Fuera de Juego (14)

Julio tendrá que hacerse responsable de sus actos, Mario mantendrá una conversación con Alex con terribles resultados. Penúltimo capitulo.

Fuera de Juego

Capitulo 14: El partido

Mario adoraba la forma en que Julio le tocaba el pelo. No era algo sexual, ni nada por el estilo, pero Mario agradecía el toque sincero de los dedos de su amante. El entrenador no tenía muchos gestos cariñosos hacia el muchacho así que éste guardaba aquellas caricias en lo más profundo de su subconsciente. Era algo entre ellos.

Estaba recostado sobre el pecho desnudo de Julio, ese torso peludo en el que encontraba reposo cada vez que lo deseaba. El vello le acariciaba la cara y ponía de manifiesto la virilidad de su hombre. Olían a sexo, no en vano habían pasado la noche uno encima del otro probando toda clase de posturas, desfogándose y dejando de lado el estrés del día a día.

Ahora estaban en silencio, disfrutando de la compañía mutua que se aportaban. Y era en silencio cuando las dudas se hacían más fuerte. ¿Será para siempre? Se preguntaba Mario. No, era siempre la respuesta.

Julio se levantó ligeramente y se acostó sobre Mario. Le dio un beso en la boca al que le siguió otro. Acarició sus mejillas con el dedo indice y volvió a besarlo. Mario estaba poco receptivo y agotado por la noche que habían pasado, pero no pudo resistirse a las caricias del entrenador. Pronto se dejó llevar y lo rodeó con los brazos mientras lo besaba con desenfreno. Sin darse cuenta volvían a enrollarse. Y esta vez de una manera más sucia que la anterior. Eso sí, siempre acompañados por el silencio que se rompía sólo cuando sus pieles sudadas hacían contacto o cuando sus labios se separaban y se producía un sonido parecido a un chasquido.

Julio recorrió el estomago de su alumno con la lengua, saboreando los restos de la anterior corrida del muchacho y de la suya propia. Se dirigía a su polla aún lubricada por el semen que había emanado de ella hacía a penas unos minutos. Pero lo hacía sin prisas, disfrutando de la piel de su alumno.

Finalmente se topó con la polla erecta y aún empapada. No se anduvo con rodeos y se la chupó. El sabor del jugo viscoso que recubría la polla de Mario inundó el paladar del entrenador; era un sabor que ya conocía, pero que siempre le sorprendía para bien. Recorrió el falo del muchacho con lengua, limpiándolo para luego volver a escupir sobre él los restos de semen que había recolectado. Se la metió hasta el fondo del paladar y volvió a sacársela de la boca para luego repetir la acción.

Mario seguía sin despertar del todo, parecía distante e indiferente ante la mamada del entrenador. Julio se la sacó de la boca y empezó a mordisquear las pelotas del muchacho para poder despertarlo. Empezó a masturbarlo mientras le daba pequeños mordiscos por aquí y por allá. Mario le arrebató la polla de la boca al entrenador y se levantó de la cama sin previo aviso.

  • ¿Qué coño te pasa? -preguntó Julio indignado.

Mario no le contestó. Caminó hasta donde se encontraba su ropa, se puso el pantalón, la camisa, se metió los calzoncillos en el bolsillo y cogió sus Converse en las manos. Se disponía a salir de la habitación cuando el cuerpo desnudo de Julio, con la polla ya flácida pero igual de apetecible, se le cruzó en el camino.

  • No te vas de aquí hasta que no me cuentes qué te pasa.

  • Quítate.

Mario amagó con escabullirse por un lado, pero Julio lo detuvo con sus potentes brazos. Lo sostuvo en silencio y volvió a preguntar, esta vez con un tono más dulce:

  • ¿Qué te pasa? -le acarició el rostro suavemente.

Mario suspiró, rebuscó en su bolsillo y sacó su móvil. Tecleó unos botones y envió un mensaje. El móvil de Julio empezó a sonar casi de inmediato, el entrenador soltó a su amante y corrió a pos su movil. Abrió el mensaje que segundos antes le había enviado Mario, era un vídeo. Le dio al Play y observó atentamente. En la pantalla aparecía él en su oficina y junto a él Daniel, reconocía el momento. Pocos segundos despues ambos empezaban a enrollarse ahí mismo. Entonces Julio comprendió que la persona que lo había pillado con su alumno era su propio amante, Mario. Y lo peor de todo es que tenía pruebas para demostrarlo.

