Fui a repostar el coche y me repostaron a mi
Como la mala suerte hace que esta cambie al instante haciendo de un desagradable momento, la noche mas placentera de los ultimos dias.
Había salido de compras a un complejo de tiendas en el pueblo de al lado y al regreso me cayo un fuerte chaparrón, me refugie en una Gasolinera a la vez que iba a repostar esperando pasara la tromba de agua pues era de noche y lloviendo así no me gustaba conducir.
Deje llenando el coche y me dirigí al aseo que según indico el operario estaba en la parte de atrás, como estaba lloviendo fuerte fue corriendo y abrí la primera puerta sin mirar si era la mía, y cuál fue la sorpresa que justo delante había un hombre terminando de orinar, pues estaba sacudiendo las ultimas gotas de su aparato, que por cierto no estaba nada mal de tamaño, pues el urinario estaba justo enfrente de la puerta, me quede cordada y dije oooh perdón, pensé que era el de señoras, el rio y dijo,no pasa nada, entra si quieres aquí y pasa dentro que tiene puerta, yo ya estaba terminando, a la vez que guardaba aquel trozo de chorizo que no podía dejar de mirar, le hice caso y entre a un pequeño cuarto que había al lado, para no mojarme más, cuando salí el ya no había nadie, pues temía encontrarme otro haciendo sus necesidades.
Pague y me subí al coche disponiéndome a salir cuando hice una maniobra brusca y choque con una pequeña furgoneta roulotte que pasaba al lado, fue culpa mía y me cabree, maldiciendo la suerte que tenía esta tarde, nos bajamos y fuimos al ver los daños, que no eran graves pero si había dañado algo de chapa, justo lo mire para decirlo lo siento y vi que era el que había encontrado en el baño con el aparatito en la mano, me puse roja y volví a disculparme, el amablemente se rio otra vez y dijo no pasa nada todo esto se puede arreglar, son males menores.
Llame a mi esposo diciéndole que tardaría un poco pues con la lluvia había tenido un pequeño roce, e iba a darle los datos del seguro, como llovía aun aparcamos en la explanada de los camiones que había enfrente y el amablemente me dijo, lo solucionamos en la roulotte que tengo mesa dentro y podemos escribir y no nos mojamos, les diré que era un hombre de unos cincuenta y tantos como Paco mi esposo, algo más alto y más robusto, dijo llamarse Fran, y decía que estaba de paso, que era un viejo solitario que andaba recorriendo Europa en su furgoneta, pasamos y me dio una toalla para secarme un poco la cara y el pelo, y la blusa que se había quedado pegada de la lluvia, me dio un poco de corte pues marcaba algo mis pechos, el los miro y rio otra vez de forma picarona, diciendo ahora soy yo el afortunado en ver algo.
Yo le dije que mi intención no había sido verlo antes pero , aunque no me había molestado, riendo también pícaramente, pues aquello era digno de ver, él dijo, bueno como todas las demás, más o menos tamaño estándar, yo con tono picante le dije, que de estándar, nada de nada, que aquello era XXL, el dijo como sigas con esos cumplidos si se va a poner de ese tamaño, y más viendo la hembra tan guapa y con buen tipo que tiene enfrente.
Aquello en aquel espacio tan reducido fue una conversación fugaz pero ardiente, y sin apenas darme tiempo a reaccionar me tomo por la cintura y me beso, como vio que no lo rechace se separó un poco y me dijo, mira perdón pero ando algo necesitado de calor, pues viajo solo y no se encuentran bombones así por la carretera todos los días.
Mi mano me traiciono y fue como un resorte a su paquete, diciéndole y yo no encuentro sementales así con ese aparato para apagar mi fuego.
Separo la mesa y quito una cortina, dejando ver una cama que había en la parte trasera, echándome hacia atrás, me soltó la blusa mojada y sobo con maestría mis pezones y mis labios, se retiró un poco y se quitó su ropa rápidamente, mostrando un cuerpazo macizo de un maduro que se sabe cuidar con aspecto de macho hispano de esos que encienden a las mujeres de mi edad, estaba su pecho poblado con una mata de pelo negro, y cuando mire abajo, pude ver ahora su enorme rabo ya duro como una roca, apuntándome, no quiero exagerar pues pensaran que engordo los tamaños, pero aquello era grande y hermoso, y no menos duro y venosos con un cabezón encubierto por una caperuza de piel fina que dejaba ver el brillo y textura de media cabeza.
Me dijo al ver mi chochito afeitado que acababa de dejar al aire, “que ricura de conejo”, lanzándose a comerlo con ansia pero con mucha delicadeza, ese macho sabía lo que hacía, yo me retorcía de placer sobre la cama mientras el comía y sus fuertes manos recorrían mis pechos y pellizcaban con cariño mis pezones.
