Fuegos de Iial. Cap. 4

Adiestramiento de la gatita, luchas y conjuros. Es el último de la saga aunque pueda no parecerlo

Advertencia: Este relato contiene escenas de sexualidad gráfica, esclavitud y puede que algunas otras cosas que pueden ofender a una persona religiosa. Si está bajo la edad legal que lo permite no lo lea. Si se siente ofendido por este tipo de relatos no lo lea. Si no le gusta el relato y se siente ofendido por él, no recurra a mí.

Fuegos de Iial. Capítulo 4

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Por Peter Wright (C)opyright 1999. Traducido por GGG. Enero de 2001

La sala estaba oscura, iluminada por un fuego extraño en su centro. El fuego brillaba con un azul mágico, que dejaba el resto de la cámara en la oscuridad. Una sola figura era el único ocupante, la larga y pesada túnica resplandeciendo a la luz.

"Isl'kit nahlo," entonó el mago en secuencia, brillando el fuego azul lentamente y volviéndose rojo.

El hombre de la túnica completó su conjuro, con un chasquido de su mano lanzó un polvo al fuego. La llamas estallaron en muchos colores y se extinguieron en el recipiente en el que ardían.

Jirones de fuego rojo flotaban sobre el recipiente. Lentamente formaron una cabeza ligeramente reptiliana. Los ojos y dientes al resultar más brillantes resaltaban la silueta de la cabeza.

"¿Por qué me has convocado, mago?" Habla la cabeza con voz crepitante.

El hombre se levanta para ponerse cara a cara con el espíritu del fuego al que ha convocado, "Te he convocado para que me sirvas, duende."

La risa repentina sacude las paredes; antes de que el fuego responda, "¿Servirte?" El fuego hace una pausa para volver a reír, "¿Por qué debería servirte?"

El mago responde, "Porque, demonio de fuego, yo te he convocado."

Otra carcajada responde al mago, "¿Demonio de fuego? ¿No podías sorprenderme con algo original?"

"Eso no viene al caso, yo te he convocado y soy tu amo."

La llama reprime visiblemente otra carcajada, "Eres un comediante regular, mago. Convocar a uno de mi clase no te da poder sobre nosotros, digan lo que digan tus libros."

"Entonces ¿por qué has acudido?"

"Por curiosidad y para acabar con el maldito ruido de tu conjuro. Nada más." Los ojos de la llama se hicieron aún más brillantes, "De modo que ¿por qué debería servirte, cuando puedo matarte tan fácilmente y volver a mi reino?"

"¿Poder?" Pregunta el mago.

"¿Poder?" Replica el espíritu de fuego. "¿Por qué los magos siempre me ofrecen eso? Y soy siempre yo el que tiene que conseguir ese poder para el mago, nunca al revés. ¿Qué te hace diferente?"

El hombre de la túnica da un paso atrás inconscientemente, "Bueno, tengo un plan..." Empieza.

"Todos tienen planes, y más planes. ¿Por qué había de ayudarte?"

El mago da un paso adelante y emplea un buen rato en explicarle su situación y el plan que tenía.


Ionua se levantó al día siguiente con un gemido. Sus piernas desnudas estaban ligeramente separadas y una lengua estaba lamiendo sus labios rasurados. Instintivamente sus manos agarran la cabeza que está haciendo esto y sus dedos encuentran el pelo largo y rubio y la pelusa dorada de la leoparda.

Los ojos de la pelirroja se abren sorprendidos, cuando ve la cabeza de la gata sonríe y la retira, "¿Qué estás haciendo Nalua?" Pregunta.

La gata se sienta sobre sus talones, "El hombre se fue a buscar comida y tenía hambre." Dedica una sonrisa a la hechicera, "Y me gusta tu sabor."

"¿Malik se ha ido a buscar comida?" Hace la pregunta redundante, "No noté que se fuera."

"Ese puede moverse sigilosamente, casi tanto como yo, cuando quiere hacerlo. No me sorprende que no hayas notado su partida." Se arrastra un poco para apoyar su cabeza en el estómago de Ionua, de forma muy parecida a un gato doméstico solicitando atención. La mujer desnuda empieza instintivamente a acariciar la pelusa de la gata y le rasca un poco tras las orejas, "Estoy un poco sorprendida de que sigas con nosotros. Pensé que los gatos erais criaturas nocturnas."

Con las caricias y los rascados la gata ronronea, pero dedica un momento a contestar la pregunta, "La gente felina no es como los otros felinos." Dice mientras restriega su cuerpo revestido de pelusa contra la pálida piel de la pelirroja. "Cuando los magos y las hechiceras nos crearon, durante una de vuestras guerras, cambiaron la mayoría de nuestros instintos."

Ionua sigue pasando su mano arriba y abajo por la pelusa dorada a lo largo de la espalda de Nalua. Su curiosidad la domina. "¿Cómo cuáles?"

La leoparda sigue ronroneando suavemente, sus ojos cerrándose de placer, "Bueno ahora no dormimos la mayor parte del tiempo. Dormimos aproximadamente lo mismo que los humanos. No somos tan territoriales como nuestros antepasados, así que no lucharemos con los humanos por los territorios de caza. No estamos tan inclinados a la independencia, y tenemos algunos instintos que nos llevan a aceptar órdenes de los humanos. Pero esto no está muy bien conseguido, el instinto de hacer lo que queremos todavía sigue ahí, fuerte pero siempre peleando con los otros." Se estremece un poco de placer.

Ionua emite un suave suspiro, "No sé, Nalua. A veces pienso que usar ese tipo de magia es una forma errónea de hacer las cosas."

