Fue increible
Lo que puede pasar cuando vuela la imaginación.
Esta obra contiene narraciones de sexo no consensuado y está orientada a lectores adultos. Si este tipo de cosas no son de su agrado o de algún modo hieren su sensibilidad deje de leer AHORA, después podría ser tarde. Por supuesto todas las escenas aquí narradas son de absoluta ficción y es voluntad del autor que nunca lleguen a ser reales.
Mi nombre es Manolo y mi mujer es Cecilia, tenemos 35 y 30 años, mi mujer es rubia con el pelo ensortijado, de ojos verdes con un rostro angelical, de boca chica y labios carnosos provocativos, tiene un cuerpo de guitarra con una cintura de avispa, con unas tetas que son una tentacion de lo duras, paradas y de pezones grandes. Su culo es redondo y de buen tamaño y ella lo sabe lucir poniéndose pantalones o faldas apretadas. Su cuca la tiene depilada y sabrosa siempre húmeda, sus labios son carnosos, su vagina es estrecha y tiene lo que suelen llamar perrito, ya que cuando tiene un orgasmo te aprieta el pájaro con su musculatura interior y te roba la leche que puedas tener. Para terminar les quiero hablar del más delicioso ano que pueda existir, estrecho, cerrado, prieto, no sé cuál sea la palabra exacta para describirlo, pero cada ves que lo hacemos por atrás pareciera que fuera la primera ves, Cesi sufre para que la penetre pero una ves acostumbrada comienza a gozar como si se fuera a acabar el mundo, ya que logra orgasmos múltiples casi hasta perder la conciencia.
No se pueden imaginar la cantidad de problemas que he tenido que evitar por los piropos que le lanzan a mi mujer sin descaro, algunos hijos de su madre que no se percatan de mi presencia cuando la estoy acompañando.
Nos casamos hace diez años y hemos venido descubriendo nuestra sexualidad a través de una relación franca y honesta con un nivel de comunicación sin barreras, ella me ha contado con detalle lo que le ha gustado y me ha pedido abiertamente lo que le gustaría que le haga. Hasta ahora las cosas han estado dentro de los parámetros que creemos que son normales. Pero hace unos tres meses atrás me ha estado pidiendo que nos hagamos socios de un club de intercambio de parejas, ya que ella tiene sueños eróticos teniendo sexo con varias personas de diferentes genero a la vez y en todos estos sueños ha terminado teniendo orgasmos continuados que han mojado las sabanas de nuestra cama, creo que esta pasando por una etapa de calentura terrible.
Nos hicimos socios de un club de intercambios de parejas de la ciudad de Lima, que parece ser muy exclusivo y no tomábamos la decisión de ir a participar de un bacilón. Cuando una noche llego a la casa y al mirar a Cesi veo su rostro desencajado con una expresión libidinosa, la pobre estaba recaliente así que le propuse inaugurar nuestro nuevo club. Ella acepto de inmediato y se fue a nuestra recamara a vestirse y arreglarse para la ocasión.
Es un espectáculo ver a semejante mujer, caminando con tacones altos, con una falda corta descaderada y una blusa ceñida, es una delicia contemplarla, la realidad superaba los límites de la belleza, si bien la belleza no se puede todavía definirla, pero mi mujer sí que causa una emoción estética al observarla, tiene todo bien puesto en donde debe estar para que sea modelo de cualquier escultor de la edad media o contemporánea, es una casi diosa nórdica, parida de las entrañas de la Tierra mezcla de vikingas y españoles, es una criolla despampanante, su color de piel invita a la lujuria, su vientre plano es una creación perfecta, sus ojos coquetos llenos de pasión y lascivia es un bombón de mujer desde la puntita del dedo gordo del pie hasta el último pelo de su cabeza.