En minutos ya estaba regando su boca con mi primer orgasmo que el agradeció chupando más fuertemente y tomando mis jugos como saboreándolos, me tomo cariñosamente con sumo cuidado y me giro poniéndose por detrás de mí, rozándome con aquel pollon duro que ya yo suplicaba me metiera, el dijo tranquila cariño que tenemos tiempo, y lo froto por mis labios mojados a la vez que me hablaba al oído palabras cariñosas y tiernas, mientras sus manos palpaba mi vulva mojada y mis pechos con los pezones duros y en punta por tanta excitación.
Yo suplique y le dije penétrame con eso cariño que lo deseo, el miro y dijo espera, me puso de lado y entrelazando las piernas me penetro frente a mí, su caderas se movían sabiamente metiendo aquel falo largo y duro en mi dilatado conejito que palpitaba con su roce, lo hacía despacio como queriendo matarme lentamente de placer, y apenas pude contener mi segundo orgasmo aunque quería aguantar más con aquel hombre, pero era imposible con la maestría que follaba, nuevamente me tomo y me cambio de posición, siendo ahora sus penetraciones por detrás con sus manos en mi bajo vientre aguantando sus envites, ahora sentía sus huevos en mis muslos cuando me penetraba con todo hasta el fondo.
Me dijo que no se había puesto condón, si podía correrse dentro, yo le dije que sí que no había peligro, y acelerando su ritmo fue preparando su corrida.
Esta llego tras una serie de golpes secos y fuertes a la vez que me tomo por la cintura levantándome la cadera como si fuera una muñeca , mientras ese manguera enorme escupía con fuerza ráfagas de caliente y espesa leche que lleno mi enrojecido y escocido coñito, agradeciendo aquel mana dentro de mi como si llevara tiempo sin beber de tan preciado líquido.
Quedamos rendidos unos minutos y aprovecho para taparnos con una manta, abrazaos los dos debajo como dos adolescentes, yo le besaba como si fuese mi amante de toda la vida, acariciando su peludo pectoral, y él me acariciaba la espalda y mi trasero con delicadeza, estuvimos así unos diez minutos, hasta que no pude reprimir mi deseo de chupar aquel nabo, ahora algo morcillón.
Retire la manta para ver todo aquello en su esplendor y le dije déjame devorar este manjar, dándole tan tremenda comida que en minutos aquello parecía un obelisco , duro y largo como antes, con los enormes huevos cociendo el preciado líquido que rápidamente iba mi boca a degustar, disfrutaba chupando ese cabezón rosado, bajando todo su recorrido con bocados deliciosos que le encendían, acabando chupando esas enormes pelotas, regresaba otra vez a la cabeza que con mi lengua recorría en su totalidad, jugando con su agujerito donde ya manaba algo de ese preciada nata.
La tome con mi mano para poder subir y bajar su piel, pero apenas podía abrazarla con una sola, por el tremendo grosor, me ayude con la otra mientras puse mi boca en su cabeza, como suplicando bebida, y esta exploto rápidamente con tanta fuerza y cantidad, que mi paladar sufrió aquel acoso como si fuese una manguera a presión, dejándome sorprendida por tal cantidad, y más cuando hacía unos quince minutos me había follado y regalado otra gran cantidad de líquido.
El cuándo se recuperó, dijo, se nota que tenía acumulado nata, y tenía falta de una hembra así, yo pensé que íbamos a dejarlo ya, cuando dijo espera me toca a mí el ultimo, y bajándose al pilón volvió a comer con la maestría de antes, pero ahora se ayudó de sus dedos que jugaban con sabiduría dentro de mi ano, haciendo explotar tras unos cinco gozosos minutos en mi último y más profundo de los orgasmos de la noche.
Nos tapamos otra vez con la manta, y nos despertó el móvil de Paco que me llamaba diciendo donde estaba que tardaba mucho, Fran se quedó algo cortado y sonriendo me dijo, lo siento, no te desperté, yo me excuse con Paco y le dije que ahora se lo contaba todo en casa, y a Fran le dije, esto no se puede acabar así, vamos a casa, y te quedas hoy con nosotros.
Él se sorprendió al momento diciendo, como, si tu marido me ve , que va a decir, yo le conté rápidamente que éramos muy liberales y teníamos aventurillas con más gente, lo que hizo que se calmara de tan tremendo sofocón, además le dije que habíamos practicado intercambio y paco era bisexual, y no le importaba mis líos, siempre que se los contara y luego lo dejara participar.
Tomamos los dos coches y siguiéndome nos dirigimos a casa, donde pasamos un día siguiente inolvidable, pero eso se los contare si ustedes quieren y me lo piden con sus comentarios