Fuegos de Iial. Cap. 2

Ionua y Malik se van "conociendo" más

Advertencia: Este relato contiene escenas de sexualidad gráfica, esclavitud y puede que algunas otras cosas que pueden ofender a una persona religiosa. Si está bajo la edad legal que lo permite no lo lea. Si se siente ofendido por este tipo de relatos no lo lea. Si no le gusta el relato y se siente ofendido por él, no recurra a mí.

Fuegos de Iial. Capítulo 2

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Por Peter Wright (C)opyright 1999. Traducido por GGG. Noviembre de 2000

Malik se pone en pie y camina hacia la muchacha pasándole un brazo alrededor del cuerpo. "¿Qué es lo que va mal, Ionua?" Dice con compasión y preocupación. Apretando a la temblorosa y desnuda muchacha contra su cuerpo.

"Esa zorra, Salioua, encontró mis escondrijos y cambió mis cosas." Da la nota al caballero y cae de rodillas. En ese momento la tormenta se abate sobre el prado. Lluvia espesa cae sobre la tienda. El caballero deja la nota de momento, "Ionua, querida, tenemos que meter el resto de mi equipaje en la tienda enseguida." Olvida el pudor y corre afuera sobre la suave hierba de la pradera.

Ionua deja la tienda, olvidando sus problemas y se lanza hacia el bosque, recordando que Malik quería leña antes de que empezara la lluvia. Lo mejor que puede reúne la madera antes de que llegue a estar demasiado empapada para aceptar la llama. Hace varios viajes hasta el borde de la pradera; sus pies desnudos acaban cubiertos de barro. Arrastra trozos grandes y pequeños y los mete en la tienda solo ligeramente húmedos.

Malik ha terminado de acarrear lo que quedaba de su equipaje, en uno de sus viajes anteriores para asegurar su equipo recordó ponerse las botas. Saca un trapo de su equipaje y se lo pasa a Ionua, "Seguro que quieres limpiarte los pies antes de que se seque el barro." Dice con una sonrisa.

Ionua muestra su agradecimiento devolviéndole una sonrisa y empieza a limpiarse los pies. Asegurándose de que el barro haya sido limpiado por completo antes de devolver el trapo a Malik.

"Cuando pase la tormenta, iremos al castillo de un amigo mío. Allí encontraremos probablemente algo de agua, y algunas cosas para ti." Coge la nota que dejó antes, y empieza a leerla.

'Mi querida Ionua:

Mucho hemos peleado sobre quién era mejor. Esto te probará que yo soy la mejor bruja sexual. He sustituido todos esos aceites y cremas tontas que usas, con algo mucho más productivo. Hacen juego con esas esposas y collar que llevas ahora. Espero que te gusten.

Debo decirte que esos grilletes fueron hechos por un amigo mío, el mago Kilous, creo que lo rechazaste como cliente tuyo hace un año, porque pensabas que era un pervertido. Los grilletes no te dejarán usar la magia a menos que tomes un amo, él dice que son los "Grilletes de Sumisión." Cualquiera te los puede quitar salvo tú. Y mientras los lleves solo tu amo puede permitirte usar tu magia. Kilous y yo hemos reemplazado tus cosas con artículos que dice que complementarán perfectamente tus nuevas ropas.'

"No son muy buena gente ¿verdad?" Miró hacia Ionua, "no creo que quieras llevarlos si significa que ellos ganan." Sujetó una de sus manos y agarró la banda de cuero que rodeaba su muñeca. Empezó a tirar de ella, intentando pasarla por la muñeca. El cuero no quería moverse y no pudo encontrar una forma de quitarlas.

"No parecen querer salir." Buscó su cuchillo por la tienda y tropezó con un libro que no estaba allí antes. "¿Qué es ese libro?"

Soltando su muñeca del caballero, Ionua camina hacia el libro y lo coge. Lee la cubierta, "Es un libro de magia. Tomo sobre dominación." Abre el libro, "Sé que mi conjuro era más poderoso de lo quería que fuera." Se volvió y sonrió resplandeciente a Malik, "Cuando los conjuros alcanzan un nivel de poder, más del que sus magos querían de ellos, adquieren vida e inteligencia propias."

"Así que él te ha traído el libro." Miró Ionua, "Había oído sobre conjuros que se escapaban al control del mago adquiriendo más poder del que era capaz de controlar. Pero ¿no se vuelven usualmente hacia su propio amo?"

"Sí, lo hacen. Pero es así porque la mayoría de los que utilizan la magia intentan controlarla, y plegarla a sus deseos. La magia de nuestro mundo tiene vida por sí misma. Quiere ser usada pero no controlada. Yo hago lo mejor que puedo para dirigirla, pero no la controlo." Dice de nuevo, "Así cuando pierdo el control no se vuelve contra mí. Debe haber alimentado mi deseo de venganza y recogido el libro como parte del conjuro de recuperación." Sonríe, "También debe querer venganza contra Kilous, y contra la mayoría de los que la usan como él."

El caballero medita sobre ello un momento, "Suena razonable, supongo. ¿Qué hay en el libro?"

La muchacha se sienta de nuevo sobre la hierba, dando un pequeño pero agradable respingo cuando las hierbas ásperas se frotan de nuevo contra la raja de su trasero y su femineidad. Se sonroja suavemente cuando mira hacia el caballero y abre el libro. Está unos instantes pasando hojas.