La gata deja de ronronear para volver sus ojos azules hacia la bruja sexual, "¿Por qué?"

"Bueno, hacer gente felina y corromper sus instintos no es muy correcto. Es una forma de pervertir la naturaleza."

La leoparda restriega de nuevo su cabeza contra el vientre de la mujer, "Puedes verlo de esa manera, pero nos dieron mucho más." La gata pronto se cansa de las caricias, satisfecho su deseo de un poco de atención. Se pone en pie, sin importarle un ápice su desnudez, o la de la hechicera.

Ionua suspira suavemente mientras se levanta, "Supongo que viajarás con nosotros." Mira alrededor de la tienda buscando su capa, o mejor, la capa de Malik.

Nalua se vuelve para mirar a Ionua y no puede ayudarla pero acaricia con su mano la carne desnuda de sus nalgas, "Bueno, si queréis tenerme con vosotros." Sonríe.

La pelirroja se vuelve a mirar a la gata ligeramente más alta que ella, "No sé por qué quieres venir con nosotros. Después de todo intentaste robarnos, luego Malik te hirió en la pelea, y luego te hicimos correr desnuda por el bosque necesitada de un fuerte clímax."

La gata avanza para restregar sus pechos cubiertos de pelusa contra los de la hechicera. "Sí, lo sé." Se lame los labios, "Pero Malik no me pegó, y es más fuerte y mejor luchador de lo que seré nunca." Sonríe un poco, "Como dije estamos modificados para obedecer a los humanos. Y era a humanos como Malik a los que se supone que seguiríamos."

"¿Por qué?" Sigue preguntando Ionua.

"Porque son los jefes en el campo de batalla." Dice, "Fuimos creados para ser guerreros. Los leopardos, leones y tigres son los grandes gatos de la jungla, los más pesados y los más fuertes. Se quiere nuestra fuerza y agilidad extras para conseguir ventaja contra el enemigo." Ronronea suavemente mientras sigue frotando su pelusa contra Ionua, "Y como todos los felinos tenemos fuertes instintos de supervivencia, así que intentamos ponernos cerca de los maestros de batalla y luchar con ellos."

Ionua cierra los ojos suavemente para disfrutar de las sensaciones y luego retrocede. La gata parece un poco desilusionada mientras Ionua se pone la capa, "Recuerdo que Malik dijo que también tenéis un gran vigor sexual. ¿Era eso parte de todo?"

La leoparda cruza los brazos bajos los pechos empujándolos hacia arriba, "Bueno, es cierto, al menos en las hembras. Los magos que crearon los felinos, tenían unos cuantos fetiches. Y ratearon un poco. No sabemos cuándo vamos a entrar en celo a diferencia de los felinos normales. Bueno, en celo real, parecemos entrar en celo con cada ciclo de la luna, pero no sabemos cuál nos permitirá producir crías. Y pensaban que sería una forma sencilla de controlar a los machos mayores en la batalla. Mantener a las hembras aparte y manejarnos como trofeos en recompensa al buen trabajo. Y resultaba mucho más agradable para los machos que estuviéramos en celo cuando nos demandaban."

Ionua frunce el ceño, "Eso es cruel." Dice, "Haceros eso a vosotras. ¿No podéis luchar contra ello?"

La gata se encoge de hombros, "Bueno supongo que podemos. Lo hacemos liberando nuestro vigor sexual en otros momentos del mes, de forma que cuando soportemos el celo no perdamos todo el control."

"¿Así que quieres venir con nosotros a causa de tus instintos de servir a un buen guerrero humano?"

La gata asiente, "Bueno, en parte. También quiero aprender de él. No tenía que haberme dejado con vida. Actualmente la ley vigente aquí le obliga a matar a los bandidos como ejemplo para los otros."

"Me pregunto por qué no lo hizo" Dice Ionua en voz baja, empieza a reunir el equipaje.

"No lo sé." Dice, "Pero no querría que se arrepintiera de su acto de piedad. Los humanos no suelen mostrar mucha piedad con los de mi clase."

La mujer suspira mientras se ajusta la capa, "Los humanos temen lo que es diferente, desgraciadamente."

Nalua asiente con la cabeza, "Lo mismo que los leopardos, y todos los otros seres vivientes. Trastoca su mundo." Suspira de nuevo, "Además no creo que pueda volver con mi gente."

"¿Por qué no?"

"Tuve que dejarlos tras una discusión después de pasar mi iniciación. Pensaba que podría volver a nuestro pasado cazador y utilizar los humanos como presas." Admite ella.

"¿Todavía lo piensas?"

La gata sonríe, "Un poco, pero no tú ni Malik. Puede que otros."

La hechicera mueve la cabeza con suavidad, "Así que vamos a tener que controlarte."

La larga lengua de Nalua pasea por los afilados dientes y sonríe de nuevo, "Oh, es lo que pienso. Después de todo conseguir las atenciones de un hombre como él..." Deja el resto sin terminar durante un instante.

Ionua parece un poco sorprendida, "¿Te sientes atraída por él?" Dice con un poco de retintín de celos en su voz.

"¿Por qué no? Es grande, fuerte, y tiene una bonita polla." Dice sin dudar.

"Tú no sabes mucho sobre el equipamiento de los hombres, eras virgen la noche pasada, ¿no es así?"

La gata asiente, "Pero los he visto antes." Sonríe, "A la gente de los poblados solo se les permite ponerse ropa cuando se hacen adultos, de modo que he visto un montón de penes."

A su pesar la mujer se sonroja, "Y Malik te rompió tu ropa." Hace una pausa.