Ingresamos con cierto temor a nuestro club, el anfitrión que nos recibió nos sugirió que pasáramos al bar y nos relajáramos tomándonos unos buenos pisco sour, lo cual hicimos de inmediato. Cuando estábamos saboreando nuestros tragos vimos pasar frente a nosotros a un grupo de mujeres jóvenes que acompañaban a un hombre de unos cincuenta años, este caballerito se echo boca arriba en una amplia cama que estaba frente al bar, inmediatamente las chicas se lo comenzaron literalmente a tragar, una se sentó en su cara poniéndole la raja a la altura de su boca, moviéndose desesperadamente, frotándose la cuca con la cara del tío, la segunda se arrodillo frente a el y procedió a mamarle el pájaro como una condenada y la tercera se paro frente a la cama y comenzó a decir que éramos unos huevones, increpándonos por estar tomando tragos cuando debíamos estar cogiendo. Le propuse a Cesi que conociéramos el local y ella mismo resorte se paro de su asiento, entramos a un pasadizo y observamos algunas puertas que se abrían y cerraban, salían y entraban parejas, al final del pasadizo había una poza de agua caliente con varios hombres desnudos en ella con una mujer morena en cueros que era acosada por todos estos gallos en la poza, nos sentamos al borde de la poza mojando nuestros pies cuando escuchamos un grito que dio la negra, que al parecer la acaban de clavar por la retaguardia sin lubricación, la pobre grito como una cerda, pero al rato dejo de quejarse se fue acomodando y se trago a uno por uno, el espectáculo fue inimaginable, en el transcurso de la orgía me entere que la llamaban la negra cotton. Cesi como que había pasado de la timidez a la calentura al igual que yo, por lo que le propuse ir a una de esas habitaciones a lo que me dijo que esperáramos a encontrar una pareja para hacer lo que habíamos venido a hacer.
Vacilándonos con el desfile humano pasamos unos 30 minutos y dos ruedas de buenos pisco sour dobles, la verdad es que Cesi y el que les narra estábamos a punto, cuando se presento una pareja joven, bastante atractivos, bien vestidos y desenvueltos, se sentaron al lado nuestro y rompieron el hielo proponiéndonos compartir nuestras señoras sin mayores preámbulos, a Cesi parece que le encanto la propuesta, me miro como pidiendo mi aprobación y al no expresar mi disconformidad se paro y se retiro a una habitación con el, creo que no le pregunto su nombre, yo me quede con su esposa, conversamos de varias cosas y me dijo que se llamaba Gaby, y que estaba ansiosa por comerse una buena pieza, la cogí por la cintura y nos dirigimos a otra habitación, al entrar ella me empezó a desvestir con ansiedad y yo hice lo mismo, al
sacarle su ropa interior una cuca divina apareció, la tenía rasuradita en forma de triangulo en la parte de arriba y en los labios vaginales se veía gotitas de placer cristalinas, no esperé más y me lancé al deleite, su chucha sabía a gloria, le comencé a dar lengua por cada milímetro de su conchita que estaba muy caliente y mojada, cada vez con mi saliva la iba lubricando y ella se desesperaba al borde de la inconciencia, hablaba groserías mientras cogía con fuerza como queriendo meterme por completo de cabeza en su huequito y a la vez que se acariciaba el clítoris al gusto de ella, en momentitos que le metía mi lengua lo más que podía en su cuevita del amor. Cada vez estaba más poseído por una especie de locura erótica, ella al acariciarse el clítoris de una manera desesperada me hizo pensar que era hora de clavarle al pacificador que para estos momentos ya estaba a reventar, no quise que me haga nada, no era necesario, sus palabras y la situación eran más que suficientes para haberme puesto en ese estado de excitación, quería hacerle sentir a esa hembra lo que es un macho y que se le pasen todas las ganas de joder.
