Fuera de Juego (15) *FINAL*

Fin del Juego. La historia acaba, pero con sorpresas finales y una promesa por cumplir. Adolescentes, fútbol y mucho sexo.

Fuera de Juego

Capitulo 15: Fin del Juego

Alex estaba boca abajo en el suelo. Su propio peso le contraía las costillas y le impedía respirar. Sentía cómo le palpitaban los oídos y como la sangre burbujeaba en su boca. Intentó incorporarse pero no pudo. Pronto llegó alguien a socorrerlo, era un hombre desconocido. A este le siguieron otros, y otros, una multitud se apoderó del lugar en cuestión de segundos. Alex consiguió levantar la cabeza y vio a Mario a unos metros de él. También estaba boca abajo y rodeado de un charco de sangre.

Entonces lo comprendió. El coche, el grito y el posterior impacto. Mario le había salvado la vida y había pagado las consecuencias de su valentía. Alex no soportó más y se dejó caer con los ojos cerrados.

--Al día siguiente--

Mario se despertó en una sala demasiado iluminada para su gusto. Sus ojos pidieron a gritos que alguien apagara la luz. Entrecerraba los ojos al ritmo de la luz infernal que lo torturaba sin descanso. Era como despertarse de una de esas siestas que te dejan aún más cansados. Intentaba abrir los ojos pero su cuerpo se resistía a seguir sus ordenes.

Aprovechó su indecisión momentánea para pensar en lo ocurrido. Recordó la conversación con Alex y cómo habían hecho las pases, recordó a Daniel pero quiso olvidarlo de inmediato, recordó a Julio pero lo imaginó nuevamente con Daniel, por ultimo recordó el coche. Sí, eso era lo que había pasado. Se preguntó por qué había corrido para salvar a Alex, hubiese sido más fácil -y menos doloroso- dejar que el coche lo atropellase a él. "Pero no lo correcto", le respondió una vocecita desconocida para él, subconsciente creyó que la llaman. No tardó en decirle que se callara.

Cuando tuvo los ojos completamente abiertos pudo explorar mejor la habitación donde se encontraba. Era blanca y muy sosa. Había otra cama junto a la suya pero nadie la ocupaba. En un sillón estaba su hermano Luis mirándolo fijamente con una sonrisa en la cara.

  • ¿Qué miras puto mierdas? -susurró Mario, su voz tampoco funcionaba del todo bien.

  • A ti, pringao.

Ambos sonrieron. Luis se acercó a la cama de su hermano y le pasó la mano por el pelo de manera cariñosa, Mario no supo como interpretar este gesto. Luis veía a su hermano como un enemigo, un ser despreciable capaz de hacer cualquier cosa para conseguir lo que quería, y en el fondo lo era, pero la imagen de Mario envuelto en esas sabanas blancas casi sin poder articular palabra lo conmovió.

Mario le preguntó qué había pasado y Luis le contó el accidente elogiando la valentía que había demostrado al salvar a Alex. Mario se había llevado la peor parte: dos o tres costillas rotas y una pierna escayolada, Alex tan sólo unos cuantos rasguños y un golpe en la cabeza.

  • ¿Cómo está él? -preguntó Mario.

  • Tan sólo se llevó un buen susto, gracias a ti.

  • ¿Dónde está?

  • Está fuera con... -Luis se detuvo.

Luis salió de la habitación en busca de Alex. El capitán entró en la habitación poco tiempo despues, pero no estaba sólo, lo acompañaba Borja. Mario no hubiese deseado que Borja lo viese en esas condiciones pero el dolor le impedía pensar en esas cosas. Tampoco es que Borja se fijase mucho en él, permanecía inmóvil junto a Alex, intentando que fuera éste quién diese la cara, como siempre. Alex soltó la mano de Borja y se dirigió hacia su salvador.

  • ¿Qué tal estás? -preguntó con voz entrecortada.

  • Hecho una mierda, ¿no me ves?

Mario intentó quitarle hierro al asunto fingiendo una sonrisa pero se detuvo al sentir el profundo dolor proveniente de sus costillas. Alex, por su parte, no notó el esfuerzo que estaba realizando el muchacho. El capitán no pudo evitar preguntar:

  • ¿Por qué lo hiciste?

