Fue tu mirada
Fue tu mirada, al conocerte y la despedirme lo que me atrajo de ti.
Fue tu mirada, no sabría con sinceridad lo que me atrajo de ti en su momento, y nunca me lo has preguntado, pero si lo hicieras, te diría que fue tu mirada.
Me acuerdo como si hubiera sido la noche pasada, y sin embargo han pasado ya 3 años. Tres años en los que no has cambiado nada o por lo menos no físicamente, sigues pesando tan poco que te lleva el viento si sopla fuerte, mides menos de metro sesenta y tu sujetador es como el de una niña de 15 años a la que le empiezan a despuntar los pechos y eso que ya tienes 24 años. En fin que muchos chicos no sabrán lo que vi en ti, pero me enamore y aun sigo.
Como ya he dicho conozco a Lucia desde hace varios años, 3 y poco, y desde entonces no soy libre de voluntad, no soy libre de decidir sin pensar en ella, y eso que no salimos juntos, pues la cosas es difícil teniendo ella novio.
Me presentaron a Lucia a la salida de la universidad un miércoles, unos amigos y amigas nos fuimos a un pub del campus a tomar algo y allí estaba ella esperando a una amiga suya, que era de mi clase. Me la presentaron y bueno los amigos se fueron y quedamos nosotros tres, la verdad es que al principio solo tenia ojos para su mirada, y claro un poco para su cuerpo, pero que lo que me atrajo fue su mirada, bajo unas gafas de pasta, que debe de ser raro enamorarse de una mirada tras unos cristales. Pero yo lo hice.
Fue en esa conversación en que ya salió a relucir que tenia novio, acababan de empezar, así que la torre de naipes que estaba creando en mi cabeza se vino abajo de un golpe, no me lo podía creer, encontraba a la mujer de mi vida, y sin embargo se me habían adelantado. Afortunadamente tengo experiencia en encajar malas noticias y ni mi rostro ni mi mente se inmutaron, yo estaba escuchando y a la vez llorando sin que se notara.
Ese día como digo empezó para mi la tarea de no pensar en ella pensando en ella. Bonito juego de palabras, pero es así. Encima cada día la veía mas, si antes no la veía en la universidad, y es que aunque no era de la misma carrera si tenia clases en el mismo edificio que el mío, ahora la veía por los pasillos y en los cambios de clase. Pasaron los meses, y para fortuna mía ¿o no? nuestra amiga en común nos reunía para tomar algo a ambos grupos, los de clases y sus amigas.
Nos reuníamos para tomar algo después de clase, incluso varias veces salimos juntos en grupo por la noche, de pubs. Todo iba muy bien, pensaba en ella pero no me agobiaba. Hasta hace no más de un par de meses, que me entere, que lo había dejado con el novio. Y como me entere tan tarde, pues no lo se, si tarde o pronto, pues aun no se cuando lo dejo. Y es que nunca he tratado ese tema con ella, y menos aun sacarlo yo. Supongo que soy algo tonto, pues si quiero algo más con ella me tendría que atrever a dar algún que otro paso en falso. Bueno pues si, así es.
Como ya he dicho alguna vez salía con ella y las amigas entre estas mi compañera. Un día antes de salir de fiesta hable con mi compañera sobre sus amigas en general, como no salía con ella asiduamente no las conocía del todo, se que alguna tenia novio, pues se les veía juntos y enrollándose las veces que salíamos pero como por ejemplo Lucia no llevaba a su novio a esas salidas, si no me hubiera enterado en una conversación no hubiera sabido que tenia novio, y claro el ridículo hubiera sido mayor. Así que por si acaso me quise enterar de las últimas noticias al del grupo de amigas. Le pregunte en general que tal les iba y en el trabajo a todas, y después empecé a preguntar por las parejas que no solían ir acompañar a sus chicas a estas salidas, no se porque supongo que por instinto mi amiga se olía algo, así que me pregunto directamente si me gustaba alguna, supongo que se refería a Cristina, la guapa, la maciza del grupo, la que tiene un polvo la muy zorra, y es que novio no tendrá que se lia todos los fines de semana con alguno y al menos ya he estado en tres conversaciones donde cuenta con pelos y señales como se lo folla en el asiento de atrás de un coche o en los baños de una discoteca, y como historia para ponerme cachondo si es, pero nunca saldría con una chica así.
Así que mi respuesta fue decirle la verdad que no era por Cris. Supongo que al decir la verdad, y ver que no mentía dejo de interrogarme, claro que si me hubiera preguntado por Lucia quizás si me hubiera pillado.
Bueno al menos después de esa conversación supe que la relación la había dejado ella, y porque habían tenido problemas y discusiones fuertes, no me dijo mas, supongo que porque era algo que le había contado una amiga y claro tantos detalles no se cuentan. Y me había enterado de que no salía con nadie después de la ruptura, no se si acaso porque aun era pronto o porque tipos como yo aun pensaba que tenia novio.
