Fuera de Juego (4)

Borja por fin pasa un rato a solas con Alex, lo que harán en los vestuarios quedará entre ellos. Además Daniel tiene algo importante que decirle a Mario. Adolescentes, fútbol y mucho sexo.

Fuera de Juego

Capitulo 4: A solas con Alex

--Jueves--

Tras acabar la jornada escolar Borja se dirigió, como todas las tardes, al campo de fútbol para entrenar. ¿Su sorpresa? Este estaba completamente vacío. Después de varios minutos preguntándose adonde habían ido todos recordó que ese jueves no había entrenamiento debido a que el entrenador Julio había decidido tomarse la tarde libre por asuntos propios. Borja se preguntó si con esos asuntos propios se refería a follarse a Luis, su alumno/amante.

Aún así, Borja decidió darle unos toques al balón. El día era horrible: nubarrones, corrientes de viento y truenos que anunciaban tormenta. Pronto empezaría a llover pero valía más dar unos toques al balón bajo la lluvia que volver a casa tan temprano. De pronto, una voz angelical hizo que aquellos nubarrones desaparecieran por completo, al menos en la imaginación de Borja.

  • ¿Qué haces aquí? -dijo Alex- Hoy no hay entrenamiento.

  • Lo olvidé... y parece que tú también.

Alex se sorprendió de que alguien se atreviese a hablarle de esa manera.

  • No lo olvidé -contestó- simplemente vine a entrenar solo.

  • Lo que tú digas...

Alex no prestó mayor importancia a las palabras de Borja, estaba muy ocupado escrutando el cuerpo de su subordinado. Empezó contemplando los ojos del muchacho, eran de un castaño muy oscuro que le otorgaba un aura de misterio. Se detuvo varias veces en las piernas largas y depiladas del chico y sobre todo en sus muslos fuertes y tonificados, llegando a toparse con su paquete perfectamente ceñido al pantalón y cargado a la izquierda. Borja estaba muy bueno, pensó Alex mientras se sobaba involuntariamente los cojones.

Alex le arrebató el balón a Borja sin que este se diese cuenta de que se había movido, por algo es el capitán del equipo.

  • ¡¡Eh!! Chico de los masajes -le gritó- si consigues quitarme el balón de enseñaré algo que nunca has visto.

Borja aceptó de buena gana, ¿a caso tenía otra opción? Corrió tras Alex empujado por las ganas de saber más acerca de la sorpresa del capitán. El chico era rápido, pero no tenía nada que hacer contra los movimientos del guaperas del insti. Se movía como un rayo de un lado para otro, mareando al novato de turno. Borja disfrutaba viendo a aquel bellezón en acción. Sus piernas eran un vicio, no sólo por lo bien que se movían sino también por lo perfectamente perfiladas que estaban. El paquete del muchacho saltaba de un lado al otro al compás de sus movimientos. Borja no sabía si concentrarse en el balón o en aquellas dos pelotas que se insinuaban enormes bajo el pantalón del capitán. Además, el viento hacía que el pelo de Alex se moviese de manera armónica y seductora. Alex estaba para comérselo.

Borja estaba completamente hipnotizado por los movimientos de aquel chico pero tuvo que volver a la tierra si quería quitarle el balón. Corrió tras él una y otra vez, intentando de manera infructuosa arrancarle  el balón de los pies. En una de esas carreras Borja excedió la dureza con la que entraba a por el balón, el resultado fue que Alex salió despedido para más tarde caer sobre el césped y rodar unos metros.

Borja estaba paralizado por el pánico, había conseguido quitarle el balón a Alex pero tenía miedo de lo que a este pudiera pasarle. Se acercó lentamente hasta donde se encontraba el gauaperas del insti. Estaba tendido en el suelo sin apenas moverse, Borja podía ver como su pantalón de un blanco perfecto estaba manchado por lo que parecía ser sangre.

  • ¿Estás bien? -preguntó el muchacho.

Alex no respondió. Borja decidió acercarse un poco más y más, hasta que llegó a estar frente a Alex. Cuando Borja se dispuso a preguntarle una vez más, Alex se giró rapidamente y lo agarró por las pelotas. El dolor provocó que Borja se desplomará sobre el torso del capitán. En menos de dos segundos ambos chicos quedaron uno encima de otro mientras Alex seguía agarrándolo por las pelotas, pero ya no infringía dolor en ellas, sólo las acariciaba por encima del pantalón del novato.

Borja se quedó mirándolo fijamente a los ojos. Aquel verde claro mezclado con tonos color miel era hipnotizante. Borja estaba a escasos centímetros de los labios carnosos del buenorro de Alex, podía sentir su aliento fresco rozarle la cara mientras la mano del capitán seguía en su entrepierna. Entonces Borja empezó a acercar cada vez más sus labios a los de Alex, este, para su sorpresa, no oponía resistencia. Amos parecían estar impaciantes. Ambos deseaban fundirse en uno solo.  Cuando el beso era inminente un trueno hizo que ambos chicos se separaran de manera abrupta, entonces rompió a llover.

