Francisco, yo y uno más
Francisco y yo decidimos continuar nuestra aventura . Todo sale mal una noche con amigos y nos descubrimos en un trío
Francisco y yo continuamos viéndonos en secreto después de esa tarde en la costa.
Ya llevábamos juntos como amantes seis meses cuando Pablo, mi marido me anunció que debía partir por trabajo día meses a Bélgica.
Fran alquiló un departamento cerca de nuestros trabajos así que empezamos a vernos a diario. En el almuerzo, cuando salíamos, a veces nos quedábamos a pasar la noche. Una noche en la que nos juntamos todos con sus parejas él cayó con Mia. Pablo seguía en Bélgica así que yo iba por mi cuenta. Me la pase fumando en la vereda del restaurant para hablar con Fran. Le hacía planteos de mujer celosa, todo lo que me decía me caía mal, así que comencé a hablar con otra persona que fumaba y miraba de reojo el escándalo silencioso. Se llamaba Marcelo y se acercó para decirme qué mi secreto estaba a salvo con el pero que me controlara con las manos porque la gente veía. Le di las gracias y nos pusimos a hablar. El grupo casi completo se reía de cómo me levantaba a un extraño a falta de Pablo. Teníamos onda y lo más importante tiempo y ganas de probarnos. Le propuse encontrarnos en el departamento que había alquilado Fran para que me resultase más morboso en 4 . Volví a la mesa y tras finalizar la cena me dirigí al departamento. Allí estaba Marcelo, subimos el ascensor besándonos y tratando de quitarnos la ropa. Fuimos directamente a la cama terminando de desnudarnos. Mientras me chupaba las tetas sentía su mano fría que entraba en mi vagina, yo se la tocaba con desesperacion. Sin demasiado preámbulos me dio vuelta y me puso en cuatro. Tomo el vibrador que habíamos comprado con Fran y me lo metió en la concha encendido, lo revolvía, me lo metía y sacaba como si fuera su pija. Disfrutaba como loca y fue mucho mejor cuando lo sentí a él apoyado en mi culo empujando por entrar, levante el culito para darle mi aprobación y me empezó a dar por atrás mientras seguía con el vibrador. Me temblaban las rodillas. Era brutal, su pija me estaba matando pero me producía mucho placer esa doble penetracion asi que seguía moviendo mi cadera pidiéndole más. Escuché que la puerta se abría y vi a Fran que quedó pasmado. Marcelo le resto importancia y seguía cogiendome por el culo. Solo pude decirle que espera, que no era su turno aún. Así que Fran se sentó en el sillón y note que se desabrochaba el pantalón y comenzaba a masturbarse de verme con otro. Ser vista me calento más y me vine, así que termine chupándosela a Marcelo. Me la tragaba hasta que sentía que me ahogaba, la escupía y no paraba de mamarsela. Acabo en mi boca y con la leche que no me había tragado me la frote por las tetas y la concha murándolo muy fijamente. Lo puso duro de inmediato mi reacción porque me volvió a embestir poniéndome mis piernas en sus hombros. Lo sentía entrar y salir, como se movía dentro mío y flotaba. Fran se masturaba en el sillón aún. Así que le dije que se acercara que también lo quería a él.
Se paró con su pene erecto parado a mi costado mientras Marcelo seguía cogiendome. Se la tome y empecé a tocársela con furia, con la misma intensidad que me estaban cogiendo. Me gustaba hacerlo, continué unos momentos y me incorporé para empezar a chupársela, toda esa situación cada vez me resultaba más excitante. Se la chupe como sino hubiera un mañana. Si creí haberme atorado antes esto era increíble. Me la tragaba hasta llegar a la laringe, movía la cabeza con locura. Sabía que Fran estallaría en cualquier momento y quería que fuera en mi boca mientras me seguían dando. Así que despacito le chupe su escroto y volví a la punta de su pija, lo volvía loco eso, me dediqué ahí unos momentos hasta que sentí su líquido blanquesino en mi boca, lo mire y lo saboree con mi lengua. Marcelo de verme hacer eso también se vino.
Luego de despedí a mi invitado para pasar lo que quedaba de la noche con mi Fran.
Era un hecho que no había tabúes entre los dos y algo más que lo físico se estaba despertando.