Frente a mi

Ella, leyendo mi relato frente a mí, humedeciéndose, mientras mi imaginación ñujuriosa se libera en las palabras impresas en el papel que sujeta entre sus manos...

Frente a mí, tan bella, tan sexual, como siempre. Sentada en el sofá, cómoda, dulce, mientras sus manos sostienen hojas impresas. Lee cada palabra esperando encontrar un relato, una historia… La veo hermosa mientras me lee, la deseo. Imagino su cuerpo y el mío en miles de situaciones morbosas. Cuando escribo estas palabras no logro decidirme por una en concreto, pues el nexo común de todas estas fantasías es ella, su flor entre las piernas, su cuello perfumado, su carne lujuriosa, su mirada de ángel que en un segundo se convierte en la de una zorra deliciosa.

Nunca premedito mis aventuras con ella, siempre que se da una situación morbosa surge de la nada, de la pasión del momento…Siempre me la imagino con falda, accesible, ligera, femenina… En cualquier lugar al que voy, veo rincones y pasillos donde me veo acariciándole bajo la falda, agarrando su entrepierna como animal sediento… el metro, la cola de un cine, cualquier bar, el coche…pero siempre es ella.

Ahora mismo la cogería de los brazos y la acercaría impulsivamente hacia mí, las hojas del relato cayendo y danzando alrededor mientras mi boca arremete contra la suya. La miro con ternura y a la vez como un animal enjaulado capaz de devorarla de un bocado. Me inspira cariño, compañerismo, placidez, calma y risas, y todo eso hace crecer en mi interior el lobo cruel y hambriento de su coño y de su piel, de sus manos, sus labios, su néctar.

Me vienen recuerdos de situaciones compartidas en las que, ahora, se me ocurren cosas que podría haber hecho. Me viene a la mente la primera noche, en el bar Kentucky, frente al baño, ese baño será desvirgado una noche por ambos; esa noche llevarás falda, y mientras hablamos, rodeados de gente, los tíos deseándote, yo flirteando con la mirada a otras mujeres, pero sabiendo que en el pequeño espacio del baño de ese bar nos espera la pasión. Lo sabemos porque, sentados tan juntos, hablando de mil cosas, riendo, disfrutando de nuestra compañía, sus piernas se abren disimuladamente para mí, entre el gentío, y mi mano se pierde entre ellas,, jugando, en morbosa situación.

O aquella vez, aún más lejana, en VOE. Me pediste que te bajara no sé qué sujetador de la estantería pero estaba liado. Cogiste la escalera, la pusiste tras de mí, yo sentado en mi mesa de trabajo, concentrado hasta que viniste, con tu perfume, tentándome, notando la electricidad entre los dos. Subiste en la escalare.. tu culo, que tantas veces deseaba cuando te ibas por el pasillo a la tienda tan cerca, tan al alcance. Sabía que no era el momento, que este deseo crecía día a día y eso era bueno, con eso bastaba. Te imaginé tantas veces sobre mi mesa, poseyéndote, o en el baño, donde una vez casi llego a masturbarme de lo caliente que me pusiste, no por nada en concreto, quizá ese día hablamos más o te vi más guapa de lo que ya eres.., o vete a saber. También me ponías cardíaco cuando estabas en el ordenador; recuerdo una vez que ibas y venías constantemente para hacer un cartel…la puerta es estrecha, la que da al ordenador, me imaginaba rozándome contigo tu entrando y yo saliendo, o cuando me enseñabas el cartel de navidad, sentada en mi silla, yo de pie tras de ti, cerraba los ojos y olía tu pelo, tu perfume, me mordía los labios, todo en un segundo mientras hablabas y estabas girada frente al monitor y luego volvías a mirarme y ya estaba otra vez en el papel de Oscar-amigo, dejando de lado ese fugaz Oscar-deseoso de ti, sonriéndote, preguntándote.