Mario tardó en contestar, no por no saber la respuesta, eso lo tenía claro, sino porque las fuerzas no le acompañaban.

  • No pienses que lo hice por ti -balbuceó- Lo hice por mí. Estoy tratando de pasar pagina, olvidarme de todo lo ocurrido con Julio y con vosotros -centró su mirada en Borja.

  • Lo hayas hecho por mí o no, gracias. Y te prometo que saltaré sobre el próximo coche que intente atropellarte o sobre quién te intente hacer daño.

  • Es lo menos que puedes hacer, me debes la vida.

Todos sonrieron pero su sonrisa se vio interrumpida por el sonido de la puerta. Un joven muy apuesto entró en la habitación con lo que parecía ser una caja de bombones. El chico parecía demasiado tímido para abrir la boca así que Luis se apresuró a presentarlo:

  • Éste es Marcos -dijo poniéndole una mano en el brazo a su amigo- Es...

  • ... Un amigo -concluyó Marcos.

  • Sí -gritó Luis- Un amigo.

  • ¿Un amigo? -preguntó Alex.

  • Sí, sólo un amigo -se apresuró a responder Luis.

  • Uno muy guapo -soltó Mario.

Luis se apresuró a rodear a Marcos con el brazo enviándole un claro mensaje a su hermano: "Es mio". Lejos de molestarse, Mario se alegró, eso quería decir que Luis había olvidado a Daniel, que había pasado página. Él debía hacer lo mismo, debía olvidar su tormentosa relación con el entrenador Julio. Había descubierto que no valía la pena arriesgarse de la manera que lo estaba haciendo. Le costaría, pero con el tiempo lo olvidaría.

  • Bueno chavales, nosotros nos vamos -comentó Alex poniéndose de pie- Será mejor que te dejemos descansar.

  • Nosotros también -dijo Luis uniéndose a Alex.

Mario quería que se quedaran con él un rato más, pero, como siempre, se tragó sus sentimientos y asintió. Los chicos se dispusieron a salir de la habitación pero Borja se detuvo un momento, miró a Mario, y le dijo:

  • Gracias por todo.

No necesitaba explicarle que lo perdonaba por todo lo que le había hecho. Al salvar la vida de Alex, Mario había comprado el perdón de Borja y incluso sin pasar por la terrible humillación de pedir disculpas. Pero eso para el nuevo Mario no era suficiente. Aunque se llenó los pulmones de aire, de su boca tan sólo salió un susurro, un susurro que se Mario escuchó más alto que cualquier palabra que hubiese dicho a lo largo de su vida:

  • Borja, lo siento.

--Daniel--

Luis y los demás chicos dejaron que Mario descansara en paz. De camino a la salida se encontraron con una visita inesperada, Daniel. El chico de mechones rubios y nalgas prominentes se pavoneaba por los pasillos del hospital con la misma arrogancia de siempre. Alex sintió arcadas tan sólo de verlo. Despues de lo que Mario le había contado no confiaba en él.

  • ¡Hola! -dijo Daniel acercándose al resto de los chicos.

  • ¿Qué haces aquí? -preguntó Luis de mala manera.

Marcos se apresuró a detener a Luis tomándolo de la mano y ofreciéndole salir a fuera. Borja hizo lo mismo, aunque antes miró a su novio para advertirle de las oscuras intenciones de Daniel.

  • ¡Hola! -dijo Daniel de nuevo, esta vez sólo para Alex- ¿Por qué está todo el mundo tan serio? Esto parece un funeral.

  • ¿Cómo coño puedes hablar así? Mario lo está pasando fatal y tú te presentas aquí despues de lo que le hiciste.

  • A mí que me importa -gritó Daniel en pleno pasillo- Lo odiamos.

  • ¿"Odiamos"? Para empezar lo único que siento por él es agradecimiento, además tú y yo ya no haremos nada juntos nunca más, ni siquiera odiar a la misma persona. Estás fuera del equipo y de mi vida.

