Fuegos de pasión (II)

Todavía se ven las consecuencias de la “travesura” de Dani, que tuvo más de un cómplice

Fuegos de Pasión II

Para este relato, podéis oír “Vivir sin ti es posible” de Arjona, sólo para ambientar… me disculpo por la tardanza, pero los que me conocéis sabéis que han pasado cosas varias que han afectado mi estado de ánimo, pero ya todo volvió a su status quo , espero os guste…

Después de esa noche en que logré convencer a Rafa para que trabajara para mí, debía asignarle sus obligaciones, pero para lo que lo contraté es necesario que sepa leer, así que primero debía buscarle un maestro y de los buenos, por suerte lo encontré: un poeta de su tiempo, don Domingo Faustino Sarmiento, por aquel entonces diputado (o senador, qué sé yo de esas cosas, en mi país hay rey y listo) y que accedió a enseñar a Rafa a leer y escribir por unos 5 dólares americanos la clase, ya sé que es bastante dinero, pero lo vale, este chico es un diamante en bruto y quiero sacarle todo el brillo que tiene en su interior, además, lo llevé al médico, tampoco me anduve con niñitas, fuimos a la consulta de don José Juan Almeyra, no por nada es el mejor médico de Argentina, no quiero que nada le pase a este chico, es dos años menor que yo y, debo admitirlo, me gusta mucho, pero además es un empleado y siempre me ha gustado cuidarlos, por eso terminamos en la mejor consulta de Buenos Aires, que el galeno por suerte no nos cobró, pero en fin, que le auscultó un poco y le hizo varias revisiones rápidas para llegar a la conclusión de que necesita estudiar mejor el caso para determinar lo que tiene Rafa, pero no es tuberculosis, parece más bien una complicación que le viene de familia y que con algunos remedios podremos solucionar.

Efectivamente, con los medicamentos que nos indicó el doctor Almeyra, Rafa empezó a mejorar notablemente y eso fue muy evidente también en sus clases: aprendió a leer en menos de dos meses y ya escribe bastante bien, incluso leyó “ El origen de las especies ” que publicó el año pasado Sir Charles Darwin y tiene un criterio bastante curioso, además que rebuscó en los periódicos y me logró demostrar que el Papa Pío IX sacó tiempo de su campaña militar de anexión del Piamonte a los Estados Vaticanos para felicitarle por el libro y por abrir una nueva puerta al diálogo entre fe y ciencia, porque realmente fue excomulgado por los anglicanos, pero no por los católicos, porque el Papa consideró que es una explicación compatible del origen de la vida con el relato del Génesis… la verdad, yo me mantengo al margen de eso, pero sí me alegra que no lo censuraran… en fin, que el chico resultó ser más listo que el hambre y pronto podrá ser mi secretario personal, por lo demás, todo apunta a que tendrá un gran futuro, pero bueno, yo lo único que hago es ver su carita y tratar de disimular mis sonrojos ante su belleza…

Pero no sólo a educar a Rafa nos hemos dedicado este tiempo, también hemos recorrido con Sebas y Dani todo Buenos Aires y alrededores, al punto que conocemos toda la zona y Rafa ha resultado un genio en la previsión comercial, en este tiempo, que ya casi es un año, que llevamos ha predicho con todo éxito cual local triunfará y cual no basándose únicamente en su ubicación. En fin que el chico es una gran adquisición y se hace notar esté donde esté. Hoy, a la hora del mate (me he hecho muy aficionado a esta bebida argentina), Rafa me convenció de algo interesante: ir con Sebas y Dani a Salta y valorar abrir allí un restaurante en pleno centro que nos permita ir expandiéndonos a otros puntos, aunque yo ya había pensado en otros lugares como Catamarca y Misiones, él prefiere Salta y dice que será una gran ciudad el próximo siglo y que no debemos descuidarla, en fin, que iremos la próxima semana y luego iremos a Catamarca y a Misiones iremos para Navidad, así pasaremos este medio año paseando y nos relajamos un poco del trajín de los negocios en la capital, además, el profesor Sarmiento dice que ya Rafa sabe todo lo que conviene a un chico de negocios de su edad y el doctor Almeyra nos recomendó un cambio de aires, para despejar la mente y comprobar la mejoría de la salud de Rafa.