Puse mi glande en la vulva mojada de Gaby y de un solo empujón me clavé hasta dentro hasta sentir que chocaba con su pared del fondo, ella gritó un alarido desgarrador lleno de placer y se fue calmando de la desesperación que tenía, al comenzar a moverme sólo gozaba y gozaba sin parar y me besaba y en su boquita se dibujaba una sonrisa de labios templados muestra de morbo y excitación por todo lo que estaba pasando, esta flaca no paraba de decirme lo bien que la estaba pasando y en cada envestida me iba guiando mis movimientos tomándome de las nalgas y de mi cintura con una mano y con la otra acariciaba mi pecho y me besaba en la boca y a ratitos lamía y chupaba mis tetillas haciéndome enloquecer, la estaba gozando como la naturaleza manda, disfrutaba cada milímetro de su piel y sus facciones perfectas de bella mujer, su coño era muy estrecho y parecía un guante que cada vez se me iba apretando más, quería disfrutarle el mayor tiempo posible y llamando a mis poderes de autocontrol no me venía aunque ganas no me faltaban todo el tiempo, sentía poco a poco su chucha apretarme más y comenzó a tener movimientos violentos circulares, se la seguía clavando con devoción aprovechando el gusto que le estaba dando, casi todo el club se enteró de que se estaba corriendo con mi verga trabada hasta el fondo por que gritaba como si estuviera pariendo, me mojó hasta el pecho y empapó la cama con la brutal venida, se quedó como desmayada y semiconsciente por algunos minutos en los cuales después que hubo "eyaculado" por completo se la saqué despacito y me dediqué a prodigarle tiernas caricias mientras contemplaba su hermosura, acaricié su pelo, ella se quedo desparramada en la cama como atropellada en posición de accidente de tránsito por lo menos unos veinte minutos hasta que volvió en sí y se aproximó a mi pecho en donde se quedo adormitada por unos 15 minutos más mientras me entretenía con su cabellera y su bello cuerpo. Nos habíamos quedado dormidos yo con la macana empalmada todavía con las bolsas llenas de leche pero satisfecho por haberle proporcionado placer, ese es mi placer, dar placer, no hay nada que me complazca más que dar placer a una mujer.
De repente veo que empieza a moverse y se pone a gatas en cuatro patas, abre sus cachetes con sus propias manos, me enseña su cuevita y prácticamente me lo pone a disposición. No pude resistir esa visión y me agaché para lamer directamente su orificio, para dilatarla con mi lengua, mientras ella suspiraba. Puse lubricante en la entrada de su ano, en tres de mis dedos, y seguí abriéndola primero entró uno, luego dos, finalmente los tres estuvieron danzando. Los retiré, eché más lubricante en su ano y la embestí.
Gaby sintió mi penetración y respondió con un gemido suave: a la primera entró mi punta; presioné suavemente, un centímetro más y se fue adentro, me retiré unos milímetros pero sin salirme, volví a embestirla; poco a poco la penetré del todo, hasta que mis testículos tocaron sus labios vaginales. Ella empezó a mover sus caderas, a bailar con mí pájaro enterrado en sus entrañas.
Tienes un ojete maravilloso le susurré al oído. Me respondió girando todo lo que pudo su cabeza para darme un beso lascivo. Sus flujos vaginales empaparon el piso. De golpe, jadeó más y más fuerte. Un grito, otro grito, ¡estaba teniendo un orgasmo total! Mientras, seguí bombeando su culo, notando su estrechez, notando su fuerza en ese ano que pareciese estar inagurando. Con una de sus manos, alcanzó a acariciarse el clítoris durante unos segundos.
No te vengas dentro de mí me pidió entre jadeos y susurros. -Te quiero en mi boca. Seguí disfrutándola un rato. Ella se estaba cansando, así que suavemente retiré mi pené de su ano, ella aprovechó para girarse, y al terminar de hacerlo vio mi verga cerca de su boca. Ávidamente se lanzó sobre mis testículos: los lamió, los absorbió uno por uno. Chupó mi pájaro no pude resistir más y en un grito, derramé mi semen en su garganta. Ella lo tragó, lo sorbió ávidamente. Después se dedicó a rematarme me lamió la punta sacándole brillo y empecé a aullar de placer. Eché una mirada hacia abajo y la vi con su mano derecha masturbándose frenéticamente. No me soltó hasta que nuevos orgasmos la tranquilizaron quedándose dormida.
Después de cinco minutos desperté a Gaby y le propuse ir a buscar a Cesi y a su marido, grande fue nuestra sorpresa el descubrir que ellos habían entrado a una habitación múltiple, vimos a Cesi que apoyaba las manos en la pared con las piernas bien rectas y el culo levantado por sus altos tacones y ligeramente echada hacia atrás. Su falda había sido remangada hasta la cintura y su blusa estaba arrugada y recogida en su cintura. Nada más cubría su cuerpo.
