Fuera de clase (7)
...
Se fueron a las 9 y nos ayudaron a recoger un poco:
Bueno, un placer de verdad, espero que te portes bien con Irene ¿ok? Como me entere de que suspendes a la chavalita esta te mato jajaja, de verdad mucho gusto Irene.- dijo Helena, despidiéndose con dos besos a cada una.
Encantada de conocerte, y yo al contrario que la cabra esta, espero que no le des muchos motivos y disgustos a Carmen ¿de acuerdo?- dijo Ingrid, esta me dejó bastante descolocada, ella lo había averiguado todo seguro, y encima esta indirecta se me clavó como un puñal, también nos dio un beso a las dos y ambas se marcharon entre risas.
Nada más cerrar la puerta me apontocó contra ella y comenzamos a besarnos apasionadamente, apretando nuestros cuerpos, respirando al compás. Entonces nos separamos y le pregunté:
oye, ¿a qué hora te llevo a casa? Son las 9 y no me gustaría que te regañasen.
En verdad no tengo hora, normalmente no me echan de menos por casa, pero cuando ven que no ando por allí en un horario normal pues me llaman para saber donde estoy.
¿y cuál es ese horario normal?
Las 11 o las 12.
¿en días normales?
Si, mi relación con ellos es muy despegada, más que nada porque me temen por lo que soy aquí.
Pues para mi eres un cielo, eres muy dulce.- dije abrazándola muy fuerte, no le gustaba su fama
Ya, pero ellos creen a la gente, y la gente ve lo que quiere ver.- me abrazó muy fuerte, dos lágrimas recorrieron sus mejillas.
La lleve a la sala de estar y la seguí abrazando:
¿entiendes ahora por qué me moría de ganas de estar contigo? Es que nadie me ha querido tanto nunca sin importarle lo que dicen que soy.- se derrumbó completamente.
Tranquila, sabes que no te pasará nada, siempre que yo esté a tu lado estarás segura, si pudiera te traería a vivir con migo, pero aun eres menor, y mientras yo esté aquí no te faltará nada, podrás estar aquí con migo todo el tiempo, si quieres venir por las tardes ven, si quieres venirte los fines de semana ven, te ayudaré con todo, estudios, amigos, con todo lo que me dejes ayudarte.- sequé sus mejillas con mis dedos y se le iluminó la cara, sus ojos resplandecían, era preciosa, la besé, la besé con todo mi amor . - vamos, coge tu ropa y todo lo que tengas aquí
¿a dónde vamos?
Vamos a coger el coche y de aquí a que te llamen vamos a ir a cualquier lugar alejado de este pueblo que te tiene contaminada.- besé su mejilla y me fui a vestirme.
En cuanto acabamos de vestirnos, cogimos todo y nos fuimos con el coche, ese día no llovió ni una sola vez, conduje hasta un pequeño escondite que descubrí el año pasado, se veía el pueblo a lo lejos, ella miraba de manera agridulce ese pueblo:
¿sabes que es lo mejor de tener esa fama?- dijo sin apartar la mirada de esa vista.
¿Qué te respetan?
No, lo mejor es que me llevo bien con todos los malos o chusmas como les dicen, sin embargo, son muy honrados, pero como son los únicos que van de frente y los que si tienen que dar una torta la dan, pues no les quieren, les temen, pero con ellos estoy segura de que si un día me quedo en la calle tengo donde ir, ya me ha echado varias veces de casa, y siempre han estado ahí y han compartido, si tu y yo duramos mucho, espero que no intentes que me separe de ellos.- me miró con una mirada de protección hacía ellos.
Tranquila, yo voy a respetar lo que tus tenias antes.
Gracias por ser así, te amo muchísimo, no se porque no te encontré antes ahora que me acuerdo, antes de que vinieran tus amigas dejamos un caso pendiente ¿verdad?. - dijo haciendo como que pensaba, con una dulce expresión.
Umm no lo se a ver recuérdame algo ¿no?
Acto seguido se sentó encima de mí como pudo, teniendo en cuenta que el volante estaba delante mía, y comenzamos a besarnos, besé su escote mientras apretaba su trasero, desabroché sus pantalones y metí la mano entre su tanga, recién salido de la secadora, y su ardiente vagina, masajeé su clítoris mientras me comía uno de sus pezones, ella comenzó a moverse y gemir, yo estaba mojándome, muy muy excitada, después le metí 3 dedos de manera que el pulgar quedara masajeando su clítoris, ella comenzó a cabalgar agarrándose donde podía, estaba apunto de correrse, cada vez íbamos más rápido las dos, su vagina estaba muy mojada, su clítoris estaba enorme, y de repente estallaron las convulsiones, comenzó a gemir, estaba empapada en sudor, había sido algo muy fuerte y muy intenso, ya se terminó de agotar, cogí un pañuelo la sequé su vagina para que no fuese a su casa con la mancha ya que llevaba tanga, me comenzó a besar de nuevo:
*te voy a hacer exactamente lo que me has hecho, has vuelto a sorprenderme señorita
por algo soy tu profesora.*
Se sentó en su sitio e hizo que me sentara encima de ella, comenzamos a besarnos, a apretarnos la una contra la otra, comenzó a comerse mis pechos, mis pezones, yo estaba con mis braguitas mojadas, cuando noté su mano bajar y desabrochar mi pantalón, mi cuerpo se calentó del todo, comenzó con ese masaje de clítoris que me llevó al cielo, mi cadera comenzó a moverse sola, y cuando metió tres dedos el cuerpo se iba a deshacer, su dedo en mi clítoris y los otro tres dentro de mi, aceleramos todo lo que pudimos, ella apretaba mi clítoris al máximo y yo no pude contenerme más, me corrí gritando y jadeando, entre convulsiones lametones de su lengua en mi pezón, fue increíble, cada vez que lo hacíamos se superaba aun mas.
no me puedo creer que aprendas tan rápido, te amo, te adoro, nunca estuve con una persona a la que quisiera tanto y que me diera tanto placer.- me sequé y me besó de nuevo, estábamos sin fuerzas.
Nos fuimos a los asientos de atrás, fuera hacia muchísimo frío, eran las 10:30, esta vez ella se tumbó entre el respaldo del asiento y yo, dentro hacía una temperatura perfecta, los cristales empañados, ella acariciaba y jugaba con mi pelo, acariciaba mi mejilla y mi costado, yo estaba de lado mirando hacia ella, estaba durmiéndome, mis ojos cerrados, casi durmiendo, estaba en la gloria, después de las maravillas que hicimos, su mano tocándome que me confirmaba que era real, que estaba allí, a solas con migo, estaba en un paraíso, ella creyó que ya estaba dormida:
- no se si tu cada vez que me dices te quiero, te amo, lo dices de verdad, pero yo te quiero, te amo, te deseo, no quiero perderte nunca, si te vas me muero, te necesito, me estás cambiando, y me puedes ayudar mucho.- repetía esto sin dejar de acariciarme, yo haciéndome la dormida la rodeé con mi brazo y la uní más a mi, me parecía increíble y me dolía que después del buen día que pasamos siga teniendo miedo de que la abandone, no, yo no la abandonaré, yo no soy como los demás, yo la quiero de verdad, aunque me parecía normal que temiera, porque había tenido un pasado oscuro también.