Visto que todo estaba a nuestro favor, alquilamos un carro cómodo, tirado por seis caballos, la elección corrió a cargo de Rafa, claro. Además, como la idea era viajar durante seis meses, nos seguiría una carreta con el equipaje, para que así no nos faltase nada. En Salta no nos quedaríamos en un hotel, sino en la hacienda de los López, el inconveniente: la Casa Grande fue hecha para la familia y como Sebas es hijo único sólo tiene dos cuartos, así que Rafa y yo “tuvimos” que compartir habitación, pero él no se veía muy incómodo con la idea, he de admitirlo. En fin, que esa noche fue especial, porque él por respeto y yo porque me gusta, no estábamos dispuestos a dejar que el otro durmiera en el suelo, así que al final compartimos cama, Rafa tiene el sueño muy pesado y yo no podía dormir de sólo pensar en tenerlo tan cerca y no poder ni tocarlo, pero me sorprendió cuando a media noche se giró en la cama y me preguntó:

-Señor Rodrigo, si se me permite la indiscreción, ¿en qué piensa tanto?

-Rafa, si te lo dijera, me odiarías por toda tu vida, es mi mayor y único secreto, nadie lo sabe, aunque creo que Dani lo sospecha… -Rafa me interrumpió, aunque no pensaba decir mucho más, pero al menos me dio un respiro… muy leve

-Señor Rodrigo, perdone que lo interrumpa, pero si se refiere a lo sucedido el día que me contrató, créame, la señora Daniela me contó… bueno, me dijo que…

-Rafa, ¿qué te dijo Dani? –Rafa estaba demasiado inseguro, pero yo necesitaba saber qué le había dicho Dani, así que presioné un poco más.

-Señor, me da un poco de pena decirlo, pero…

-No me digas “señor”, Rafa, que eres mi mejor amigo y empleado, por eso tienes este puesto, incluso compartimos cama… pero en fin, ¿qué te dijo Dani? –la verdad, nunca me han gustado las formalidades tan victorianas de esta época, pero como en público no puedo evitarlas, las suprimo en privado, en mi despacho nadie me dice “señor”.

-Don Rodrigo, la joven Daniela me contó… que sus gustos no son muy ortodoxos que digamos… -lo sabe… estoy muerto, lo sabe… pero debo saber su opinión…

-¿Y qué piensas de eso, Rafa?

-Pienso, señor, er…, don Rodrigo, que no me molesta, al contrario, permítame su mano, señor… -de nuevo con formalismos, ¿es que ni en una situación así los puede dejar de lado?

-Te daré mi mano si no me vuelves a llamar “señor” o “don”, ¿está bien? –sé que no venía mucho al caso la reprimenda, pero estaba nervioso…

-Rodrigo, es que quiero mostrarle lo que pienso desde ese primer día en que usted no me rechazó por estar enfermo y prácticamente me obligó a aceptar este empleo, por favor… -extendió su mano hacia mí, le di la mía con total nerviosismo, no sabía lo que iba a hacer, pero estaba terriblemente inseguro, sudaba frío y todo, tenía mi camiseta totalmente empapada… Rafa tomó mi mano y la llevó a su entrepierna, pude sentir como él tenía la misma reacción que yo, así que acerqué mi cuerpo al suyo, para que a través de las telas pudiera sentir que era correspondido, pero justo entonces, sonó la voz de incendio y tuvimos que salir a ayudar…

Mientras nos vestíamos le rogué a Rafa que se encargara con Dani de la evacuación, no quería que el humo dañara sus pulmones, además, por si acaso, tomamos cada uno un arma por si llegase a ser menester y salimos, él a las barracas de los empleados y yo al establo que estaba en llamas, por suerte los empleados nos ayudaron y no se perdió más que un potrillo, pero pudo haberse quemado incluso la Casa Grande, porque estaban demasiado cerca, un poco de viento y seguro habría ardido toda la hacienda, pero no fue el caso, además, mientras bombeábamos el agua para llenar las cubetas y las vertíamos en el establo, justo cuando dábamos por apagado el incendio, empezó a llover, lo que nos aseguró que el incendio se apagaría del todo. Pero eso no fue todo, cuando nos sentábamos los cuatro a la mesa con el administrador para evaluar los daños, apareció un jinete al galope: traía un mensaje urgente de parte de los padres, tanto de Sebas, como de Dani. El mensaje era breve:

