Franquito 2

Continua la historia de Javier y Franquito, dos adolescentes que empiezan a enamorarse y a disfrutar del sexo en forma simultanea. Debo decir que fueron de los momentos más felices de mi vida

Franquito II

Ha pasado una semana desde la primera vez que Franquito me mamo la verga, seguimos siendo “pareja” pero no nos hemos vuelto a ver, ha sido difícil coincidir sus horarios con los míos. Entre sus clases de inglés y mi reclusión de empleado forzado más mis otras actividades de verano me ha quedado tiempo solo para chatear, es el que puedo hacer mientras pierdo el tiempo sentado en la oficina de mi viejo.

He seguido hablando con Mauricio y el chico de la voz que enamora, hasta hemos hecho un grupo en el msn en el que conversamos todos a la vez, ha sido muy divertido. A decir verdad, el chico de la voz que enamora es un tipo muy gracioso, es de esas personas que te caen bien sin mucho esfuerzo. Ya a estas alturas los dos saben que Franquito y yo estamos saliendo, Mauricio ya le dijo a la voz que enamora que no pasa nada con él y que no pasará nunca y también me dejo claro que él no es plato de segunda mesa. La verdad que todavía me apetece pero más bien como postre. De cualquier forma ahora dice que es activo y que nunca se dejó coger porque no le va la de ser pasivo, si claro.

Me he dado cuenta que Franquito habla mucho con el chico de la voz que enamora, creo que se siente muy atraído por él, esto me llena de celos creo yo bastante justificados, aún así no quiero admitirlo y solo deslizo el tema en algunas conversaciones…

-          Y has hablado hoy con el chico de la voz que enamora? –

-          Emmm, si, hemos hablado todos no?, creo que estabas en la conversación –

-          Bueno si, no me refería a la conversa en mancha, solo preguntaba si tú y él habían hablado en privado –

-          Ah, bueno si, siempre me habla –

-          A ok, es muy gracioso no? –

-          Jaja si, lo es –

Maldito imbécil, me cae bien pero siento que quiere revolcarse con mi cuerito. Lo peor es que a Franquito no le parece feo. La verdad no sé si lo sea o no, no lo conozco en persona pero en ocasiones yo mismo me siento atraído por él, si no fuera porque es activo seguramente estaría afanándolo.

-          Bueno, nos vemos este viernes? –

-          El viernes, a qué hora? –

-          No se pues, no tan tarde no tan temprano, a las 7? –

-          Ya, ok, a la 7. A dónde iremos? –

Al telo pues huevon, a terminar lo que empezamos la última vez, lo pienso pero no lo digo aunque eso no evita que el pene se me empiece a poner duro. La sola idea de tenerlo desnudo, tumbado en la cama me arrecha mal.

-          Nos vemos en la pera del amor pues, de ahí vemos que hacemos –

Recuerdo la mamada y la verdad pienso que es algo que podemos repetir sin ningún problema.

-          Ya, ok, a las 7 pues, no seas tardón –

-          Oe, oe, oe, cuando he sido tardón yo –

-          No lo sé, solo nos hemos visto una vez –

-          A bueno sí, pero llegue temprano –

-          Si, si, solo no llegues tarde –

Jaja, fiel a su estilo nunca pierde, queda cerrado el tema y seguimos conversando de cosas sin mucha importancia. En la otra ventana del msn, Mauricio sigue insistiendo en que me lo tire de una vez.

-          Javier, ya te lo vas a tirar? –

-          No se huevon, vamos a salir el viernes pero no creo que se pueda, a un telo no vamos a ir, me da roche y tampoco creo que nos dejen entrar –

-          Métesela a esa cabro, esta arrecho más que tu seguro –

Jaja, más que yo difícil creo, sin embargo Franco ya me demostró que santito no es, de todas formas sería su primera vez y no creo que atraque hacerlo tan a la apresurada, sea cuando sea, tendrá que ser algo más planeado.

-          Oye, Franco es un chico bien tranquilo broder, no hables así. –

A pesar de todo, salgo en su defensa, después de todo es mi pareja.

-          Jajaja, si claro, tranquilo pero te la chupo en la primera salida, jaja tremendo pendejo –

-          Ya éramos pareja broder, además me la chupo porque ya lo había hecho antes –

-          Ya vez tremendo mamon jajaja –

Debo reconocer que mi defensa es bastante débil, eso me lleva a pensar que debería insistir un poco más con el tema de llevármelo a la cama y ser el primero que le dé por el culo.