"Parece el libro de conjuros que Kilous utilizó para fabricar los grilletes y el collar." Empezó a mirar a su través hasta que llegó a una página con el título 'Grilletes de Sumisión'. Dejó el libro en el suelo, "¿Tenéis una linterna? Con la tormenta ahí fuera y el sol poniéndose apenas puedo leer el título"

Revisando por encima su equipaje no pasa mucho tiempo hasta que Malik encuentra su linterna. Antes de encenderla emplea un momento en revisar la mecha y el aceite. Unas cuantas chispas del acero contra su piedra de encender y la linterna vuelve a la vida. Después de que la llama haya prendido en la mecha levanta la cuerda tejida en algodón, la luz se inflama con brillantez. Colocando la cubierta de vidrio sobre la llama la pasa por encima y la coloca al lado de la muchacha desnuda.

"Sabéis que podría haberla encendido para vos, es solo un sencillo conjuro de fuego." Le sonríe y deja el libro abajo. Malik tiene buena vista para los diagramas, no entiende en absoluto la escritura.

"¿Son estos los grilletes?" pregunta lentamente, echándoles una mirada y comparando el diagrama con las correas de cuero que lleva ella.

"Sí, son esos, Malik." Dice un poco irritada mientras intenta imaginarse como quitarlos. Se vuelve y le da un beso y luego dice, "Por favor, dejadme leer." Malik mantiene la boca cerrada de momento y mira de nuevo los diagramas y luego a los grilletes, "No son los mismos." Dice.

"¿Qué queréis decir?"

"Los del libro solo tienen un anillo por cada correa de cuero, los tuyos tienen cuatro."

Ionua mira el diagrama y luego la esposa de cuero que tiene en la muñeca. Lee rápidamente el texto y luego pasa a otra página. Sus ojos encuentran el diagrama que coincide con la que lleva colocada, y tras el descubrimiento da un suspiro suave de alivio.

"Aquí están." Dice mirando hacia el caballero. Luego empieza a leer el texto. Sus ojos se ponen vidriosos mientras su temperamento se inflama de nuevo, "¡Maldito ese Kilous!"

Malik mira de nuevo a Ionua, impresionado por su carácter, pero sacando partido de él.

"¿Qué pasa ahora?" Pregunta.

"Estos no son los 'Grilletes de Sumisión'," dice con ira, "El libro dice que son las 'Correas de Dominación'"

"¿Cuál es la diferencia?"

"Los grilletes te los puedes quitar. Las correas son un conjunto completo de 'juguetes'." Dice amargamente, "Diseñadas por un maestro de la magia para las magas sexuales que capturaba. Usaba las correas para bloquear su magia, pero también para controlarla. Están hechas de tal forma que solo pueden ser quitadas por un maestro mago que conozca el truco que hay tras la magia."

"¿Y este Kilous es un maestro mago?"

Agitó la cabeza furiosa, "No, no lo es. Probablemente solo vio que sería más fácil usar un conjuro para aplicarme todas las correas que hacerlas individualmente. Y esa parte del mensaje está en aridecano antiguo, dudo que Kilous pueda leerlo." Sus ojos miraron a Malik, "Kilous siempre estaba impaciente y se creía más listo que nadie. Probablemente pensó que eran lo mismo que los 'Grilletes de Sumisión'." Pasó las páginas a golpes mostrando al caballero todas las variadas piezas de cuero que se hacían con el conjuro que hizo las esposas.

Lee un poco más y de nuevo solloza suavemente. "Estos grilletes son también para almacenar energía mágica. Cuantos más clímax alcance llevándolos sin usar la magia, más magia se almacena en ellos para mi uso. Y parecen amplificar la magia si se los ata juntos, o si la mujer que los lleva es atada con ellos. Las otras piezas de cuero que se hicieron con los grilletes y el collar también actúan como amplificadores, cuanto más firmemente esté atada con ellas más fuertes serán mis conjuros." Solloza de nuevo.

Malik atrae a la muchacha hacia su pecho, sujetándola con sus fuertes brazos mientras solloza suavemente, "Venga, venga, querida Ionua." La retira y le da un beso. Un beso dulce y tranquilizador, "No hay por qué llorar. Te gustó cuando te até antes, pienso que esto no es más que otra razón para mí para atarte de nuevo." Intenta buscar el lado bueno a los problemas que está teniendo la dama.

Ella sigue sollozando contra su pecho, y luego le mira a los ojos, "Supongo mi señor." Luego sonríe, "Después de todo soy vuestra esclava." Se ríe suavemente pensando, "Y vengo con todos mis accesorios."

Aunque todavía preocupada por ella, le ofrece una sonrisa amistosa, "Así es como hay que verlo, querida." Le dice suavemente. Empieza a acariciarle la espalda, acercándola a él, "¿Qué sabes de Iial, Ionua?" dice cambiando de tema.

"Solo lo que ya os he dicho, Malik. Pero me habéis dicho que no es verdad, pensaba que tomabais a las mujeres contra su voluntad y las vendíais como esclavas."

"Bueno, eso no es cierto. Comerciamos con mujeres que quieren ser vendidas entre los nobles, pero nunca si no lo quieren. Si no quieren ser esclavas después de haberlo pedido son liberadas sin hacer preguntas. No se admite retener a una muchacha contra su voluntad. Parte de mis deberes como caballero de Iial es asegurar que eso no ocurra dentro de las fronteras de mi duque." Retiene cerca a la muchacha.

Ella le mira de nuevo a los ojos, "Eso es muy diferente de lo que había oído, Malik." Suspira y se aprieta contra el caballero, "En Aridecan nos dicen que Iial es la peor tierra entre las naciones. Que sois bárbaros, que capturáis a las mujeres y las forzáis a la esclavitud, y que el resto de las naciones solo os toleran por vuestros guerreros, que son incuestionablemente leales al rey, y que los curanderos de Iial son los mejores de las naciones."