Otro asentimiento y Nalua contesta, "Sí, lo hizo. Esa es otra razón por la que no puedo volver. No me verían como una adulta, y los ancianos del pueblo eran reacios a darme la consideración de adulta en un primer momento. Si se enteran de lo que he hecho dudo que me deje comportarme como adulta en el poblado."

Ionua levanta uno de los paquetes y lo lleva afuera a los caballos que esperan, Nalua la sigue con otro. "¿Así que vendrás con nosotros desnuda?"

"Tú no conoces mucho las tierras de los alrededores incluso aunque viajes con un guerrero endurecido en la batalla."

"Caballero" Dice ella. Deja caer el equipaje, "Supongo que debería decírtelo para que lo entiendas." Sigue retirando el equipaje de la tienda mientras le cuenta su historia.

La gata mira los grilletes que rodean los tobillos y muñecas de Ionua y al collar. "Me estaba preguntando porque llevarías eso." Sonríe, "Solo los esclavos y gente como esa lleva eso aquí en Iial. Tu enemiga debe haber querido quitarte de en medio, realmente."

Ionua asiente, "Desde luego que sí."

"Bueno, esperaba que podría viajar contigo, para que no me tomen por una salvaje." Dice Nalua.

"No entiendo."

"Las leyes de las tierras del norte son un poco extrañas. El Duque de Iial no es tan severo como en las otras tierras. Probablemente porque no necesita los impuestos sobre las ventas."

"No sigo por donde vas, Nalua."

La gata abre la boca para explicarse, pero en ese momento Malik regresa al claro. Sonríe a las dos, "¿Por fin levantadas? Pensé que ibais a dormir todo el día."

Nalua se vuelve hacia el caballero y se relame los labios ante la visión del gordo ganso que el caballero ha cogido para el desayuno, "Yo estaba despierta antes de que os marchaseis, amo." Dice casi con un ronroneo.

Malik menea la cabeza, casi con tristeza, "No soy el amo de nadie, Nalua. Soy un caballero de Iial." Se vuelve a Ionua y luego a Nalua de nuevo, "Nadie me llamará amo. Soy un servidor del pueblo, y nada más, ni menos."

Nalua se queda cortada de momento y mira a Ionua. La hechicera sexual pelirroja decide romper la tensión, "¿Qué habéis cazado, Malik?" Pregunta suavemente avanzando hacia él.

"Solo unos gansos, debería bastarnos para el desayuno y el almuerzo, para entonces ya estaremos en el castillo de Kimik." Mira a Ionua y a Nalua, "Será interesante llevaros a las dos por la cuestión de las leyes."

Ionua mira severamente a Malik, "¿Qué leyes?" Dice, "Nalua me dijo algo  al respecto."

El caballero deja caer una de las aves y se sienta al lado, quitando lentamente las plumas mientras ordena sus pensamientos. "Después de la Segunda Guerra del Dragón, cuando los felinos habían servido a sus propósitos fueron rechazados básicamente, lo mismo que los lobos. Se hicieron salvajes."

"La mayoría." Interrumpe Nalua y se sienta junto a Malik, instintivamente cerca pero no tanto como para ayudar a desplumar sin que se lo pidan. El caballero asiente, "Algunos de los felinos más domesticados se quedaron en las  ciudades, pero no se les aceptaba realmente, y se convirtieron mayoritariamente en esclavos sexuales como novedad. Ninguno tenía un propósito real. Los descendientes de los grandes gatos se dedicaron a las ferias, aunque algunos de los más inteligentes se integraron en la sociedad como magos o clérigos. Es por estos por los que las leyes son tan confusas como lo son."

La gata gruñe, "Eso hace que vayan tirando." Dice.

"Supongo que sí." Mira a Ionua, "En los años que siguieron a la Segunda Guerra del Dragón, los felinos lucharon contra los debilitados humanos por el territorio, la mayoría de las veces ganaron los hombres. Pero las batallas eran rabiosas porque los felinos eran salvajes en sus ataques. Finalmente se hizo la paz y se firmaron tratados. En los tratados se admitía a los felinos en las ciudades como miembros civilizados, y podían adquirir la posición apropiada a ellos, incluso Señor de la nación si llegaban tan alto. Pero para evitar la sublevación de los salvajes empezaron las cacerías."

Nalua toma el ave del hombre que habla y termina la tarea mientras él continúa el relato, "Puesto que la mayoría de los ataques salvajes fueron provocados por felinos, y ellos no necesitaban protección como los humanos, se declaró que cualquiera, felino o humano, que anduviera por las tierras desnudo era un salvaje. Si se le capturaba y se le traía vivo a las ciudades los cazadores podrían venderlo como esclavo."

Ionua le mira un poco asqueada, "¿Es por eso por lo que esa zorra me dejó desnuda atada al poste?"

"Lo dudo. Dije desnuda, no parcialmente, y tu llevabas algo, de modo que estabas a salvo de los cazadores. Pero supone un problema para vosotras dos en cualquier caso."

Nalua suspira suavemente, "Quiero ir con vos, pero..." Se detiene y mira a Malik.

"No te preocupes, pensaremos algo, puede que no os guste pero pensaremos algo."


Los llamas barrían el poblado sin nombre, irrumpiendo desde los tejados y las ventanas. Los árboles hacían eco de los gritos de muerte y pánico. La mayor parte del poblado resultó incendiada en el primer minuto, antes de que los monstruos atacaran.

Los Golem se paseaban por el poblado, matando a su paso todo lo que estuviera en pie. Los gigantes de piedra habían sido creados apresuradamente y caminaban en línea recta, pisando fuerte sobre habitantes y edificios sin preocuparse si eran amigos o enemigos.

