Fuera de Juego (1)

Adolescentes, fútbol y mucho sexo. El nuevo instituto de Borja es la caña, allí dará rienda a su pasión por el fútbol, pero sobre todo, por los hombres.

Fuera de Juego

Capitulo 1: El chico perfecto

Quieto como una estatua, Borja esperaba que la multitud se apartara del tablón de anuncios del instituto. Era su primer día y tenía que enterarse de su nueva clase, sus nuevos profesores y sobre todo de cuando se abrían las inscripciones para entrar en el equipo de fútbol. No es que Borja sea un apasionado del deporte Rey entre los adolescentes, sino que para cumplir su sueño primero debía darle unos cuantos toques al balón compuesto por hexágonos y pentágonos. Y es que Borja quiere llegar a estudiar medicina, pero debido a la maltrecha economía de sus padres tiene que conseguir una beca para ir a la universidad y la única manera de hacerlo es jugando al fútbol.

Tras varios minutos de espera pudo escribir su nombre en una larga lista de aspirantes a entrar en el equipo. Una vez cumplida su misión rastreó su nueva clase, esta se encontraba en la segunda planta. Subió las escaleras intentando esquivar la marea de alumnos que caminaban a contra corriente parloteando sobre lo magnifico que había sido el verano. Al final llegó hasta el aula, entró y, sin tapujos, buscó un sitio donde sentarse. Solo quedaba un asiento libre y se encontraba en la otra punta de la clase, se acercó hasta él y dejo caer su mochila. Junto a él había un chico de apariencia eufórica que no tardó en lanzarle una mirada de los pies a la cabeza.

  • Hola, mi nombre es Borja. -dijo para romper el hielo.

  • ¡Hola chavalote! -respondió el enérgico muchacho a la vez que le extendía una mano- Soy Mario y al parecer compartiré contigo mi estancia en esta cárcel llamada instituto.

  • Va, no creo que sea para tanto. Ya verás como el tiempo nos pasa volando. ¿Tú también eres nuevo?

  • No -dijo Mario- Llevo desde 2do de segundaría aquí. La verdad es que este instituto es como mi segundo hogar porque...

Mario siguió hablando pero Borja prefirió escrutar su cuerpo milímetro a milímetro. Aunque estaba sentado Mario parecía ser alto, quizá llegase a medir 1,80 calculó Borja. Era un chico de ojos marrones y despiertos, nariz puntiaguda y piel ceniza. Su ropa dejaba ver una profunda dejadez y sus ganas de pasar inadvertido. Era delgaducho pero apuesto, un chico del montón pero con un toque especial que ni él mismo sabía que existía. Borja hizo buenas migas con Mario y este lo acompañó todo el día y le enseñó su nuevo instituto.

Las horas pasaron sin pena ni gloria, hasta que al final del día Borja supo cual era la fecha para presentarse al casting del equipo de fútbol, ¡era esa misma tarde! Nervioso (o entusiasmo) Borja fue corriendo a casa a prepararse para la prueba. De vuelta en el insti se dirigió hasta el campo de fútbol para presentarse.

Unas 20 personas se habían inscrito a la famosa convocatoria, todos ellos tenían un cuerpo atlético, fibrado y bien formado. Además eran de buen ver, cosa que a Borja no le disgustaba. Tras varios minutos de espera apareció el equipo de fútbol original junto al entrenador. Borja se fijó en cada uno de ellos, tenían un porte altanero y chulesco que le disgustó bastante, parecía que volasen en vez de caminar, miraban a los demás por encima del hombro y se sentían superiores por el simple hecho de ser ellos mismos.

Uno de los chicos destacaba por encima de los demás, tanto en belleza como en altanería. Era un chico de estatura media aunque un poco más alto que Borja, tenía unos ojos verdes intensos y unos labios rosados y carnosos perfectos para chupar, su pelo era negro y parecía muy cuidado, demasiado pensó Borja. Más allá de la belleza de su cara, Borja se fijó en su cuerpo atlético y perfilado por los ángeles. Tenía un físico espectacular. Llevaba un pantalón corto de color azul que dejaba ver unas piernas imponentes y totalmente depiladas, eran fuertes y musculadas, cómo a él le gustaban. Sus brazos, enérgicos y fornidos, eran la guinda del pastel y estaban recubiertos solo por una camiseta blanca sin mangas. En general aquel chico era perfecto. Su sonrisa desprendía un calor intenso que amenzaba con derretir todo lo que había a su alrededor. Borja no podía dejar de mirarlo.

Pronto los demás chicos llegaron hasta donde se encontraba el grupito de aspirantes y el chico perfecto les dedicó unas palabras:

  • Soy Alex, capitán del equipo. Sé que os morís de ganas por entrar en nuestro equipo, pero solo los 5 mejores lograrán hacerlo. Las pruebas son muy fáciles, en las próximas semanas veremos vuestras cualidades con el balón y sabremos quienes son aptos y quienes no. Hasta entonces entrenaréis con nosotros y tendréis que seguir nuestro ritmo. Os desearía suerte, pero la verdad es que me la suda quien entre y quien no.