Los labios de Malik se curvan en una sonrisa, "He oído algo. Creo que son los celos de la nobleza de Aridecan, o al menos su punto de vista de la vida." Se ríe suavemente, "La mayoría de los que me he encontrado eran un atajo de remilgados, y no podían soportarme." Sonríe, "Quizá fuera porque batía a cada caballero que sacaban a la palestra."

Los ojos de Ionua relampaguean brevemente con rabia ante los insultos que Malik dedica a su patria. Suspira conteniendo su temperamento, "Producimos mejores marineros que soldados, después de todo somos un territorio insular."

Malik sonríe a la muchacha y la libera, ahora que está seguro de que está bien. Se pone en pie y mira afuera. "La tormenta viene del norte." Los relámpagos brillan en el cielo y los truenos sacuden la pradera. "Está lloviendo fuerte, los rayos no provocarán incendios." Se vuelve y sonríe a Ionua, "Me alegro de que la entrada de la tienda esté orientada al sur. Podemos enrollar la puerta y colocar nuestro fuego un poco hacia el sur. La tienda lo protegerá de la lluvia."

Ionua deja el libro en el suelo y lo cierra. Se levanta y se estira, mostrando a Malik todo su cuerpo. Malik la mira, Ionua sonríe cuando nota la reacción que está provocando en el alto caballero, "Alto." Dice con una sonrisa pero empieza a restregarse las manos sobre su cuerpo a modo de espectáculo para él. Suspira cuando sus dedos acarician el área púbica, "Incluso me quitaron el vello púbico. Probablemente esperando que las historias sobre la esclavitud en Iial fueran ciertas y que me haría más deseable." Le cambia el humor, se acerca a la hoguera y coge la leña, "¿Queréis que encienda el fuego?"

Sacude la cabeza, "No así está bien. Vuelve al libro de magia y veamos que más puedes aprender. Debe haber alguna forma en que puedas usarlo en nuestro beneficio." Se pone la ropa de nuevo, dejando a Ionua desnuda y coge su pala.

Ionua abre de nuevo el libro y empieza a leerlo. No pasa mucho tiempo antes de que el caballero tenga un foso poco profundo listo para el fuego. Pone a un lado el terrón con la hierba para devolverlo a su sitio por la mañana. No pasa mucho tiempo antes de que consiga un pequeño fuego. El humo traza un estela hasta el exterior de la tienda y hacia el cielo. El calor del fuego templa a los ocupantes de la tienda.

Tras asegurarse de que el fuego se mantendrá controlado y que hay suficiente madera para que se mantenga, Malik retrocede a la tienda y mira a Ionua, "¿Quieres algún rico guiso para la cena?" dice con una sonrisa, "Tengo algo de comida seca con la que viajo. Un poco de agua, un buen fuego y tendremos y guiso rico y apetecible."

"Oh, seguro que sí." Contesta Ionua al caballero. Malik se ríe suavemente y coloca un trípode sobre el fuego para la cacerola. Sus manos expertas preparan rápidamente el guiso. "Estará listo en una hora aproximadamente."

Ionua mira hacia arriba y deja el libro a un lado. Se pone en pie y se encamina hacia el caballero, "He olvidado deciros lo agradecida que estoy." Se aprieta a él, y se estremece un poco, "Estoy contenta de que fuera alguien como vos quien me encontró y no lo que esa zorra quería."

Malik se echa un paso atrás un momento y sonríe a la muchacha, "Me alegro de haberte servido. ¿Por qué no vemos que te ha dejado para ti?"

Ionua suspira suavemente, "Supongo que deberíamos, Malik. Después de todo si el libro es correcto cuanto más lo use más fuerte se hará mi magia." Mira de nuevo a sus ojos verdes, "Y creo que si voy viajar con un caballero como vos, quiero seros de toda la ayuda que pueda."

"Bien." Empieza el caballero mientras mira alrededor, "¿Por qué no empezamos con la primera bolsa?" Se arrodilla y la abre por arriba. "Espero que el libro indique que es cada cosa, hay una buena cantidad aquí."

La pelirroja se arrodilla en la hierba seca junto a la bolsa. Tras alguna duda su mano se mete en la bolsa abierta para extraer la primera cosa que encuentra. Tras cierto forcejeo saca un complicado artilugio de cuero, alineado mediante algún tipo de piel como los grilletes y el collar que lleva. Una serie de runas coincidentes se alinean en el cuero, apenas visibles a la luz cegadora de la linterna y del fuego.

Sus vibrantes ojos verdes miran a Malik, "¿Qué es esto?" pregunta, olvidándose del libro.

"A mí me parece un arnés de cuerpo completo, mi señora." Le coge el cuero y lo mantiene ante la luz de la linterna, "Un poco diferente de los que estoy acostumbrado a ver." Comenta levemente.

Mira un momento al caballero, sus pensamientos vuelven a cómo sabe él tanto de cueros. Finalmente pregunta, "¿Cómo?"

Sus dedos se deslizan hacia abajo por el cuero, "Bueno, el arnés normal de cuerpo completo tiene una tira que va desde el cinturón pasa entre las piernas y vuelve al cinturón." Le guiña un ojo a Ionua, "Este tiene dos, obviamente para no bloquear el acceso a ninguna de las áreas sensibles de la portadora. ¿Qué dice el libro al respecto?"