Tras los Golem venían los que caminaban sobre el fuego. Hombres equipados mágicamente para ser cubiertos por las llamas que abrasaban todo a su paso. Acechaban y destruían todo lo que se escapaba a los Golem.

Los pobladores fueron muertos uno por uno. Solo las mujeres jóvenes se reservaron para el placer de los caminantes sobre el fuego, pero ninguna escapó a los árboles antes de que la violencia cesara.

"Buen trabajo." Dijo el mago que venía tras ellos, ensombrecido por el Espíritu del Fuego, "Pero un tanto violento." Castigó a los hombres, "Nadie escapará para advertir al Duque, pero sin nadie vivo para que atienda nuestras necesidades, no podremos ir muy lejos en Iial."

El cabecilla de los caminantes sobre fuego inclinó la cabeza, "Mis hombres son un poco entusiastas."

"Ten por seguro que no lo serán tanto la próxima vez, Duucann." El mago miró a las mujeres capturadas, "Estas tendrán que hacer de esclavas nuestras. Utiliza estos detectores mágicos que te doy y localiza las que tengan habilidades para la magia." Miró al grupo, "Sepáralas del resto. Tus hombres pueden tomar la mitad del resto, cualquiera que sobreviva a la noche volverá con las otras."

"Y ¿qué hay de las otras, mago?" Dice Duucann con una sonrisa lujuriosa en los ojos.

"Desnúdalas y ponles un collar. Luego llévalas a la fortaleza. Tendremos algunos sirvientes." Mira al grupo de muchachas, "Localiza las que tengan habilidades en primer lugar, y asegúrate de que tus hombres no se diviertan con esas. Porque Duucann..." Dice el mago con rabia contenida, "Si encuentro que alguno de tus hombres ha tomado una mujer con habilidad mágica o con cualquier otra habilidad de las que necesitamos y la ha matado en su lujuria, se lo pasaré a mi amigo aquí presente." El mago onduló la mano para señalar al espíritu ardiente.


El trío estuvo un momento en silencio mientras se comían el ave que Malik había capturado. El caballero endurecido en batallas no podía mantener sus ojos alejados de la leoparda o de la bruja sexual, ambas todavía desnudas. Masticó despacio su comida mientras intentaba ocupar su mente en asuntos más apremiantes.

De repente saliendo de las sombras de los árboles golpea al caballero en el costado y lo derriba en el suelo. El caballero rueda alejándose de su atacante y salta sobre sus pies. Agarra la empuñadura de su espada y libera la hoja de su vaina.

Su atacante rueda y salta también sobre sus pies, un rápido movimiento exhibe a la luz del sol su hoja igualmente fina. El atacante es un hombre leopardo, muy parecido a Nalua pero cubierto con pantalones y camisa bastos, no los taparrabos de los leopardos de poblado.

Los dos combatientes se encaran en actitud de combate, preparados para golpear y avanzar pero cada uno presumiendo ante el otro. Los dos exhibiendo los músculos y las ondulaciones bajo la piel y la pelusa, las poderosas piernas y brazos que son el distintivo de su oficio.

Nalua no se queda inactiva, se olvida de su espada y de su estado en cuanto a vestimenta y salta sobre el hombre leopardo. La gata de la jungla hace un atrevido intento de atacar la empuñadura de la espada del hombre cubierto de pelusa, pero él lo esperaba. Una rápida patada en redondo frena en seco el salto y la envía al suelo rodando.

"No te metas, gatita." Gruñe el hombre leopardo, "No estás capacitada para esta lucha, y esto es entre nosotros."

El caballero de Iial está en pie esperando y observando, sin que afecte a su actitud el tener a Nalua entre sus pies medio agachada. Da otro salto hacia el hombre leopardo.

El leopardo macho se limita a agacharse y golpea hacia arriba con su hombro el vientre de la hembra voladora, haciéndola rodar de nuevo hacia los árboles.

Ionua grita, "Tenéis que hacer algo Malik." Pero el caballero la ignora, mientras observa a Nalua rugir de frustración mientras ella se vuelve y se prepara para atacar de nuevo.

El tercer ataque fue tan infructuoso como el primero porque el leopardo macho saltó sobre Nalua y aplastó su trasero con la espada de plano. Desequilibrando de nuevo a la gata desnuda que cae sobre su propio pecho. Ella se vuelve y se pone en pie una vez más sin ninguna otra herida que la de su orgullo.

Cuando está a medias en su nuevo ataque Malik le ordena, "¡Quieta Nalua!" La gata hembra desnuda se queda paralizada antes de saltar, incapaz de continuar con su ataque. "Esto es entre nosotros."

El leopardo macho se vuelve hacia Malik y vuelve su espada a la vaina, "Tienes razón Malik, está encomendada a ti."

"¿Le conocéis?" Dice Ionua mientras va donde Nalua para asegurarse que no está herida.

"Desde luego que le conozco." Dice el caballero mientras envaina su espada, "Es Risurr. Consejero jefe de mi duque."

"¿Risurr?" Dice Nalua atónita, "¿El héroe?" Intenta hacerse un ovillo cuando comprende a quién atacaba.

Risurr ríe ruidosamente mientras mira al otro leopardo, "Mi gente me llama héroe, pero solo hago mi trabajo." Sonríe a Malik, "Perdón por haber interrumpido vuestro almuerzo, pero parecías un poco distraído. Se vuelve a la desnuda bruja sexual y hace una reverencia, "Eres tan bella como Malik dijo que eras."

Ionua se cubre instintivamente sus pechos y su vagina ante el examen, sonrojándose levemente y poniéndose tras Malik para esconderse en su vergüenza.