-          Ya te conto que hicimos la vez que salió conmigo? –

Me había olvidado que Franco y Mauricio habían salido un par de veces, que incluso ellos habían sido pareja antes que yo saliera con Mauri.

-          Emmm, no, no fue mi explicito, solo me conto que lo recogiste en un taxi de la puerta de su casa y que se fueron al cine, a Larcomar creo –

-          Si, fuimos al cine, no me acuerdo ni que vimos, no te conto nada más? –

Qué carajo, no va decirme este pendejo que fue el primero en meterle el pene a la boca. La conversación me calienta, no me molestaría en absoluto que hubiera sido Mauri el primero en ponerlo a mamar, solo me parecería un poco raro. Para mí, Mauricio siempre fue pasivo y no puedo verlo como activo.

-          No, solo que cuando regresaron su mamá la preguntó quién eras y él le dijo que eras un pata que había conocido, que vivías en esos condominios de Marbella jajaja –

-          Qué?, que chucha le pasa a ese huevón –

Sabía que se iba picar con eso, los condominios de Marbella son edificios antiguos, construidos en el acantilado, tienen una vista espectacular al mar pero son viejos y descuidados, casi un lunar dentro de una zona bastante mejor cuidada. Siendo Mauricio tan pretencioso como sé que es, cualquier alusión a una condición humilde lo saca de sus casillas.

-          Si, luego su mamá le preguntó cómo te había conocido y le conto una historia algo enredada la verdad. La cosa es que eres el chico pobre del barrio jajajaja –

-          Maldito putoooooooooooooooooo -

Si quería hablar mal de mí Franquito, creo que se le volteo la torta. Solo para echarle más leña al fuego amplio el comentario…

-          Su mamá le dijo que podía conseguir mejores amigos jajajajaja –

-          Que? Eso le dijo maldito imbécil, puto, se cago ese huevón –

Me causa mucha gracia su reacción, Mauricio es tan vanidosos que hasta le preocupa lo que piense de él una persona que no conoce y que ni siquiera lo conoce a él, tan predecible el niño. Lo que no fue tan predecible es lo que vino a continuación.

-          Dile a franco que te cuente que más hicimos cuando salimos –

-          Cuenta tu pues, si total estas con ganas de decirme hace rato –

-          Dile que te cuente como fue que me lo punteé, a ver si se sigue haciendo el estrecho –

La verga me da un respingo de solo imaginármelo, el corazón me empieza a latir más rápido y hasta siento que pierdo el equilibrio, quiero saberlo todo, quiero que Mauricio me cuente con detalles que hicieron, donde lo hicieron como lo hicieron.

-          Anda huevón, que hablas –

Me hago el incrédulo solo para empujarlo a que siga hablando

-          Tu niño inocente se sienta encima de la primera verga que encuentra, si no me lo clave es porque no encontramos un sitio adecuado, la primera vez que salimos lo tuve sentado encima con el pantalón abajo, listo para preñarlo.

Por un lado pienso que me habla de pura cólera, sin embargo, en vista de los antecedentes últimamente descubiertos, no sería raro que efectivamente se hubiera bajado los pantalones. Le pido detalles que se rehúsa a contar al final me despido algo perturbado.

También me despido de Franco y como siempre, antes de las 5 estoy metido en el baño, lavándome la cara para largarme a mi casa.

El viernes llega pronto y tal cual la primera vez, llego al parque famoso a las 7 en punto de la noche. He quedado con Franco en vernos en nuestro lugar, así he llamado al sitio donde me la mamo por primera y hasta ahora única vez, cuando llego al murete el aún no ha llegado así que me toca esperarlo. Distraigo la vista con un grupo de chicos en patinetas, un par de ellos sin polo, no son más de 5, considerando que de cada 10 hombre, uno es gay, estadísticamente las posibilidades son muy bajas. Franco no demora en llegar pero igual me encuentra enojado – sorry mi mama me detuvo – se disculpa con su vocecita de niño en tránsito a la adultez. – Que quieres hacer – me pregunta mientras no ponemos a caminar. Le digo para bajar a la playa y acepta, caminamos por el malecón mientras conversamos de huevadas. Pasamos frente a un edificio bonito revestido con ladrillos cara vista y le cuento que mi sueño es vivir en un departamento chico, para mí solo frente al mar. En vez de emocionarse con mi sueño se queda callado y me cambia el tema.