Daniel soltó una risotada.

  • Por favor -se mofó- No puedes echarme.

  • ¿Así? -dijo Alex cruzándose de brazos.

  • Si me echas le contaré a todo el mundo lo del entrenador y Mario.

Esta vez fue Alex quién rió.

  • Pues espero que también les cuentes que tú estuviste con él...

Daniel se quedó de piedra. ¿Cómo sabía Alex eso?

  • Y lo mejor es que podemos probarlo -prosiguió Alex- Mario fue mucho más listo que tú y no dejó ninguna prueba. Por cierto, Julio ya no es nuestro entrenador, hoy mismo presentó su dimisión. Estás solo.

Daniel sintió como su rostro se humedecía poco a poco. Las lagrimas pronto se deslizaron por su mejilla y cayeron al suelo. Pero Alex no sintió compasión por él, se dio media vuelta y se fue. Daniel sentía que se ahogaba en sus propias mentiras, lo había perdido todo: el equipo, a Julio pero sobre todo a Alex, del que aún estaba enamorado. Ahora estaba solo.

-- La promesa --

Borja y Alex estaban acostados en la cama del segundo viendo una pelicula. Los padres de Alex no estaban en casa sí que no tenían porque fingir que eran simples amigos. Disfrutaban de esos escasos momentos de paz, alejados de la mirada de todos. En esos momentos se sentían realmente una pareja. De repente, Alex apagó la tele.

  • ¡Hey! Ahora viene mi parte favorita -se quejó Borja.

  • Hemos visto esa peli un millón de veces -replicó Alex- ¿Por qué mejor no hablamos?

  • ¿Sobre qué?

Alex lo rodeó con los brazos.

  • Sobre nosotros -dijo- Hay un tema pendiente.

Borja preguntó cual era ese asunto aunque sabía la respuesta.

  • Me hiciste una promesa. Dijiste que lo haríamos despues del partido. No es que te esté apurando, es más, quiero que seas tú quien decidas cuando y cómo lo hacemos. No quiero que pienses...

  • Ahora -lo interrumpió Borja.

  • ¿Estás seguro? No quiero obligarte a hacer algo...

  • Ahora -repitió dándole un beso en la boca.

Borja se dejó caer sobre la cama intentantdo relajarse y poniendo toda su anatomía al servicio de Alex. Alex acarició la cara de Borja para tranquilizarlo pero no lo consiguió. Su cuerpo seguía rígido sobre la cama del capitán. Borja deseaba entregarse a Alex más que nada en este mundo, pero le daba miedo, le aterrorizaba. Su primera experiencia con Mario había sido un poco traumatica y no podía sacársela de la cabeza.

Pero Alex no era Mario, ni su habitación era aquella sala de discoteca. Esta vez había amor entre ellos. Borja sabía que debía aprovechar el momento, había deseado estar así de cerca con Alex desde que lo conoció, desde el día que lo vio en el vestuario. Era su momento. Cerró los ojos y se dejó guiar por Alex. El capitán era consciente de que su novio no estaba pasando un buen rato por eso tenía que emplearse a fondo para hacerlo disfrutar. También era su primera vez con un hombre, pero no le daba miedo.

Alex juntó sus labios con los de Borja, su novio tardó en abrir la boca para dejarlo pasar, pero al final lo dejó entrar. Arrastró su lengua por la de Borja y luego volvió a sacarla, mordió sus labios y volvió a meter la lengua. Borja se dejaba llevar aún con los ojos cerrados. Rodeó a Alex con los brazos y luego jugó con su pelo, Alex alabó este gesto con un nuevo mordisco a los labios de su novio.

El capitán soltó la boca de su novio para ir directo a su cuello mientras éste seguía jugando con su pelo. Un sólo mordisco de Alex bastó para que el cuerpo de Borja se llenara de una electricidad estática que le rizó la piel. Alex besaba de maravilla, sus labios eran una especie de maquina de placer. El capitán no dudó en chupetear y mordisquear el cuello de su chico tanto como quiso, provocandole numerosos espasmos placenteros.

