Fuera de Juego (3)

Novatadas: Marc y Luis proponen un juego muy peligroso y excitante al resto del equipo. Borja tendrá que jugar a este juego sexual y sufrir el peso de ser el novato. Adolescentes, fútbol y mucho sexo.

En capitulos anteriores: Borja decide entrar al equipo de futbol para cumplir sus sueño de llegar a ser dcotor mediante una beca. Allí conoce a Alex, un chico guaperas del que siente una poderosa atracción sexual. Más tarde Borja descubre que ese equipo está lleno de secretos exitantes y morbosos, como que el entrenador se acuesta con uno de sus alumnos. La pregunta es, ¿con cual de ellos?

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Capitulo 3: Novatadas

Marc caminaba con paso firme entre las filas de adolescentes aspirantes a entrar en el equipo de fútbol. A su lado un sonriente Luis saludaba a sus "súbditos" mientras daba saltitos de alegría. El espectáculo era grotesco e innecesario, pensó Borja desde su lugar privilegiado: un puesto en primera fila desde donde podía observar en acción a los peces gordos del equipo. Cuando Marc dio por terminada aquella manifestación de poder se dirigió hacia la plebe con una sonrisa picara:

  • Es tradición en el equipo celebrar el día de las novatadas -aquello sonaba muy mal, pensó Borja para sus adentros.

  • Cómo habéis visto -continuó Luis- hoy el entrenador no está. Daniel y Alex se encargaron de entretenerlo con algunos asuntos triviales sin imporancia para que nosotros podamos llevar a cabo tan magna celebración. ¿Estáis tan emocionados como yo? -dijo a la vez que daba unas palmadas.

La plebe seguía admirando en silencio a aquellos chicos mientras Luis los miraba exaltado. Marc, que parecía ser el más cuerdo de los dos, empezó a decir las instrucciones para participar en aquel juego.

  • Tendréis que escribir vuestro nombre en un papel e introducirlo en esta urna. En esta otra urna hay retos -la cosa se ponía cada vez peor- Asignaremos un reto a cada uno de vosotros y los que no lo cumpláis seréis castigados. Fácil, ¿no?

Nadie era lo suficientemente valiente como para negarse a participar en ese juego macabro y Borja no iba a ser la excepción. Él y todos los chicos allí presentes indrojureon sus nombres en la urna mientras los demás miembros del equipo se sumaban a la "celebración".

El primer nombre en salir fue el de un chico llamado Julio, su tarea era muy simple: debía quitarse la ropa allí mismo. Era algo fácil puesto que todos, más o menos, se habían visto desnudos entre sí. Julio aceptó de buena gana. Cuando estuvo desnudo sus compañeros hicieron alguna que otra broma sobre sus pelotas, pequeñas y peludas, pero la cosa no fue a más.

Los retos se fueron sucediendo uno tras otro, algunos eran bastante decepcionantes, pero otros como el del chico que tuvo que recorrer el campo totalmente desnudo con los ojos cerrados fue bastante entretenido.  Cuando Borja empezaba a relajarse Marc le devolvió su frustración. Sacó un papel de la urna y leyó en voz alta:

  • Borja.

Con la respiración cortada y las piernas temblorosas, Borja se dirigió hacia la urna de los retos y sacó un papel, lo puso en manos de Marc y volvió a su sitio.

  • Y a ti te ha tocado -dijo Marc entusiasmado- "Debes hacerte una paja en la oficina del entrenador"

Todos rieron el reto que parecía ser un poco más interesante que los anteriores. Todos menos Borja, al que no le hacía ni una pizca de gracia tener que realizar tal hazaña. Pero el juego era el juego, y si no lo cumplía sería terriblemente castigado. Además Borja sentía la necesidad imperiosa de demostrarle a Marc, a Luis y a todo el equipo que él era capaz de cualquier cosa.

  • Ok -dijo Borja encaminándose hacia la oficina del entrenador con paso decidido.

  • Espera -dijo Marc- ¿Acaso creías que ibas a ir solo? Luis te acompañará.

Luis corrió hacia Borja sin pensárselo dos veces y puso su brazo alrededor del cuello de este.

  • Tranquilo, lo pasaremos bien -dijo Luis.

Borja se dejó guiar por aquel chico de ojos sinceros y cuerpo atlético. Caminaron hasta la oficina del entrenador. La puerta, como siempre, estaba abierta.  Una vez dentro Luis encendió la luz y le indicó a Borja que se sentase en un sillón negro en muy mal estado, a su vez Luis se dedicó a buscar entre los cajones del escritorio del entrenador. Se notaba que había estado allí muchas veces.

  • ¡Aquí están! -dijo Luis entusiasmado.

Borja observó que Luis se dirigía hacía él con varios objetos, puedo diferenciar unos dvds antiguos y un bote de una especie de aceite. Luis puso algunos dvds de vuelta en el escritorio y se llevó otro hasta un pequeña tele que había sobre una improvisada repisa. Le dió al play y se dejo caer sobre el sofá. A continuación, y mirando a Borja a los ojos, le lanzó el bote de aceite:

  • Es lubricante -dijo- Lo necesitarás.

