Frustración

Un regalo de una amiga, y como cada vez hay mas impotencia en los hombres y las mujeres tenemos que tomar la iniciativa.

-Muy buenos días. Quisiera reservar dos billetes de avión para Alicante. Para los días 1 de Mayo y vuelta el 4 de Mayo.

Tras un breve periodo de tiempo la telefonista me confirmo que los billetes ya estaban emitidos y que con el DNI ya podía volar.

Estaba feliz y contenta. Le iba a regalar a mi amiga del alma un fin de semana para que se enrollase con un amigo. Mi amiga tiene 32 años, morena, 1.70 y un buen cuerpo. Llevaba mucho tiempo sin ajetreo sexual y yo notaba como cada vez se hacia mas huraña y mas infeliz.

Yo soy mujer, también de 32 años, 1,68 y me considero guapa. Soy heterosexual y normal en mis gustos.

Por mi trabajo viajo mucho por España, y conozco a mucha gente. En alicante conozco un chico, que tiene unos 36 años. Roberto se llama. El cual hacia unos meses que se había separado de su novia de toda la vida. Guapo, atractivo y creo que sexualmente muy activo. O eso me parecía.

Le comente a mi amiga, que ya tenía los pasajes y que mañana a estas horas estaríamos en alicante.

Dicho y hecho. Llegamos a Alicante y cogimos un taxi. Fuimos a la urbanización donde Roberto tenía el chalet.

Entramos y el estaba esperándonos. Le presente a mi amiga. Nos pusimos a cenar. Conversación trivial. Yo ponía todo mi empeño por que saltara la chispa entre ellos dos. Saque todo mi repertorio de chistes verdes. Les servia sus copas tan pronto quedaban medias llenas, pero ni con esas conseguía que se animaran. Después de haber hecho mil kilómetros no podía aceptar esta derrota. Pasamos a la sala de estar y nos sentamos en un sofá amplio. Le pedí a Roberto que nos sirviera unos chupitos de licor de manzana.

-Oye, ¿no te gusta nada Roberto? Le pregunte a mi amiga.

-Si me gusta pero….

Cada vez me estaba poniendo mas irritada, estos dos panolis no eran capaces de enrollarse. Ni poniéndoselo fácil

Así que me decide a tomar el toro por los cuernos.

-Mira, Roberto, hemos venido desde Vigo, con el propósito de que mi amiga hecha un buen polvo contigo. Y perdóname por la brusquedad.

Se quedaron los dos perplejos y asustados. Como no hacían nada cogí la mano de mi amiga y se la puse en el paquete de Roberto. Pero el hombre no daba arrancado. Así que con los efectos del alcohol. Puse a mi amiga de pie y le quite la camisa. Quedaron al descubierto sus pechos cubiertos por un sujetador de color rosa. Seguí, ya no podía parar. Y le afloje los botones de la falda. Se quedo en tacones, medias, braguitas y sujetador. Volví mi mirada para Roberto. Y me encare con el. Le quite la camisa, los pantalones y cogí su miembro con mi mano. Estaba flácido parecía de mantequilla. Le baje los calzoncillos y los tire. Se quedo totalmente desnudo y no era capaz de hablar. Lo senté en el sofá y puse a mi amiga encima de el. Mirándose. Y le quite el sostén. Pero aquello seguía sin funcionar. Cada vez notaba que mi entrepierna estaba más húmeda y estos dos fríos como témpanos no hacían nada. Puse una teta de mi amiga en la boca de Roberto. Y el empezó a chapársela. Levante otra vez a mi amiga y le quite sus braguitas rosas de encaje y el sujetador. Tenia la entrepierna rasurada. Moje mi dedo en el chupito y se lo pase por su rajita dio un respingo y me miro con cara de "que haces" pero yo estaba como una moto. La hice subirse encima del sofá y su chumino lo puse a la altura de la boca de Roberto. Me retire un poco para contemplarlos y retirarme de la escena. Me encantaba ver el culito de mi amiga ver como se restregaba en la cara de Roberto, y también miraba el pene de Roberto y todavía seguía morcilloso. Como me estaba fallando. Aquello no tenía trazas de ponerse duro. Yo notaba como mi amiga estaba fuera de si. Y quería sentir una verga dura dentro de ella. Se notaba en su cara la desesperación. Con la mirada le indique que le lamiera la verga a Roberto. Pero me miro y movió la cabeza en señal de negativa.

Ya se me encendieron todas las alarmas. Y me lance a la verga de Roberto como una posesa. Le empecé a comer el rabo, suavemente y cada vez mas rápido. Pero nada. Mi amiga me miraba desesperada. Así que deje de comer el rabo de Roberto y empecé a comerle el chumino a mi amiga y con la mano acariciaba la verga de Roberto. Luego los puse de tal manera que intente que Roberto penetrara a mi amiga. Pero no hubo forma.

Nos volvimos otra vez para Vigo, y al llegar lo primero que hice fue conectarme a Internet y buscar en un sexshop cibernética un arnés. Y pongo a mi honor de testigo, que no me volverá a pasar nada de esto. Me comprare un arnés con pene para poder penetrar al que haga falta. A mi amiga y por el ano a mi amigo Roberto.

Y así, se acabo mi viaje a Alicante. Frustrada.