Cinco hombres incluido el marido de Gaby pasaban sus manos por todo su cuerpo, la rodeaban intentando hacerse un sitio para llegar a acariciar el cuerpo la tocaban con delicadeza por que ese había sido el trato con ella. Le temblaban las piernas cada vez que un dedo pasaba por su clítoris, buscando en cada contacto su excitación. Cesi podía sentir como diez manos que acariciaban su piel, su sexo, sus tetas, su culo. Algunos jugueteaban con su ano, otros introducían sus dedos en su vagina o acariciaban su clítoris, otros lamían sus pezones. Cesi se corría como una loca sintiendo un sinfín de manos acariciándole, buscando sus puntos de placer. Le temblaban las piernas de resistir tanta corrida. Cuando ya no pudo más les pidió a todos que pararan llevaba mucho rato subida en un orgasmo continuo y descomunal.
La dejaron descansar unos minutos y luego la colocaron en una "silla del amor" en medio de la sala de forma que Cesi podía estar con las piernas bien abiertas descansando en los brazos de la silla diseñados para tal propósito. Uno a uno fueron pasando sus lenguas por su ano y su coño. Cesi tenía un orgasmo detrás de otro mientras las cinco lenguas pasaban por ella, se agarraba a la silla de forma que se le quedaban los nudillos blancos. Todos los gallos se estaban empleando a fondo y el jugo de sus corridas resbalaba por sus nalgas sin cesar. Cuando llegó el turno del participante numero cinco Cesi ya había perdido la cuenta de las veces que se había corrido. Tardo un rato en calmarse para poderse levantar ayudada por dos caballeros.
La ayudaron a caminar hasta un pasillo francés y los cinco hombres, con una erección notable todos introdujeron su sexo por los agujeros dispuestos a tal efecto. Cesi solo llevaba ya las medias y los tacones. Caminó lentamente por el pasillo acariciando los pájaros que sobresalían de la pared. Delicadamente iba masturbando a todos, procurando que todas llevaran un ritmo parecido de excitación. Cuando llevaba un rato así comenzó a chupar un pájaro detrás de otro. Tragaba hasta la garganta y volvía a lamer todo el tronco. Mordisqueaba con cuidado los glandes haciendo que todos se excitaran al mismo ritmo. Sopesaba y acariciaba los testículos notándolos llenos de esperma. Mientras, agachada en cuclillas para poder realizar las cinco felaciones, se masturbaba lentamente, saboreando el placer. Los pájaros cuidadosamente excitados y acariciados uniformemente y al unísono empezaron a explotar en la boca de Cesi uno tras otro. Ella recibía las abundantes cargas de esperma con placer. Tuvo en todo momento mucho cuidado de no excitar más a uno que a otro para poder medir bien el aguante de cada uno. Su cara y sus tetas se iban tiñendo de blanco a cada corrida. El semen resbalaba por sus labios, su cara y sus tetas mientras ella mostraba una sonrisa golosa.
Cesi estaba bañada en leche, su cara, sus tetas y su abdomen estaban blancos con las corridas de los cinco mancebos. Cuando en eso Cesi siente que la transportan en el aire a una bañera redonda con muy poco fondo donde era fácil que los cinco hombres se dispusieran alrededor de ella. Los hombres se quedaron un poco parados, como esperando a que les llegaran las gana de orinar. Al cabo de unos segundos, uno de ellos empezó a orinar encima de Cesi, que recibió el cálido líquido amarillo con placer. Como si fuera una señal todos empezaron a descargar sus vejigas encima de ella. Unos apuntaban a las tetas, otros directamente a su coño y varios empezaron a descargar en su cara y en su boca. Ella abría la boca como pidiendo más con los ojos cerrados, él liquido rebosaba desde su boca a sus tetas y todo su cuerpo. Cuando acabaron los cinco Cesi besó los cinco pájaros de los hombres con los que tanto había disfrutado y después les dio un beso en la boca a cada uno despidiéndose antes de encaminarse a la ducha.
Que brutal experiencia de sexo, creo que nos pasamos para ser primera vez en un club de intercambios, nos dirigimos con Gaby donde su esposo a quien me presento como Raúl y luego se acerco Cesi recién bañadita propuso reunirnos en este mismo club la semana que viene, esa fue otra historia que les voy a contar si es que esta les ha gustado, favor de escribir ..........