Akex se deshizo de su camiseta. Borja abrió los ojos por primera vez y vio el cuerpo escultural de su novio. Sintió como algo se encendió dentro de él, algo que lo empujaba a tocar el torso depilado y perfilado de Alex. El corazón se le aceleró cuando Alex dejó caer su cuerpo contra el suyo de nuevo, el contacto de su piel cálida y tersa le provocó, paradójicamente, un escalofrío. Recorrió la espalda desnuda de su novio con sumo cuidado, deteniéndose en cada uno de sus poros. Era una espalda fuerte, recta y agradable al tacto. Sus dedos la recorrían sin pausa, sin descanso. El capitán volvió a morderle el labio y Borja en un acto reflejo le arañó la espalda.

  • ¡Ah! -se le escapó a Alex.

  • Lo.. Lo siento -djo Borja nervioso.

Alex sonrió.

  • No importa, me gustó -dijo el capitán- Vuelve a hacerlo.

Alex volvió a comerle la boca y Borja, siguiendo las instrucciones de su novio, le arañó la espalda nuevamente. Repitió esta acción varias veces y siempre que lo hacía Alex le respondía con un nuevo mordisco a sus labios, la fuerza de los mordiscos aumentaba proporcionalmente a la de los arañazos, hasta que Borja no pudo más y se detuvo. Consciente de su victoria, el capitán dejó en paz los labios del muchacho, no antes de darle un ultimo mordisco más fuerte que todos los anteriores juntos. Borja se estremeció y soltó un sonoro "Ah", Alex por su parte se mofó un poco de la reacción de su novio. Lo besó suavemente para que el dolor desapareciera.

Borja siguió acariciando la espalda de Alex, deslizó sus dedos por ella hasta toparse con su culo. Coló uno de sus dedos en el slip de Alex, luego otro y despues la mano entera. Sus nalgas eran firmes y estaban sudadas, pero no le importó, es más, el contacto cálido de esos dos trozos de carne lo excitó aun más. Alex tenía un culo estupendo y era sólo suyo.

Alex levantó un poco a Borja y éste se deshizo de su camiseta, ahora ambos estaban desnudos, al menos de cintura para arriba. Alex empezó a devorar las tetillas de Borja con desenfreno. No se comparaban con las tetas de las chicas con las que había estado, sorprendentemente eran mejores. Las chupaba con deseo, mordisqueandolas de vez en cuando. Borja desde su interior le pedía más, pero el capitán no lo honró con ese privilegio. Alex se dio la vuelta y se quedó tendido boca arriba al otro lado de la cama. Borja no sabía que hacer: ¿Debía ponerse él arriba?

Tras varios segundos angustiosos, Borja decidió que era hora de pasar a la acción. Se subió encima de Alex y fue directo a sus pronunciados pectorales. Pasó la lengua por ellos lentamente y luego siguió su camino hacia abajo. Se detuvo en los abdominales de su futbolista particular, luego en su ombligo y siguió hacia abajo. Se topó con un bulto sospechoso que se marcaba debajo del pantalón de Alex. El capitán tenía una erección tremenda, Borja se alegró de ser él quien le había provocado tal erección.

Desabrochó la hebilla de la correa con torpeza, luego quitó el botón del pantalón y bajó la cremallera. Se topó con un slip blanco abultado y con una polla que palpitaba dentro de él. Se le hizo la boca agua. Bajó el slip y liberó el miembro de su novio. Lo cogió con cuidado, como si fuese a romperlo, y lo observó detenidamente. Lo había tenido muchas veces cerca, lo había tocado, pero nunca lo había sentido dentro de su boca y mucho menos dentro de su cuerpo. Esta era su oportunidad.

Empezó a masajearla lentamente, lo desenfundó y lo probó. Sólo lo probó. Tenía un sabor extraño, más bien no sabía a nada, pero por alguna razón le llenaba de placer sentirlo dentro de su boca.

  • No se qué hacer -exclamó Borja zarandeando la polla de su novio.

  • ¿Nunca has chupado una polla? -preguntó Alex.

Borja se la meneó un poco más.