Tras estas palabras la manada se dispersó y comenzaron el calentamiento. Para Borja, poco acostumbrado a hacer ejercicio, el entreno fue agotador. Menos mal que pronto llegó el momento de irse a refrescar a las duchas, estas estaban contadas y solo habían suficientes para el equipo oficial del instituto así que los chicos tuvieron que ducharse por turnos, Borja tuvo que ser el ultimo en entrar a ducharse.

Las duchas olían a barro, sudor y a hombre. Esto le ponía cachondo. Avanzaba poco a poco para prolongar el éxtasis que le provocaba entrar en aquellas duchas cuando escuchó el agua correr, al parecer alguien seguía allí. Borja miró a su alrededor y se dio cuenta de que frente a una de las taquillas había un pantalón corto de color azul junto a una camiseta blanca. Borja reconocía aquella ropa, era de Alex, el capitán del equipo, el chico perfecto.

Echó un vistazo disimuladamente al área de las duchas. Era él. Alex estaba de espaldas duchándose. Borja pudo ver su imponente culo, formado por dos nalgas rectas y depiladas que lo invitaban a darle un mordisco. Las gotas de agua que expulsaba la ducha viajaban por su fornida espalda para acabar deslizándose entre la raja que dividía ambas nalgas como si de una cascada se tratase. La imagen era excitante a la vez que prohibida, algo que hizo que el cipote de Borja despertara de la siesta y mostrara su mejor cara. El cuerpo de Alex era magnético e irresistible.

Siguió observando aquella estampa sin percatarse de que su mano se había deslizado hasta su polla y se estaba dando un masaje por encima del pantalón. No era consciente de lo que pasaba. Pronto decidió sacar su polla a pasear y, bajándose los pantalones y el boxer, empezó a masajear lentamente su trabuco. Alex no se enteraba de nada, él seguía enjabonándose glúteos y piernas mientras que un acosador novato lo vigilaba desde la otra punta del vestuario. Borja siguió pajeando su polla mientras contemplaba a Alex, pronto empezó a dejar escapar pequeños y casi inaudibles gemidos involuntarios de placer.

La paja se prolongó unos minutos. Borja se mojaba las yemas de los dedos para lubricar su glande y provocarse más placer aún del que, sin saberlo, le estaba provocando Alex. Masajeaba su polla de arriba a abajo, variando la velocidad para no correrse hasta que aquella escena celestial acabase. Con una mano se pajeaba y con la otra se tocaba las tetillas, exitando sus ya erectos pezones. Se sentía como en el cielo, nada podía salir mal. Empezó a jugar con sus pelotas mientras se pajeaba imaginando que era Alex quien lo hacía. Estas estaban llenas de leche lista para ser evacuada ya que llevaba varios días sin hacerse una paja. Borja aumentó considerablemente la veolcidad de las sacudidas que le daba a su polla cuando Alex se agachó para enjabonarse los pies y su culo se abrió de par en par en dirección hacia donde estaba Borja. La escena era de vicio.

Mirando fijamente a los glúteos en movimiento de Alex, Borja empezó a sentir espasmos por todo el cuerpo que se tradujeron en una soberbia eyaculación. En pocos segundos varios chorros de leche caliente salieron disparados desde su polla impregnando la puerta de una de las taquillas y el suelo. Era el éxtasis. Era la gloria. Como pudo Borja se limpió y se subió el boxer y los pantalones. Se disponía salir del vestuario cuando escuchó una voz.

  • ¿Hay alguien ahí? -dijo Alex. Borja no sabía qué hacer, ¿debía responder o debía marcharse en silencio? Optó por la segunda opción.

  • Sí, soy yo -dijo, creyendo que Alex lo conocía de algo- Aún no he podido ducharme porque justo ahora acaban de salir los demás del vestuario, al parecer no hay duchas suficientes para el equipo de fútbol y para los aspirantes.

  • Sí, ya lo sé -contestó Alex- Entonces, ¿te duchas o qué?

Obediente, Borja se quitó la ropa y se internó la una ducha contigua a la de Alex. Ambos estaban desnudos y mojados. Borja no se atrevía a mirar el cuerpo de aquel ángel caído del cielo por miedo a tener una erección, es más utilizó agua fría para que su nabo no volviese a despertar. Se dedicó a ducharse y a pensar en cosas que no le excitaban para nada como los cadáveres o las chicas. Alex no tardó en romper aquel silencio.

  • ¿Tienes champú? Me dejé el mio en casa y si no me lavo el pelo ahora se estropeará.

Borja le respondió que sí y alargando su mano le pasó el bote de champú. Alex tenía las manos llenas de jabón por lo que el bote fue a parar al suelo. En un acto reflejo Borja se agachó para recogerlo y al levantar la cabeza se encontró con una sorpresa: la polla de Alex estaba justo frente a su cara. Empezó a sentir la creciente necesidad de metersela en la boca. Era un cipote de envergadura considerable, grueso, alargado y tenía un bonito capullo redondo donde se escondía un glande de color rosa muy apetecible. Borja empezó a babear ante aquella aparición divina. El agua que chorreaba por el cuerpo de Alex acababa deslizándose finalmente por aquella verga hasta acabar en la cara de Borja.