Pasan unos instantes mientras ella pasa hojas del libro, Malik sigue examinando el arnés, notando los numerosos anillos en D. "No hay ajustes para los atributos físicos del cuerpo." Comenta con suavidad.

Ella sigue leyendo la descripción, llevándole un tiempo leer la lengua antigua. "Bien, dice que el arnés puede almacenar la mayoría de la energía mágica de las correas. Puesto que la magia sale del corazón y sale por los miembros, esta pieza de cuero dirige la magia a su fuente." Mira a Malik y se encoge de hombros antes de seguir, "También dice que proporciona un sitio adecuado para que puedan ser atados los grilletes. Ayudándoles a incrementar su amplificación de la magia."

Pasa a otra página mientras se pregunta sobre ello y sonríe a Malik, "El brujo que escribió este libro no creó el conjuro." Sus dedos se deslizan por un texto apenas visible, "Hay algo escrito en el código noble de mi patria, no ha cambiado en milenios. Aparentemente cuando el conjuro se encontró dentro del castillo del creador estaba siendo usado cada vez más a menudo. Poderosos magos enloquecidos estaban capturando brujas sexuales y utilizándolas para almacenar magia."

"Decidió publicar el conjuro, pero modificado ligeramente. Así cuando la magia dejara el cuerpo de la mujer, se amplificaría. Este súbito influjo de poder desbarataría los conjuros cuidadosamente preparados." Sonrió, "Desde luego no afectaría a la hechicera sexual cuando la magia volviese al amo del conjuro, normalmente destruyéndole. Solo una pocas palabras y runas difieren entre el conjuro original y el modificado. El libro no dice si este plan tuvo éxito, el escriba que copió el conjuro en el tomo copió las palabras exactamente, probablemente sin entender lo que estaba copiando."

A Malik le llevó un tiempo digerir el significado de sus palabras, "Estoy todavía un poco confuso. El texto decía que las correas amplifican tu poder antes de que leyeras ese código. Y si el mago que escribió el conjuro no quería que los poderosos brujos locos lo supieran, ¿no podría ser contraproducente?"

"Sí, lo sería, Malik." Sus manos vuelven la multitud de páginas que contienen los conjuros un poco más, "Oh, las descripciones de las piezas de cuero se escribieron unos cien años después del conjuro original. Se hizo como análisis del conjuro después de la segunda guerra contra los grifos."

Sonríe un momento, "Esa guerra destruyó la mayoría de las bibliotecas de Aridecan y se salvó todo el conocimiento que se pudo salvar."

Dejando en el suelo el arnés de cuero sonríe a la muchacha, "Bueno, eso explica esto." Vuelve hacia el guiso y lo remueve un poco, "Ahora ya no debería faltar mucho para la cena." Se sienta de nuevo y mira a la muchacha desnuda, "Todos estos cueros están bien para que te los pongas, pero no son precisamente púdicos. Y puesto que tienes un cuerpo adorable, no creo que quieras aparecer en público con eso."

El rubor se extiende por sus rasgos mientras mira hacia abajo a su cuerpo, "Sí, tenéis razón. No sería mejor que estar totalmente desnuda." Dice con una sonrisa, "Puesto que ya me habéis visto, no me importa que lo veáis." Vuelve a la bolsa y saca algún cuero más, otra pieza complicada aunque más pequeña. "Pero no creo que quiera que nadie en la nación me vea con esto."

Malik mira la pieza, "Ahora esta me tiene confuso." Miró al libro de nuevo y encontró un diagrama, "Es esto." Ionua miró al diagrama y levantó la pieza, "Dice que se pone sobre la cabeza." Su curiosidad pudo más que ella y se lo deslizó por la cabeza, después de asentar el complejo cuero en su sitio pareció contraerse ajustándose a su cabeza, adoptando su forma.

Malik se rió suavemente, "Parece como una brida pero para un humano y no para un caballo." Vio como las correas de cuero le rodeaban la cabeza. Una iba desde la mitad de la mejilla, rodeaba la cabeza por detrás y se fijaba en la misma posición en la otra mejilla. Más correas de cuero se enganchaban a la principal en la mejilla. Una de ellas iba cómodamente bajo la barbilla. Dos subían desde las mejillas para reunirse en la mitad de la frente, donde se conectaban a una, que seguía por la cabeza para reunirse con la principal en la parte de atrás de la cabeza. Dos trozos pequeños de cuero se unían a la correa principal en las mejillas apuntando hacia delante pero no se enganchaban a nada. Dos anillos en D estaban sujetos también al cuero de las mejillas.

Ionua agitó la cabeza, "Oh, supongo." Leyó el texto un poco más, "Si Kilous hizo el conjuro correctamente debería haber varias mordazas junto con esta pieza." Se estremeció un poco mientras leía, "Se enganchan a estas correas pequeñas, y la correa de la barbilla se tensa automáticamente alrededor de la mordaza, quitando a la persona toda posibilidad de expulsarla."

Malik se inclina hacia delante y coloca sus dedos sobre el cuero, y empieza a quitar el arnés de cabeza. La piel mágica se estira y la retira de la cabeza de ella, "Más tarde podemos probar las mordazas." Dice con una sonrisa.

Los ojos de Ionua relampaguean mirando a Malik, su temperamento de nuevo disparado. Suspira, "Supongo que podemos probarlo mi señor. Pero no sé cómo llevar una mordaza." Busca en la bolsa casi vacía y saca alguna otra cosa de cuero, "Bueno, estas parecen las mordazas que van con el arnés." Las pone a un lado rápidamente y saca la última pieza, "Esto me parece una correa. Realmente no encaja con el resto, no ata a una mujer como el resto."