"Gracias." Dice antes de recuperar su dominio, "¿Cuándo os dijo eso?"

Malik se ríe levemente, "Cuando cazaba el desayuno. Vino a mí con un mensaje del Duque." Sonrió al hombre leopardo. "Intentó esconderse de mí pero no lo hizo bien." Se burla el caballero del hombre leopardo.

Risurr gruñe y se encamina hacia Nalua, y con unos pocas caricias en su espalda y unas palabras a su oído consigue que se desenrosque y se ponga en pie. Guiña un ojo a Malik, "Y ella es tan bella y única como me dijiste." La gata parece avergonzarse de nuevo y se da la vuelta para esconderse.

"Nunca dejas de sorprenderme con tu habilidad para conseguir que una mujer se sonroje, Risurr."

El hombre leopardo ríe ruidosamente, "Creo que es por mi leyenda y la naturaleza exótica de mi raza." Sonríe a Nalua y se dirige hacia Malik, "Debería volver con el Duque para informarle de que te he encontrado, y tú deberías continuar tu camino."

Malik suspira, "Supongo que tienes razón. Pero primero tengo que pasar por el castillo de Kimik. Tiene suministros que necesitaré. Y podrá mantener a Ionua y Nalua a salvo mientras esté fuera."

"¿Qué?" Gritan las dos mujeres, "¡No nos vais a dejar!" Dice Nalua rápidamente, olvidando su vergüenza.

Risurr lanza una mirada a Malik como para decirle 'Te lo dije.' Malik se limita a sonreír, "Lo sé, lo sé Risurr. Me lo dijiste. Y me dijiste que era inútil discutir." Se vuelve hacia ambas, Ionua y Nalua. ¿Cómo podríais ayudarme? Estáis las dos desnudas, y desarmadas."

"Tengo mis garras y Ionua tiene su magia." Dice Nalua avanzando, "No nos vais a dejar atrás."

"¿Estás segura?" Pregunta a la hembra de leopardo, y ella asiente. Él mira a Ionua, "¿Y tú qué, cariño?"

Ionua medita un instante ante estas palabras. Mira de nuevo al caballero y traga saliva, "No voy a dejaros Malik." Dice, "Me encontrasteis, y encontré algo que no pensaba que existiera, no voy a perderos."

El caballero toma la mano de la bruja sexual, y le sonríe antes de darle un beso suave. Se vuelve hacia Risurr, que exhibe una amplia sonrisa y le guiña un ojo.

"No me mires así, Risurr." El leopardo echa la cabeza atrás y suelta una carcajada.

Nalua se adelanta y emite un gruñido sordo hacia Risurr, "¿Por qué os reís de él?"

"Porque gentil gatita," dice con una sonrisa, "El único caballero que todas las fuerzas de Niad temen en el campo de batalla ha sido cazado finalmente."

Malik bufa al hombre leopardo, "Ya quisieras. Te cazarán antes que a mí, Risurr. Sabes lo que la priora de Hrisk dijo al respecto."

El leopardo ríe de nuevo, "La profecías no siempre se cumplen. Lo sabes." Se ríe el hombre leopardo, "Y sabes que más me valdría que no se cumpliera todavía. Piensa en todas las mujeres a las que se les partiría el corazón si pensaran que el leopardo héroe estaba comprometido."

"¿De qué están hablando ustedes?" Pregunta Ionua que parece confundida.

Malik se vuelve a Ionua y le da otro beso, "Durante la última guerra, fuimos a visitar a la priora de Hrisk para ver si podía decirnos nuestro futuro." Sonríe mientras el hombre leopardo se pasea adelante y atrás, "Básicamente dijo que el chico leopardo sería cazado y encadenado por el amor antes de que yo terminara mis pesquisas para el Duque, y tendría hijos."

"Sí eso dijo ella, o algo parecido." El felino se vuelve a su alrededor y empieza a caminar de nuevo hacia el sendero, "Pero nunca cederé mi lugar junto al Duque hasta que estas tierras sean seguras." Con esto se interna en la jungla y desaparece.


El castillo se levantaba por encima de los árboles, delante de los viajeros. Alto y orgulloso, el centro mantenía levantadas varias torres para tocar el cielo. Altas paredes rodeaban el castillo, brillando oscuras bajo la luz difusa del sol.

"No estaremos en el castillo antes de la puesta de sol. Acamparemos fuera y descansaremos hasta mañana." Dijo Malik mientras conducía a los caballos a un prado al lado del camino.

El prado se apoyaba contra las laderas de las colinas rocosas en las que se excavó el castillo. Una pequeña fuente de agua caliente manaba de las colinas, formando varias pozas de agua profunda.

"Además." Dice con una sonrisa, "Esto nos da una oportunidad de hacernos una idea de cómo meteros a las dos en el castillo, sin tener que preocuparnos por las cosas." Sonríe a la gata desnuda y a Ionua que todavía llevaba únicamente la capa de campaña.

Ionua se sonroja de nuevo pero se quita la pesada capa y la tira a un lado. Ella y Nalua ayudan al caballero a retirar el equipaje de los caballos y dejarlo al lado de la pradera. Mira al agua, "¿Podemos lavarnos allí?" Pregunta, "Necesito seriamente un baño."

El hombre asiente y sonríe, "Todos lo necesitamos." Abre uno de los paquetes y saca algo de jabón basto, "Tendremos que usar esto, a menos que Salioua te haya dejado algo con que lavarse."

Ionua sonríe ligeramente mientras busca en los paquetes y encuentra algo de jabón más suave y champú, "Bueno, una esclava necesita estar limpia para su amo." Sonríe y camina hacia Malik y hace señas a Nalua además.

