dijo que era la perfecta ama de casa.

Yo baje para preparar la mesa. Comimos y me fui. Al otro día vine cuando Juan ya se había ido. Subí directamente al ropero y puse un video en el reproductor. La imagen de Silvia aparecía en un lugar que yo no conocía. Se fue desvistiendo mientras comentaba que si su esposo veía esto se moriría. Se saco todo y se acerco a la cámara, se agacho mientras la imagen la seguía y tomo la verga del que estaba filmando (ese cuerpo claramente no era el de Juan) y se la metió en la boca. La Imagen siguiente la mostraba en cuatro arriba de una cama mientras un Hombre mas joven que ella la penetraba mientras ella gritaba fuerte de placer. Yo estaba atónito con mi descubrimiento. Enojadísimo con ella pero no podía dejar de ver. Me pase la mañana viendo como la Silvia que yo conocía era la más puta mujer que había visto. Recostado en la cama me vi los tres videos. En el ultimo aparecía otro hombre mas que tomaba parte. Mi bronca era tan grande como mi excitación por las imágenes. Guarde todo y lleve la ropa de Silvia al lavadero de la casa. Seguía con las imágenes del video en la cabeza y una excitación que me llevo a masturbarme. Se me ocurrió desnudarme y andar por la casa sin nada. Luego regrese al lavadero y tome las ropas de Silvia y me las puse. Subí a la habitación de Juan a mirarme en el espejo. La verdad me quedaba perfecta. Bastante ajustada. Un vestido corto que mostraba las piernas y una panty blanca que se metía en los glúteos. No se como no lo escuche pero me aterrorice sentir la voz de Juan que me decía "Te queda hermoso. Se acerco y me abrazo con mucha ternura. Se quedo un largo momento solo abrazándome. Luego me dio un beso en la frente y me beso en la boca.

Luego me pidió disculpas diciendo que tanto tiempo y el olor de la ropa de Silvia lo habían hecho pensar locuras. Le dije que no había problema y que me disculpara por haber tocado las cosas de su esposa y que me las sacaría enseguida. Me pidió que me las dejara un momento más. Que le gustaba vérmelas puestas. Me tomo de la mano y me dijo que estaba muy excitado de verme así. Yo me moría de vergüenza. Se acerco y me abrazo por detrás. Sentí que efectivamente estaba muy excitado. Me dijo que nunca después de lo de Silvia había tenido sexo. Que ella había sido una buena y fiel esposa y por respeto a su memoria no se había animado a estar con nadie. Recordé las imágenes de un momento antes y la bronca fue tal que me di vuelta y cuando iba a decirle lo de los videos vi su cara triste. No pude. Solo lo tome de la mano y le dije que todo estaba bien. Me puse de espaldas a él nuevamente y puse sus manos en mi estomago. Él me apretó contra sí y sentí su excitación en mi espalda. Me di vuelta y abrí su pantalón. Me arrodille y tome su verga. Me impresiono su tamaño y dureza. Acerque mis labios y lo bese y chupe sin estar seguro de cómo. No tardo mucho en llenarme hasta la garganta de leche. Mucha, interminable torrente. Bufaba como un toro. Estaba desesperado y pegaba gritos de alivio. Me sentí tan puta como esa Silvia de los videos. Lo tome de la mano y lo lleve a la cama matrimonial donde le ayude a sacarse la ropa. Estaba otra vez muy excitado. Lo deje ahí desnudo y baje a la cocina a buscar algo para lubricarme. No encontraba nada. Hasta que se me ocurrió tomar un poco de aceite. Subí nuevamente y me arrodille entre sus piernas.

Chupe de nuevo hasta que se éxito al máximo. Entonces me saque la panty y me recosté a su lado. En ese momento tome conciencia de la diferencia de tamaño de nuestros cuerpos. Su pecho cubría toda mi espalda y sus caderas me cubrían por completo. Se giro y me tomo de la cintura hasta ponerme boca abajo. Recogió el vestido. Me abrió las piernas y me penetro lento pero inexorablemente. Yo gritaba de dolor y de excitación. Sentí que sus testículos tocaban mi cola para luego retirarse inmediatamente y así paso el resto del día. Me cogió durante horas y dormimos durante la noche. A la mañana me desperté tarde. Juan no había ido a trabajar. Baje y estaba en la cocina haciendo el almuerzo. Sonriente. Se lo veía radiante. Me alegro verlo así. Me dio un besito corto y me agradeció lo vivido el día anterior. Almorzamos y cuando me iba me ofreció mudarme con él. Esa misma tarde traje mis cosas y desde entonces soy su nueva esposa. Los videos de Silvia los tire. Sus otras cosas ahora son mías.