Al menos me fui con un par de cosas interesantes, aunque lo mejor hubiera sido que me dijera si ya había pasado tiempo como para intentar algo o era pronto, o mejor aun si era yo su tipo o me iba a mandar a la mierda, porque claro una cosa es caer bien a alguien y otra muy distinta es gustarle. La cosa es muy distinta. Pero es una lección que se aprende por uno mismo.
En fin que como han sido hace poco los exámenes de Febrero, los que aun estamos con algunas asignaturas y trabajando decidimos que ya se podía hacer una fiesta para celebrar las que nos habíamos quitado, ya estábamos más cerca de ser diplomados. Se lo propuse primero a mi amiga, Marta y después ella se lo dijo a sus amigas, la idea como no, les pareció bien a todas, y a todos. Así que hace dos fines de semana quedamos para celebrarlo. Por supuesto no sabía que iba a decir, vamos sabias que tenía que decirle pero no sabía ni el cómo ni el cuándo.
Quedamos en una plaza cercana a la universidad donde se reúnen los estudiantes para ir a tomar algo, quedamos y como siempre fui el primero en llegar aun siendo el que mas lejos vive, pero ya estoy acostumbrado. Supongo que así me dio tiempo a pensar, aunque también a temblar y a notar como volaban en mí estomago mariposas.
Pasaban diez minutos así que ya empecé a impacientarme, una cosa son los dos a cinco minutos de cortesía pero mas ya es un poco de descortés. Llame a Jimena, porque no quería llamar a Lucia, aunque claro si no la llamaba a ella parecería que no quería hablar con ella o algo así. Así que me apunte que la próxima vez la llamaría a ella.
Jimena me dijo que ya estaban aparcando que llegarían en cinco minutos, afortunadamente en menos ya llegaron Lucia y Roció, que venían las dos juntas. Nos saludamos los cuatro y empezamos a andar a un bar, para ir pidiendo mientras llegaban el resto. No sé porque pero ese día encontré a Lucia no como la última vez que había hablado con ella, estaba rara, casi enfadada y cada vez que le decía algo para que hablara me miraba de una manera que me mataba, un comentario y no mío la enfado del todo.
Roció le dijo que vaya humor que tenía esa tarde que parecía que tenia la regla. Joder, no hubiera podido expresarlo mejor, pero parece que a Lucia no le gusto que su propia amiga y además una chica le dijera eso. En ese momento empezó una discusión entre las dos y yo de observador pero que no podía decir nada. Al final vinieron el resto de amigas y la cosa se enfrió, pero se enfrió no solo la charla sino la cercanía entre ambos.
Llego un compañero que era de su clase, o sea un tío que la conocía y estaba habitualmente con ella, no se pero cuando empezó a hablar con ella, le cambio el rostro a Lucia, me gusto el cambio, pero no la manera en que se había producido, pase de ver más lo que pasaba, había dispuesto de mi tiempo, así que deje que estuvieran un rato, y si a la vuelta estaban aun separados a lo mejor Lucia estaría de mejor humor y podría hablar con ella. Me fui a hablar con Marta y de paso con el resto de chicas y chicos.
Paso casi media hora hasta que me di cuenta que Lucia y el chico, Juan estaban con nosotros con un cubata en la mano pero solo hablando, solo como amigos, como lo que éramos todos allí.
Marta me había preguntado dos veces en la noche, si iba a intentar algo con Cristina, cosa que negué rotundamente la primera vez, y la segunda solo le dije que me había dejado el kit de sadomaso en casa que esa noche no. supongo que con lo de “esa noche no” se quedo tranquila, no se pero vamos me daba igual se veía que la fiesta en la plaza estaba muriendo así que esperaba que la cosa se moviera a algún sitio en el que poder hablar con Lucia.
Así fue, a los quince minutos sin yo decir nada, la gente pensó lo mismo, empezamos a recoger las cosas y a ponernos en marcha, por casualidad Lucia se quedo a mi lado cuando íbamos al pub. Se arrimo y me pregunto no sé si porque no se acordaba que ya había preguntado o porque quería empezar una conversación, si ya tenía las notas del parcial que había hecho dos semanas antes.
La respuesta como la otra vez era que sí, que había sacado un seis, yo en cambio le pregunte por su trabajo, me habían comentado que era posible que ser fuera una temporada a trabajar a Francia, cosa que temía pero que también me alegraba por ella. Aunque sinceramente mas lo primero que lo segundo.
Por desgracia para mi, el rumor era algo más que un rumor, ya había tenido una entrevista con un profesor de la universidad de Lyon, y había ido bien, aunque claro su francés e ingles no era del todo nativo, pero se comunicaron bastante bien como para que le interesara que hubiera una segunda entrevista. No se la cara que puse cuando me lo contaba, solo sé que me tenía que decidir, decirle algo o callarme para siempre.