Y como no nuestra cita pendiente en el pub 6y9, que anhelo realizar y a la vez temo, quizá porque tu persona ha entrado tanto en mi sangre, hirviéndola, que poco a poco, cubriendome el cuerpo por venas y arterias, rodea mi corazón. Aun así te imagino en aquel lugar conmigo, rodeados de brazos y piernas, piel suave y caliente alrededor nuestro, gozando del morbo de una orgía, nuestros labios recorriendo miles de bocas mientras nos miramos perversamente, y en la esquina de nuestras miradas, en el ángulo que dicen muerto, un universo de ternura nos une, envuelto en la llama del volcán que son nuestros sexos, pura lujuria desatada entre cuerpos de mujer y de hombre desconocidos, pollas y coños que nos abrasan y desean, dándonos placer, un placer aumentado al compartir tan morbosa experiencia entre los dos. Mil situaciones ya habladas me atrapan: el sabor de nectar salado de una joven preciosa en tu oca, comiendole el coño, ella tumbada, tu a 4 patas, notando los bombeos de mi deseo erecto dentro de ti, bien dentro…, o notar el sabor caliente de una polla anónima, o las manos desconocidas de hombres y mujeres palpandote, deseandote, te imagino follada por dos pollas a la vez, y a la vez me duele y me excita. El tiempo dirá

Aquí y ahora, mientras lee mis palabras, me la imagino en su portal, en la calle, de espaldas a mi y apoyada en la puerta de la entrada. Yo sentado en una moto cualquiera, a unos 3 metros de lo que mas deseo en ese momento, de ella, controlándome, sabiendo que el juego hará crecer la furia y el éxtasis. Lentamente gira la cabeza, mirada de lujuria, se levanta la falda, no lleva nada debajo. Se acaricia el clítoris y una gota, cual rocío, se desliza desde su coño por la entrepierna. Abre más sus nalgas, sabiendo que deseo su culo, que quiero romperlo. Me la está poniendo como una piedra. Me acerco lentamente, cojo su cabeza y acerco sus labios a los míos, mientras con la otra mano, acabo de separar sus piernas del todo; mis dedos juegan con sus fluidos dentro de ella, abriendo su flor para poder lubricar mejor su clítoris y su ano.

Alguien pasa en coche pero nos importa un carajo. Mis labios recorren su cuello, paladeo el lóbulo de su oreja, me chupa los dedos y así, humedecidos por su sed los poso en sus pechos, juego con sus pezones. El dedo índice de mi otra mano logra introducirse en su coño, que se abre como una flor, y el pulgar lo meto en su culo. La tengo cogida literalmente de la entrepierna. Nos volvemos a besar con furia mientras se masturba el clítoris con una mano, y con la otra me baja la cremallera de los pantalones. Me esta ofreciendo su culo, sabe que lo deseo, que se lo voy a romper, pero espero un poco más; quiero que me lo pida.

Le doy la vuelta, nuestros labios se recorren con pasión, tengo la sensación de que en cualquier momento prenderán de tanto lamerse el uno al otro. Muerdo su cuello, ella me araña la espalda bajo la camisa; froto mi sexo erecto contra ella, abierta de piernas, de pie apoyada contra la puerta. Oímos la persiana de una ventana del bloque, sobre nuestras cabezas, quizá nos miren; eso nos pone más cachondos. Nos miramos a los ojos, deseándonos, con un toque de ternura, pero sobretodo como enemigos, queremos luchar, apaciguar nuestros fuegos de la manera más salvaje posible; no somos conscientes, nos dejamos llevar por la marea, altas olas de 15 metros nos arrastran a un océano de lujuria, de sexo puro, nos llevan a un tiempo remoto donde únicamente somos un coño y una polla, donde somos animales carnívoros hambrientos del otro.

Li dic a cau d’orella: Vull follarte cada segon, mejar-me el teu cony per esmorzar cada matí, vull follar-te el cul ara i vull que m’ho demanis.

Mirándonos a los ojos. A través de ellos.

Bajo por su vientre y me interno en su piel más profunda, me gusta sentir su coño en mi boca. Ella me aprieta la cabeza contra su entrepierna, mi lengua sigue el movimiento que el instinto depredador le marca.

Sed. Pura sed de ella

Prácticamente está sentada sobre mi boca, mi dedo pulgar juega en su coño mientras sorbo su clítoris con la boca. De pronto me alza hacia arriba y me mira seriamente. Se lo que quiere, quiere lo mismo que yo, quiere que nos sintamos cerca, unidos…. Quiere que se la meta de una puta vez.

Me bajo los pantalones y los boxers y la alzo con mis brazos por las piernas, su espalda apoyada en la puerta, la empotro contra ella, mi dura polla, tan dura por ella, se roza contra su clítoris; fácilmente entra al cuarto roce. La primera embestida siempre es especial, mágica, sensual…luego viene la tormenta tras la que no deseo que llegue la calma. Me convierto en el hombre lobo y ella en la mujer pantera, somos animales rugiendo, arañando, mordiendo, yo follándola, deseando romperla, sin control, pura pasión, mirándola como un cabrón, sintiéndose ella una zorra, queriendo romper el mundo en mil pedazos. Y por qué no, haciendo el amor.