  • ¿Me pasas el champú o te lo piensas quedar?

  • Toma -dijo Borja a la vez que se levantaba.

Siguió contemplando discimuldamente como el agua se escurría por el torso de Alex. Tenía unos abdominales perfectos y unas tetillas listas para comercelas, además no le quitaba ojo a su boca carnosa y de vez en cuando le dedicaba una mirada tímida a su polla y a ese par de bolas completamente depiladas. Todo en Alex era magnifico y apetecible.

  • Tengo un problema -dijo Alex- No me alcanzo la espalda. ¿Te importaría darme jabón tú? Pero ya sabes, sin mariconeos -aclaró el capitan del equipo.

Borja respondió con un escueto "vale", que para él significaba la vida. Tomó un poco de jabón en sus manos, se las frotó y las puso sobre la espalda de Alex. El contacto con su piel tersa y suave fue glorioso. Borja empezó a extender el jabón por toda su espalda dándole a la vez un ligero masaje, podía sentir los músculos tensados de aquel  hombre perfecto bajo sus manos. Quería prolongar esa situación para siempre. Entonces pasó a los hombros, eran fuertes y se notaba que hacía ejercicio para mantenerlos en ese estado. Por ultimo, deslizó sus manos por toda la espalda lentamente para rematar la faena hasta que se topó con el culo de Alex, donde dos nalgas firmes y suaves le esperaban. Disimuladamente empezó a masajearlas, disfrutando de los glúteos fuertes de aquel futbolista.

  • Ehhh! Que esa no es mi espalda -dijo Alex entre risas.

  • Lo siento, se me resbalaron las manos -se disculpó Borja a la vez que retiró sus manos del culo de Alex.

  • Tranquilo, yo también me tocaría el culo si fuese tú. Soy irresistible -bromeó Alex.

Borja soltó una risita nerviosa mientras Alex se daba la vuelta, en ese momento ambas pollas se rozaron por un segundo. El contacto con aquel trabuco, fue demasiado para Borja. No pudo evitar tener una segunda erección así que salió pitando de la ducha antes de que Alex se diese cuenta de lo que pasaba. Empezó a caminar con el nabo erecto hasta donde estaba su ropa cuando dos figuras irrumpieron en el vestuario.

  • ¡Hostia puta! -dijo un adolescente de pelo rubio y ojos azules al que ya había visto antes junto a Alex en el entrenamiento. Era el segundo capitán del equipo, un chico de muy buen ver llamado Daniel. Venía acompañado del entrenador, Julio, un hombre de treinta y pocos años al que le encantaba marcar paquete- Pedazo trabuco, ¿no me digas que estabas cascandotela en las duchas, pillín?

Rapidamente Borja cubrió como pudo su erección. La escena era violenta: Borja se encontraba desnudo, mojado y empalmado frente a Daniel y al entrenador Julio, mientras que Alex caminaba hacia ellos.

  • ¿Qué pasa? -dijo Alex.

  • El nuevo se alegra de vernos -respondió Daniel. Alex le lanzó una mirada despreocupada a Borja. Entonces caminó hasta su taquilla, sacó una toalla y empezó a secarse lentamente cada rincón de su exquisito cuerpo haciendo hincapié en aquellas dos pelotas rellenas de semen que tenía por testículos.

  • El entrenamiento acabó hace hora y media, largo de aquí -gritó el entrenador.

Pronto Borja empezó a cambiarse y, sin más dilación, salió del vestuario. Había experimentado sentimientos muy diversos en muy poco tiempo y creyó necesario irse a casa a descansar. Más tarde saldría Alex del vestuario y se iría en su moto. A medio camino Borja recordó que se había dejado su mochila en el vestuario, los nervios por lo que había pasado le provocaron este despiste. Se giró deshizo el camino andado en dirección al vestuario.

Al llegar descubrió que la puerta estaba abierta aunque sólo había una luz encendida. Se acercó hacia donde estaba su mochila y vio una escena que lo dejo de piedra: dos cuerpos se restregaban con pasión bajo las duchas, jugueteaban con sus manos tocándose por todas partes. Eran dos cuerpos magníficos, uno perfectamente depilado y el otro tenía el torso cubierto por una suave y varonil capa de bello. Borja reconocía a uno de ellos, era el entrenador Julio, ¡el entrenador se follaba a uno de sus alumnos! Del otro chico solo pudo ver una marca, era una mancha en forma de nube en su nalga derecha.

En silencio, Borja cogió su mochila y salió del vestuario. De camino a casa pensó en lo entretenido que iba a ser ese año escolar y lo bien que lo había pasado en su primer día, además no paró de preguntarse si volvería a sentir el cuerpo de Alex en sus manos y quien era el amante del entrenador. Aún quedaba mucha tela por cortar.

Continuará...

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Muchas gracias por leer. Este relato es muy especial para mí, ya que lo escribí basandome en un suño que tuve. Me gustaría saber vuestra opinión y si queréis que siga publicandolo. Espero vuestros comentarios y opiniones. Saludos :)

--Lollipop16--