Fuera de clase (2)

...

Me desperté fatal, el chico se marchó nada mas acabar su faena, pero yo tenia una resaca impresionante, y encima remordimientos por haber deseado aquello pero no podía negarme que si llegué al orgasmo fue por ella, pero me di una ducha, me unté de crema, desayuné e intenté tapar mis ojeras y llovía a mares como todo lo que llevaba de semana y por lo que parecía no dejaría de llover hasta la primavera.

Cuando llegué me dirigí a la sala de profesores, y como estaba en deuda con ellos me fui a dar una vuelta para ver si había alguna clase en la que faltará algún profesor, o algún alumno expulsado, otros saltándose… en fin lo que hacen los profesores de guardia y como ellos me cubrieron en la ora anterior me fui yo sola, así ellos desayunaban y yo descansaba en el recreo. Cuando pasé por el pasillo donde esta mi clase, escuché un maestro dando voces, parecía muy enfurecido de repente salió Manuel, que era el delegado y se acercó:

por favor doña Carmen ¿puede venir con migo a la clase?- dijo un poco tímido.

¿Que ha pasado?

Nada, que van a mandar a Irene con el profesor de guardia y me han mandado a buscarlo, y ya que la he encontrado pues

Ha vale entiendo- ahora si estaba en un lío no sabia como mirarla después de haber fantaseado con ella, y no sabia si lo descubriría con su mirada.

Me dirigí a la clase con Manuel, que permanecía callado, entramos, y don Alfredo, un hombre mayor que impartía física y química me miro muy serio y me dijo:

doña Carmen, que casualidad que sea usted quien está de guardia en este momento, lamento decírselo pero usted tiene en su clase a la alumna mas sinvergüenza de todo este instituto.

¿y tu que eres? ¿un viejo verde? Jubílese ya que ya va tocando…- dijo Irene, y como siempre hizo reír a sus compañeros.

Irene por favor, con esa actitud solo está afirmando la teoría de don Alfredo.- a veces cuando hablo de usted me vuelvo un poco pedante, pero es que no sabia que decir, estaba haciendo lo que yo no me esperaba, no me miró ni una sola vez, sus miradas iban directamente a los ojos de Alfredo, y estaba llena de rabia.

Llévesela por que no quiero ponerle una amonestación por favor.-

Vamos señorita Irene, acompáñeme por favor.

Si mas que decir cogió su libreta y un bolígrafo y se vino con migo, sin nada mas que decir, y sin soltarle ninguna fresca mas a ese profesor, que en verdad era muy verde. Ella no decía nada, así que decidí preguntarle que a que venia esa dircursión:

*es que no lo soporto, llevo dos años con el y sigue jodiendome la vida, he intentado estar callada y mantener la calma, pero es que el me busca, y yo no me puedo callar.

¿y estás contenta de que te tenga que expulsar?* - sin quererlo la tuteé y ella se dio cuenta y me sonrió de una manera muy bonita.

Pues no, pero es la única manera de que no me encuentre con el ¿no?- ambas reímos, era la primera vez que escuchaba su risa, estaba preciosa, se iluminó su cara y no pude evitar echar mi brazo por en cima de su hombro, incluso yo me sorprendí, después de habar intentado no darle mi confianza, la tuteé y la agarre, pero es que necesitaba sentirla cerca de mi, y ella me respondió rodeando mi cintura con su brazo.

Pero dime la verdad ¿Por qué este llevas tan mal con el?

Pues aparte de que intenta ridiculizarme, a principios del curso pasado, cuando me dio clase por primera vez, me quedé con el a solas porque quería ver un examen que hicimos, y al sumar las notas el examen me salía con una nota bastante buena pero el me puso un 5, entonces se al preguntarle se me acercó y me dijo que si quería tener mi nota real en el examen que debía pagar un pequeño precio, y yo sin mas que decir o preguntar cogí mis cosas y me largué.- yo la creí sus ojos estaban llenos de rabia de nuevo y me soltó la cintura, por lo que yo la solté a ella.

¿y por que no se lo dijiste a nadie?

Pues por que nadie me hubiera creído, soy la peor, la mala, la que no tiene sentimientos, la mas inteligente y la que mas desaprovecha su inteligencia.- me dio lastima haberla juzgado al principio del curso, así que solo me podía disculpar.