  • No -contestó.

  • Pues estamos igual.

  • Pero seguro que te la ha chupado alguna chica así que debes tener más experiencia que yo.

  • Vale, te diré que hacer.

Borja escuchaba atentamente, quería seguir las instrucciones de Alex al pie de la letra.

  • Primero, saboreala -le explicó el capitán.

Borja sacó la lengua con suma timidez y la pasó por el fresón rosa de Alex, sabía mejor que antes. Volvió a saborearlo lentamente y se lo metió en la boca, procuró ensalivarla bien antes de sacársela. Repitió la acción añadiendo un poco más de velocidad, no mucha, la suficiente para hacer palpitar el cuerpo de Alex. La polla de Alex goteaba saliva de su novio y esto le encantaba.

  • Ahora sigue chupándola así mientras me la pelas -añadió el capitán, pero no tardó en darse cuenta de lo burdas que habían sido sus palabras- Por favor -dijo intentando mejorar las cosas sin resultado alguno.

Borja estaba tan concentrado en darle placer a su hombre que no prestó atención a las palabras de Alex. Empezó a pajearlo mientras se la chupaba. Cada vez se tragaba más centímetros de rabo, cada vez la chupaba mejor, con más fuerza.

  • Ah, cuidado con los dientes -dijo Alex.

  • Lo siento -balbuceó Borja con la polla de Alex aún metida en la boca.

El rabo de Alex era más delicioso de lo que se imaginaba, no podía dejar de chuparlo y frotarlo. Era una atracción incontrolable. Alex jugueteaba con el pelo de Borja mientras éste se la chupaba, intentaba marcarle el ritmo que debía seguir pero Borja era como un Ferrari sin frenos. No conocía esa faceta de su novio, pero le encantaba.

  • ¡Uff! Para, no quiero correrme todavía.

Borja se detuvo.

  • ¿Qué? ¿Lo estoy haciendo mal? -preguntó.

, No, no. Todo lo contrario -Alex acarició una de sus mejillas- Eres fenomenal, pero no quiero correrme todavía.

Borja lo comprendió. Él había prometido llegar hasta el final y debía cumplir su promesa, cosa que no le molestaba, se moría de ganas por hacerlo con Alex.

Alex y Borja acabaron de sacarse la ropa. Borja se sentía extraño: Alex ya lo había visto desnudo en los vestuarios pero nunca en una situación como esta. El capitán se arrastró por la cama hasta su mesita de noche y sacó una caja de condones. Borja se preguntó cuantas veces había estado con chicas en esa habitación.

  • Ahora viene el momento menos romántico de todos -dijo Alex haciendo referencia a que se tenía que poner un condón.

Borja se dio la vuelta, no sabía en que posición ponerse. Decidió poner el culo en pompa para ofrecérselo al capitán. Alex tardó unos segundos en prepararse, pero la espera para Borja se hizo eterna. Entonces sintió una mano que le separaba las nalgas dejando al aire su preciado agujero. Sin preguntar, Alex pasó su lengua por él. Borja cerró los ojos y se mordió el labio inferior. La lengua de Alex seguía haciendo de las suyas en su culo, pronto sus nalgas estuvieron mojadas por la saliva de su novio.

Tras lubricar un poco el culo de Borja, Alex decidió que su saliva no era suficiente lubricante. Escarbó nuevamente en su mesita de noche hasta encontrar un bote de lubricante. Borja sintió como un liquido frío y viscoso impregnó su culo. La expectación aumentaba. Alex precedió a lubricarse la polla bien y a extender el lubricante por toda la superficie venosa de su miembro. Borja respiraba cada vez más deprisa.

Alex estaba de rodillas sobre la cama y Borja a cuatro patas. Estaba listo para empezar. Tomo su pene con la mano y lo dirigió a las puertas de Borja, rodeó el agujero con el glande y luego enterró la punta lentamente. Borja no tardó en dar un respingo.

  • Para -dijo.

  • ¿Qué pasa? -preguntó Alex- ¿Te hice daño?

  • No, no es eso. Lo que pasa es que...

  • ¿Qué?