Supongo que algo se estaba preguntando ella también porque antes que me dejara decirle que nos separásemos un poco para hablar los dos, se fue con Roció. Dejándome una vez mas con la palabra en la boca. Fue algo que ya me habían hecho otras chicas, pero esta vez estaba seguro que aunque lo tuviera que gritar en mitad del pub al que íbamos, que se iba a enterar.
Marta se acerco a mí en el pub, supongo que las chicas tienen un sexto sentido para sus amigas, y un séptimo para ellas mismas. Porque estaba claro que se había dando cuenta que me acercaba mucho a Lucia, y que Lucia también pensaba algo raro de mí.
La conversación empezó como otra cualquiera, hasta que claro se fue derivando hasta donde ella quería, que como no, era si la chica no era Cristina, era Lucia. Que directa pero a la vez que sutil, no sabía que decirle, la única verdad que había era que me gustaría algo, pero que estaba casi seguro que Lucia había descartado esa posibilidad que no me dejaba siquiera hablar con ella a solas para intentar nada.
Marta me dijo que me ayudaba pero solo si, no era uno de esos chicos pesados que si te dicen que no, aun sigue insistiendo. Le di mi palaba que si tenía un “NO” por respuesta me olvidaría de ella, y estaría a lo mío.
Cuando nos dimos la mano, como si fuera un trato me sorprendió que no se fuera a hablar con ella, pero claro, lo que yo no me podía imaginar es que el plan era a largo plazo, que esa noche me divirtiera, que ella intentaría averiguar algo y si era acertado me lo diría.
Una noche mas, que las mariposas de mi estomago me iban a subir a la cabeza acompañar a los pájaros que me daban vueltas y no me dejaban pensar en nada. Pero eso sí, me lo pase de puta madre esa noche, sin tener ya que pensar en el momento de decirle sino solo en pasármelo bien, me divertí como hacía tiempo, incluso cuando ya estaba algo contento, ( o me llevaban o volvía en tren a casa) me puse a bailar con casi todas las chicas solteras, incluso con Lucia, que se arrimo lo suficiente como para que me viera el brillo en los ojos que tenia, no sé si por bailar juntos o por el alcohol en sangre. Un par de parejas se fueron pronto, digamos a las 4, cuando aun la fiesta estaba en auge. Juan el compañero de Lucia, se despidió de ella y de las demás a eso de las 4 y media, y a las 5 intento irse Lucia, pero la retuvimos hasta las 5 y media. Cuando se despidió, no sé si hice bien o no en decirle que esperaba que la próxima vez me tenía que dar más tiempo, que después se iría a Francia y ya no nos veríamos a no ser en la pantalla del Skype. Me dio dos besos, que intente que duraran más que los breves roces que se dan al despedirse, pero tampoco fue a más ningún beso.
Nos reímos suficiente por una temporada y después de todo nos dio tiempo a desayunar churros aunque ya solo unos pocos, en fin que esa noche como el que dice, me lo pase de puta madre, pero me quede con más preguntas que las que esperaba responder.
A los pocos días, después de clase me encontré con Marta que salía de un laboratorio, como ninguno de los dos teníamos clase, casi la obligue a ir a la cafetería, sabía lo que le iba a preguntar, y era posible que aun no tuviera las respuestas para mis preguntas, pero aun así, al menos tomaríamos algo.
Se me veía en la cara lo que quería que me contara, pero aun así, estuvo un rato contándome cosas de su ex pareja, no la de Lucia, que también me hubiera gustado que me contara, si no la suya la de Marta, un chico de su residencia, que afortunadamente no se venía con nosotros nunca, que tenía sus amigos por su parte y que particularmente y no sería al único le caía bastante mal, un poco prepotente y chulito en algunas cosas solo porque su padre fuera representante de futbolistas de la Liga de futbol. Bueno cuando ya me estaba casi comiéndome las uñas, cambie de tema, tan rotundo como que parecía un poco borde.
Yo: bueno Marta, ahora ya, porfía, tienes algo que contarme.
Marta: ya te estoy contando cosas, vamos que llevamos 20 minutos hablando.
Yo: me refiero a otra cosa, que según creo recordar me dimitiste que ibas a hacer, vamos a intentar encontrarme respuestas. O estabas tan borracha hace dos fines de semana como para acordarte.
Marta: si que eres impaciente, vamos que si tengo cosas que contarte, aunque a lo mejor no son las que quieres oír.
Yo: ya te dije que me comportaría, que aceptaría lo que me digas.
Marta: vale, pues no sé nada, pero conociendo a Lucia como la conozco, no pierdes nada por intentarlo, vamos que no te pongas pesado, pídele una cita, una cena o algo, y espera que te diga. No sé si se lo espera o no, puede que sí, pero bueno. Creo que deberías de decirle algo.