Borja pudo observar con más detalle las heridas de Alex. No era nada, tan solo unos rasguños provocados por el roce con el césped. Aún así había más sangre de la que el futuro medico podía soportar. Borja se levantó como pudo y Alex no tardó en reprocharle sus actos:

  • ¿Me vas a dejar tirado hijo de puta?

Borja lo ayudó a levantarse y este le respondió con un manotazo en el pecho. Le dijo que lo acompañara a por el botiquín de primeros auxilios, el cual se encontraba en los vestuarios. Alex sacó una llave del bolsillo y abrió la puerta, al parecer el capitán gozaba de infinitos privilegios. Una vez dentro se tumbó boca arriba en un banco y mandó a Borja a por el botiquín. Alex se levantó la camiseta y dejo al descubierto su potente torso.

Tenía varios rasguños en el abdomen que sangraban bastante. Borja se quedó cautivado al ver el torso del muchacho ensangrentado, le parecía aún más cautivador.

  • Joder, seguro que me quedan cicatrices y todo por tu culpa -le recriminó Alex.

Borja tomó un poco de algodón del botiquín y lo mojó en alcohol, después deslizó el algodón suavemente por el abdomen del muchacho. Alex gimió de manera leve por el escozor del alcohol al contactar con su piel, pero intentó camuflar su dolor para no mostrar debilidad frente a Borja.

  • No entiendo como pudiste hacerte daño en esta zona -dijo Borja para romper el hielo.

  • La camiseta se resbaló por la caída -contestó Alex de mala gana.

Borja siguió limpiando todas y cada unas de las heridas de Alex con sumo cuidado, procurando que le doliera lo más mínimo. Incluso en aquella situación Borja pudo disfrutar de la piel tersa y firme del abdomen de Alex. Lo acariciaba lentamente con tal re relajarlo un poco más.

  • Vale, ya he terminado. ¿Tienes más heridas?

  • Sí, en las piernas.

  • ¿Puedo verlas?

  • Hay un problema -dijo Alex mientras se incorporaba. Entonces empezó a bajarse los pantalones y Borja comprendió cual era el problema- No llevo gayumbos.

Por segunda vez desde su llegada al insti Borja tenía el trabuco de Alex a escasos centímetros de su boca. Sus bolas depiladas olían a hombre, a sudor y a sangre. Su nabo entero estaba bañado por el liquido rojo que se escapaba de una herida superficial en la parte superior de la ingle. Borja pudo observar con mayor detenimiento el cipote del muchacho y quedo asombrado por su tamaño y grosor. No es que la verga de Alex sea enorme, pero sí presumía que erecta llegase a sobrepasar los 18 centímetros de Borja.

  • No me importa -contestó Borja encantado.

A continuación Borja tomó nuevamente el algodón y empezó a limpiar las heridas de Alex. Pronto llegó hasta su verga recia e imponente, cosa que no lo detuvo. Tomó la polla de Alez por el tronco y empezó a limpiar la sangre de arriba a abajo, sin darse cuenta le estaba haciendo lo que parecía ser una paja en toda regla. Alex, aunque a veces no lo parezca, es de carne y hueso, por lo que al sentir como masajeaban su miembro no tardó en tener una erección. En pocos segundos la polla de Alex se había transformado en un pollón que amenazaba con soltar misiles de lefa sobre el rostro de Borja.

La situación se les fue de las manos. Lo que había comenzado como una simple curación, se había convertido en una paja a dos manos. Borja pajeba el miembro de Alex a gran velocidad, tanto que incluso el capitán tuvo que recostarse contra la pared para poder aguantar las sacudidas que su compañero le provocaba. El falo del muchacho era masajeado desde el tronco hasta llegar a la punta, donde Borja volvía a empezar.

Borja sacudía el miembro de Alex de un lado para el otro, jugaba con las pelotas a su antojo y ensalivaba el capullo del nabo de Alex con escupitajos. Alex por su parte se sobaba los pezones para incrementar el placer que su compañero le estaba provocando. Los gemidos se sucedían uno tras otro. La mano de Borja parecía incansable. Con una mano pajeaba a Alex mientras con la otra se masajeaba el paquete, su verga parecía estar a punto de explotar dentro del pantalón así que decidió sacarla.

  • Bonita polla -dijo Alex.

  • La tuya tampoco está nada mal -contestó Borja.

  • ¿Sabes qué es lo que nunca has visto? -le preguntó Alex- Un hombre correrse en tu boca. Quiero que me la chupes -le ordenó Alex entre jadeos.

Borja aceptó sin dudarlo. Era la primera vez que se metía una polla en la boca y quería disfrutarlo por completo. Y aquella no era una polla cualquiera, era el miembro con el que había estado soñando desde su llegada al instituto. La boca se le hacía agua con solo pensar el sabor que tendría el nabo de Alex. Borja acercaba aquel pollón cada vez más y más hacia sus labios, cuando se escuchó un sonido desde el exterior. Rapidamente los chicos se escondieron tras las taquillas. Una sombra irrumpió en el vestuario con paso decidido. El extraño era el entrenador Julio, Borja se preguntó que hacía allí en ese momento.