  • Quiero verte los ojos mientras lo hacemos.

Alex se sintió conmovido por las palabras de su novio. Aunque Alex no lo reconoció pero él tambien tenía ganas de ver cómo hacía disfrutar a Borja. Cambiaron de posición, Borja se acostó boca arriba y Alex entró en sus piernas, despues las levantó y quedó en la posición perfecta para penetrarlo.

Volvió al ritual anterior. Primero preparó la zona de aterrizaje, merodeó por los alrededores del ojete de Borja y despues se dispuso a entrar. Tuvo sumo cuidado para no hacerle daño. Deslizó lentamente la punta dentro del ojete de Borja, sintió como su novio se movía tras la colisión entre la polla de Alex y su culo. Estuvo quieto un momento. Despues volvió a la carga y logró colar otros pocos senmiteros.

  • ¿Estás bien? -preguntó.

Borja contestó moviendo la cabeza. En vista de que se encontraba bien, Alex prosiguió su camino hacia el interior de Borja. Apretó las nalgas y empujó un poco más, su polla se adentró unos cuantos centímetros más adentro. Entonces Alex deshizo el camino recorrido y sacó su polla, no del todo. Volvió a meterla, esta vez con más facilidad que antes. Borja empezó a estremecerse de placer.

Alex comenzó un mete saca muy lento y cuidadoso, procurando que Borja estuviera a gusto. Le enviaba guiños constantemente para asegurarse de que ambos lo estaban pasando bien. Sentía el calor del interior de Borja y como su polla se amoldaba al estrecho agujero que los conectaba con un mundo lleno de placer.

La velocidad aumentaba por momentos, pronto la polla de Alex se hizo con el control total de Borja. El chico jadeaba a la vez que pedía más, sólo descansaba para quejarse cuando su novio iba demasiado rápido. Estaban disfrutando ambos, pero para Alex aquello era especialmente placentero: Desconocía lo agradable que era colarsela a alguien por el culo y más si querías a esa persona.

El capitán se recostó sobre Borja para comerle la boca mientas lo follaba. La fricción que producía el metes

  • ¿Te gusta? -preguntó.

  • No, me encanta -respondió Borja.

Borja empezó a masturbarse mientras Alex lo penetraba. Los jadeos de su novio le advirtieron que estaba a punto de correrse, estuvo a punto de pedirle que la sacara pero recordó que llevaba puesto un condón. Pronto Alex no soportó más y se dejó caer sobre Borja entre jadeos. Lo besó lentamente y le ayudó a seguir con su paja. Pronto los dos estuvieron cubiertos por el liquido blanquezco de la pasión.

Se quedaron en silencio un buen rato, esperando a que el otro dijese la primera palabra. En realidad buscaban la palabra perfecta para definir lo que sentían en ese momento. Ninguno de los dos imaginaba lo placentera que había sido la experiencia.

  • Gracias por cumplir tu promesa -dijo Alex.

  • Soy un hombre de palabra.

Los chicos se fundieron en un largo beso lleno de pasión, parecía que nunca que se darían tregua.

  • Te quiero -dijo Alex.

  • Yo más -respondió Borja jugueteando con el pelo de Alex.

El capitán sonrió una vez más y rodeó a Borja con los brazos.

  • Lo dudo -dijo al final.

Ambos sonrieron y se fundieron en un nuevo beso.


¡Hola! Muchas gracias pro seguir mi historia hasta el final. Sí, ya acabó todo. Una pena la verdad pero es la oportunidad perfecta para pensar nuevas historias. Espero que este final os haya gustado, al final cada quien tuvo lo que se merecía (¿Alguien más pensó en un chico rubio de corazón?) y algunos se pasaron al lado del "bien" Incluso el pobre y desdichado Luis encontró su media naranja.

Todo está dicho, al menos por mi parte. Tu puedes votar este relato y comentarlo, me gustaría saber qué opinas de este capitulo y de toda la serie.

Espero volver con una nueva historia pronto. Hasta entonces pueden seguir escribiéndome a lollipop16@hotmail.com

Saludos :)

--Lollipop16--