Bueno pues después de las palabras de mi amiga, reuní el valor de intentarlo. Y como el tiempo jugaba en mí contra ese mismo viernes, me lance a intentar hablar con ella.
Lo malo que esta vez no había quedada de amigos, muchos de ellos ya habían quedado y no podíamos organizar nada especial para que se apuntaran, me daba miedo que Lucia tuviera planes ya, sobre todo con algún chico y/o amigo.
No podía organizar un evento en ninguna red social porque al final vería que solo éramos ella y yo, no podía empezar a mandar whatsapp porque el resto diría que no podía. Así que me quede a la salida de una de sus clases, allí estaba yo esperando con el libro de lectura que tocaba esa semana y contando los minutos para que terminara la clase, era ya tarde, de noche completamente y el parking de la universidad al fondo se veía casi vacío, cuatro coches el mío uno de ellos y poco más.
Por fin salió el primer alumno después otro y al final hablando con el profesor salió Lucia. Me vio y se sorprendió, normal, no era algo que pasara todos los días, menos un día a las 8 de la tarde verme allí a mí, que tenia turno de mañana, seguro que su cabecita pensó enseguida en que hacia allí, porque estaba solo, y recogiendo en la mochila algo.
La verdad es que pensé en ponerme justo a la entrada del pasillo y esperar que salieran y tropezarme con ella, pero podía ser que no la viera, que ya salieran hablando con alguien y no me hiciera caso y se fuera con otra persona, así que si me veía en la puerta aunque pareciera que estaba haciendo lo que estaba haciendo, o sea esperarla a ella, me quede y ella vino hacia mí.
Lucia: pero chico que haces aquí? Tienes clase ahora en el aula?
Yo: no, la verdad es que te estaba esperando.
Lucia: a mí?? Y eso?
Yo: quería hablar contigo. Que el otro día no pudimos
Lucia: y vienes a la uni, me podías haber llamado y quedábamos
Yo: si es cierto, pero, como muchas veces te llamo y estas liada con el proyecto, pues aprovechando que tenía que coger un libro de la biblioteca.
Lucia: bueno que querías decirme.
Yo: pues hasta hace un momento tenía algo que decirte, pero ahora mismo se me ha olvidado
Lucia: anda no seas tonto, que eres demasiado joven para tener alzhéimer, vamos a coger el bus que quiero llegar a casa pronto que mañana tengo que madrugar para ir a trabajar.
Yo: pero chica que son las 8:04 ni que te acuestes a las 8:30
Lucia: a y media no, pero a menos cuarto si, jeje
Yo: bueno, entonces hablar con una cerveza en el bar del campus no puedes no.
Lucia: pues no se si no puedo o no quiero. A donde va a ir la conversación que quieres tener.
Joder, ya salió ese séptimo sentido de las chicas, ahora ya no había escapatoria alguna, tenía que salir de ese pasillo y al menos ganar algo de tiempo llegar a un sitio que le diera algo de ventaja, o al menos que no me sintiera en inferioridad, joder estaba pensando como si esto fuera una partida de MW3.
Yo: hacemos una cosa, te acerco a casa en coche que ganas casi media hora de camino y hablamos en ese bar que me llevaste una vez.
Lucia: tienes el coche aquí?
Yo: si.
Lucia: vale, vámonos.
Yo: detrás de ti.
Lucia: que quieres verme el culo. jaja
Yo: soy un caballero (aunque la verdad es que los vaqueros le quedaban bien, seguro que llevaba tanga)
Lucia: bueno que tal Marta que hace días que no la escribo.
Yo: pues liada, tiene prácticas para la próxima semana, le había dicho que podíamos organizar algo para este viernes pero me ha dicho que se va a quedar hasta tarde con su compañera a hacerlas.
Lucia: yo el viernes tampoco puedo, me voy a cenar con los compis del curro, me organizan una cena de despedida.
Yo: vamos que ya es oficial que te vas a Francia.
Lucia: eso no, pero del trabajo sí. No me gusta la empresa no se puede promocionar, y el jefe es un gordo viejo verde que se pasa más tiempo llamando a las chicas a su despacho que poniendo orden y mandando cosas lógicas.
Yo: bueno así aprovechas la excusa y te vas, aunque para irse de esa empresa no se necesitan muchas excusas
Lucia: ya, pero lo que tú dices, me voy y encima me puede salir algo mucho mejor.
Yo: pues nada brindemos por ello.
Aunque la verdad es que no me apetecía ni tomar un sorbo por ese motivo, si fuera porque dejaba la empresa vale, pero por marcharse a Francia, si es verdad me alegraba por ella, pero en el fondo nada de nada.
