Fruta Fresca
Quien no ha disfrutado alguna vez con los placeres de la fruta en el sexo? sobre todo si estas enamorado.
Como cada semana, iba al supermercado a comprar Fruta Fresca para la casa, nos encantaba, sobre todo con este calor, hoy tocaba comprar unas fresas, medio kilo de cerezas, naranjas, manzanas y mango, esa fruta tropical tan sabrosa... Debía apresurarme con el coche para llegar a casa y que el calor no afectara a la fruta, lo cogí y con el aire acondicionado al máximo, en cinco minutos ya estaba aparcando en mi garaje. Cogí la bolsa de fruta y me dirigí silenciosamente hacia la cocina, sabía que ella estaba todavía en la cama y quería prepararle un buen desayuno…mmm de Fruta Fresca.
Partí en finas rodajas la manzana y el mango, las puse en forma de corazón en un plato grande y redondo, en el centro del corazón puse las cerezas y las fresas enteras, quedaba perfecto, solo me faltaba hacer el zumo de naranja, el acompañamiento idoneo para un desayuno completo. Lo puse todo en una bandeja con el corazón de fruta y dos vasos de zumo, me quité las deportivas y me dirigí a la habitación, abrí la puerta despacio con el codo pues tenía las dos manos ocupadas con la bandeja, yo creía que todavía dormía, pero estaba leyendo un libro de Rick Warren, creo que se llamaba “Una vida con Propósito”. Ella estaba boca abajo con las piernas dobladas por las rodillas y moviéndolas, con ese pijama blanco de puntos rojos, bien cortito, me vio entrar y sonrió dulcemente, “buenos días amor” me dijo. “te he preparado el desayuno como a ti te gusta” le enseñé la bandeja y le encantó ese corazón de fruta, me dio un abrazo y varios besos por toda la cara, estaba contenta, la mañana empezaba bien.
Nos pusimos juntos acostados de lado para empezar a comer, le dije que empezara por el “mango” y la manzana, ya me entendéis… sonrió sabiendo a lo que me refería. Ella me daba un trozo en mi boca, yo a ella, sonreíamos pausadamente disfrutando de un momento divertido y diferente. Me encanta ver como sus labios se mueven al masticar, es como una sintonía creada específicamente para ella, bebió un trago de zumo y una gota se resbalaba bajo su labio por la barbilla, se la iba a limpiar con la servilleta pero la detuve, ese era mi trabajo… Con mi lengua saboree esa dulce gota con sabor a naranja hasta llegar a sus labios, convirtiéndose en un beso de dos enamorados. Continuábamos comiendo un poco hasta acabar con la manzana y el mango, antes de comenzar con las fresas y cerezas la tumbé de forma inesperada sobre la cama boca arriba, empecé a besarla por el cuello y cogiéndole las dos manos sobre la almohada, la tenía poseída, con ese camisón de tirantes, uno lo tenía por debajo del hombro, más sensual imposible, con unos pechos perfectos sin sujetador, se notaba la silueta de sus senos tras la suave tela. Recorrí con mi mano abierta desde su cuello hasta sus pies rozando con mis labios sus morenos muslos.
Le empecé a quitar el pijama, no llevaba nada de ropa interior, extraordinario paisaje de curvas perfectas, me recuerda al anuncio del BMW “¿te gusta conducir?”. No sabía por dónde empezar, recordé al momento que en el plato todavía quedaba un poco de fruta, cogí una cereza y empecé contornear sus pechos con ella, primero uno, después el otro, dibujando su figura, le hacía cosquillas, pero se transformaba en placer al instante, llevé la cereza a su boca para que la mordiera, pero al rozar sus labios en ella, la llevé a mi boca, dije “esa era para mí, lo siento amor”, “que malo eres” respondió. No quería ser tan malo, por eso cogí una fresa para que la mordiera, esta vez sí que dejé que lo hiciera, la otra mitad me la comí yo, luego cogí otra, la mordí por la mitad y creo que ella ya se esperaba el resto, descendí como una serpiente a su zona más sensible, estaba ya como respirando acelerada, sabiendo lo que le esperaba, cerrando los ojos, preparándose… De fruta fresca ya no había nada, aquello estaba más caliente yo. Con la media fresa empecé a contornear esos labios tan sensibles que había entre sus piernas, le soplaba para estremecerla, hacerla sonreír y gozar de placer mientras mis labios mojados junto con mi lengua saboreaban suavemente cada centímetro de su contorno, me cogía del pelo movía sus caderas en círculo, mientras jadeaba y decía palabras entrecortadas por el placer, como me divertía haciéndola disfrutar, hizo que me levantara y me pusiese sobre ella para besarla con pasión, esta vez apretaba sus labios y introducía su lengua y la movía como nunca, cogía sus dos pechos con mi manos y a cada momento los besaba y mordía sus pezones.
Me puso bocarriba y por el movimiento brusco la bandeja cayó al suelo y se rompió todo, daba igual, sonreímos y continuamos con nuestro ritual de pasión sin nombre, me quitó el pantalón corto que llevada y mis bóxer, se lo introdujo todo en su boca, a la vez que movía sus manos por mi pecho, moviendo su lengua de forma que me hacía vibrar, gesticular y cogerla fuerte de la mano, subía ardientemente con su lengua por mi barriga, pasando por mi pecho hasta mi cuello, gran sitio para detenerse mientras empiezo a penetrarla y agarrar su trasero duro para consolidar nuestro amor de la forma más apasionante posible, nos movemos como si fuese nuestro último día, me encantaba acariciar su espalda y apretarla junto a mi cuerpo, no quería que se acabara nunca, era placer continuo, excitante, divertido, sensaciones que solo unos jóvenes enamorados sentirían.
Ya no quedaba fruta, todo lo demás estaba esparcido por el suelo, quien iba a imaginar que una simple compra de Fruta Fresca, iba a acabar siendo una de las mejores mañanas de mi vida.