Desde su escondite, los chicos pudieron escuchar la conversación telefónica que el entrenador mantenía:

- Sí -dijo- Te espero en los vestuarios... ¿cómo que hoy no puedes?... ¿no puedes estudiar otro día?. ¡¡Que te den!!.

Al parecer el entrenador había quedado allí mismo con su amante. Borja intentó escuchar más pero no pudo, mientras tanto Alex, que ya se había subido los pantalones, le indicaba que debían salir por la puerta de atras. Borja lo siguió despacio y sin hacer el mínimo ruido. Una vez fuera Alex acabó de arreglarse y caminó a través del campo a toda prisa. Borja le seguía los pasos en silencio, hasta que este se giró para decirle:

  • Ni una palabra a nadie. Y cuando digo ni una palabra, me refiero a que no hables de lo que pasó entre tú y yo, ni de que viste al entrenador.

Borja asintió con la cabeza, mientras Alex seguía caminando.

  • Tranquilo -dijo Borja- sé lo del amante del entrenador.

Alex se giró para mirarlo a la cara. Había algo en sus ojos que Borja no puedo identificar: ¿decepción? Al parecer Alex también sabía que Luis se follaba al entrenador en las duchas y por alguna extraña razón le molestaba que Borja lo supiera, la pregunta era por qué. La indignación que Alex sentía quedó evidenciada cuando le gritó a Borja:

  • Me das asco -le dijo.

El chico se quedó quieto mientras observaba como Alex se alejaba bajo la lluvia. Se preguntaba el por qué de tal enfado, sin saber que pronto hallaría la respuesta.

--Viernes--

Una biblioteca es, sin duda, el lugar más silencioso que puede existir. Por eso todos se sorprendieron de que la bibliotecaria no expulsase a Mario cuando este empezó a hablar por el móvil sin remordimiento alguno. Al otro lado del aparato una voz familiar le proponía quedar esa misma tarde, invitación que Mario no tardo en denegar. Inmediatamente después volvió a sumirse en sus apuntes para preparar el examen del día siguiente.

Pocos minutos después Mario sintió como algo impactaba contra su mesa, era una mochila y su portador no era nada más y nada menos que el segundo capitán del equipo de fútbol, Daniel. Mario lo recibió con una sonrisa fingida.

  • Cuanto tiempo sin verte, Daniel. ¿Qué tal te va?

  • Sin disfraces de santo, nos conocemos lo bastante como para andarnos con rodeos -le recriminó  Daniel- Tu aspecto de niño bueno no me engaña.

  • ¿Qué quieres? -contestó Mario de mala gana.

  • Vengo a hablarte de Borja -Mario esbozó una sonrisa leve- Sé que estás muy apegado a él, vais a la misma la clase y os he visto por ahí juntos.

  • ¿Y cuál es el problema?

  • Alex quiere que te alejes de él.

Mario sonrió nuevamente, pero esta vez lo hizo con un trasfondo burlesco que molestó bastante a Daniel.

  • Ya entiendo -dijo al fin- Si su majestad lo pide tendré que alejarme de Borja, ¿no? Aunque bueno, yo ya no pertenezco al equipo de fútbol así que no tengo porque seguir las ordenes de ese gilipollas con complejo de Dios.  Además,  ¿qué interés puede tener Alex en alguien tan simple como Borja?

  • Yo solo cumplo con advertirte -dijo Daniel con tono amenazante.

A continuación Daniel se levantó, tomó su mochila y amagó con darse la vuelta cuando la voz de Mario lo detuvo.

  • ¿No tienes celos de Borja? -Daniel se detuvo- Lo digo porque Alex parece estar muy interesado en él, ¿o es que ya no sientes nada por Alex?

Daniel volvió la mirada hacia Mario y con tono despectivo le dijo:

  • Lo que sienta por Alex es asunto mio y de nadie más. Ademas yo no soy un maricón de mierda como tú.

  • Incluso sabiendo por qué Alex defiende a ese chico le sigues siendo leal. Me das pena.

Daniel desapareció entre aquellas estanterias oxidadas por el paso de los años. La conversación había sido corta pero intensa. Las preguntas se agolpaban en la cabeza de Mario: ¿por qué tanto interés en Borja? Sacó su móvil de la mochila y llamó a la persona que lo había invitado a salir esa tarde.

  • ¡Hola! Llamo para decirte que sigo sin poder quedar hoy pero creo que podríamos ir de fiesta el sábado. ¿Te apetece?

  • ¡Fantástico! -contestó Borja al otro lado del aparato- ¡Lo pasaremos de miedo!

  • Será inolvidable, te lo aseguro -sentenció Mario.

Continuará...

¡Hola amigos! Muchas gracias por seguir esta historia. Espero que el capitulo de hoy les haya gustado y que me sigan en futuras entregas. En el proximos capitulo cambiaran muchas cosas y conoceremos mejor las intenciones de Mario. Como siempre pueden valorar el relato y comentar, yo estaré esperando ansioso vuestras opiniones. ¡¡Saludos!!

--Lollipop16--