El entrenador se giró para explicarle lo sucedido a Mario, pero éste ya no estaba, había salido en silencio hacía varios minutos.

--El partido--

  • ¡Apresúrate! -dijo Daniel.

  • ¡Ya voy! -contestó Mark- Estás un poco pesadito hoy.

  • Por algo soy el capitán.

  • A ver cuanto te dura...

  • Esta vez es para siempre -dijo entre risas- No creo que vuelvan admitir a Alex despues de lo que hizo.

Mark seguía escéptico pero prefirió no llevarle la contraria a su superior. Entraron en el vestuario y contemplaron el nerviosismo de los aspirantes y el pasotismo del resto del equipo El entrenador no estaba allí. Daniel echó una vista por encima de las cabezas de los muchachos para depsues preguntar en voz alta.

  • ¿Dónde está Borja?

No obtuvo respuesta.

  • ¿Dónde está? -insistió.

  • Estoy aquí.

Daniel se volvió y vio a su rival. Borja sonrió y fue a colocarse con el resto de jugadores. No podía ocultar el disgusto que le provocaba que Daniel ocupase el lugar de su novio, pero no podía hacer nada. Lo mejor era fingir que no le importaba y dar lo mejor de sí mismo. Daniel intentó buscar las palabras indicadas en su diccionario de dardos envenenados para atacar a Borja pero al no encontrar motivos, que no palabras, y sobre todo por el aburrimiento, decidió pasar de él.

Julio entró en el vestuario visiblemente agotado. Daniel le sonrió pero el entrenador giró el rostro.

  • Hora de salir -se limitó a decir.

Los chicos salieron más bien desganados, Daniel el ultimo, dejando tras de sí al entrenador. Fue este ultimo quien le susurró al odio una frase que hizo que Daniel se quedase de piedra:

  • Mario lo sabe todo.

--Mientras tanto--

Alex estaba mirándose la punta de los pies sentado en un banco. Había divagado durante horas por toda la ciudad intentando despejarse un poco. Pero había conseguido todo lo contrario: no paraba de pensar en sus problemas.

Estaba tan centrado en sus pensamientos que no fue capaz de percibir quién era el chico que se había sentado junto a él hasta que este le puso una mano sobre el hombro. Giró la cabeza y vio a Mario. Alex se asustó y apartó la mano de Mario con violencia, su compañero no se extrañó. Mario sonrió en señal de que venía en son de paz.

  • ¿Qué haces aquí? -preguntó Alex si mucho animo.

  • Deambular, lo mismo que tú.

El capitán se resignó rápidamente a la presencia dela amante del entrenador. Casi se alegró de tener cerca una cara conocida. Mario fue el primero en romper el hielo:

  • Tengo algo que contarte -dijo con semblante serio.

  • No me interesa.

  • Es sobre tu n... Sobre Borja.

Alex levantó la cabeza y se preparó para atacar.

  • ¿Qué tienes que decir de él?

  • Daniel me pidió que le dijera a Julio que lo cambiara de equipo para que estuviese en el mismo equipo que él. Al principio no sabía por qué lo hacía, pero ya me di cuenta de sus intenciones: Quiere alejarlo de ti.

  • ¿De mí? ¿Por qué?

  • Que inocente eres -dijo con tono burlón- ¡Daniel está por ti! ¿O no te has dado cuenta? Se muere por tus huesos y como no puede conseguirte quiere desquitarse con Borja.

Alex soltó una carcajada.

  • Ya no sabes que inventar... Das asco.

  • Más asco da Daniel y sus verdades a medias, sus engaños y sus oscuras intenciones. Es un perro, uno muy sucio. Te advierto, ya te lo ha quitado todo. No dejes que te quite a Borja.

Alex pudo ver la sinceridad a través de los ojos de Mario.

  • Y si así fuera... ¿Por qué tengo que creerte? Me has mentido miles de veces, porque está no es una de ellas.