La bajada a la playa es algo peligrosa para los peatones, he pasado muchas veces por ahí pero siempre en auto y ahora vengo a caer en cuenta que no hay veredas definidas, es oscuro, y solitario; los autos pasan a velocidad deslumbrando con sus luces a cualquier peatón que, como nosotros, ose descender por esta bajada.  Llegamos al final de la curva y el reto ahora se torna más grave, cruzar la vía del circuito de playas de la costa verde es casi casi una odisea, lo logramos después de varios intentos. Caminamos sobre el borde de la autopista, desde aquí el mar se oye pero no se ve, al menos 300 metros de arena nos separan de la línea de marea y siendo que la noche esta oscura y las únicas luces que se proyectan son las de los autos que circulan por la vía, es casi imposible ver más allá de los 100 metros. Nos adentramos entre las piedras mezcladas con la arena acercándonos al mar, caminamos al costado de una construcción algo maltrecha, que parece la casa de un guardián o algo similar. Al fondo paralelo a la autopista se observan las luces de una cancha de cemento, las voces y gritos de los peloteros llega entrecortada no se entiende lo que dicen aunque es bastante predecible, - pasala, pasala, estoy solo, no seas huevón –

Las olas revienta ahora a pocos metros, mi idea de sentarme al lado de Franco, abrazando mis piernas recogidas mientras siento la brisa marina no se me hace agradable, el suelo es rocoso y se percibe sucio, más que una playa es un botadero de desmonte clandestino que además ha levantado el piso de nivel, dejando la orilla del mar al menos un metro o metro y medio por debajo. Sin embargo, estamos ocultos por la inmensidad de la noche, las luces de la cancha de futbol no hacen más que distraer la atención y hacernos aún más invisibles. Desde la carretera llegan los destellos de luces de los autos que nos alumbran sin vernos.

Abrazo a Franco sin ningún reparo, lo tomo de la cintura y pego su cuerpo al mío, nuestros penes dormidos despiertan por debajo de la ropa; beso sus labios, mi lengua se pierde dentro de su boca;  con deseo mordisqueo su labio inferior. Mis manos recorren su cuerpo, bajan de la cintura hasta sus nalgas, Franco me las sube insistiendo en que no baje de la cadera pero yo insisto hasta que se da por vencido y se deja acariciar, primero sobre el pantalón, luego, poco a poco voy ganando terreno hasta meter mis manos entre su ropa desabrocho su pantalón sin dejar de besarlo, Franco protesta – Javier para – no le hago caso y sigo en lo mío, le bajo el pantalón hasta las rodillas y acaricio sus piernas, introduzco mis manos por dentro de su bóxer y las pongo en contacto directo con sus nalgas. Son suaves al tacto sin bellos, lo volteo colocando su culo contra mi verga y lo oigo nuevamente protestar – Javier no – Protesta pero se voltea, beso su cuello, mordisqueo sus pallares excitándolo, finalmente le bajo el bóxer dejando la parte bajo su ombligo al descubierto; cojo su verga con mi mano derecha, la tiene pequeña al igual que sus huevos que también son chicos; algo de bello aún insipiente los rodea.  Acaricio su miembro erecto y froto mi verga aun encerrada en su prisión pero tan dura como un fierro. Decido que es momento de liberarla; desabrocho mi pantalón y la dejo libre, la refriego contra sus nalgas – Javier no ya para – Franco sigue protestando sin intención de detenerme, en vez de eso me coge el miembro con su mano derecha y me lo pajea, vuelvo a besar su cuello y presiono mi miembro entre sus nalgas, no con intención de penetrarlo, no aún, solo con intención de frotarme con él, con intención de sentirme cerca.

Ambos estamos excitados me acero a su oído y le susurro casi imperceptiblemente “chupamela” Franco mueve la cabeza despacio hacia un lado, beso su cuello y vuelvo a mordisquear el pallar de su oreja izquierda. Franco se voltea y con el pantalón abajo se pone en cunclillas, toma mi verga con ambas manos y se la lleva a la boca, ya dije que no es un experto pero no lo hace mal, la mete y la saca una y otra vez mientras recorre mi glande con su lengua, por ratos sus dientes me lastiman pero es un sacrificio que bien vale la pena. Me levanto el polo y me lo hago para atrás, saco la cabeza por el ojal del cuello y dejo mi pecho aún lampiño al descubierto. Desde arriba observó cómo se traga mi verga, su boquita es chica y la verdad tengo una buena pinga que con las justas puede engullirse pero Franco es goloso y logra metérsela toda. Acaricio su cara con mi mano y le hago un gesto para que se ponga de pie, nos besamos de nuevo y absorbo el sabor de mi propia verga de su boca. Me acerco a su cuello y le susurró al oído, - quiero penetrarte, - el me responde de nuevo con una negativa, - no Javier – pero nuevamente no le hago caso y lo volteo sin encontrar resistencia, cojo mi verga con una mano y con la otra hurgo entres sus nalgas para encontrar su agujero, Franco se inclina ligeramente hacia adelante como entregándome el culo mientras sigue haciéndose el que no quiere – no Javier, todavía no -, coloco la cabeza en la entrada de su orificio, presiono sin poder meterla, franco siente la punteada y se retira, lo atraigo hacia mí con mi mano libre e intento de nuevo otra vez sin suerte. Tiene el agujero cerrado y yo soy un chico sin experiencia, me conformo con frotárselo entre las nalgas y el acepta el cambio sin objetar. Pega sus nalgas a mi miembro mientras me entrega el cuello para que lo bese, estoy excitado hasta el extremo, con la verga dura como el acero, caliente y palpitante, liquido pre seminal se escapa de mi glande, mis pensamientos se revuelven y giran bajo una única idea, bajo un único objetivo, quiero penetrarlo.