Ella empieza a tirar de su camisa para sacarla de sus pantalones, y Malik se ríe, "Habrá tiempo de sobra para hacer eso más tarde." Pero no la para mientras le quita la camisa.

"Desde luego que hay tiempo para eso más tarde." Sonríe y empieza a balancear sus abundantes y desnudos pechos contra su pecho ahora desnudo. Mira a hurtadillas a Nalua, que viene detrás del caballero. Hace unos movimientos con sus manos indicando el equipaje a la gata. La bruja sexual se empina para arrancar un beso a Malik y empieza a empujar sus pantalones por las caderas abajo y le hace quitarse las botas.

Ionua toma en la mano la virilidad de Malik y empieza a acariciarla suavemente, "Pero yo os quiero ahora, no he tenido en todo el día este gran trozo de carne." Dice con una risita y se la restriega contra su vientre, guiñando el ojo, juguetona, a la noche.

Nalua emplea unos instantes en rebuscar en el equipaje antes de encontrar lo que busca. Lo esconde a su espalda y camina hacia Malik y Nalua, restregando su pecho desnudo y con pelusa contra la espalda del caballero, "Vos habéis estado provocándonos todo el día." Le ronronea al oído.

"¿Provocándoos?" Dice con un suspiro porque estaba un poco distraído, "¿Cómo os he provocado?"

"Cabalgando, sobre ese alto caballo de vuestra propiedad. Haciendo alarde de vuestro cuerpo bello y grande." Contesta Ionua con una sonrisa y otro beso. "Y no pensaréis que vamos a aguantarnos ¿verdad?".

Nalua agarra las muñecas de Malik, con su fuerza felina y la sorpresa tira de ellas a su espalda y las ata juntas con una tira de cuero. Él se vuelve para ver que puede hacer para liberarse.

Ionua y Nalua desnudan al caballero y le empujan suavemente contra el suelo antes de sentarse sobre él, "¿No habéis estado provocándonos? Ahora ¿podemos nosotras?" Nalua ronronea levemente mientras sujeta sus manos mientras Ionua pasa unos grilletes de cuero alrededor de sus muñecas y las ata juntas.

Da una palmada en las nalgas de Malik, "Estoy muy sorprendida de encontrar unos grilletes que os encajan perfectamente." Dice mientras empieza a jugar con su culo desnudo, excitándole aún más.

Nalua ronronea suavemente mientras empieza a jugar con las piernas de Malik, lamiendo la parte de atrás de sus rodillas antes de abrochar los grilletes alrededor de sus tobillos y usar una correa de cuero para atarlos juntos con una separación como de un pie (30 cm). "Tal vez al amo le guste hacer de mascota alguna vez." Sonríe a Ionua.

"Creo que podemos dejar que se vaya ahora." Dice Ionua con una sonrisa mientras continúa jugando con sus nalgas, acariciando con sus hábiles manos la raja de su culo y los tensos músculos traseros.

Nalua agita su cabeza, "No, creo que deberíamos usar el collar que encontramos cuando estábamos cargando los caballos esta mañana."

"¿Estuvisteis rebuscando en mis cosas mientras estaba fuera?" Dice un poco enfadado.

"Sí, lo hicimos." Dice Nalua mientras se inclina y lame con su larga y rugosa lengua sus nalgas, "Amo." Dice con una risilla y se levanta para buscar el collar.

Ionua gira al caballero hasta ponerlo de espaldas y se sienta sobre su polla excitada con un suspiro y un gemido. Sonríe a Malik y se inclina hacia delante para rozar sus pechos contra su pecho mientras le da un beso. Sus caderas empiezan a mecerse abajo y arriba sobre el duro dardo de su interior.

Nalua regresa y suelta una risilla, "Pensaba que ibas a esperarme Ionua." La hechicera se ríe y sonroja mientras cabalga la larga y dura polla. "Bueno, es que no podía esperar más." Empieza a gemir mientras restriega sus manos contra el pecho musculoso del caballero. "Pero todavía hay una forma de que consigas pasártelo bien, querida Nalua."

La gata sonríe mientras pasa el collar alrededor del cuello de Malik y lo abrocha en su sitio. "¿Cuál es?" Pregunta, "Recuerda que no sé tanto como tú."

Ionua se ríe suavemente hacia Nalua y tira de ella para besarla mientras balancea las caderas arriba y abajo sobre la virilidad de Malik. Sonríe a la gata y tira de ella de manera que se monte sobre la cabeza de Malik. "Déjale que te lama."

Malik se ríe suavemente y luego empieza a presionar su lengua dentro del coño de la mujer leopardo, y empieza a lamer ligeramente. Murmura algo que nadie puede entender.

Las vibraciones de su discurso hacen cosquillas en la vulva de Nalua y suelta unas risitas. Sonríe a Ionua y se inclina hacia delante para empezar a dar masajes en los pechos de la mujer. La hechicera le devuelve las caricias, ambas hembras empiezan a ronronear con las caricias.

Ionua cierra los ojos y empieza a bombear con sus caderas arriba y abajo, cada vez con más fuerza y velocidad sobre el duro dardo de Malik. Los ojos de Nalua relampaguean mientras se inclina hacia delante para empezar a lamer con su áspera lengua la suave piel de los pechos de Ionua. Durante todo el tiempo Malik se retuerce bajo ellas intentando liberarse de las correas.

Tras varios golpes duros y fuertes Ionua alcanza el clímax con un grito, su coño palpitante y pulsante fuerza a Malik hacia su propio clímax. Pero Malik no está ocioso porque tiene que soportar sus labios contra Nalua. Sus dientes mordisquean los pliegues y el clítoris de la gata.