  • Créeme, no te estoy mintiendo. Tienes que evitar que Daniel acabe también con Borja.

Alex se levantó y Mario hizo lo mismo. Se miraron a los ojos y fue Alex el primero en rodear a Mario con los brazos. Su ex-compañero le devolvió el abrazo.

  • Si me estás mintiendo, te mataré -dijo Alex.

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Borja miró alrededor intentando encontrar, sin éxito, alguna cara conocida. En las gradas sólo habían unas cuantas chicas exaltadas que contemplaban la escena. La persona que quería encontrar entre los asistentes era Alex pero en el fondo pensaba que era mejor que su novio no asistiese despues de lo ocurrido con el entrenador.

Estaba nervioso, aunque en realidad no se jugaba nada importante, pero no quería defraudar a Alex. Era lo único que lo motivaba a seguir adelante, lo único que de verdad le importaba.

Tras una pequeña reunión con el entrenador, los jugadores saltaron al terreno de juego. Daniel se quedó en el banquillo cabizbajo mientras Borja ocupaba su lugar y Mark hacía de capitán improvisado.

La derrota se presumía aplastante desde el minuto uno, poco había que hacer sin los mejores jugadores en el campo. Pero Borja se esforzaba, con decepcionantes resultados, pero por lo menos lo intentaba. Caía y se volvía a levantas, así una y otra vez.

De repente uno de los defensas del equipo contrario derribó a Borja dejándolo KO. El arbitro pitó penalti y Borja tendría que dispararlo. Se puso de pie e intento recordar todo lo que había aprendido de su novio, aunque sólo pudo recordar sus labios pegados a los suyos y sus lenguas fundiéndose en una.

Respiró hondo y alzó la cabeza. Entonces lo vio. En la grada y sorprendentemente junto a Mario, estaba Alex. El capitán lo animaba con todas sus fuerzas y, sin palabras, le decía que todo iría bien. Borja se armó de valor y chutó con todas sus fuerzas hacia la portería.

Su esfuerzo no valió para nada. El balón se fue por encima de la portería dejándolo en ridículo delante de todos. Pero a él le daba igual porque Alex seguía animándolo desde las gradas.

Tras finalizar el partido Borja se reunió con Alex y con... Mario. Le daba asco estar frente a Mario despues de lo que le había hecho pero se tuvo que aguantar ya que según su novio el muchacho tenía algo que contarles. Mario le explicó lo sucedido con Daniel Borja, a diferencia de Alex, se lo creyó a la primera. Todo encajaba.

  • Tengo que hablar con él -dijo Alex refiriéndose a Daniel.

  • Lo mejor es pasar de todo -lo interrumpió Borja.

  • ¿Y dejar que siga haciendo de las suyas -exclamó Mario.

Desde el otro lado del aparcamiento aparecía Daniel con el pelo mojado y la cara descompuesta. Alex vio que ese era el momento adecuado para enfrentarse a él. Borja intentó detenerlo pero Alex se lo quitó de encima con un manotazo y salió corriendo gritando el nombre de Daniel. Borja lo siguió y tras él Mario.

Alex iba segado de ira, tanto que no vio el coche que venía a toda velocidad. Lo próximo que se escuchó fue un golpe y un grito ahogado.

Continuará...


Hola a todos. Siento ahber tardado tanto en publicar este capitulo. Estuve haciendo examens como loco y a penas me sobraba tiempo para escribir. Proemto que el capitulo final lo publicaré la proxima semana como mucho. Me da mucha pena acabar esta historia pero veo el cambio como necesario. Siento si en este capitulo las cosas pasan muy rapido, no quería alargar muchio la situación.

Varias incognitas abiertas para el final: ¿Qué pasará con el accidente?, ¿recibirán "los malos" su merecido? ¿cumplirá Alex su promesa? Prometo sorpresas para el final, sorpresas muy jugosas. Estar atentos :)

Como siempre puedes valorar este capitulo y dejarme tu opinión a través de mi mail lollipop16@hotmail.com o comentando. Muchas gracias de nuevo por vuestra paciencia :)

Saludos.

--Lollipop16--