Borja levantó la cabeza y observó la televisión. Ante él una chica rubia aparecía de rodillas lista para empezar a chupar una polla de proporciones considerables a un negro cachas.

  • Todo el mundo sabe que el entrenador adora el porno y que en sus ratos libres se la casca en este sofá -le informó Luis- Puedes comenzar.

Borja entendió lo que aquello significaba. Llevó sus manos hasta sus pantalones y sacó su polla del boxer rojo que llevaba. Empezó a masajear su miembro con los ojos fijos en la pantalla, ignorando que junto a él se encontraba Luis. La situación lo excitaba más que aquella peli porno de mala calidad, el saber que en cualquier momento podría entrar alguien le producía una sensación extraña pero placentera.

Su polla estaba a punto de reventar. No era la más grande del mundo, pero sí contaba con sus 18 centímetros y un grosor aceptable. Borja masajeaba su miembro de arriba a abajo disfrutando de cada centímetro. Saboreaba aquel reto como el que saborea su ultima cena. Cuando estaba en el punto álgido de aquella paja prohibida sintió algo frío recorriendo su polla. Miró hacia Luis y vio como este cubría su polla con el lubricante.

  • ¿Necesitas ayuda? -dijo Luis a la vez que el lubricante corría por la verga de Borja.

  • No me vendría mal que me echaras una mano -contestó.

Luis tomó aquel juego de palabras como una invitación. Deslizó su mano hasta la polla de Borja y empezó a extender el lubricante desde la punta hasta llegar a los cojones del muchacho. Borja gemía de placer con solo sentir el tacto cálido de las manos de su compañero. A Luis se le daba genial manipular pollas: la tenía agarrada por el tronco y la deslizaba hacia arriba y hacia abajo al compás de los gemidos de Borja. Le gustaba engrasar el glande con el lubricante y apretarlo con el puño cerrado, esto producía espasmos de un dolor placentero por todo el cuerpo de Borja.

  • ¿Te gusta? -dijo Luis.

  • Joder, me encanta. Ahhh, sigue así y me corro en tus manos hijo puta.

Luis aumentó la velocidad considerablemente. Los espasmos de Borja eran cada vez más fuertes y seguidos. El chico gemía y se amovía sin control sobre aquel sofá. La vena egoísta de Luis salió a relucir cuando dijo:

  • Me parece injusto, ¿me echas uno mano a mí también?

Borja aceptó de buena gana y rapidamente desenfundó la verga de Luis. Para sus sorpresa este no llevaba calzoncillos, cosa que le pareció excitante. La verga de Luis era perfecta. Ni muy grande, ni muy pequeña. Ni lisa, pero tampoco llena de venas. Sus cojones tenían el vello justo. Aquel era un pene diseñado por los ángeles para el disfrute de suertudos como Borja. Ambos jóvenes empezaron a pajearse mutuamente creando un tsunami de lujuria que se manifestaba con caricias, gemidos y gritos ahogados.

Luis se levantó la camiseta dejando a la vista sus tableta de chocolate. Borja hizo lo mismo y mostró su torso depilado. Luis empezó a magrearse los pezones con los dedos, primero los mojaba con su lengua para después llevarlos hasta su torso. Pronto Borja notó como ambos pasaban de la peli porno y se concentraban en sus propios cuerpos. La realidad supera a la ficción, pensó Luis mientras veía como Borja devoraba su cuerpo.

Borja sintió como todo su cuerpo se movía involuntariamente, momentos más tardes chorros de semen volaban por los aires en dirección hacia su torso. Era un chorro de lava hirviendo resultado de tan glorioso momento. Tras la lluvia de semen Borja se pudo concentrar en darle placer a Luis, sobaba su polla con gran velocidad hasta que esta también escupió el néctar de la pasión.

Ambos chicos se quedaron en silencio unos minutos intentando recuperar las fuerzas.

  • ¿Te gustó? -preguntó Luis.

  • Me encantó -contestó Borja aún jadeando.

  • Daniel, tenía razón. Eres muy bueno.

  • ¿Qué?

  • Daniel me contó lo del otro día. Lo pasaremos muy bien este año contigo.

Borja no daba crédito, Daniel le había contado a Luis lo que había pasado en el vestuario. ¿Por qué? y ¿cuantas personas más sabían aquello? ¿lo sabía Alex? Borja sintió como el mundo se le venía encima. Entonces vio una luz al final del camino, algo que podría utilizar si las cosas se llegasen a ponerse feas. Luis se levantó del sofá y caminó hacia la televisión, en ese momento Borja puedo escrutar sus nalgas y allí estaba: una mancha en forma de nube adornaba su nalga derecha. Sin duda alguna, Luis era el amante del entrenador.

Borja se recostó sobre el sofá y con una sonrisa en la cara comprendió lo interesante que se ponían las cosas.


Muchas gracaias por leer!! Siento no haber publicado este capitulo antes, he estado muy ocupado y no podía escribir. Espero que les haya gustado el relato y les invito a comentar dando sus opiniones y a valorarlo. Gracias de corazón :)

--Lollipop16--