Fuera de clase (6)

...

Me puse la camiseta pensando que no sería nadie importante y volvieron a llamar:

¡ya voy!.-

Miré por la mirilla y me quedé sorprendida eran Ingrid y Helena:

¡ Irene, ponte en condiciones que son mis amigas!

Abrí la puerta y entraron directamente:

¡hola Carmen!- dijeron ambas con unas sonrisas impresionantes.

Hola chicas, ¿qué hacéis aquí hoy domingo?

Nada que como ayer te noté un poco triste pues hemos decidido venir a verte.- dijo Helena mirando a todos los lados.

A levantarte la moral y a que nos cuentes que te pasa.- dijo Ingrid

Bueno es que yo pues ahora - ¿qué les podía decir? ¿Qué estaba con mi alumna? ¿Qué estábamos apunto de montarnos otra fiesterita? Estaba súper mojada, y encima mi cuerpo estaba embarnizado con aceite, pero en ese momento salió Irene.

¡vaya! Parece que estás ocupada ¿verdad pilla?- dijo Ingrid con un tono un poco burlón.

Si quieres nos vamos y volvemos en otro momento.- dijo Helena riéndose.

No, tranquilas no pasa nada, pasad, pasad y os presento…- ¿Qué podía decir? Si les decía que se fueran sospecharían .- sentaos - de repente vi el bote de aceite en el suelo- en el otro sillón mientras arreglo este en un momento .

Lo puse bien y le di una patada al bote de aceite de modo que se metió debajo del sillón:

Sentaos aquí ya chicas, voy a por algo de beber.

¡Cerveza para mi!- Helena.

Un tintillo para mi- Ingrid.

Irene estaba en la cocina, me acerqué nerviosa:

¿ahora qué hacemos?¿que les decimos? Joder… vaya mal momento para venir…. Joder…- me cortó y tranquilizó con un beso que paró mi mundo.

Tranquila, me presentas y les decimos que mis padres se fueron esta semana, y que el sábado al salir de casa me dejé las llaves dentro, cerré y no tenía manera de volver a entrar, entonces no encontramos y decidiste echarme una mano, ¿vale?.- dijo con su seguridad habitual, lo cual me tranquilizó mucho, su cuartada era perfecta.

De verdad que te amo Irene.- nos volvimos a besar .- lleva tu un plato con patatillas y pipas, que yo les llevo las bebidas y un cenicero.

Cuando llegué estaban hablando ellas dos, se reían, creo que hablaban de Irene y de mí:

vuestras bebidas.

Gracias, bueno dinos y se sincera con nosotras, ¿quién es esa chiquilla tan mona que hay aquí? ¿tu ligue? ¿por eso no saliste el sábado?- dijo Helena de manera inquisidora, con una mirada curiosa.

¿no crees que es un poco pequeña para ti? Por no decir que parece que es menor de edad.- añadió Ingrid, a la que no le agradó la situación demasiado.

Se llama Irene, es de mi tutoría.- yo estaba totalmente nerviosa y perdida.

¿y qué hace aquí un domingo? Además parece que haya pasado la noche aquí…- continuó Helena con la inquisición.

Pues veréis- a ver si me salía toda seguida y sin errores- sus padres se fueron de viaje el lunes, y ella ha estado toda la semana sola en casa, el sábado cuando salió por la tarde se olvidó las llaves en casa y no tenía modo de entrar, entonces me encontré con ella por casualidad y me dijo que si se podía quedar aquí hasta que vinieran sus padres, que será hoy por la tarde o por la noche .- vaya, parecía que se lo habían tragado.

Pero si no saliste, ¿como te la encontraste?, ¿habías quedado con alguien sin decir nada e? jajaja.- dijo Ingrid, ella era la que más me habría costado convencer, pero la convencí.

La verdad es que no quedé con nadie, fue por la tarde, después de comer, me fui a tomarme un café sola para despejarme antes de corregir unos exámenes.- parecía increíble, esa excusa suya tenía muchas salidas, pero me asustaba que fuera tan buena mintiendo, me hacía dudar.

Entró Irene con las pipas y las patatillas:

Helena, Ingrid, esta es Irene.- dije intentando que no se me notara que el brillo de mis ojos nada más verla.

Encantada.- Ingrid.

Encantada, vaya suerte la tulla, espero que no te haya echo nada malo jajaja.- dijo Helena riéndose.

No tranquilas se ha portado fenomenal con migo, además he disfrutado de unos muy buenos servicios, yo pensaba que me iba a aburrir, pero me lo he pasado muy bien, sinceramente.- dijo mirándome con mucha picardía.

Se acercó y se sentó en el sillón donde estaba yo, enfrente de mis dos amigas, Helena no le dio más importancia, le agradó bastante, bromeó y habló con ella, pero a Ingrid no le acababa de entrar del todo, siempre ha sido la que más desconfía de la gente, pero la tarde fue normal, estuvimos hablando de sus cosas, le preguntaron a Irene que tal era yo de profesora, vamos lo normal, nos reímos bastante, y de vez en cuando mandábamos frases con doble sentido, algunas miradas, algún roce, todo intentando disimular, lo que hizo que Ingrid desconfiara más aun.