Gruñe ruidosamente dentro de Nalua cuando su orgasmo blanco y cálido dispara profundamente dentro del coño de Ionua. Adelanta sus caderas con fuerza suficiente para casi descabalgarla. Todo el meneo de su lengua contra la vagina de la gata la empuja más allá de la cima. Nalua aúlla de placer mientras sus jugos se escurren en la boca de Malik y por sus labios.

El caballero se traga los jugos con glotonería mientras su orgasmo termina un instante más tarde. Durante este tiempo Ionua sigue follando su duro dardo con fiereza, agitando la cabeza y el pelo hacia atrás y adelante mientras hace público su clímax.

Pronto, cuando los orgasmos se aplacan las mujeres se retiran de Malik y le sonríen, cada una empieza a restregar su cuerpo por sus costados y le ayudan a ponerse en pie, "¿Sabéis amo?" Dice Nalua con un ronroneo y una sonrisa provocadora, con su zarpa acariciando su polla, "Me gustáis así."

Malik suspira un momento mientras recobra el aliento, "Bueno mejor que me desates antes de que vayamos al castillo, pequeña gatita."

Nalua se ríe y palmea las nalgas de Malik suavemente y luego restriega la firme carne, "¿Y eso por qué?"

"Porque soy el único que conoce la gente del castillo, no les gustaría verme llegar vestido de esta forma." Sonrió a las dos, "Todavía tenemos que pensar como vais a ir vosotras."


Otro pueblo arde en el fértil valle de Iial. Las llamas se disparan hacia el cielo mientras el humo se eleva hasta las nubes. Torres de brillantes llamas alumbran la noche, los gritos dan su sonido a la noche.

Un grupo de caminantes del fuego empezaba su camino de destrucción hacia el pueblo y la gente dentro de él. Su misión es reunir en manada los hombres y mujeres en la plaza del pueblo y no matarlos.

"Mejor será Duucann..." Dijo el mago a su guerrero jefe. "no matarlos todavía."

Los hombres del pueblo empezaban a batirse en retirada, y morían en las llamas, sus cuerpos chamuscados alineados en la carretera para que los carroñeros hicieran limpieza por la mañana.

Cada muerto provocaba que un escalofrío recorriera la espina del mago, "Todavía demasiados muertos, Duucann."

"Mis hombres están haciendo todo lo que pueden para mantenerlos vivos, mi señor." Replicó el hombre cubierto de llamas, "Pero no quiero tener que matarlos si puedo evitarlo."

"Y no deberías." Dijo el mago, "Estos trajes para llamas son caros, y no quiero que se destruya ninguno." El hombre se volvió hacia el espíritu del fuego, siempre a su lado. "Faisuti, prende los árboles que rodean el pueblo, no queremos que se escape nadie."

El espíritu del fuego ríe ligeramente, "Nadie escapará a mi furia, mago." La forma humana pierde su sombra y se divide en dos. Las llamas forman un anillo alrededor del pueblo, incendiando el seco bosque. Las llamas se extienden profundamente en el bosque, quemando todo en millas cuadradas alrededor del pueblo. El espíritu recupera la forma.

"Tu deseo está cumplido, mago"

El hombre palideció ligeramente ante la destrucción que ordenó, cuando muchos alaridos llenaron el aire de la noche. Los animales salvajes huyeron hacia lo más profundo de los bosques, y los habitantes perdieron el deseo de luchar y fueron reunidos en la plaza del pueblo.

"Separa los hombres de las mujeres, Duucann." Ordenó el mago, "Mata a los viejos y a los jóvenes, deja que la muerte pudra sus cuerpos." Ordenó el hombre en voz baja, casi arrepentido.

"Examina a las mujeres en busca de habilidades y poder mágico. Separa éstas del resto, como hicimos antes. Puedes entregar las otras a tus tropas, pero devuelve a las supervivientes a las jaulas de esclavas por la mañana."


Ionua conduce a Malik mediante la correa que usa para su collar a las piscinas de agua caliente. Sonríe al caballero mientras él sacude la cabeza y refunfuña. Nalua restriega su cuerpo desnudo contra el hombre atado y sonríe.

"¿No creéis que ya habéis llevado las cosas suficientemente lejos?" Pregunta.

"No, no lo creemos. "Sonríe la pelirroja, "Después de todo si vais a mantenernos como vuestras mascotas, queremos que sepáis como queremos que nos traten."

"Pero Ionua. Yo no quiero teneros como mascotas." Protesta él.

"Bueno Malik." Dice con una sonrisa, "Lo hablé con Nalua durante el camino y hemos acordado eso, que sería la mejor manera de presentarnos en el castillo." Dice con una sonrisa.

Nalua ayuda a Malik a entrar en la piscina caliente y empieza a acariciar su polla para que vuelva a la vida, "Iremos como vuestras mascotas." Dice mientras empieza a lamerle el pecho, con su larga y rasposa lengua. "Pero no queremos que penséis que se trata de algo permanente. Y no queremos que vayáis demasiado lejos con vuestras órdenes."

Malik abre la boca para  contestar, antes de que Ionua le dé un profundo beso. Su mano se reúne con la garra de Nalua sobre su polla, "Ahora no habléis,  Malik o tendremos que amordazaros." Sonríe mientras restriega su cuerpo contra el hombre, "Estaremos a punto para la noche."

Malik deja escapar un suspiro cuando las dos le empujan en el agua profunda y no dice nada de momento. Nalua empieza a restregar su espalda con su garra libre, "Ahora solo tendremos que mostraros como bañarnos."