El caballero se encoge de hombros y regresa junto a la cacerola. Cuando vuelve se encuentra con que Ionua ha enganchado la correa en su collar y está intentando desengancharla. Parece avergonzada ante el caballero, "El libro dice que si tengo puesta la correa, libera la magia." Sonríe un poco, "No seguí leyendo." Coge el libro y lee un poco más, "El libro también dice que vos tenéis que sujetarla para que funcione. Pero si la atáis a un objeto inmóvil y queréis que se libere mi magia no tenéis que sujetarlo después."

El caballero se ríe suavemente, "¿Quieres decir como el poste de fuera?"

La pelirroja sonríe y asiente, "Sí. Pero mi magia aún no podría quitarme los cueros, y no sería capaz de desatar la correa del poste."

Malik sonríe para sí mismo y mira a la pelirroja, "Bueno, eso nos ofrece algunas posibilidades." Se agacha para echar un vistazo a la bolsa. Tras unos instantes revolviendo saca una barra corta, "Esto parece distinto." La barra tiene unas seis pulgadas (unos 15 cm) de largo con cuatro anillos de ojal enganchados a ella. Dos en los extremos y dos a un tercio de la distancia entre los extremos, "He visto barras como ésta con anterioridad, pero eran mucho mayores.

Ionua le recoge la barra al caballero y lee un pasaje bajo el diagrama de la barra en el libro, "Bueno, es extensible." Dice después de un momento, "Hasta un máximo de cuatro pies (1,20 m)."

Malik ríe con suavidad, "Eso es bastante separado. No creo que fueras capaz de tenerla entre los tobillos como se supone."

El temperamento de la pelirroja desnuda se enciende con esa risa, "Puede ser más pequeña, mi señor." Dice el apelativo con un toque de sorna, "Pero soy flexible." Mira la barra y la extiende un poco. Sus manos van a la bolsa y sacan algunas sujeciones, "Os mostraré todo lo que puedo separar las piernas." Dice enfadada. Las sujeciones pasan por los anillos de ojal de los extremos y a través de uno de los anillos en D de los grilletes de sus tobillos. Antes de que se aplaque su temperamento y empiece a pensar en lo que está haciendo, extiende la barra expansora, casi hasta su longitud máxima. Con dificultades consigue finalmente llevar la barra hasta su longitud total de cuatro pies.

Malik se ríe de nuevo; "Bueno, ya veo que estaba equivocado con respecto a que pudieras tener la barra entre los tobillos." Mira a la muchacha, "Pero todavía quedan dos anillos para los grilletes de tus muñecas, ¿crees que eres lo suficientemente flexible para tenerlos enganchados al mismo tiempo?" Dice con voz inocente.

En respuesta Ionua dobla las rodillas todo lo que puede y agacha su cuerpo de manera que pueda poner los grilletes de sus muñecas contra los dos ojales restantes. Malik ayuda a la muchacha desnuda cogiendo dos de las sujeciones y enhebrándolas a través del ojal y del anillo en D, con la barra totalmente extendida esto fuerza a sus manos a estar a una distancia de un pie (30 cm).

Su carácter está consiguiendo lo mejor de ella, Ionua mira al caballero, "¿Veis? Soy suficientemente flexible para la barra." Sus piernas están estiradas y sus rodillas dobladas, y está forzada a acurrucar su torso ligeramente para alcanzar la barra con las muñecas, "¿Satisfecho?"

Malik se inclina hacia abajo y consigue una buena vista de la muchacha atada, "Bueno, supongo que sí." Se levanta y se encamina hacia la cacerola del guiso para comprobarlo, "Bueno, todavía le falta un poco al guiso."

"Mejor. Tenéis tiempo de desatarme." Dice Ionua, dándose cuenta finalmente de lo que acaba de hacerse.

Unos pocos pasos devuelven a Malik junto a la indefensa pelirroja. La mira durante un instante y sonríe, "Oh lo haré, en un instante." Se agacha y comienza a pasar el dedo por la piel estirada de la pelirroja, "Creo que antes haré que te corras unas cuantas veces."

"¡¡¡Malik!!! ¡¡¡Por favor!!!" dice con desesperación, "Solo me lo puse porque pensabais que no podría."

Sus dedos no prestan ninguna atención a sus palabras, "Bueno, eso podría ser un pequeño problema en lo que te concierne." Uno de sus dedos traza una línea por la piel estirada a lo largo de los labios de su coño, acariciándola donde sabe que la excitará.

Sus dedos empiezan a conseguir el efecto deseado en la muchacha. Deja escapar un suave gemido, pero percibiendo que Malik no tiene prisa en desatarla, intenta alcanzar las sujeciones que la atan a la barra de cuatro pies, olvidando que no puede quitarlas por sí misma. Sus dedos no pueden ni siquiera alcanzar las sujeciones, y solo consigue que su cuerpo se haga más sensible mientras descubre lo indefensa que está. Vuelve los ojos a Malik, "Por favor, Malik." Empieza a suplicar de nuevo.

El caballero continúa pasando sus dedos por la piel desnuda alrededor de su raja, dibujando una línea a lo largo de cada lado, "No, no pienso hacerlo, no hasta que te corras." Se echa atrás, "Además es mejor que aprendas como usar todos estos 'juguetes' si te van a ayudar con la magia." Coge la brida que se había puesto antes y se la desliza en la cabeza. La piel se encoge y tensa alrededor de la cara y pelo de la pelirroja.