Llegamos a su casa mucho antes de lo que podía dejarla la sucesión de autobuses que cogía para llegar, así que después de aparcar detrás de una nave industrial en una calle poco iluminada fuimos hasta un bar cerca de su casa.
Entramos en el bar, territorio enemigo ya que conocía a las camareras y sobre todo porque podían verla desde fuera amigas suyas del barrio y entrar o incluso su hermana pequeña.
Empezamos a hablar de cómo es que no se había ido antes de la empresa, de que le gustaba de su nuevo trabajo, vamos de nada serio, y pasaban los minutos y sabia que se iba a subir rápido pero no me atrevía a nada ni sabia siquiera como sacar el tema.
Por desgracia la cerveza con limón estaba tan rica que se acabo la copa muy pronto la de ambos, y cuando le dije de tomar otra me dijo que mejor se subía a casa.
En ese momento fue cuando vi que estaba realmente jodido, estaba en el punto de mira de un francotirador, menos mal que me dijo que se había olvidado la mochila en el coche, aun no me habían dado el tiro de gracia.
Salimos de la cafetería, se puede decir que tenía 2 minutos para dejar de temblar y medio más para hacer algo que me quitara los nervios. Pero fue insuficiente el tiempo.
Llegamos al coche, la única farola de la calle estaba parpadeando, menos mal que a mi coche se le pueden encender las luces con el mando. Así que al acercarnos las encendí y un gato salto del susto, asustando todavía más a Lucia que se agarro a mi brazo. Yo la rodee con el mío y nos quedamos un momento los dos juntos así, ella mirando cómo salía el pobre gato corriendo para meterse por debajo de la alambrada de la nave y yo mirándola a ella, tan cerca de mí que podía oler la diferencia entre su colonia y su champú, no supe distinguirlos pero ambos me gustaban y también me gustaba la escena, los dos abrazados, bajo una farola que apenas alumbraba y como única luz mi coche, el cual al instante y con el mando aun en mi mano dejaría de alumbrarnos.
Y cuando fue girando la cabeza después de haber insultado al gato en varios idiomas antiguos, se iba a separar de mi pero antes de eso hice que las luces del coche se apagaran, y sabiendo donde tenía su cabeza, la diferencia de altura y que aunque la farola no alumbraba mucho algo se intuía acerque mis labios a los suyos sin dejarla reaccionar.
El beso llego de sorpresa tanto a ella como a mí, más a ella. Pero aun así los dos primeros segundos no hubo reacción por su parte, o quizás lo estaba asimilando.
Nunca había hecho algo así, siempre me habían dado la patada antes, o era algo que sabía que llegaría con la chica con la que estaba, pero lo que es lanzarme así, nunca, esto en las pelis es o bofetada o el beso mas romántico de la peli. En mi caso ni una ni otra.
Después de asimilar mi beso se sapero de mi, la mirada que me echo podría haber matado a la gárgola más antigua de las catedrales europeas. Era una mirada penetrante e intimidante. Me quede helado, más de lo que estaba. Si ya era difícil antes decirle cualquier cosa, ese momento era el ideal para decir tierra trágame.
Lucia: mira, no se a que ha venido eso, y la verdad es que no me lo esperaba, me esperaba que me dijeras algo, que tiempo has tenido, pero veo que eres más un chico de acciones que de palabras. Así que las palabras las diré yo. No quiero empezar nada ahora mismo, he terminado hace poco una relación que me ha costado superar y en breve me voy a ir a trabajar fuera. Sé que eres un chico estupendo pero no te enamores de mí, no merezco la pena.
Yo: Lucia, no era mi intención sobrepasarme ni mucho menos hacer algo que te molestara, pero quería decirte que me gustas y no me salían las palabras. Ojala hubiera podido decirte esto antes y de otra manera para que sepas que me gustas, pero se ve que no he tenido valor ni oportunidades así que perdona mi manera de decirte que me gustas.
Lucia: mira, será mejor que te olvides de mí, no quiero empezar una relación a distancia, porque no sé lo que me depara el futuro y no creo que seas un chico de los de que te pillo aquí te mato. No te quiero hacer daño, así que mejor olvidemos lo que ha pasado entre nosotros
Yo: no se puede añorar lo que no se ha tenido, pero si me dieran a elegir entre amar y haber perdido o nunca amar me quedo con la primera.
Lucia: pues si eso es lo que quieres, te voy a dejar que me ames una sola noche, en la parte trasera de tu coche y como mucho dos horas, así que aprovéchalas y espero que se te de bien.
Lucia abrió la puerta de atrás del coche y cerro, se fue quitando los vaqueros mientras con la cabeza me decía que entrase. No me lo pensé dos veces, entre, y lo primero que hice fue besarla mientras aun estaba luchando con su pantalón, esta vez era una beso de verdad.
