Fuck it!

Infidelidad, cuanto antes perdonada antes olvidada. ¡Qué les jodan!

Por la tarde Ángela llega a casa, esta cansada, pero el día de hoy no a sido prácticamente nada, normalmente trabaja hasta muy tarde. Se suelta el pelo, deja sus cosas sobre un sillón del salón, se quita los zapatos y las medias las tira en medio del pasillo. Se sacude un poco el pelo, le parece que esta lleno de mierda, completamente sucio aunque se lo lavo hace un par de horas, todavía le huele a la comida basura que a tomado para comer, para pasar el rato, se quita la chaqueta, se baja la falda, su camisa la cuelga en una silla, no tiene ganas de nada tal vez sólo de dormir un rato. Pone algo de música, la quita, bosteza y se va a su habitación.

Allí ve a su marido a Luis con otra, tirado en la cama mientras esa chica sube y baja tapándole su visión, no la ve todavía no. Ángela se queda perpleja. Dubitativa. Se apoya en el quicio de la puerta. Respira. Se acerca a la cama, a cuatro patas se sube a ella y coge a la chica por la cintura.

-Baja hasta abajo, clávatela toda. Sube hasta arriba, sácatela toda que te acaricie antes de volver a metertela.

Oídos sordos a las palabras de su marido.

Oídos sordos a las palabras de su amante.

Sólo ella tiene voz en esta conversación.

-Y tú, acaríciale las tetas, ¿estas en esto o no? Deja ya de hablar y sigue a lo tuyo, ¿quién te a dicho a ti que pares? Continua, cada vez estas más mojada, seguro que esto os gusta que otros os miren, que sea yo ¿verdad? Te gustaría que participara pero no lo voy a hacer, sólo voy a veros y a ayudaros.

Oídos sordos a los ruegos y a las suplicas.

-Te vas a correr y no llevas ni condón, eres un asqueroso. Tú, bájate ya de ahí, deja de hacer la mona y enseña tu coño, que se corra sobre él, que se masturbe mientras tú también lo haces, que la leche moje tu coño -. La amante de Luis así lo hace y se recuesta en la cama, se masturba y Ángela masturba a su marido, Luis que se corre mientras que su leche va a parar al coño de su amante, una chica rubia, joven de ojos verdes que parece tener las tetas llenas de silicona, el coño rasurado y los muslos enormes -. Te voy a tener que meter yo la mano en el coño o que... Así esta mejor, sigue, no pares. Cómele tú ahora el coño, ¡calla! ¡calla! No quiero oír tus lamentos, sólo quiero que lo hagas y que te calles. No es tan difícil. Así. Hazlo. Sigue.

Luis hundió su cara en el coño de su amante, de Marisa, con su enorme nariz acariciaba el clítoris de Marisa lleno de leche, su lengua se hacía paso entre su cuerpo y entera la desplegaba bajo la atenta mirada de Ángela que le empujaba la cabeza más y más.

Oídos sordos a los gemidos.

Oídos sordos a los quejidos.

Oídos sordos al gusto y al placer.

Acariciaba el culo de Luis, sus tersas nalgas, las golpeaba y se producía un ruido sordo, vació pero lleno de un algo que no sabría describir, que no sabría lo que es. Con rudeza le metió un dedo, él levanto el rostro del coño de Marisa. Ella le decía que siguiera. Ángela le golpeo en la cabeza. Siguió moviendo la lengua dentro de Marisa.

Cuando los ruidos de Marisa se hicieron más fuertes Ángela la agarro del pelo y la echo para adelante entretanto empujo a Luis para atrás, lo acostó, le puso las manos en la cabeza y llevo la cara de Marisa hacía su polla.

-Venga cométela, si te gusta. Cuantas guarrerias habréis hecho sin que yo estuviera delante, me da igual, no os cortéis por que yo este delante, será lo mismo tal vez más violento pero que más da si total todos hemos visto follar a alguien aunque no muchas pueden decir que han hecho lo que yo.

La cara de Luis estaba manchada por su leche, por su esperma, por su lefa, por su puta esencia, se la quitaba con las manos y se limpiaba en las sábanas, otra se la limpiaba con la lengua y se la comía.

Oídos sordos a la nada.

Oídos sordos a la visión de este momento.

Oídos sordos al calor y a los recuerdos que la mente te proporcionan.

Ángela le pellizcaba los pezones a Luis, siempre lo había odiado, ahora se callaba y aguantaba el dolor de unos pellizcos que podrían arrancárselos, no miraba el dolor, no se percataba de que se ponían rojos por momentos y de que si ella hubiera tenido unas tijeras se los hubiera cortado, la lengua y los labios en sus partes podían más que cualquier otra cosa.

-Follad, follad malditos, dale bien por el culo metesela toda. No pares hasta que te corras y cuando lo hayas echo no la saques retuércesela dentro que la sienta y le duela cómo a mi me a dolido durante tanto tiempo –Ángela se quito la ropa interior y mostró todo su cuerpo -. Mira, esto es mi coño, tócalo por última vez, mira mis pechos y tócalos por última vez, fustiga mi trasero por que esta será la última vez, con esta lengua tantas cosas te he hecho, te beso por última vez mientras tu penetras a otra. Hoy tú has muerto y yo voy a vivir que los dos seáis muy felices, yo lo intentare por ahí –se levanto -. Voy a salir, volveré muy tarde pero cuando llegue no quiero que estés aquí.

Volvió a donde había dejado todas sus cosas y se vistió lentamente, una lagrima le corrió por el rostro, la devoró cuando llego cerca de su boca. En la cocina tiro lo que se encontró a su paso, todo de cristal al suelo, se agito el pelo y fue de nuevo al dormitorio.

-¡Disfrútalo! –y le tiro a Marisa un fajo de billetes a la cara.

Oídos sordos a los gritos.

Oídos sordos a los que estaban en la habitación.

Oídos sordos a todo.

Dio un portazo al salir y una sonora carcajada mientras bajaba las escaleras. No a sido tan malo. Que follen cuanto quieran. Sólo les quedara eso. Yo me marcho. Ciao.

Fuck what I said it don’t mean shit now Fuck the presents might as well throw em out Fuck all those kisses, they didn’t mean jack Fuck you, you hoe, I don’t want you back Fuck what I said it don’t mean shit now Fuck the presents might as well throw em out Fuck all those kisses they didn’t mean jack Fuck you, you hoe, I don’t want you back