"Pero Mal..." Es todo lo que sale antes de que el alto caballero empuje la bola de la mordaza en su boca y la enganche a la brida. La sorpresa que muestra el rostro de Ionua es evidente mientras la correa de la barbilla se tensa aún más, atrapando la bola tras sus dientes.

"No te puedo tener distrayéndome en mi trabajo; ahora ya puedo, ¿Ionua?" También encuentra una venda que va con la brida y la engancha al complicado arnés de cuero para la cabeza. Con la visión bloqueada por ella, Ionua gime tras la bola de la mordaza con lujuria anticipada y creciente. Él mira su cuerpo y se desliza de nuevo lentamente fuera de sus ropas. Sus manos vuelven a sus caricias moviéndose arriba y abajo por sus muslos abiertos, moviéndose contra su piel tensa. Inclinándose hacia delante empieza a lamerla por la parte interior de los muslos.

A pesar de todas las ataduras a las que no está acostumbrada, Ionua se encuentra con que su lujuria se dispara más rápido que antes. Con la mordaza en la boca no puede ni siquiera pedirle al caballero que se detenga. Y con los pies y las manos extendidos a todo su ser no puede ni siquiera alejarse de él. Todo esto compone su indefensión, y la vulnerabilidad que ella siente, haciéndola mucho más sensible a lo que le están haciendo. Sus gemidos atraviesan lentamente su garganta y son amortiguados por la bola de su boca. Sus dientes y mandíbulas se clavan profundamente en el cuero.

Malik mueve su lengua lentamente hacia su vagina; su lengua exploradora empieza a lamer con golpes firmes contra sus pliegues púbicos abiertos. Su lengua se mueve con golpes largos lamiendo sus jugos de amor, moviéndose con el mismo tipo de golpes que provocaron a Ionua su primer clímax en el campo. Pero el no poder hacer nada al respecto esta vez hace que Ionua alcancé la cima más deprisa que antes.

La experta lengua del caballero va más despacio cuando siente que ella ha alcanzado la cima. La mantiene allí durante varias profundas respiraciones; durante todo el tiempo los gemidos apasionados y llenos de lujuria son amortiguados por la mordaza de la boca de Ionua. Las súplicas han cambiado de negativas a deseo. Sus respiraciones se hacen más profundas mientras sus músculos se arquean contra las ligaduras intentando empujar su raja húmeda y jugosa hacia su boca.

Finalmente apiadándose de la pelirroja atada, Malik restriega su lengua con firmeza contra su clítoris. También roza los dientes de su mandíbula superior contra el botón de carne sensible mientras le restriega la lengua. Ionua se corre rápidamente, un gemido estentóreo puede oírse a pesar de la mordaza, amortiguada expresión de un alarido de lujuria y pasión.

Malik emplea el tiempo después del clímax en limpiarla. Su lengua le limpia el chocho y saborea sus jugos y lentamente se los lleva a la boca. Echándose hacia atrás mira a la muchacha, sabiendo que es totalmente vulnerable a sus avances, y en la posición perfecta para ser tomada por él.

"¿Quieres que te folle ahora, querida Ionua?" Pregunta con una sonrisa. La única respuesta es un asentimiento vigoroso. Malik desliza un dedo en su chocho aún húmedo y lo empuja dentro y fuera de ella. "¿Es esto lo que quieres?" Un dedo solo no le da lo que necesita, y una negación con la cabeza igualmente vigorosa seguida de un gemido es lo que Malik recibe como respuesta.

"Oh, ¿Debo entender que quieres otra cosa entonces?" La embroma suavemente, rozando su pulgar contra su clítoris. Otro asentimiento vigoroso, este provoca que sus pechos se balanceen abajo y arriba. "¿Qué podría ser?"

Reuniendo toda su voz intenta gritar algo que pase la mordaza pero con la bola firmemente tras los dientes se convierte en algo como 'kuuuu kkooyyaaaa.'

"Oh, ¿te refieres a mi polla?" La embroma un poco más. Ionua asiente de nuevo con la cabeza, poniéndose más caliente y húmeda con el golpeteo de sus dedos.

"Bueno ¿y por qué no lo decías?" La respuesta es un largo y apagado gemido, brotando de su garganta porque toda la lucha, y el tormento la han llevado a otro clímax. No tan intenso como el previo pero todavía capaz de agitar el cuerpo de la muchacha atada.

"Vaya, estamos cachondos esta noche ¿eh?" Pregunta mientras sus dedos siguen rozando su clítoris. El sensible cuerpo de Ionua empieza a responder de nuevo a las caricias. Sus caderas empiezan a moverse todo lo que pueden acopladas a los movimientos de su dedo. Su súplica amortiguada ha cesado por el momento, sustituida por gemidos apasionados.

"Lo tomaré por un sí." Sigue trabajándosela con un dedo dentro y fuera de su coño, a la vez que su pulgar roza el clítoris. Espera hasta que los gemidos se incrementan, hasta que ella está casi en la cima. Golpea otras pocas veces más y luego se retira. La pelirroja atada agita violentamente la cabeza de lado a lado y empieza a suplicar de nuevo, sin conseguir que sus gritos pasen la mordaza.

"Bien, supongo que lo quieres." De la manera en que está atada Ionua, su chocho y su ano están expuestos. El dedo cubierto de jugos traza una línea del final de su vagina hasta el agujero de su culo. Él sonríe, "¿Estás segura de que lo quieres?" Pregunta empujando su dedo por el estrecho pasaje.