El coche estaba cerca de casa pero en una calle de un polígono, y dada las horas no había nadie por allí, un sitio perfecto para uno rapidito, lo mas seguro que ella ya lo conociera, o me hubiera dicho que nos fuéramos de allí. Por mi estupendo, no quería perder el tiempo.
Cuando ya se había quitado completamente el pantalón mientras yo la besaba, sus manos fueron a mi pantalón. Poco a poco y mientras mis manos iban acariciando su cuerpo sus manos me iban desabrochando los botones del pantalón. Mis manos competían por hacerlo lo mismo pero con los botones de su camisa. Sabia que iba a encontrar poca cosa, nunca había sido una chica con los atributos desarrollados, pero aun así quería sentir en mis manos sus pezones, y sentir directamente el pulso de su corazón sobre mi manos. Yo lo tenia acelerado y esperaba que ella también.
Cuando consiguió quitarme los botones del vaquero metió su mano entre el vaquero y el calzoncillo, palpando por encima mi pene en un estado mas que caliente, pugnando por salir de su oscuridad y liberarse dela presión de estar encerrado.
Yo mientras tanto había conseguido meter mis manos por su camisa, ya desabrochada. Una mano se había metido entre la copa y la otra intentaba quitar el broche de atrás.
Con cuidado de hacerlo bien sin que me necesitara ayudar le quite el sujetador. Y pude comprobar que aunque no lo parecía tenía mas pecho del que yo me imaginaba.
En su momento pensé que el sujetador solo escondía los pezones, pero no, había carne alrededor, suficiente parar apretar, lamer y morder. Y ahí se fueron mis labios, quería probar esas carnes y que mejor que empezando por sus pezones.
Lucia ya había conseguido meter su mano para sacar mi pene, aunque la ropa aun incomodaba la postura, su mano iba subiendo y bajando para ponerme la herramienta tiesa del todo.
Y aunque estaba haciendo maravillas con su mano, la incomodidad de los vaqueros me hizo separarme de ella, no sin antes morderle el pezón para que supiera que estaba muy juguetón.
Cuando lo hice creo que escuche un gemido, posiblemente de dolor o de gusto. En nada y menos me quede desnudo de cintura para abajo, igual que ella estaba de cintura para arriba.
Volvía besarla y a jugar con sus pechos mientras poco a poco mis manos iban bajando para notar la calentura y la humedad que ya se hacia patente en el cuerpo de Lucia.
Lucia iba incrementando la velocidad de su paja y aunque me daba un gusto terrible no estaba allí para que me tocaran la polla.
Así que con cuidado fui a meter mi mano ya en un sitio más calentito. Mi mano izquierda fue bajando de su pecho poco a poco hasta colarse por dentro de sus bragas. Toque por encima su braga y note que su humedad era considerable. Conseguí meter por un lado un par de dedos y encontrar un bello púbico corto y cuidado, pero el objetico aun estaba oculto.
Le separe las piernas dejándola en una pose un tanto exhibicionista, pero solo era para mis ojos. Con sus piernas separadas mientras jugábamos con nuestras bocas le fui quitando las bragas, negras y mojadas. Apareció ante mi un coñito rosado, con una tira de pelos encima y brillante por los líquidos que salían de el. Que yo supiera solo lo había penetrado una polla, y hacia tiempo que no entraba otra, así que mi polla reacciono al verlo como un niño en la noche de reyes, quería jugar con el todo el día.
Ya estábamos los dos en las mismas condiciones, y ahora era el turno de meterse en faena. Me ensalive dos dedos y fueron directamente a meterse en su coño
La puse encima de mí, con sus piernas a cada lado de mis piernas. Mis manos estaban en su espalda, y bajando.
Con mi mano derecha fui tocando sus labios, calientes y mojados y en un breve instante le metí un dedo en su estrecha vagina. Dio un pequeño bote cuando toda la longitud de mi dedo estaba dentro de ella. Y cuando estuvo todo empecé a moverlo, todo lo rápido que pude y todo lo que me dejaba.
Mientras ella seguía besándome, y yo aprovechándome de ella, mi polla estaba más caliente que nunca, y estar libre de su presión me ponía muy caliente.
Cuando los besos de Lucia empezaron a ser más bien lametones para no gemir saque mi dedo y metí dos, con eso conseguí después de un par de minutos que alcanzara un orgasmo que yo diría que era el primero en mucho tiempo y por lo que le costó reponerse uno de los mas intensos que le habían causado.
Cuando lucia recupero el sentido me estaba besando el cuello diciendo que me daba media hora mas por ser tan bueno. Y me iba a tomar ese tiempo, como si me fuera la vida en ello.
Aun estaba encima de mí, le dije que tenía un condón en la cartera, que estaba en el otro asiento, se separo de mí, se levanto y me dio la espalda para coger la cartera del asiento de delante.