Enfrentamiento armado cerca del río Pavón, Derqui y Mitre quieren movilizar a toda la población, se acerca el momento definitivo para el actual Estado de Buenos Aires y también para la Confederación Argentina. NO SALGAN de Casa Grande o los enviarán al frente, esperemos todo acabe pronto. Nosotros estamos en la Casa Grande de los Martínez acá en Buenos Aires, ha venido el propio presidente Mitre, pero nos hemos negado, al menos ustedes están a buen recaudo, nadie sabe la ubicación exacta de la Casa Grande de los López en Salta, además, mientras llegan, se termina la guerra, así que aplacen el viaje a Catamarca hasta que todo se resuelva. Con cariño, sus padres López y Martínez.

Vaya, así que por fin se decidirá la suerte del Estado de Buenos Aires… en fin, por ahora, como dicen los padres de Seba y Dani, mejor nos quedamos quietecitos en la Casa Grande, por suerte la Hacienda es autosuficiente, hasta las velas producimos, así que no tenemos de qué preocuparnos, aunque me preocupa el estado de los señores en Buenos Aires, aunque el frente no está tan cerca de ellos como para preocuparse, pero aun así…

Realmente la batalla duró sólo un par de días, pero con lo que tardan los mensajeros en llegar, para nosotros fueron como dos semanas, pero bueno, se reunificó la República Argentina y todo volvió a la calma, mientras tanto, pude hablar tranquilamente con Rafa de lo que siento por él y lo que él siente por mí, me contó que él estaba al tanto del plan de Dani desde el inicio, pero cuando llegó a dejarme la carta y debía contarme su historia se puso nervioso ante la idea de que por eso lo rechazara y lloró, mientras me contaba eso, lloraba y no tuve otra opción para calmarlo que besarle, no pretendía nada sexual, sólo calmarlo, así que uní mi boca a la suya y simplemente intenté transmitirle lo mucho que lo amo, inmediatamente, él me abrazó y no fue necesario nada más, no hablamos más en toda la noche, nos acostamos abrazados, expresando amor sin palabras, esta sería nuestra última noche con Sebas y Dani, ya que ellos volverían con sus padres y nosotros partiríamos a Catamarca, sin tener ni idea de dónde íbamos o qué haríamos, pero felices de tenernos el uno al otro.

Continuará…

Este complicado relato ya tiene su segunda parte, intentaré publicar en estos días la segunda parte, lamento no hacer referencia a estas fechas navideñas, pero como veis, no tienen nada qué ver con la trama y me habría sido imposible unirlas… sólo un par de detalles para los argentinos: tanto don Domingo Faustino Sarmiento como el doctor Almeyra realmente existieron, realmente fueron los mejores de su época y realmente estuvieron en Buenos Aires en esas fechas con los puestos que comenté, como sabrían si ponen atención en las clases de historia, además,  la batalla de Pavón efectivamente sucedió y efectivamente fue ganada por los confederados… para el próximo capítulo, iremos a Catamarca y, tal vez, a Misiones, luego nuestros protagonistas partirán para Venezuela y de allí irán a México, para terminar por arribar a los Estados Unidos, espero que os guste y tened por seguro que me documento bien sobre las épocas de los acontecimientos y nada me pasa desapercibido… por último, he estado hablando con un lector –cuya identidad no revelaré- y me parece muy atinada una observación suya: “ es importante que los lectores sepan que si bien escribimos cosas que podrían darse en la vida real, no sucede así ni en el 1% de los casos, lo que escribimos es fantasía, no la realidad tal como sucede…”

Gracias por leer, espero vuestras valoraciones y comentarios, ya sea aquí en TR, o en mi FB: wwww.fb.com/Anderson.antonio.111/ o en mi correo: rasaborio@ovi.com