Ionua sale un momento de la piscina para recoger el jabón. Se desliza de nuevo en la piscina al cabo de un instante y se coloca detrás de él y se sienta en una repisa sumergida. Tira del alto hombre hacia la repisa, entre sus piernas que enrolla a su alrededor.

Las manos de la hechicera sexual aprietan al musculoso hombre contra sus pechos y empiezan a hacer espuma por su parte delantera. Le susurra al oído, "Ahora mientras os bañamos, amor mío, debéis ser amable y adorable." Sonríe a Nalua y le pregunta, "¿Sabes que también te puedo enseñar ahora algunas cosas sobre cómo agradar a los hombres?"

La gata ronronea mientras acaricia la polla del hombre, "Bueno, esto parece gustarle." Su garra sigue acariciando arriba y abajo el largo y húmedo dardo. "Pero creo que podré darle algo más de gusto si me enseñas."

Malik suspira suavemente ante las caricias, empuja sus caderas hacia atrás contra Ionua, y no puede evitar preguntar, "Vosotras dos lo teníais planeado ¿verdad?"

Ionua suelta una risita, "Desde luego que sí." Se echa hacia atrás y toma una mordaza de bola de cuero de entre el montón de sus cosas, "Os dije que no hablarais." Empuja la mordaza dentro de su boca y la abrocha adecuadamente. Guiña un ojo a Nalua. "Entonces ¿qué hago?" Pregunta la gata.

"Bien, ponte de rodillas en la piscina, y utilizaremos a Malik como material para la instrucción." Sonríe mientras a Malik le dan vuelta los ojos y gruñe, pero sigue apretando hacia atrás.

La leoparda se arrodilla y se sumerge casi por completo en el agua salvo su cabeza que permanece fuera. Devuelve el guiño a Ionua, "¿Y ahora qué, profesora?" Pregunta con una sonrisa.

"Empieza a lamerle la polla." Se ríe Ionua mientras sus manos bajan hacia el ancho pecho y luego fuerza a Malik a separar las rodillas, "Para empezar solo lamidas suaves."

Nalua se inclina hacia delante y toma con una garra la base de la polla de Malik y empieza a lamer lentamente a lo largo del duro miembro. Cierra los ojos para disfrutar el sabor de la carne.

La hechicera sexual sonríe ligeramente y mordisquea la oreja de Malik, y le lame la mejilla siguiendo la correa de cuero que sujeta la mordaza, "¿No la queríais haciendo de gatita sexual, verdad querido? El caballero sacude la cabeza ligeramente.

"Parece gustarle, Ionua." Dice la leoparda, antes de seguir con su lamida de polla.

"Lame alrededor de esa cabeza púrpura, Nalua, y mira cómo reacciona."

La gata sonríe mientras lame la sensible cabeza de su polla. Rozándola con sus afilados dientes. Esto provoca un largo gruñido procedente de la garganta de Malik.

"Eso le gusta Nalua." Dice Ionua con una sonrisa mientras sus manos vuelven a darle masaje en su parte delantera. Mordisquea de nuevo la oreja del hombre. "Ahora toma el dardo en tu boca y chupa. No lo muerdas"

Malik agita su cabeza atrás y adelante mientras su polla larga y dura desaparece en el hocico de Nalua. La leoparda alcanza su propia parte delantera y empieza a manosearse bajo el agua, porque empieza a estar excitada por la lección.

Ionua se ríe de la reacción de los dos, "Bueno, pareces tener algún talento natural." Sus manos empiezan a peinar sus dedos a través del cabello de la cabeza de Nalua. Sonríe cuando siente el ronroneo. Malik gime ante las vibraciones adicionales contra su virilidad.

"Ooh, le gusta que ronronees contra su polla mientras se la chupas. Empieza a acariciar el cuero cabelludo de la gata entre las orejas, y el ronroneo se incrementa. "Utiliza la otra garra para jugar y cosquillear sus huevos mientras le trabajas la virilidad, Nalua."

Malik empieza a menear las caderas adelante y atrás, cerrando los ojos de excitación, mientras la gata sin experiencia le acerca lentamente cada vez más a la cima. Con el añadido de las cosquillas en su escroto no pasa mucho tiempo antes de que esté gruñendo ruidosamente tras la bola de la mordaza de su boca.

"Está a punto de correrse." Dice Ionua con voz experimentada, "No te sorprendas del sabor, es un poco salado."

Después de algunos segundos más de chuparle la polla, Malik llega al clímax. Mueve un poco bruscamente las caderas sorprendiendo a Nalua. El largo dardo se desliza fuera de la boca de la gata y su corrida se dispara en la pelusa de su hocico.

Nalua abre la boca para capturar el resto, chupando su polla, y paladeando su sabor. Sonríe mientras le trabaja con su garra, y también su propio coño. Ronronea y cae en el clímax después de haber dejado limpia su polla.

El clímax de la leoparda no es largo ni fuerte, pero ella cierra los ojos para disfrutarlo. Sonríe cuando abre los ojos, "¿Qué tal lo he hecho, Ionua?"

"Magníficamente Nalua." La hechicera sexual dice con una sonrisa, "Pero intenta capturar toda su corrida la próxima vez, te evitas tener que limpiarte. Y a algunos hombres parece gustarles eso." Se inclina hacia delante para dar un profundo beso a la gata.

Nalua ronronea de placer, "Bueno, lo haré mejor la próxima vez, ya lo verás." Dice como una niña de escuela.

En ese momento una voz femenina dice, "¿Es una fiesta privada o se admita a alguien?"

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