Dándome la espalda veía en primer plano su culo, sus labios abiertos y mojados. No pude esperar ni contenerme, así que la tome de la cintura y le mordí el culo, el cachete derecho.
Lucia: Ahhhm que eso duele.
Yo: pero es que tengo hambre.
Lucia: pues si tienes hambre tengo algo delante de ti, que te gustara más.
Y allí estábamos, en el asiento trasero de mi coche, ella en el hueco de los asientos delanteros, con medio cuerpo en los asientos traseros, sus piernas y su culo, el resto en la parte delantera. Los dos desnudos y yo comiéndole el coño mientras ella se sujetaba con los codos en los asientos de delante. Su coño estaba más mojado que antes y más apetecible.
Ya le había provocado un orgasmo y estaba casi seguro que podría tener otro, así que pare. Lucia casi estaba pero la atraje hacia mí, y la senté encima.
Mi polla salía por sus piernas, cuando la vio sabia que tenía que hacer. Cogió el codón que tenía en las manos y me lo puso. Después se levanto y se acomodo mi polla a la entrada de su vagina, y se fue dejando caer. Yo la cogí de las caderas para que pudiera hacerlo despacio y suave.
Lucia noto mi polla en sus labios, yo arque la espalda para que la penetración fuera más placentera. Entro el glande y note como si tocara el cielo, no pude espera mas, acelere la penetración, quería tocar el fondo de su coño y quería hacerlo pronto y muchas veces.
Cuando noto que la había penetrado completamente se quedo quieta, ladeo la cabeza y busco un beso que nunca antes había buscado. Un beso que nunca antes habría pasado, y que era algo que quería desde hacia tanto tiempo, ese beso podría haber significado mucho en su momento, en otro contexto, en otro lugar, allí y después de haberme dicho que no habría un mañana y dada la situación en la que estábamos, no me parecía tan importante.
Así que comencé de nuevo, la tome de las caderas y la levante, empezamos de nuevo el mete-saca, esta vez más rápido e intenso. La penetraba y nos gustaba a ambos, porque no la había besado antes, porque no lo habíamos hecho antes era una pregunta que no quería formularle, pero lo más seguro que ella misma se la estuviera haciendo.
Lucia se recostó, y empezó a mover la cadera en círculos, mi polla estaba recibiendo una sesión de placer que ni en una peli porno.
La agarre de sus pequeños pechos, se los apreté y tire de sus pezones hasta casi el dolor.
Mientras le apretaba los pezones note que ya no podía más, así que le dije que iba a terminar. Entre gemidos y botes lucia me dijo que podía correrme que ella ya había tenido más que suficiente con dos órganos.
Así que en un gesto de egoísmo, y dado que podría ser la última vez, se la metí hasta el fondo la tome del cuello le gire la cabeza, la mire a los ojos y le dije que la quería, y cuando se lo solté, se lo solté todo la frase y mi corrida dentro de ella.
No sé que le sorprendió mas, si la frase o la fuerza con que mi polla explotaba en su interior.
Cuando pare de eyacular note que aun me estaba besando.
Se salió de mi pero aun así me seguía besando y yo a ella.
Me quito el condón y lo tiro por la ventana, no me gusto mucho el gesto pero no iba a ponerme a echarle la bronca cuando se estaba acomodando en el asiento de al lado para agacharse y hacerme una mamada. Vamos que no era el momento de discutir nada.
Primero le dio dos lengüetazos al glande, supongo que el sabor seria a semen y a látex, no le importo, porque eso duro poco, después ya se metió el capullo en la boca, y lamia en su interior, su lengua me rozaba como si quisiera rebañar por toda la circunferencia de la cabeza de la polla, cuando la había saboreado entera empezó a bajar a meterse más la polla en la boca y a jugar con su lengua y sus dientes por mas partes de mi herramienta.
Sin duda era la mejor mamada que me habían hecho. Y me lo estaba haciendo la chica que me gustaba, y lo mejor de todo es que aunque tenía la polla todavía dura, después de haberme corrido podía aguantar un mucho sin volver a correrme, vamos que esa mamada podía durar lo que yo quisiera, y quería que durara.
Ya después de casi diez minutos y pensando que yo no le había comido el coño por más de cinco, aunque le había provocado dos orgasmos le dije que parara, Lucia se levanto, se relamió los labios y me beso. A otros le puede parecer asqueroso, bueno a mi también pero era algo que podía aceptar.
Esta vez no me dio la espalda, se sentó encima de mí de cara, podía comerle la boca o los pechos mientras su mano guiaba mi polla a su húmedo coño.
Y esta vez no sé si por las prisas o porque no queríamos perder tiempo lo hicimos sin condón, estoy seguro que ambos sabíamos que lo hacíamos a pelo, pero no nos importaba.
Se la metió por completo y me beso, me dijo al oído que fuera cariñoso que fuera como si le hiciera el amor a una novia. Sus palabras me llenaron los oídos, no sé si era una declaración o una petición pero lo quería hacer lo mejor posible.
Empecé un mete saca despacio pero profundo, y le besaba en los labios, en el cuello le lamia las orejas, y le acariciaba el culo cada vez que la hacía subir y bajar en las penetraciones.
En una de las subidas, Lucia quiso darme más placer y cuando se la clave su cadera avanzaba hacia delante y atrás y no de arriba abajo, que era el movimiento que yo le daba, por lo que una de mis manos fue a parar a su otro agujero. Solo fue el contacto de mi dedo y no era mi intención, pero cuando me dijo que se lo masajear para después fue como ver un billete de lotería en el suelo.
Nunca había pensado en el sexo anal con ella y mucho menos practicarlo con otras chicas, pero dado que este iba a ser un adiós, porque no hacerlo por la puerta grande, aunque esta puerta fuera la puerta de atrás.
Por lo que podía entender hasta ese momento, no iba a ser el primero que entrara en ese agujero, no me importaba iba a ser una forma de despedirnos que recordaría toda la vida.
Me dijo que dado que no teníamos ningún lubricante tendría que primero dilatar con mis dedos y después con un condón que mejor con ese poco lubricante que tienen que a pelo.
Después de sus consejos me puse manos a la obra, o más bien dedos en acción. Primero uno mientras le mordía los pezones y ella misma se acariciaba el clítoris. Cuando ya entro uno y parecía que o se iba a cerrar mas el agujero comencé a moverlo y a intentar meter el segundo, pero parecía que le dolía mas de la cuenta.
Lucia me dijo que fuera despacio que no había prisa, asique después de conseguir meterle el segundo los deje quietos hasta que ella se relajo más de lo que estaba.
Me coloco el condón y me dio la espalda. Podía ver su culo y ese tremendo culo iba a ser mío, quería hacérselo duro y rápido para que lo recordara pero no era mi estilo.
Aunque no me lo había pedido, mi lengua se acerco a su agüero, una asquerosidad más un cuando no nos habíamos preparado para ello, pero hay que hacer grandes sacrificios de vez en cuando.
Me lengua recorrió su esfínter y mi saliva iba dejando más abierto su orto, por lo que cuando vi que tenía su autorización coloque mi glande en su culo y empecé a introducirlo lentamente.
Lucia primero dio un salto al notar algo intentando entrar dentro de ella, pero después se fue relajando, haciendo que su agujero se hiciera cada vez más grande o más bien mí polla era la que hacía que su agujero fuera cada vez mas grande.
Cuando ya tenía todo el glande metido lo me quede quieto, notaba la tensión en el cuerpo de Lucia, así que intentando calmarla acerque mi mano a su coño para estimularla, pero me dijo que me quedara quieto que cada movimiento lo notaba y aun no estaba acostumbrada a que se la metieran por el culo.
En vez de tocarle el coño fui por sus tetas, pero me dijo que tampoco. Me dieron ganas de cogerla de las caderas y aplastar su culo en mi pelvis y que le entrara de golpe, pero eso podría ser muy doloroso, para ella en ese momento y para mí si me denunciaba o peor me cagara el coche. Así que la deje a su ritmo.
No fue muy lento, poco a poco se la iba metiendo más y mas en su recto, y con cada centímetro que se metía, subía y bajaba un par de veces para acostumbrarse. Cuando ya tenía medio tronco me dijo que ya no podía mas, que fuera metiéndosela como mucho hasta ahí.
Yo le hice caso, así que empecé un mete saca con paciencia, eso sí muy placentero. Esa sensación de profanar un culo no la olvidare, y mucho menos ese pedazo de culo que me estaba follando.
El calor y la presión eran mayores que en su coño y también se sentía mucho más, si yo lo estaba flipando me imaginaba que a ella también le debía de gustar.
Aunque me había corrido un montón notaba que mis huevos querían soltar una gran cantidad de semen. Cuando me iba a correr levante a Lucia me quite el condón y le dije que quería correrme encima de ella.
Me miro asustada y con cara de enfado, pero dado que sería una despedida y después de todo lo que habíamos hecho, me dijo que podía correrme en su pecho, y así lo hice. Le marque el pecho con dos chorros que formaron una T.
Después me cogió la polla y me la chupo, dejándome el capullo seco otra vez.
Lo último de recuerdo después de vestirnos y acompañarla a su portal era su mirada de felicidad, me dijo que aunque el coche no había sido lo más cómodo no había estado mal. Me dio dos besos y me dijo que cuando volviera a casa a ver sus padres me llamaría si podía.
Nunca más quedamos, por lo que pude ver en su facebook al podo de estar en Francia empezó a salir con un chico del trabajo. Yo empecé a salir con una chica de su barrio, y cada vez que pasaba cerca del polígono me acordaba de aquella noche.