Llegamos a una clase vacía que es donde nos quedamos con los alumnos expulsados, y como yo estaba cubriendo a mis compañeros me quedé con ella y cerré la puerta para que no se saliera el calor de los radiadores, ella se sentó, me miró y abrió su libreta y comenzó a escribir, yo me sentía muy mal por lo de antes:

Irene necesito pedirte disculpas, yo también te juzgué antes de conocerte, yo te ofrecí mi ayuda y la mantengo en pie.- me sentía muy nerviosa de tenerla tan cerca y estar tan sola con ella de nuevo, me parecía muy frágil a pesar de que daba la impresión de ser la mas dura de todas la chavalas con las que me he encontrado, tenia una atracción especial

Volvió a mirarme directamente a los ojos, esos ojos que ya eran mi obsesión, su expresión se mantenía seria, su mano tan calida cogió mi cuello, subió a mis mejillas, yo sabia lo que iba a pasar pero no podía hacer nada, me tenia hipnotizada, se acercó a mi, en unos eternos segundos, puse mis manos en su espalda, la acariciaba, me perdía en su espalda y en sus manos, en su boca, cuando rozó mis labios, cuando estaba en el cielo sonó el timbre y recuperé la conciencia me aparté rápidamente, ella se levantó y se fue rápidamente, solo me dio tiempo a decirle lo siento mucho, ella se volvió y me dijo con una sonrisa – mira el cuaderno - lo mire y ponía con mayúsculas un te quiero que ocupaba toda la hoja, otra vez me sorprendió esta chica, cogí el cuaderno y lo guarde, era el de mi asignatura, la busqué por los pasillos en ese recreo pero no la encontré, entré a clase y no estaba, yo ya me empecé a sentir muy mal por lo ocurrido, tal vez le había hecho daño, pero no creo que fuera así porque tanto ella como yo quería hacerlo, fue ese timbre, sino hubiera sonado…y me sorprendió que no apareciera en mi clase.

Al día siguiente, viernes, intenté buscarla, y otra vez no apareció, pregunté a la clase que si sabían por que había faltado, pero nadie lo sabia, parecía que la habían borrado del mapa, no había manera de localizarla, no sabía como encontrarla, me daba rabia haberle hecho daño, no me sentía con fuerzas para nada, y además era viernes, eso significaba que no la vería en todo el fin de semana y además estaba muy confusa, la amaba, y no la quería amar porque no era bueno ni para ella ni para mi.

El sábado me desperté a las 12 del medio día, la noche anterior no pude dormir, pensando en ella, en ese casi beso que solo quedó en un intento, en la pagina de su cuaderno, estaba tan agobiada que decidí comer, a pesar de que era muy temprano aun, me duche me puse la ropa, una chaqueta por el frío, y cogí las llaves del coche y me fui a una cafetería, me senté y pedí un café, entonces sonó mi móvil, un mensaje de llamadas perdidas de Helena, pero al sacar el móvil se me calló un papel al suelo, lo cogí y lo abrí, era su numero, no me había acordado de que lo tenia, me lo dio ella. Me pasé mirando el número con el móvil en la otra mano al menos un cuarto de hora, la final no llamé.

Por la tarde me llamó Helena otra vez, me dijo que si quería quedar con ellas para cenar pero no tenia ganas, así que pasé, y me quedé en casa. A las ocho mas o menos, después de tanto pensar, me decidí y llamé.

  • ¿diga?

  • perdone, ¿es usted Irene?

  • si, y tu eres Carmen ¿verdad?

  • si, mire tengo una cosa que le pertenece.- intentaba ser fría.

- es verdad, tienes mi cuaderno.

  • debo devolvérselo, tiene tarea atrasada que hacer para el lunes.

  • ¿Dónde quieres que quedemos?

  • ¿Qué quedemos?

  • claro para que me lo devuelvas ¿no?

  • cierto, ¿le parece bien a las nueve en la Cafetería Maris?

  • ok, espero que seas puntual.- acto seguido colgó el teléfono.