Le levanto la camiseta, arranco su sostén, si llevara tanga estaría ahora en el suelo en jirones. Noto como me hundo cada vez más en ella, martilleando una y otra vez; parando dulcemente y recorriendo su piel con mis manos y mi boca, saboreando sus senos, volviendo a clavarle mi deseo erecto en su sol desnudo de nuevo salvajemente. Toda su miel se desliza hasta su culo, mojándolo y lubricándolo, froto mi pelvis contra su clítoris, mientras intento controlar vanamente esta furia que me recorre, este deseo intenso de penetrarla hasta lo más profundo de su océano. Suave y salvaje, combinación explosiva, pero me cuesta, me cuesta retenerme, cuesta no dejarme llevar y volvernos locos en la pasión, destrozarnos en medio de un mar de placer.

Es entonces cuando, en un instante, nos quedamos mirando. Pensamos lo mismo. Compenetración, sincronización, de una forma natural, como por inercia. Ambos sabemos que llegó la hora. Se baja de mi, se gira lentamente, apoyadas sus manos en la puerta, su falda hace rato que dejó de existir como tal. Gira la cabeza, su mirada es fuego, su boca es seda, y de ella sale esta voz: Quiero que me folles el culo.

Recuerdas con ardor tu corrida del otro día mientras te masturbaba analmente, ese placer nuevo, desconocido. Se que deseas correrte con mi polla en tu culo. Tu miel lubrica de manera salvaje, me miras, yo tras de ti veo caer tus juegos por las piernas, los labios de tu coño relucientes, tu ano dispuesto. Es una emoción tierna y salvaje, concentrada en nuestras miradas lascivas. Primero notas la punta, cuesta al principio pero ambos sabemos que una vez dentro irá como la seda. Sientes mis manos abriendote las nalgas, mis labios devorando tu cuelo. Entra cada vez mas, suave, está prieto pero se desliza con soltura. Abrazas dentro de ti cada curva, cada tacto de mi polla, lo sientes, erecta por ti, por tu cuerpo, tu persona, tu risa ,tu sexo, tu piel… Muerdo el lóbulo de tu oreja mientras con una mano te masturbo y empiezo a entrar y salir lentamente, seda pura…, Mies dedos juegan en tu clítoris, tus labios, abriendolos, dandote placer por dentro tambien, y tu culo cada vez me pide mas. Me concentro en tu clítoris a la vez que mi pasion aumenta, mi voz en tu cuello llega en suspiros y jadeos a tu oido, cosas tiernas y frases obscenas. Aumento mi bombeo, me pides que te rompa el culo con tu mirada viciosa, lames mis dedos empapados en tu coño y los muerdes, te cojo del pelo y exploto en un disparo que te parte en dos por detrás, te masturbas tu ahora, mis manos ocupadas en cojerte con fuerza delicada, te acaricio salvajemente los pechos, araño tu espalda, me cojes del pelo y arrastras mis labios a los tuyos… Sientes que duele un poco y a la vez te encanta, me lo dices; quiero que te corras con mi polla en tu culo, te respondo dandote un cálido beso en la mejilla. En la puerta de tu casa, a traves del cristal de la puerta de entrada, luce tu mirilla, alguien mira, quizá se esté masturbando, el morbo aumenta. El vicio y la lujuria nos vence pero sé que al terminar necesitaremos de nuestros cuerpos en un abrazo infinito y tierno. Estás cerca, lo notas. Te atrae la idea de que te rompa el culo, vas a llegar al orgasmo sabiendo que será especial; al llegar. Sentirás, como al contraerse tu culo alrededor de mi polla erecta, el placer se multiplicará.

Nos soltamos hacia el final. Muerdo tu cuello, te dejo marcas; me arañas los brazos, sangro. Aumentamos el ritmo y el plas de tus nalgas al darte por detrás resuena en los oidos, fieras descontroladas, pasion desenfrenada, la vista se obnuvila, la mente no existe…… y llegas:

Explosión, placer, intensidad, desconocido, es cuando más cerca estás del fin del universo…y llego:

Explosión, placer, intensidad, desconocido, es cuando mas cerca estoy del fin del universo

Y allí, en el fin de todo… no encontramos, a través de nuestras miradas, extasiados, serenos, desde la nada.. rodeados por la calma postrera

Caemos abrazados, mirándonos, sabiendo que seguiremos buscando tormentas como esta, anhelando un día encontrar la Gran Tormenta, aquella tras la que no vendrá la calma.

Fin