Le pido a Franco que se eche para adelanta para tenerlo en un mejor ángulo, él apoya sus manos en sus rodilla entregándome el culo, ya no se resiste ni siquiera con las palabras.  Estoy listo para embocarsela y me digo a mi mismo que una vez que la tenga adentro no se la sacare hasta que me venga aunque chille. Una sombra me saca del éxtasis, giro la cabeza y veo a un hombre que asciende desde la orilla de la playa, sube entre por los escombros como quien sube por una escalera acercándose a nosotros, ha llegado muy cerca de nosotros en muy pocos segundos, está a menos de 6 metros y puedo verlo con claridad,  es más alto de hecho es también más fuerte que yo, eso salta a la vista, tiene la contextura de un hombre que trabaja en construcción, de hecho es eso lo que aparenta ser. Trae ropa vieja y gastada y lleva un palo en la mano. Franco se sube rápidamente los pantalones, yo hago lo mismo y regreso mi polo a su lugar, emprendemos la carrera alejándonos lo más que podemos; el recién llegado nos persigue corriendo también a pocos metros de nosotros, nuestra única ventaja es que somos más jóvenes y más rápidos. Mis pensamientos se revuelven en miles de ideas y preguntas, ¿cómo escapamos, para que nos persigue, que quiere, solo robarnos, que habrá alcanzado a ver, que pasa si nos alcanza, cuánto dinero llevo? Logramos alargar la distancia pero el hombre nos sigue sin descanso, llegamos casi al borde de la pista, la única forma de huir es subir al malecón y para ello es necesario cruzar la autopista, es demasiado peligroso, tanto o más que esperar a que nos alcance. Caminamos por el borde de la pista hasta llegar a la casa del vigilante, esperando el momento apropiado para cruzar, a esa altura ya no hay nada más que hacer, o cruzamos la pista o nos echamos a correr hasta la otra subida que esta al menos a 10 km, correr en pos de ella significaría quedar a la merced del hombre que nos persigue, entre al acantilado y el mar, sin opción alguna a escapar, sería solo cuestión de tiempo para quedar en sus manos en medio de la nada.

Cuando creo que estamos perdidos veo a la mancha de patas que estaban jugando futbol caminar hacia nosotros, siento algo de alivio aunque no del todo, con tanta gente sería muy difícil que quisiera robarnos o que intentara aprovecharse de la situación, sin embargo, nunca se sabe dónde hay homofóbicos, el hombre nos alcanza poco antes que los futbolistas estén lo suficientemente cerca para escucharnos, sin descaro me dice en voz alta – tengo colchón – Me quedo helado sin saber que responder, Franco ahora está más asustado el hombre se queda parado mirándonos como esperando una respuesta, para suerte nuestra los futbolistas quieren cruzar por el mismo lugar (claramente no hay otro) y empiezan a acercarse haciendo mancha, uno de ellos parece ganarse con la escena pero claramente sin entender del todo lo que pasa, se acerca e increpa al hombre – que te paso con mis causas chino déjalos – el tumulto logra hacer que los autos bajen la velocidad y cruzamos la pista acompañados por el grupo de peloteros. El hombre aún nos persigue detrás del coro de gente lo veo caminando con el palo en la mano, subimos al malecón a prisa y volvemos a emprender la carrera, nos detenemos en la puerta de la casa de Franco.

En algún punto de la carrera nos ha perdido el rastro, hemos logrado escapar por un pelito de rana calva. Nos sentamos en las gradas del ingreso a la casa, jadeando y aún asustados. Franco se percata que no hay nadie y me invita a pasar.

Contunua...