Para sorpresa suya Ionua tiene suficiente control muscular para relajar los músculos rectales. Su dedo se desliza dentro y luego queda atrapado cuando ella oprime sus músculos a su alrededor. La sorpresa desaparece rápidamente, solo se ha visto sorprendido de que esta muchacha que actúa de forma tan inhibida no esté en absoluto inhibida en lo que respecta a su cuerpo, excepto en lo que tiene que ver con que la aten.

Su dedo empieza a explorar dentro y fuera de ella, mientras él se inclina para empezar a lamer su chocho. Su lengua recorre la línea de su raja, introduciéndose en sus pliegues extendidos. Esta estimulación adicional provoca a la bruja sexual un nuevo clímax. Tras lamer sus jugos, Malik se sienta de nuevo para conseguir una buena vista de ella. De la manera en que está atada ahora todos sus tesoros están al descubierto. Con los pies extendidos de esa forma, puede ver la suavidad rosa de sus labios interiores brillantes de sus jugos.

El caballero se inclina hacia delante y empieza a acariciar con sus manos el cuerpo cubierto por la transpiración. En sus labios se forma una sonrisa cuando siente la suave piel de sus pechos cubierta con la resbaladiza película de sudor. "Bueno, no puedo dejarte ir sin aprovechar ¿verdad?" Mira a la barra un momento y descubre que puede mover sus manos aún más lejos, obligándola a doblar las rodillas un poco más, pero también dejando espacio suficiente para lo que quiere hacer a continuación.

Se arrastra entre ella y la barra expansora, restregando su cuerpo contra la bruja sexual atada. Su cuerpo presiona hacia abajo al de ella, apretándola contra la suave hierba. Su pecho se restriega contra sus pezones pálidos y sensibles. Retira la mordaza de su boca y le da un profundo beso antes de clavar su masculinidad erecta dentro de su coño.

La primera cosa que hace Ionua cuando su boca se ve libre del beso y la mordaza es gritar un "¡¡¡Ooooh!!! ¡¡¡Sí!!!" Su sensible cuerpo empieza a reaccionar a la penetración. La indefensión provocada por sus ligaduras solamente incrementan sus sensaciones y su lujuria. "¡Folladme!" Ordena, "Folladme duro y rápido."

Nunca niega a una dama una solicitud como esta, Malik empieza a clavar su polla dentro y fuera de ella. Pero se detiene, "¿Me estás dando órdenes ahora?" Dice con una pequeña carcajada, "Pensaba que yo era el amo. Podría dejarlo aquí ¿sabes?" La risotada que sigue muestra que solo está embromando a la muchacha. Pero ella responde de la misma manera.

"¡Ooooooh!" empieza, "Por favor amo, folladme duro, folladme rápido. Por favor haced que me corra." Empieza a suplicar.

El caballero empieza a mover las caderas suavemente, "Bueno, supongo que esto es lo bastante bueno." Le da un beso apasionado y lleno de amor. Un beso lleno de lujuria y sentimiento. "Pero tienes que trabajar con tu forma de suplicar." La embroma de nuevo, y suspira mientras alcanza él mismo la cima.

La pelirroja responde de nuevo con un grito, "Sí amo." Su cuerpo lleno de lujuria toma el control sobre su voz. La pérdida de control la hace decir cosas que su terquedad pelirroja no permitiría. "Por favor, folladme solo duro y rápido." Otra risa acompañada de suaves suspiros se escapa de los labios del caballero. Empieza a follársela como ella pide. Sus poderosas caderas y trasero mueven su polla dentro y fuera de ella. Su pecho musculoso presiona sus pechos, estrujando los montones de carne abundante entre su cuerpo y el de ella. El vello de su pecho se restriega contra sus pezones erectos en cada empellón, su vello púbico se frota contra su expuesto clítoris. Con las piernas tan abiertas como las tiene, más cantidad de su sensible piel interna está expuesta al frotamiento de su ensortijado vello púbico.

Los gemidos de Ionua se incrementan mientras la folla. Aprieta los músculos de su vagina alrededor de su polla, haciendo lo que puede para ordeñar la semilla de su órgano. El caballero no tarda en alcanzar su clímax mientras la bruja sexual extiende su magia femenina sobre él.

Un fuerte gruñido precede a su clímax; su cálido y blanco clímax empieza a disparar en lo más hondo de su femineidad. El impacto del fluido caliente en sus paredes internas es suficiente para llevar a Ionua a otro pico. Chilla, "¡¡¡Oh, sí!!!" Intenta cerrar sus piernas alrededor del caballero pero no puede. La imposibilidad de tomar parte activa le hace gemir más fuerte con frustración mientras alcanza su clímax.

El caballero saca su polla y salta sobre ella y la barra. Se inclina hacia delante y le da un beso, "Ahora ¿qué era eso de que querías que te desatara?"

Un suave ronroneo sale de su garganta cuando contesta, "Oh, creo que quería estar desatada cuando no sabía lo que queríais hacer." Respira hondo, "Pero deberíais desatarme ahora Malik. Soy flexible pero estoy empezando a entumecerme."

El caballero empieza a quitarle del cuerpo, de mala gana, la barra expansora. Pero solo después de acariciar la piel cubierta de sudor de su vientre y pechos. Pliega la barra hasta su tamaño menor y sonríe al preguntar, "¿Mejor así?" Las manos de Ionua se dirigen a la brida que todavía lleva puesta e intenta en vano quitarse la venda. Suspira tras constatar que la magia del cuero frena todos sus intentos, "No puedo ver Malik, ¿podéis al menos quitarme la venda?"

Otra carcajada se escapa del caballero, "Supongo que puedo." Sus manos le acarician las mejillas antes de que suelte la brida, desliza suavemente el cuero fuera de su cabeza, "¿Mejor?"

Un suspiro suave se escapa de sus labios mientras Ionua se pone en pie y se estira. "Sí, esto está mejor, mi señor." Mira de nuevo al caballero, "¿Sabéis que estos juguetes pueden venir bien? Creo que es la vez en que me he corrido más y mejor en mucho tiempo."

La lluvia que acompaña a la tormenta cae pesadamente en el exterior de la tienda, golpeando contra la pared trasera. Malik se pone en pie de nuevo y empieza a vestirse una vez más. Sonríe a la muchacha desnuda, "Bien, vas a ser mi esclava, ¿verdad?" Dice con una sonrisa, "Y tengo que tratarte bien."

Ionua aparta un poco más sus ligaduras, "Supongo que tenéis razón, Malik." Le mira y sonríe, "Y debéis tenerla, tengo que aprender a suplicar mejor ¿verdad?"

La respuesta es una carcajada, "Bueno eso te vendría bien." Retira del fuego la cacerola con el guiso y la coloca en el suelo dentro de la tienda. Vigila un instante el fuego y decide dejar que se extinga, mientras les ofrece algo de luz. Coge la linterna y apaga la llama. Deja el fuego como la única luz de la tienda. El sol envió sus últimos rayos del día mientras estaban haciendo el amor por última vez.

"Saca algunos cuencos de mi equipaje, por favor." Le pide amablemente, e instantes después Ionua vuelve con ellos. Malik emplea unos momentos en repartir el guiso entre los dos cuencos.

La pelirroja se toma su tiempo para recoger el guiso con la boca y tragarlo; su cuerpo no ha ingerido ningún alimento sustancioso desde que la ataron al poste. El guiso es reconfortante y llena y no pasa mucho antes de que lo haya terminado. Se tumba de espaldas en la hierba y se estira observando a Malik mientras come.

"Tengo que preguntaros, mi querido caballero, ¿pensáis dejarme desnuda todo el tiempo?" Pregunta con voz inocente, "Después de todo sé que adoráis observar mi cuerpo desnudo," empieza de nuevo, la manera en que yace muestra todo su cuerpo, "Pero no es lo mejor para viajar en público." Sus dedos empiezan a acariciarse recorriendo todo su cuerpo con suavidad, solo caricias amorosas y para ofrecer al caballero un espectáculo.

"Supongo que tienes parte de razón. Pero no creo que tenga nada que encaje contigo." Termina su plato y se encamina hacia su equipaje, "No tengo tanto que no esté hecho para un hombre de mi talla." Sigue buscando y finalmente encuentra algo aprovechable. Saca su larga capa de campaña. "Puede que resulte un poco larga para ti." Se la lanza a la muchacha, "Es mi capa de campaña y me llega hasta las pantorrillas. A ti probablemente te llegue a los tobillos."

La pelirroja deja de acariciarse y se pone en pie. Desliza la capa por su cuerpo y busca lo que se use para mantenerla en su sitio. La capa tiene una larga capucha y solo tiene un cordón alrededor del cuello y la clavícula y no tiene mangas. La muchacha se da cuenta enseguida de esto y se ata la capa y coloca las manos a sus costados. La capa cae encerrándola, cubriéndola de arriba abajo. Solo son visibles sus pies por debajo, los grilletes de sus tobillos escondidos bajo los pliegues. La capa esconde incluso el collar.

"Supongo que servirá." Da unos pasos y descubre que la capa se abre alrededor de las piernas exponiendo una buena parte de su cuerpo desnudo. Se sonroja al pensar lo que ocurriría en una calle llena de gente. "Tendremos que encontrar una forma de mantener la capa cerrada.

"Siempre puedes retener un extremo de la capa con una mano para mantenerla cerrada. Desde luego tendrás que soltarlo si quieres usar los brazos." Le sonríe y dice algo para comprobar una teoría, "Siempre puedes jugar con tu clítoris bajo la capa, en público sin que nadie lo sepa."

"Claro que puedo." Dice sintiendo por un momento un estremecimiento de excitación ante la idea, luego la rechaza, "No, no puedo." Dice con su temperamento de nuevo en alza.

De los labios de él brota otra carcajada mientras ella revisa sus palabras previas, "Sí que puedes." Él vuelve a las cacerolas y los platos y los limpia. Se vuelve a mirar a la muchacha, "Realmente deberíamos dormir un poco. Tendremos que irnos mañana. Como te dije tengo un amigo que tiene un castillo cerca de aquí del que podemos conseguir probablemente algunos vestidos apropiados para ti."

Ionua se quita la capa y bosteza ante la idea de dormir. "Creo que tenéis razón, Malik, todavía no estoy completamente recuperada de haber estado atada al poste un largo día." Se adelanta y empieza a ayudar a Malik a librarse de sus ropas otra vez, "Creo que puede ser agradable tener a alguien a quien despertar por la mañana." Le da un beso y lo derriba sobre el jergón.

Una sonrisa cruza el rostro del caballero. "Supongo que tienes razón." Se desliza bajo el cobertor que forma el jergón y tira de la muchacha desnuda hacia su pecho. Con sus brazos rodeándola, ella se desliza hacia el sueño; "Te veré mañana por la mañana, querida Ionua."

La respuesta es un bostezo soñoliento y el paso de sus brazos a su alrededor, acercándole tanto como se atreve. La tormenta continúa lanzando agua sobre el bosque y el prado, el fuego se apaga un poco después y la pareja duerme toda la noche.

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