Me quedé impresionada, una vez mas esa seguridad suya, su voz parecía triste. A las nueve menos cinco volví a coger el coche para dirigirme a la cafetería, por desgracia no encontraba aparcamiento y tardé un poco más, pero cuando llegue allí estaba ella, sentada, tan seria como de costumbre, pero esta vez su mirada parecía perdida, me acerqué a la mesa donde estaba ella sentada y se levantó de la silla, le di el cuaderno, y me di la vuelta y me marché, cuando di un paso escuche su voz:

Espera, llegas tarde, ni te disculpas, ni saludas

le dije que debería tratarme de usted.

Mira, necesito hablar con tigo, tengo algo que decirte.

No tengo tiempo he quedado.

Me da igual, dime egoísta, pero quiero estar con tigo aunque sea un momento, necesito contarte algo.- me cogió el brazo y me dijo que me sentara, y me senté.

Mire señorita Irene, no debería estar aquí con una alumna.

Tú me dijiste que ibas a ser mi amiga ¿no?- dijo con un fuerte golpe de voz, y su mirada se clavo en mi pecho.

Si pero ya vio que no podemos ser amigas, que debemos tener una relación de profesora a alumna, no me puedo permitir ir por ahí besando a niñas, es que no es bueno ni para ti.- me miró enfurecida.

Eso es lo que soy para ti una niña, eres como todos, no si la tonta fui yo por amarte, sin saber que ibas a hacer esto, y porque confiaba en ti lo dejé todo ayer, por eso no fui al instituto, y se que me estuviste buscando, pero te quiero, no se porque te tengo que querer a ti.- sus ojos se llenaron de lagrimas, pero ella no se derrumbó, yo no podía mas, la amaba tanto que no podía verla así, llorando, aunque eso me aliviara, saber que me quería tanto como yo a ella.

Mira no quise decir que eres una niña, es solo que tu tienes que ser libre ahora, yo ya tengo mi vida recorrida, pero tu debes de vivir la tulla aun.- le cogí la mano y me volvió a mirar.

Dímelo, dime lo que sientes, yo lo se, me lo dicen tus ojos, pero quiero que me lo digas, quiero saber que eres sincera con tigo misma.

No te lo quiero decir, porque si lo nuestro no puede ser no te quiero hacer ilusiones, ni jugar con tigo.

Dilo, nada mas, dilo.

te amo, te quiero tanto que ni te lo imaginas, te tengo clavada en mi desde que entre en esa clase, siento en mi piel los dos primero besos que me diste, tengo mi mejilla calida desde que me la tocaste, recuerdo cada mirada, y mi corazón las entiende todas, y cada vez que recuerdo aquel ultimo momento en el casi haces realidad mi sueño… no puedo de verdad, no puedo estar sin ti, pero tengo que aprender, porque te puedo hacer mucho daño.

Si no me haces daño, serás la primera, y si me lo haces, no serás la primera pero tengo que seguir aprendiendo a recuperarme ¿no?- otra vez su seguridad, su aplomo, sus ojos, sus palabras y su boca, tenia razón, era verdad, pero aun tenia miedo a la diferencia de edad y al trabajo que me impedía desde el principio estar con ella.

Pero mi edad, mi trabajo, no podemos, me duele decirlo.

Pues entonces no lo digas, y no lo hagas porque te va a doler mas aun, no tienen por que saberlo, yo te quiero, y tu a mi, somos dos y no me hace falta mas. Mira yo te he sido sincera, y quiero que nos podamos amar, no pienses, hazlo.- se levantó y se fue.

Cuando pasó un rato me levanté, y al salir me di cuenta de que estaba lloviendo, corrí a por el coche, y me la volví a encontrar, esta en una parada de autobús bastante mojada.

ven con migo.

Sin decir nada vino con migo, antes de entrar en el coche me volví a disculpar, se puso delante de mi y me calló, sus ojos me decían que me amaba, que quería estar con migo de verdad, yo no pude mas y la abracé, ella se fundió en mi, y yo a pesar del frío,de estar empapada, empecé a mojarme la única ropa que aun tenia seca, sus manos empezaron a acariciar mi pelo, bajando por mi espalda, y mas abajo, hasta llegar a mi trasero, entonces sus manos se posaron en mis costados separándonos, me acerqué a su boca y la besé, de la manera que la hubiera besado aquel día, ella me respondió con el beso mas tierno y suave que jamás me han dado. Después me separé y la miré a los ojos, los que me traían loca: